Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía y queda prohibida su reproducción parcial o total sin mi consentimiento.


Cap.7

Perder.

Cambié nuevamente los canales de la televisión, en esos momentos recordaba por qué casi nunca la veía.

Escuché las risas de Rosalie y Emmett en la entrada, así que me levanté rápidamente de mi lugar en el sofá y me dirigí a mi dormitorio, pero no pude escabullirme lo suficientemente rápido, me habían atrapado.

—Edward, ¿a dónde crees que vas? — me reprendió mi amigo, haciéndome sentir como un chico de doce años en lugar del hombre de casi treinta años que era.

—Sólo estaba aquí, ya sabes— Rosalie me miró entre extrañada y sorprendida por mi aspecto, y no la culpaba.

Después de mi accidente con el cuchillo el día en que me había enterado del compromiso de Bella, hacía casi una semana, no me había presentado en la empresa con el pretexto de que "tenía que reposar", la verdad, sólo quería regodearme en mi miseria, e idear un plan para detener esa absurda boda.

—Edward, ve a cambiarte, tenemos visitas— me volvió a decir Emmett, mirándome divertido, le sonreí a Rosalie y salí a mi habitación.

Me di una ducha rápida, me afeité la barba de cinco días, bastante espesa, y me puse unos pantalones de mezclilla junto con una camiseta limpia.

—Así que Alice se quedará más tiempo allá— Rosalie asintió, ambos estaban en la barra de la cocina, sirviendo comida en tres platos, me parecía muy amable por parte de ella que no le molestara el que yo siempre estuviera alrededor cuando visitaba a su novio.

—Estará bien, pero está enloqueciendo a Bella con todos los preparativos— sentí una punzada en el pecho, así que me detuve un momento antes de reunirme con ellos, no quería que mi presencia detuviera lo que fuera que ella le contaba a Emmett.

— ¿Han elegido una fecha ya? — Rosalie volvió a asentir.

—El veintiocho de julio— ¡Dios! Para eso faltaba ya tan poco, menos de dos meses, ¿Por qué tenía que ser tan pronto?

—Vaya, eso es pronto— exteriorizó mis pensamientos Emmett.

—Lo sé, pero Jacob no ha querido esperar más, parece que quiere llevar a la horca a Bella lo antes posible— el comentario de Rosalie me hubiera hecho gracia si no fuera porque yo también lo sentía así.

— ¿Has tratado de decirle cómo te sientes? — ella negó. — Pues deberías, bebé, es tu mejor amiga, si no estás de acuerdo con su boda sólo díselo.

— ¿Y arriesgarme a perder su amistad? Jamás— En ese momento me acerqué por fin a ellos, haciéndome visible, dejaron de hablar inmediatamente, como lo suponía.

—Huele bien— dije señalando a los platos de comida italiana que había en la encimera y aparentando que no había escuchado nada de lo que habían dicho.

—Es del restaurante favorito de Bella, te va a encantar la comida— traté de que mi rostro no denotara ninguna expresión, pero por lo visto, había fracasado rotundamente.

Emmett salió un momento de la cocina, dejándome a solas con Rosalie, me miraba de una manera extraña, pero estaba ignorándola olímpicamente.

—Sabes que Bella se va a casar, ¿no es cierto? — Su acusación me descolocó por completo, me miraba con un aire de superioridad que me estaba poniendo los nervios de punta. — Sé que te gusta— Volvió a acusarme, yo estaba ahí, parado como un reverendo pelele, dejando que ella me dijera todo lo que quisiera— Quizás ni siquiera tú la mereces.

En ese punto tuve que defenderme.

—No sé de qué hablas— ella bufó y tomó dos de los platos para dirigirse al comedor.

—Realmente esperaba que hicieras algo, pero ya veo que no harás nada— ¿Hacer? ¿Hacer qué? — Ella cometerá el error de su vida y tú simplemente lo permitirás, de verdad creía que siendo amigo de Emmett tendrías un poco más de agallas, pero al final… Bueno, también eres amigo de un cobarde como Jasper— Las palabras de Rosalie estaban tan cargadas de irritación, rencor e impotencia, que no pude contestar nada más.

Jasper no era un cobarde, yo tampoco lo era, pero… Ella tenía su punto, yo estaba aquí, mientras Bella planeaba su boda y ni siquiera tenía un plan para hacer algo al respecto.

Maldita rubia sabionda, ¿en qué estaba pensando Emmett cuando se metió con ella?

Pasé el resto de la cena en silencio, dejándolos a ellos en sus asuntos, Rosalie propuso que salieran y yo felizmente los alenté, necesitaba pensar, pensar de verdad, debía hacer algo, esto no podía continuar así.


— ¿Tienes planes para esta noche? — Me preguntó Emmett, yo me alcé de hombros, la fecha para la boda de Bella se acercaba aceleradamente y yo aun no hacía nada, comenzaba a desesperarme, y como un hombre de negocios, sabía que la desesperación no era para nada recomendable. — Llamaré a los muchachos e iremos a un club, ¿te apuntas? — me volví a encoger de hombros.

Mi teléfono sonó en ese momento, era Jasper. Le había contado de la extraña conversación que había mantenido con su hermana, y sus palabras fueron tan claras como las de ella, "Confía en Rosalie", pero yo apenas la conocía, aun a veces me costaba entenderlo a él y ahora me decía que confiara en su hermana.

—Jasper.

¿Y bien? ¿Qué has decidido hacer? — Abordó el tema al momento.

—No lo sé, los días pasan y todo sigue igual, siento que la pierdo a cada minuto que pasa— Me maldije por sonar como un completo bebé llorón. Me fije que Emmett hablaba por teléfono y eso me dio más libertad de hablar con mi otro amigo, por la relación que mantenía con Rosalie prefería que él quedara lo más apartado de todo— Estoy comenzando a desesperarme.

Sabes que la desesperación es la peor consejera. — Bufé, eso ya lo sabía.

—Listo, ya sé en qué club están Rose y sus amigas, nos reuniremos con ellas después— El ánimo de Emmett me aseguraba que algo tramaba.

— ¿Quedaste con Rosalie? — Pregunté sin cortar la llamada con Jasper.

—No realmente— Negó— Está con sus amigas festejando la despedida de soltera de Bella y me dijo que pasará un rato.

Creo que es momento de actuar— Sugirió Jasper, al escuchar las palabras de Emmett.

Asentí, tanto para las palabras de Jasper (aunque no pudiera verme) y para los planes de Emmett.

Salimos para cambiarnos, Laurent y Riley confirmaron para vernos en la entrada del club, en menos de una hora ya estábamos en la entrada del escandaloso lugar, "Sentidos" receba en la entrada, con letras grandes y brillantes, la música se escuchaba desde fuera.

—Iré a buscar a Rose— me gritó Emmett por encima de la música, asentí y comencé a buscar por el lugar a Isabella, su belleza resaltaría donde fuera.

—Menudo club eligió Emmett— refunfuñó Laurent, aun me sorprendía que no comenzara a quejarse desde la entrada.

—Al menos hay lindas chicas por doquier— alentó Riley, ambos eran buenos compañeros, aunque realmente mis únicos amigos eran Jasper y Emmett.

La encontré justamente con Emmett, hablaban animadamente, me fui acercando apenas sin darme cuenta, los chicos me seguían.

Mi amigo hizo las presentaciones, al principio me molestó un poco el que Riley y Laurent parecieran tan "caballerosos", pero al darme cuenta de que Bella realmente no les prestaba atención y sus ojos se dirigían furtivamente hacia mí, no pude contener la sonrisa que pugnaba por colarse entre mis labios.

—Bueno, a Edward ya lo conoces— terminó de presentar Emmett, mientras acomodaba los asientos.

—Hola, Isabella— "Hola, mi amor" quise decir realmente, pero no estaba tan mal de mi cabeza, sabía que debía actuar, pero mi vena precavida, fortalecida gracias a mis negocios, prevalecía.

—Siéntense por favor, las chicas están bailando, Rose vuelve en seguida— balbuceó, sin responder a mi saludo, mi sonrisa se ensanchó al notar su nerviosismo por mi presencia.

"Sí, preciosa, date cuenta de lo que sientes por mí, por favor", pensé para mis adentros, Rosalie llegó en ese momento, saludando a todo el mundo y dándome una mirada significativa, ahora entendía más o menos lo que quería darme a entender, "NO LO JODAS".

Tuve que presenciar, nuevamente, una de las escenas de empalagoso afecto entre Rosalie y mi amigo, en realidad no me molestaría tanto si pudiera rodear con mis brazos a Bella de la manera en la que mi amigo lo hacía con su novia.

—Bien, ¿por qué no piden algo y después van a bailar? — Sugirió mi hermosa chica antes de levantarse y salir rumbo a la pista de baile.

Eso me dio una mejor vista de lo que vestía, estaba simplemente magnifica, llevaba un vestido entallada y corto hasta mitad de los muslos con una manga, un recogido sencillo y unos tacones que torneaban aun más sus maravillosas piernas, perfecta.

—Hombre, disimula, casi te la comes con los ojos— se burló Riley, los presentes en la mesa rieron pero los ignoré, ellos al parecer hicieron caso a la sugerencia de Bella porque después de unos pocos tragos salieron a bailar, los chicos encontraron pareja rápidamente, Emmett y Rosalie bailaban al ritmo de la música, yo sólo podía observar a Bella.

Se le veía realmente animada, atribuía su achispado comportamiento a los cocteles que se habían quedado vacios en la mesa, sin pensármelo más salí rumbo a la pista de baile, poco a poco me fui colando entre la gente, después entre sus amigas y finalmente, quedé bailando junto a ella, como había deseado hacerlo desde hace tantos meses.

Olía maravillosamente bien, su rostro estaba levemente perlado del sudor por bailar, su maquillaje era casi escaso y su cuerpo era una invitación a pecar, tan hermosa.

La tomé firmemente por la cintura, ella parecía no darse cuenta del todo de mi presencia, pero no rehusaba mi contacto, quería decirle, gritarle tantas cosas.

¡Me estaba volviendo loco! Me tenía en la palma de su mano y ni siquiera se daba cuenta, jamás había sentido nada parecido por nadie y ella se negaba a verlo, quería abrazarla, no dejarla ir nunca, hundir mi rostro en su cuello y no volver a aspirar ningún aire que no estuviera impregnado por su esencia, no volver a ver ningunos ojos que no fueran los suyos.

—Isabella, ¿te vas a casar? — Realmente no quería decir inmediatamente eso, pero el pensamiento de que estuviera de por vida con alguien que no fuera yo, me acosaba tanto que sentía ganas de tirarme por un puente.

—Sí, me caso en cuatro días— al parecer mi pregunta no le había gustado en absoluto, notaba cierto reto en su voz, ¡Esa terca niña!, sin embargo, me daba gracia la tozudez que mostraba, era adorable, no pude evitar reír por su actitud— ¿Qué? — volvió a retarme.

—De verdad que eres un niña, casarte con ese chucho de Jacob Black, cuando sólo lo conoces de hace meses, eres una tonta— "Mi preciosa, pequeña y tonta niña terca", pensé, mis labios temblaban por decirle todo eso, pero me controlé.

— ¿Tú qué sabes? No es de tu incumbencia, ni siquiera somos amigos como para que me digas esto— Auch, la chiquilla sabía dónde pegarme, sin duda se notaba que era amiga de Rosalie.

—Tienes razón, no somos amigos—"Porque me gustaría ser algo más" —Pero creo que es una tontería que alguien como tú se case con alguien como él— "Cuando deberías estar conmigo".

— ¿Alguien como él? Jake es perfecto, es el hombre perfecto y voy a casarme con él, todo esto no tiene sentido— Comenzó a forcejear pero aun no estaba listo para dejarla ir, aún no, si la dejaba ir… La perdería para siempre. —Suéltame— exigió, pero eso sólo me hizo cernir más mi abrazo.

—Date cuenta, Isabella— "Por favor, preciosa, date cuenta— Un chucho no puede hacerte feliz, ni darte lo que tú quieres, estás cometiendo un error— "Por favor, Bella, no hagas esto".

—No sabes lo que dices, tú no sabes lo que yo quiero— Su lucha por soltarse de mi agarre comenzaba a detenerse, "Eso, cariño, no luches contra mí, yo te quiero"

—Quizás tú eres la que no lo sabe— Rocé levemente mi nariz con la suya, Dios, su suavidad me hipnotizaba— Si quieres puedo demostrártelo.

No pude resistirme más, me había costado todo mi autocontrol no lanzarme hacia ella desde el primer momento. Sus labios eran suaves, tersos, deliciosos, me intoxicaban por completo; Tenía un ligero sabor a alcohol, pero sabía que estaba lo suficientemente consciente de lo que ocurría.

Como si todos los dioses hubieran escuchado mis plegarias, ella correspondió a mi beso. Su cuerpo encajó perfectamente con el mío, sus dedos se engancharon con mi cabello y aquello me hizo estremecer, era tan dulce, tan adictiva.

Mis pulmones me exigían aire, pero aun no podía separarme de ella, se había subido a mis pies, aunque prácticamente no pesaba nada, poco a poco fui alentando el beso hasta dejar nuestras frentes pegadas, mi corazón latía frenéticamente en mi pecho, todo era perfecto ahora.

—Te lo dije, no sabes lo que quieres, Isabella, y ahora te lo he demostrado— "Tú me quieres a mí, tanto como yo te quiero a ti" Una sonrisa comenzaba a formarse en mi rostro cuando se soltó abruptamente de mi abrazo.

—Eres un desgraciado Edward Cullen, desde el primer momento en que te vi supe que eras una basura, y ahora sólo lo he comprobado, besarme sólo para probar tu tonta teoría de que no sé lo que quiero y que es un error mi boda con Jake— ¿¡Qué?! ¿Cómo se atrevía a nombrar ese desgraciado cuando acabábamos de compartir el mejor beso de toda la historia?

—Hace un momento no parecías creer lo mismo, Isabella— No quería sonar tan duro, tan dolido, pero ¡Joder! Realmente había dolido. Y dolió mucho más después del fuerte golpe que soltó contra mi mejilla, la chica golpeaba duro.

— ¡Aléjate de mí! ¡No te quiero volver a ver en mi vida, Edward Cullen! — El golpe apenas me había aturdido un poco, pero sus palabras… Sus palabras realmente me habían roto por dentro.

Salió corriendo, dejándome bastante rezagado en un par de minutos, había salido corriendo junto con sus amigas, estaba subiendo a su auto cuando salí por fin.

— ¡Bella! — "¡No! ¡No te vayas!" La última visión que tuve de ella, fue de unos ojos dolidos, una mueca triste, y la vi partir.

Con mi corazón junto a ella.


Preciosas, sé que este tiempo lejos de esta historia ni tiene perdón, pero...Las compensaré.

Ya sé que había dicho que quizás no termine esta historia, pero lo haré, sólo tengo que refrescarme con la historia y para eso necesito tiempo, si me lo brindan, yo les prometo que no las abandonaré, ni a ustedes ni a esta historia, lo prometo.

Disfruten y nos leemos pronto en "Mi ángel" para quienes la leen.

Besos,

An