Autor: Vladimir

Personales: De J.K.R

Pareja: Draco-Hermione

Categoría: Romance

Ranking: T

Correctora: Cassiopeia

La revista Corazón de Bruja acaba de informar a sus lectoras de un hechizo complejo para poder encontrar a tu príncipe azul, tu click mágico. El problema es que Ginny, quien lee a revista siempre, no puede llevarlo a cabo y para ello necesita pedir la ayuda de Hermione… y las cosas terminan como nadie esperaría.

El Click Mágico

-Ginny, deja de hablar estupideces. Te dije que dejaras de hablar con Lavender, mete cosas en tu cabeza directamente de esa maldita revista –bufó cansada y molesta Hermione por acoso del que su amiga le había hecho objeto esos días.

-Hermione, es solo un simple hechizo para ti, pero nadie ha podido hacerlo aún. ¡Ayúdame a aprenderlo, quiero saber si Harry es mi click! –sonrió y pestañeó varias veces mientras la castaña se rendía y asentía.

-Pero es la última vez que te ayudo a hacer las cosas que esa maldita revista dice -suspiró cansadamente, mientras su amiga se ponía a dar saltos y le tendía el tomo de Corazón de Bruja.

Luego de eso, Hermione y Ginny estuvieron gran parte de la tarde aprendiendo a hacer el hechizo. Ginny se equivocaba en detalles, pero hacia el final del día lo habían logrado y se moría de ganas de ir a probarlo en el Gran Comedor. Hermione, sin demasiado ánimo, la siguió arrastrando los pies. La advertencia que la revista daba no parecía preocupar a su amiga y ella no se sorprendía: Ginny era una chica osada que no tenía miedo; tan distinta a ella. Ver como se pavoneaba hacia el Gran Comedor la hizo sentir que su propio caminar era demasiado brusco y sin gracia. Intentó bambolear la cadera, terminó sonriendo por lo absurdo de su idea.

El salón estaba repleto de gente, todos comiendo ya, pero Harry y Ron no aparecían por ningún lado. Ginny comenzaba a ponerse nerviosa mientras la castaña comía despreocupadamente.

-Estoy segura de que es Harry… solo quiero comprobarlo –sonrió nerviosa mirando a su amiga- ¿Puedes mostrármelo una última vez?

-Claro, no queremos que te equivoques.

Hermione puso la varita sobre la mesa, apoyando su brazo con el codo desanimada y la movió de la manera correcta. Un destello salió, de un color verde intenso y Ginny la miró alzando una ceja, incrédula. Entonces ambas siguieron el haz de luz por la habitación; la mayoría estaban ocupados en sus cosas y no miraron. Si el haz de luz permanecía solo en tu varita quería decir que tu click no estaba cerca, pero el de Hermione se puso a revolotear por toda la sala.

-¡Hey! Yo no quería saber quién es mi click –dijo la castaña avergonzada.

Malfoy se levantó con un respingo, porque su varita lo había golpeado en el bolsillo de su pantalón. La sacó confundido y mientras la sostenía en la mano derecha, vio un destello rojo salir y ponerse a volar en dirección a otro verde que había en lo alto del Gran Comedor. Ambos danzaron formando una pareja juntos y los colores rojo y verde se mezclaron y desaparecieron.

-¡MALFOY! –Hermione estaba pálida. Miró a Ginny, luego salió dando pisadas fuertes. Malfoy quedó confundido y regresó a sentarse, pero Pansy llegó corriendo.

-¡NO! ¡ELLA NO PUEDE SER TU CLICK! ¡YO TENÍA QUE SER TU CLICK! ¡SI ESTE HECHIZO DE MIERDA NO FUERA TAN DIFÍCIL! –tiró la revista hacia el pecho de Malfoy indignada y se retiró.

-¿Y a estas mujeres qué les pasa? –tomó la revista, mientras sus compañeros de casa alzaban los hombros, y para leerla.

Tu Click mágico

"¿Recuerdas esas historias de amor en las que el príncipe azul y la princesa se enamoran solo con una mirada, un Click al verse…? Estudios mágicos demostraron que los magos podemos tener nuestro Click de una manera muy particular. Saber quién es el hombre destinado para ti, el chico que podría ser tu príncipe azul para toda la vida, solo con un hechizo..." Malfoy rodó los ojos y bajó a leer el cuarto inferior.

"…luego de hacer el hechizo, identifica la reacción y descubre tu futuro:

-Si el hechizo se queda estático en tu varita, tu click mágico no se encuentra cerca.

-si el hechizo toma color, fíjate cuál es, pues representa la casa mágica en la que estuvo (o está actualmente) en Hogwarts.

-si tu hechizo encuentra a tu click mágico, pero la varita de él no deja salir la luz mágica, lo sentimos: era tu click, pero has llegado demasiado tarde a su corazón.

-si la luz de tu varita sale y luego se extingue sola en el aire, de un color blanco, tu click es una persona que ya falleció.

-si tu luz mágica encuentra a tu click y su varita saca el destello para danzar con tu luz, querida: has encontrado tu click mágico, el amor eterno, esa media naranja destinada a hacerte feliz. ¡NO LE DEJES IR!"

Draco dejó caer la revista y miró en la dirección en que había escapado la castaña. Tomando su varita, saltó sobre la mesa, desperdigando platos y comida sobre la ropa de sus compañeros y salió corriendo hacia ella.

Su madre siempre le había hablado del click mágico, pero no sabía que existía un hechizo. Su madre siempre le había dicho que no podría dejar pasar su click mágico, que podía ser la persona menos esperada y que lo descubriría solo con tocar sus labios, que si encontraba el click, no estaría obligado a casarse con quien ellos escogieran. Y el no la dejaría escapar.

Ginny miró anonadada como Draco Malfoy arrasaba con todo a su paso por ir detrás de su amiga. El hechizo tenía que ser cierto, fidedigno. Con más seguridad tomó su varita y la movió conjurando, nerviosa. Su luz roja salió y voló por los aires. Algunas chicas que leían la revista sonrieron mientras la luz se pasaba por el salón buscando el click de Ginny. Todos miraron a Harry cuando su varita salió de su bolsillo y se posó en su mano, para que el destello rojo saliera de la punta de su varita y se pusiera a bailar con el de la Weasley.

-¡SI! ¡SABÍA QUE ERAS MI CLICK MÁGICO!

Si alguien no sabía qué había causado que Draco saliera corriendo, ahora sí. Todas las chicas en el salón estaban conversando de lo ocurrido, y Ginny no se tomó tiempo para explicárselo a Harry: le tomó la cara y lo besó allí frente a todos.

"Advertencia mágica: no uses el hechizo si no estás dispuesta a saber la respuesta" Hermione se repetía una y otra vez el aviso previsivo que la revista dejaba al pie de página, y maldecía. Su peor enemigo, el chico al que había odiado por tantos años era su click mágico. Algo absurdo, dicho en una revista estúpida, pero válido para Hermione por las palabras "estudios mágicos actuales", aunque bien podrían ser invenciones de las editoras de la revista, sin validez científica alguna. Hermione quería creer que el hechizo había salido mal, que la absurda revista de pacotilla solo estaba jugando con ella, pero aunque intentaba apartar esas ideas, otros pensamientos más profundos empezaron a aflorar… ¿Y si Draco Malfoy era su príncipe azul? Como en Romeo y Julieta, dos polos opuestos que se odiaron solo por pertenecer a casas diferentes, que se alejaron porque así debía ser. ¿Y si Draco Malfoy era su click mágico? Quizás luego volvería a hacer el hechizo y su varita no dejara salir el destello. Estaban destinados a estar juntos, aunque sus hilos habían sido unidos de manera paradójica.

"¿Cuándo me enamoraré? ¿Donde conoceré al amor de mi vida? ¿Cómo me daré cuenta de que estamos hechos para estar juntos?" Eran algunas de las preguntas que se hacía siempre, y todas tenían respuesta con un simple hechizo. El problema es que no quería aceptar que tenía la respuesta a las preguntas.

-¿Draco?... digo… ¿Malfoy? –se sonrojó al notar que, sólo con saber que era su click, su nombre había salido de sus labios.

-¡HERMIONE! –pensó que era Ron, pero la voz no calzaba. Cuando se volteó, vio al rubio por primera vez, con el cabello revuelto, la respiración agitada. Su mirada decidida se acercó a ella y sin ningún cuidado la empujó a él con fuerza para besarla apasionadamente allí, en mitad de un pasillo. Y ella lo sintió en su corazón. Un CLICK que hizo que se calentara, desbordada de una felicidad desconocida para ella. Sus corazones habían hecho click en ese beso. Ella le respondió con lentitud, insegura tanto de lo que hacía, como de lo que significaría. Pero entonces, con sus manos en la cadera, Hermione se sintió protegida. El calor del cuerpo de Malfoy la invadió; nada podía ser mejor que sentir que encontraste el lugar donde estuviste destinado a estar siempre. Ambos estaban confundidos: habían sido enemigos por demasiado tiempo como para saber cómo reaccionar luego de ese beso. Lo único que tenían claro, era que no se separarían por nada del mundo.

Fin

Pronta continuación