Hola ya volví después de mucho, perdón ): es que la escuela no me da tiempo, pero bueno, soy mala personita pero ahora si lo arreglare! Ya estoy de vacaciones y quiero subir un capitulo por semana (: Lo prometo

Gracias a quienes les gusta la historia, por sus comentarios y muchos besos por seguirla :D

Ojala este capítulo les guste, espero sus comentarios opiniones y besos! :*


Capitulo 17

No alcanzaba el cierre y ya estábamos muy tarde. Solté un suspiro molesta, tome los tacones rojos e intente ponérmelos sin caer. Mire mi reflejo en el espejo, a mi parecer no lucia nada mal, usaba un vestido tipo bustier con algunos adornos en rojo, el cabello largo cayendo por los hombros, y el maquillaje que tanto me gustaba. Mire mi espalada intentando subir yo sola el estúpido cierre. Después de un rato me di por vencida aceptando que tenía los brazos muy cortos.

- ¡Len! – grite llamando a mi hermano.

- ¿Eh? – dijo asomándose por la puerta. Podía jurar que estaba molesto por tardar tanto.

- Ayúdame.- pedí acercándome. Agradecía no poder verle la cara porque esto era muy incomodo.

Tardo en reaccionar, pero sentí escalofríos al sentir el roce de su mano. Una vez que lo subió me gire para agradecerle, pero él ya había desaparecido. Me encogí de hombros quitándole importancia, desde lo de ayer no habíamos hablado mucho. Tome mi bolso y baje las escaleras, me esperaba en la sala de estar con la vista fija en algún punto. No pude evitar recorrerlo con la mirada, llevaba un traje gris ajustado, y esta vez se había peinado diferente, acomodando su largo cabello hacia atrás. Tal vez noto mi mirada, porque rápidamente se fijo en mi presencia haciendo que me sonrojara por haber sido atrapada.

Nuestro chofer había pasado nuevamente por nosotros, después de saludarlo subimos al auto. El trayecto fue algo largo, todo el tiempo estuvimos en completo silencio. Len parecía más entretenido mirando la ventana, el cielo estaba completamente nublado y juraría que en cualquier momento comenzaría a llover.

El restaurante era uno de los más elegantes de la ciudad, estaba en una zona alejada del centro, rodeado de jardines y aéreas verdes. Un edificio alto de varios pisos, dentro todo tenía un estilo minimalista, Len me tomo de la mano antes de entrar, era una costumbre que mi madre odiaba, según ella no era la manera correcta de andar de dos hermanos. A la entrada preguntaron si teníamos cita, Len aclaro que sí, que buscábamos a nuestros padres. Rápidamente una señorita nos condujo al tercer piso donde se encontraba nuestra mesa.

Estaban nuestros padres, debía admitir que hacían una pareja preciosa aunque su relación no dictara mucho de ser buena, también estaban los padre de Gakupo, su madre era increíblemente hermosa, era la única en la mesa que al vernos sonrió con genuina amabilidad, incluso menciono que me veía muy guapa, su padre al contrario me daba un poco de desconfianza. En medio de todos estaba Gakupo, se veía muy bien con su traje negro, me sorprendió verlo con el cabello mucho más corto y recogido hacia atrás en una coleta. Al estar cerca, todos se pusieron de pie.

Gakupo me abrazo muy efusivo, haciéndome sentir nerviosa ya que en público no acostumbrábamos a tratarnos tan cariñosamente, no le di importancia a pesar de saber que todos, y en especial Len nos miraban. Me senté a lado de él y mi madre, enfrente había quedado mi gemelo que no apartaba la vista de mi. Una vez sentados, comenzaron una conversación que no iba hacia ningún lado, incluso Len participaba con algunos comentarios, todos hablaban menos yo, ya que sentía que la escena era tan extraña como sacada de una película.

Agradecí cuando el mesero llego con una botella de vino, Len me dio una pequeña mirada como tratando de advertirme, yo me hice la que no entendía. No tarde mucho en darle un pequeño sorbo. Len apenas y toco su copa en la noche, siempre tenía la vista totalmente puesta en mi, incluso cuando entablaba conversación con alguna otra persona, sentía como sus ojos me buscaban inocentemente.

- Te vez nerviosa.- escuche la voz dulce de Gakupo.

- No, claro que no.- dije tratando de lucir serena sin dirigirle la mirada.

- ¿Sabes porque estamos aquí?- me pregunto.

- No.- dije volteado a verlo.- ¿Tu si?

- Yo tampoco.- respondió torciendo la boca, sentí que decía la verdad.

La noche siguió su curso y ninguno de los adultos parecía tocar el tema del porque estábamos todos juntos. Yo permanecí en silencio la mayor parte de la noche, solo en ocasiones la madre de Gakupo me sacaba alguna respuesta o dos, era la única que me agradaba. Después llego la cena, apenas probé bocado, sentía el estomago tan revuelto, que si comía de mas podría vomitar en cualquier momento. Pero ya había perdido la cuenta de cuantas copas de vino había tomado, me sentía solo un poco mareada, no era de admirarse, pero había ganado una buena resistencia para el alcohol, Len no dejaba de mirarme mal con cada sorbo que le daba.

Al terminar de cenar mi madre me pidió que la acompañara al tocar, algo me dijo que pronto me enteraría de que trataba todo. Camine detrás de ella, llevaba un vestido lila ajustado al cuerpo, la mayoría de los hombres se fijaban en ella, por su espectacular cuerpo y por su sensual andar. Al llegar al tocador me di cuenta que estábamos solas, camine hacia el lavado y lave mis manos, mi madre saco un pequeño labial rojo y volvió a pintar sus finos labios.

- ¿No crees que tu novio es muy guapo?- me pregunto sin quitar la vista de su reflejo.

- ¿Qué?- pegunte sin entender.

- Gakupo. – respondió tranquilamente.- Harán una pareja muy linda.

No pude responder, solo permanecí mirándola con ojos muy abiertos. Gakupo no era mi novio, era mí, bueno eso ya no importaba. Pareció pensar que yo entendía lo que ocurría, siguió arreglándose el maquillaje y acomodando el moño que había hecho con su cabello. Intente actuar como si no pasara nada, así que la imite. Mire mi reflejo junto al de ella, yo era tan menuda, tan pálida, y ella estaba llena de curvas, su mirada irradiaba fuerza y seguridad. Solté un suspiro repentinamente agotada de la cena, mire la hora deseando que todo acabara.

- Entonces, ¿Ya tomaste una decisión?-me pregunto, llamando mi atención y haciéndome mirarla.

- No.- respondí quedamente.

- Bueno, el tiempo se acaba.- dijo mirándome, posando una mano en su cadera.- Si tú me ayudas, yo puedo darte algo a cambio, no solo lo de tu estúpida escuela de arte.

- No creo que haya algo más que quiera.- respondió, sin poder evitar morderme el labio, tal vez si había algo más que deseaba.

- Len.- respondió, haciéndome saltar. ¿De qué habla?

- ¿Qué hay con él?- le pregunte intentando lucir tranquila. Incluso trate de no desviar la mirada pero fue inútil, sentí un repentino calor en las mejillas.

- Si tú aceptas, yo puedo persuadir a tu padre de que Len estudie algo que tenga que ver con la música.

La mire ciertamente aliviada, así que eso era pensé. La mire nuevamente, trate de encontrar algo en sus ojos que me dijera si decía la verdad o no, pero ella era demasiado buena mintiendo. Era difícil que mi madre lograra persuadirlo, el deseaba que Len aprendiera sobre el negocio familiar, y estudiar música era una carrera que no ayudaba en sus planes.

- ¿Y bien?- pregunto mirándome con sus ojos gatunos.

- No lo sé.- dije sinceramente.- ¿Como se que lo ayudaras?

- Créeme, puedo.- dijo acercándose a mí. Coloco sus manos en mis mejillas, luego paso los dedos por mis labios tratando de arreglar el labial.- En tus manos está el futuro de tu hermanito.

Volvió a incorporarse, una sonrisa burlona se dibujo en su bonito rostro. Sin decir más, camino de regreso, no me quedo más que seguirla de nuevo a la mesa. Al llegar Len y Gakupo mantenían una amena conversación sobre algún tema aburrido posiblemente. Al verme ambos posaron sus ojos en mí, haciéndome sentir extrañamente nerviosa. Volví a sentarme junto a Gakupo que no tardo en unirme a su plática.

- Rin, dile a tu hermano que ya debe de hacerse novio de la señorita Luka.- dijo sin más.

- ¿Eh?- no supe que responder. Rápidamente mire a Len, que aun que trataba de lucir tranquilo su rostro comenzaba a ponerse rojo.

- Sí, bueno.- continuo Gakupo soltando una risita.- Len es un poco lento en el aspecto romántico.- dijo esta vez fijando su vista en mí.

- Es decisión de él.- dije encogiéndome de hombros, tratando de no lucir molesta. ¿Novios? Era algo que sospechaba, pero escucharlo de alguien más y con Len enfrente era diferente.

- Creo que en eso son muy diferentes.- finalizo Gakupo guiñándome un ojo. No pude evitar sobresaltarme un poco. Gakupo y sus indirectas.

Len estuvo por decir algo cuando llego el mesero. En silencio comenzó a servirnos vino de una botella diferente, era incluso más caro. Mire el rostro de todos, mi gemelo estaba igual de confundido que yo, Gakupo comenzaba a lucir nervioso, pero nuestros padres estaban tranquilos y sonrientes. Una vez que tuvimos nuestras copas llenas, mi padre y el de Gakupo se pusieron de pie al mismo tiempo. Algo me decía que lo que se venía no iba a ser bonito, sentí como mi corazón comenzaba a latir fuertemente.

- Creemos que es momento para un brindis.- dijo mi padre tomando del hombro al señor Kamui. Lo que vino después sentí vivirlo en cámara lenta.- Queremos brindar por la felicidad de nuestros hijos, me complace decir que aceptamos gustosos esta unión, la de mi hija Rin con el joven Gakupo, esperamos su matrimonio traiga solo honor y gloria a ambas familias.

Después de las palabras solo escuche aplausos de parte de ambas mujeres. Sentía que todas las miradas estaban en Gakupo y en mí, la "feliz pareja", no solo miradas de nuestros padres, o de las personas alrededor, si no, también tenía la atención de Len. Lentamente me gire a verlo, examinaba mi rostro tratando de encontrar una explicación, tal vez esperando que desmintiera lo que acababa de oír, pero ni yo sabía si era mentira o no.

Rápidamente vi como Len se levanto de su asiento haciendo volcar su silla, la distancia era tan tan que se permitió tomar a Gakupo por la camisa, no pensé que pudiera ser tan fuerte pero también logro levantarlo. Len estaba furioso, había tomado a Gakupo por sorpresa y este solo lo miraba sin creer nada.

- ¿¡Imbécil, de qué diablos hablan!?- le preguntaba a gritos mientras lo zarandeaba con brusquedad.

- ¡Len cálmate!- le grito Gakupo tratando soltarse.

En la mesa nadie hizo nada, todos estaban tan sorprendidos que solo se quedaron en su lugar mirando la escena como yo, todo era tan irreal, como si lo que viéramos fuera parte de un sueño. La gente del restaurante estaba exactamente igual, todos nos miraban sin entender que sucedía. De repente mi padre reacciono, corrió hasta Len que no paraba de gritarle a Gakupo, lo tomo por la camisa y de un tiro lo hizo soltarlo. Len se sacudió de las manos de mi padre, quedando uno frente al otro. Se miraron por un momento, Len estaba agitado, pero mi padre parecía verdaderamente molesto y avergonzado. Len se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras. No me moví hasta que lo vi desaparecer.

Ya no escuche cuando mis padres se disculparon son Gakupo y su familia, sentía mi cuerpo más ligero, me sentía asustada por Len, estaba perdida en mi misma. Volví cuando la madre de Gakupo posó una mano en mi hombro, levante la vista hacia ella, parecía apenada, me dio una pequeña sonrisa.

- ¿Por qué no vas a ver a tu hermano?- me sugirió amablemente. Yo solo asentí.

Al llegar a la planta baja no vi rastros de Len, lo busque con la mirada, el lugar era enorme así que no sabía por dónde empezar. ¿Por qué había actuado así? Necesitaba saber, Len lo había echado todo a perder con su estúpido comportamiento haría que papá lo mandara a la escuela militar, ese pensamiento me hizo sentir escalofríos. Cerré los ojos analizando lo que acaba de suceder, Len era hombre muerto y quedaba en mis manos poder arreglarlo, de cierta manera ahora tenía un poco de poder sobre mis padres.

- ¿Señorita?- me llamo una joven haciéndome saltar. Era pequeña e iba vestida como una mesera.

- ¿Sí?

- Si busca a su hermano se fue por el jardín.- me dijo sonriendo.

- ¿Cómo…?

- Son tan parecidos que lo imagine.- finalizo.

La mire marcharse por el pasillo. Incluso a pesar de los años y los cambios, la gente seguía sabiendo que éramos gemelos. Camine hacia un pequeño espejo, mire mi rostro y aunque me doliera note que tenían razón, éramos demasiado iguales. Mire hacia la enorme puerta de cristal, camine hacia ella ahora sabiendo que Len había desaparecido por ahí.

El jardín era enorme, pero debido al frio se encontraba solo, había muchas mesas y pequeñas velas puestas para iluminar el lugar, todo era muy hermoso, los colores, las flores, pero no encontraba a Len. A pesar del frio decidí seguir adelántate, pase por cada mesa y rincón sin encontrarlo, entonces, a lo lejos, detrás un árbol de/ vi una sombra agazapada. Presentí que era él, quería acercarme, pero para ello debía pasar por el césped, por lo que decidí dejar mis tacones en la entrada. Conforme me iba a acercando, la luna me ayudo a notar los rasgos en el rostro de Len, tenía la mirada fija en mi, sus ojos estaban inexpresivos. Me detuve a unos pocos pasos

Del cielo comenzaron a caer pequeñas gotas heladas, instintivamente cubrí mis hombros con las manos. Sin quitarme la mirada de encima Len se quito su saco y me lo dio, no pude reusarme. Len siguió tan callado, sin moverse incluso cuando la lluvia se hizo más fuerte. La noche se hizo más oscura debido a las nubes y deje de ver su rostro, todo era negro, pero pude sentir como poco a poco se fue acercando a mí, como me rodeo con los brazos de forma cariñosa.

- Rin, lo siento tanto.- susurro en mi oído.

- ¿Por qué?- pregunte confundida. Su cuerpo estaba tibio y me sentí cómoda en sus brazos.

- Porque te obligaron a hacer esto.- dijo. Sentí como me apretó a él con aun más fuerza.- Pero, lo van a pagar, en especial Gakupo.

- Len.- no debía permitir que pensara así.- Len escúchame.

Poco a poco me soltó, quedando nuestros rostros a centímetros, no podía verlo, pero podía sentir su respiración cerca de la mía. Poso sus manos en mis hombros. No quería que se enojara, y menos conmigo, pero debía decirle la verdad, que yo había tomado una decisión. Sería una verdad a medias, porque él jamás debiera saber que todo lo había hecho por él. Las lagrimas comenzaron a bajar cálidas pos mis mejillas, la lluvia se hizo más fuerte, sentía como el árbol ya no nos cubría lo suficiente, sentía como nuestras pieles se volvían frías, como la ropa se volvía se pegaba al cuerpo. Había perdido a Len, era definitivo, nunca había sido mío y debía aceptar que nunca lo seria, porque era mi hermano, porque era prohibido y estaba mal. Debía dejar que él siguiera con su vida aunque fuera lejos de mí. Debía darle esa oportunidad de ser feliz, y si para ello debía sacrificarme, lo haría. De repente, pude sentir como se fue acercando, su aliento cada vez más cerca, habría matado por ver lo que hacía, sin esperarlo sentí el ligero rose de sus labios sobre los míos, tan fríos y suaves.

- Len.- dije haciéndolo separarse de golpe.- Len, es verdad. Sentí como sus manos se cerraron con más fuerza sobre mis hombros. Lo sentí tensarse cerca mío.

- ¿Qué?- pregunto, y su voz sonó áspera.

- Len me voy a casar con él.

- ¿Por qué? Ni siquiera lo conoces bien- pregunto soltándome poco a poco.

- Len…

- ¿Y Kaito?- pregunto sonando cada vez más molesto.- Hace poco terminaste con él, como es que te vas a casar con Gakupo.

- Gakupo y yo salimos desde hace años.- sin querer le estaba revelando cosas.

- ¿Qué dices?

- Lo siento, es verdad.

Len no dijo nada, tal vez tratando de analizar todo, tal vez esperando que le dijera que era mentira, que en realidad me obligaban a casarme con él, pero lo que había dicho no era del todo falso. Si, había tenido una relación con Gakupo, muy a pesar de haber estado saliendo con Kaito. Levante mi mano tratando de encontrarlo en la oscuridad, cuando lo rose sentí como se alejo de mi, haciéndome sentir peor. Mis lágrimas seguían cayendo, pero se pierdan con la lluvia que había empapado mi rostro.

- ¡¿Qué te pasa Rin?!- me grito de pronto, haciéndome saltar. Tomo nuevamente mis hombros con brusquedad, quedando demasiada cerca.- ¡¿Cómo pudiste hacer algo así?! No pensé que tu…

- ¿Qué?

- Tú no eras así.- dijo quedamente.

- Siempre he sido así, pero nunca te diste cuenta.

Len me soltó, y lo vi correr de regreso al restaurante. Pude ver su silueta correr bajo la fuerte lluvia, lo mire hasta desaparecer dentro del lugar. Cerré los puños con fuerza, sintiendo como me hacía daño con las uñas, pero de cierta forma era mejor que sentir como mi mundo se partía. Ahogue que un sollozo mordiéndome los labios. De cierta manera Len había descubierto algo de mi verdadero yo, ahora sabia que le había mentido a él y a todos. No quería ni imaginar lo que pasaba por su cabeza.

Lentamente camine también de regreso. La lluvia era demasiado fría y sentía como cada parte de mi cuerpo se congelaba. Mire al cielo, completamente nublado, sin luna, sin estrellas, solo oscuridad. Al estar cerda de la entrada tome mis zapatos y me los coloque con cuidado. Me abrace del saco de Len, buscando resguardo del frio, pero fue inútil, todo estaba demasiado mojado. Abrí con cuidado la puerta, di unos pasos adentro y sentí como las miradas volvían a caer sobre mí. No era para menos, estaba totalmente mojada, tenía el vestido demasiado pegado al cuerpo, el saco de Len escurriendo agua, y mi cabello igual a si hubiera salido de la ducha. Mi maquillaje también se había arruinado, había manchas negras en mi rostro debido al delineador corrido. Solté un suspiro molesta de las personas curiosas. Lentamente camine hacia la salida principal, no iba a volver a la mesa, era de esperarse que ya todos nos esperasen afuera. Al salir el joven de la entrada me miro divertido.

- Su familia la espera cerca de su automóvil.- dijo señalando un punto cerca de la acera.

- ¿Cómo sabe?- pregunte dudosa.

- Acabo de ver a un jovencito idéntico a usted salir igual de empapado. - Ante su respuesta bufe cansada.

- Gracias.

Tenía razón, ya todos esperaban cerca de los autos. Ellos tenían paraguas para resguardarse de la lluvia, así que al ver mi estado preciaron sorprendidos, pero bueno, también ya habían visto a Len. Busque a mi gemelo con la mirada, él ya había tomado su lugar en la parte trasera del auto. Volví mi vista al resto, mantenían un semblante sombrío, podía asegurar que estaban molestos y en extremo avergonzados por cómo había salido todo. Con cuidado me despedí del padre de Gakupo, que a duras penas me devolvió el gesto. Su madre en cambio fue muy amable.

- Bonita.-dijo dándome un abrazo.- A pesar de todo, me alegra tu unión con mi hijo.

- Gracias.- algo me decía que era sincera.

- Ve adentro o te resfriaras.- dijo refiriéndose al automóvil.

Cuando fue turno de despedirme de Gakupo, no pude evitar sentirme nerviosa, adivinaba que Len nos observaba. Gakupo me miro con ojos tiernos, seguro le divertía mi apariencia. Le tendí mi mano, pero él prefirió darme un abrazo. Fue rápido pero reconfortante, al menos uno de los dos parecía feliz. Cuando me soltó creí que sería todo, pero Gakupo se inclino y deposito un pequeño beso en mis labios. En ese momento quería matarlo, por ser tan idiota y desconsiderado.

Después y ante la mirada extraña de mis padres, decidí entrar al auto junto a Len, que sabia había visto todo. Nuestro chofer cerró la puerta, y lo vi hablar con mis padres. Después volvió y se puso en marcha. El camino de regreso fue una tortura, moría de frio, quería hablar con Len y él simplemente me ignoraba. Cerré los ojos esperando poder quedarme dormida, un repentino dolor de cabeza me mataba, quería descansar, dejar de pensar, sin querer unas lagrimas se escaparon de mis ojos. ¿Y ahora que hare?


Gracia por leer hasta el final no olviden comentar besos ;D