Operación propuesta de amor

Resumen:

Siempre fueron los mejores amigos. Desde primaria, secundaria, preparatoria, hasta la universidad. Ella siempre estuvo enamorada de él, pero nunca se lo dijo. Él nunca estuvo enamorada de ella, pero ahora sí. Ahora que ella había encontrado a otro.

~Pareja: Sasusaku.
~Declaimer: Naruto ni sus personajes me pertenecen es una obra increíble de Masashi Kishimoto.

~Autora: SuzyFei09


Capítulo 1

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Una mujer te ama.
Ella te ama con todo su corazón
Todos los días te sigue como una sombra
Ella está sonriendo pero llorando en su interior

...

Sólo ven un poco más cerca
sólo un poco.
Cuando me acerco, te alejas
Yo, la que te ama,
incluso ahora, estoy a tu lado.
Esa mujer está llorando.

Baek Ji Young - That Woman.

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Estaba agotado, totalmente. Y tenía que aguantar aquel asqueroso pitido del despertador. Había tenido una magnifica noche anterior ¿Por qué simplemente no lo dejaban descansar ahora que si lo necesitaba? Como pudo trató de guiar su blanca mano hacia el botón de apagado de aquella cosa rechinante. Trato de buscar el botoncito rojo, pero nada. Okey no supo más que desconectar el enchufe. Por fin, silencio absoluto. Intento dormir de nuevo, pero otro fuerte sonido lo despejo de su tan querido sueño.

-¿Ahora qué? – se dijo molesto. Se levantó de la cama pesadamente. Estaba enojado ¿Acaso todos habían idealizado un plan para no dejar dormir a Sasuke Uchiha? Abrió la puerta brusca, encontrándose con una larga melena rosada y unos ojos verdes llenos de preocupación.

-¿Sasuke estas bien? – Dijo la chica – Naruto me contó lo que paso ayer – dijo nuevamente la chica entrando sin permiso a su hogar, dejando su abrigo tirado en el sillón de aquel pelinegro y lo miró a la cara – oh por Dios Sasuke, mira cómo te dejaron – dijo la chica. Se acercó rápidamente para mirarlo mejor.

-¿Qué tengo? – dijo el azabache secamente.

-¿Qué tienes? Mírate – rápidamente la pelirosa lo llevo casi a rastras al baño. Dejándolo justamente al frente del espejo. El pelinegro vio su rostro y se sorprendió ¿Qué mierda había sucedido la noche anterior? Tenía su labio partido al costado derecho y su ojo izquierdo morado. Se miró las manos, tenía unos leves rasguños en sus nudillos.

-¿Viste? Ahora ven para curarte – hablo de inmediato la bella pelirosa. Lo tomó del brazo y lo dirigió al sillón, lo sentó y rápidamente se puso en frente, hincada. De su bolso saco un desinfectante en spray y rápidamente le hecho a un pequeño algodón que tenía en sus manos. Con suavidad le limpio las heridas, de sus manos y cara. El Uchiha no rechistó para nada, de hecho no le dolían. Después de haber limpiado cuidadosamente cada una de sus heridas le colocó una pequeña tirita en su labio.

- listo ya está – dijo la pelirosa – ¿porque se meten en esas cosas? Preguntó ahora la pelirosa que se había dirigido a la pequeña mesa de la cocina. Se las bolsas que había traído saco pan y jugos- te traje comida para que desayunaras, conociéndote no comerías nada hasta no se sabe qué hora – bufó la pelirosa.

El Uchiha se paró. La miró detenidamente. La pelirosa había sido su amiga desde hace años. Siempre lo cuidaba, lo acompañaba, lo protegía y ni siquiera sabía el porqué, si él nunca podía ser así con ella, como lo era ella con él. La Haruno tenía una forma única de ser, y por eso cuando la conoció nunca pensó en ligar con ella. De todos sus años de amistad, nunca, pero nunca, se fijó en ella como algo más y eso lo satisfacía, no quería perderla y menos como la única persona que lo había apoyado en todas sus etapas de la vida.

Sakura lo miró y rio.

-¿Qué me ves? – dijo chistosa y haciéndose notar enojada.

-Nada, parece que has engordado Sakura – le dijo el Uchiha con intensión de molestarla.

-¿¡Que!? –Gritó la chica – eso es mentira he estado haciendo dieta, así que no puede ser eso – dijo molesta y confiada de que no había subido ni un kilo más.

- pues eso no es lo que yo noto – siguió el de los ojos negros azabaches. Vio a la chica enrojecer de la ira, se divertía. Siempre se divertía con ella cuando la hacía enojar. Le encantaba hacerla enojar. Los dos se reían, la chica estaba decidida a saltar y hacerle cosquillas pero rápidamente pudo notar a una tercera persona, a una mujer, y frenó rápidamente el acto.

Era una hermosa chica de piel morena y cabellos castaños claros, cortos y de unos bellos ojos azules. Traía una camiseta de Sasuke y se rascaba el ojo tiernamente. ¿Quién mierda era ella? Se preguntó Sasuke. Miró a Sakura. La joven había agachado la cabeza.

-No sabía que tenías visitas, Sasuke – me tengo que ir. Y lo dejo ahí con un fuerte portazo.

La joven castaña lo miró y sonrió. Pero Sasuke solo atrevió a decirle

-¿Quién mierda eres tú?

La joven chiquilla lo miró anonadada y de inmediato sonrió nuevamente.

-¿Cómo que no sabes quién soy? –le dijo coquetamente, mientras se acercaba seductora hacia el Uchiha que solo la miraba con expectación. A decir verdad el guapo Sasuke siempre se había considerado un don juan como muchos le decían. En su gran mayoría, cuando tenía alguna que otra fiesta se traía a alguna hermosa mujer que caía en sus garras seductoras. Y este era uno de esos casos. Se despertaba y se encontraba con cuan distinta mujer. La miró detenidamente, la chica era bella pero no tenía la intención de volvérsela a coger, además ni siquiera se acordaba.

-te pediría que te sacaras mi camisa, y te fueras –dijo cortante. La chica lo miró extrañado y rápidamente entendió cada una de sus palabras. Y en un acto fugaz la camisa voló por los aires, dejando a la vista aquellos redondos y grandes senos. El Uchiha la miró sorprendido. Estaba tan sorprendido que no notó el momento en que la puerta se abrió y su hermosa amiga se dejó asomar nuevamente.

-¿Pero qué mier…? – Sakura veía todo expectante. Había regresado a recoger su chaqueta que se le había quedado, llega y ve a la chica en toples. Bufó indignada- lo siento, se me había quedado esto- recogió su prenda y se la llevo furiosa. Sasuke ni siquiera tuvo el tiempo de explicarle la situación. Solo salió corriendo para frenar a la pelirosa que caminaba aun enojada hacía el ascensor.

-hey Sakura –gritó. Pero la joven ni se inmutó, siguió su camino. El joven se agitó el cabello complicado. Miró como su amiga se alejaba y se adentraba en el elevador. Al diablo, le explicaría más tarde.

La pelirosa no podía esperar más, necesitaba de inmediato salir de ahí. No volvería hablarle a ese Uchiha ni en mil años. Estaba enojada, y valla que lo estaba.

-Maldito Uchiha bastardo –refunfuñó entre dientes- que se pudra –terminó por decir, para salir bruscamente del cubículo.

El Uchiha se tiró cansado al sillón. Por fin había podido sacar a la chiquilla de su casa. Siempre pasaba lo mismo. Esas mujeres nunca tardaban en aceptar tu proposición, pero cuando querías que se fueran eran un problema total. Miró la hora de su reloj que yacía colgado en la pared, 9:15 de la mañana. Mierda debido a todo el alboroto había olvidado la Universidad. Corrió rápidamente hacia el baño, se sacó las pocas ropas que traía y se dio una corta ducha. Se lavó lo dientes y en su habitación se puso las primeras prendas que encontró. Ya listo salió de su casa y corriendo a más no poder para salir del edificio y meterse a un coche realmente lujoso. Un deportivo gris que las chicas amaban. Pisó el acelerador fuertemente y escuchó como las ruedas rechinaron con el contacto del pavimento.

-Mierda, mierda, mierda, si llego a tiempo podré llegar a la mitad de la clase. Maldita mujer desconocida, maldita Sakura. Solo me dieron problemas –dijo enojado el peli azul mientras doblaba por una esquina.

No tardó mucho en llegar. Dio gracias al poco tráfico que se desenvolvía a esas horas y salió del auto después de haberlo estacionado. Caminó rápido por los pasillos de aquella moderna universidad y entro despampanante a una de las primeras salas que se encontraban en el corredor. Como era de esperarse vio a su profesor explicando quien sabe qué cosa a sus compañeros. Y vio a sus compañeros sorprendidos por el estruendoso abrir de la puerta.

-llega tarde Señor Uchiha –habló el profesor Kakashi Hatake. Quien lo miraba con su ojo feliz, ya que el resto de su cara era cubierta por una mascarilla de enfermos.

El Uchiha lo saludó cordialmente con la cabeza y se dirigió al puesto vació que yacía al lado de su amigo Naruto Uzumaki o el "Zorro" como le decían algunos. El rubio de profundos ojos azul cielo lo miró sonriente.

-¿de nuevo? –preguntó pícaro el rubio. El Uchiha sabía a lo que se refería, pero no contesto solo le dedico una media sonrisa y le prestó atención a la clase.

La bella Haruno caminaba furiosa. No por nada toda la gente que caminaba a su paso la esquivaba. Se dirigía hacia su fiel amiga Ino. Era la única que podía aconsejarla como era debido.

Llegó a una pequeña florería, las puertas estaban cerradas así que empujó una de ellas y se encontró con un mar de flores coloridas, de todo los tipos. Vio a su amiga que creaba un hermoso ramo, quizás algún pedido de un hombre enamorado. La peli rosada suspiró, cuanto anhelaba que un hombre le llevara un ramo de rosas. La linda rubia de coleta y ojos azules le dedico una sonrisa y se dirigió a la ojiverde dándole un fuerte abrazo.

-¿Cómo estas frentona? –Preguntó la rubia aunque sabía la respuesta –espera, no me respondas ¿Uchiha no? – a lo que la Haruno asintió.

-¿Ahora que hiso ese sex simbol? –dijo divertida mientras volvía a su trabajo.

-lo encontré con una chica –hablo la pelirosa.

-¿fornicando? –preguntó la Yamanaka asustada.

-¡No! Claro que no – respondió la otra alertada.

-¿entonces?

-La muy perra esa le estaba mostrando sus voluptuosos pechos –dijo mientras se miraba sus pequeños senos – la rubia solo rio.

-Pero Sakura como te enojas por eso –dijo divertida.

-Ino tu sabes lo que siento por él –dijo Sakura apenada.

-obvio que lo sé. No por algo estuvimos enojadas por ese bombón.

-Exacto, pero por lo menos pudiste olvidarlo y encontrar a alguien perfecto para ti.

-Gracias a ti amiguita, me di cuenta que mi Shikamaru valía la pena -Sakura rio.

-es verdad.

-pero no te apenes por ese Uchiha. Nunca cambiará y te lo he dicho muchas veces. Solo tienes que empezar a olvidarlo y ya.

-lo dices como si fuera muy fácil –dijo la Haruno recargándose en el mostrador.

-no lo es, pero si solo le dieras alguna oportunidad a los chicos que te presento –dijo la Yamanaka.

-los chicos que me presentas son todos unos imbéciles –dijo la Haruno molesta.

-quizás, pero nunca está mal que los conozcas –dijo la rubia mirándola

-Oh vamos Ino. ¿Quieres que te recuerde todo lo que he pasado con esos idiotas? –La rubia casi se cae.

-No me lo recuerdes. Tienes razón, pero algo debes hacer Sakura, debes sacar a ese Uchiha de tu cabeza –dijo mientras tocaba con sus dedo la frente de la de los ojos verdes.

-pero no sé cómo cerda –dijo angustiada la pelirosa.

-¡Yo tengo la solución! Hoy es viernes, podríamos salir. Tú y yo, y podríamos invitar a Tenten o a Hinata ¿Qué te parece? –dijo la rubia emocionada.

-Y no aceptaré un no como respuesta. Hoy a las diez paso por tu casa. Y creo que deberías irte, ya son las doce y al parecer tus clases ya empezaron –prosiguió la "cerda"

La pelirosa miró de inmediato su reloj. Era verdad, sus clases ya habían empezado hace una hora. Tsunade la iba a matar. Se despidió de su amiga y salió corriendo de la florería. No tenía mucho tiempo, si quería vivir era mejor que se apurara.

Salió del salón de clases seguido por el rubio extrovertido.

-oye Sasuke ¿Qué te parece si salimos hoy? –dijo divertido el rubio.

-No lo sé dobe. Estoy algo cansado –dijo el de cabellos azabaches hastiado – ve tú – como no hubo quejas del pelirrubio, el de ojos azabaches lo miró curioso. Naruto lo miraba expectante con la boca abierta.

-¿Qué te pasa? ¿Se murieron las últimas neuronas que te quedaban? –dijo serio Sasuke. El rubio comenzó a tiritar y apuntarlo con su dedo asustado.

-imposible. ¿Quién eres tú y donde está el verdadero teme? –gritó escandaloso. Provocando que todas las miradas se dirigieran hacia ellos.

-¿Qué te pasa idiota? –dijo Sasuke molesto.

-No lo puedo creer. Viernes, no quieres salir y te escusas de que estás cansado. Mejor dicho ¿Qué te pasa a ti? –dijo Naruto a un sorprendido.

-Naruto cada día estás peor, te aconsejo que vayas a que te vea un médico –dijo Sasuke sin más.

-te conozco de casi toda mi vida y nunca había escuchado que tú, Uchiha no quisieras salir un viernes.

-creo que te estas sobrepasando, es solo un día. Necesito descansar, los hombros me están matando –dijo el peli azabache mientras movía sus parte recién nombradas

- de verdad que no te lo creo, pero haré como que lo hago –el rubio suspiró- esperaré tu llamada de todas formas. Y si no te contesto tú ya sabes dónde estaré en "Secret" –dijo el rubio mientras se despedía con una mano y se dirigía a su auto.

-este dobe nunca aprende - bufó el azabache.

Sasuke se dirigió a su coche. Prendió el motor y se fue directo hacía su hogar. No tenía muchos ánimos y prefería descansar, en una de esas si dormía un poco podría llegarle esa energía para la noche.

Ya en su casa se sacó sus zapatos y tiró su chaqueta donde cayera. Se sentó en el sofá y miró su celular. Ninguna llamada perdida. Esperaba que su testaruda amiga lo hubiese llamado pidiéndole disculpas. Se encogió de hombros y dejo el teléfono encima de una mesilla. Se recostó en el sillón y cerró sus bellos ojos azabaches, con la esperanza de que pudiera descansar solo unos minutos.

Se despertó con el estruendoso ruido del timbre. Se levantó agitado y se dirigió hacia la puerta. La abrió lentamente y pudo notar a su rubio amigo con una radiante sonrisa.

-¿Qué haces aquí? –preguntó el pelinegro enojado.

-¿Qué hago aquí? Pues como no me habías llamado pensé que debería ir yo a buscarte –dijo el rubio mientras se recostaba en el sofá donde segundos antes había estado el azabache.

-¿No crees que deberías ir a vestirte? Ya son casi las diez y Secret nos espera –dijo guiñándole un ojo.

-te dije que no tenía ganas de ir –dijo molesto el pelinegro –ahora te puedes ir.

-¿te dijeron que la sexy de Nana estaría ahí? –dijo el rubio desinteresadamente mientras jugaba con el celular de Sasuke. Sasuke lo miró unos segundos.

-¿Nana? –dijo interesado.

-Exacto, si te apuras quizás puedas seducirla – pero no hubo respuesta el Uchiha ya se había ido a cambiar. El rubio solo pudo reír divertido.

Había estado esperando casi más de media hora por culpa de su peli rosada amiga. Su rostro lo decía todo estaba hastiada de aguantar su demora.

-¿Frentona ya estas lista? –gritó la rubia que se encontraba en el comedor.

-¿Cerda puedes esperar? No seas impaciente. No tengo nada que ponerme –gritaron desde otra habitación. La de ojos azules chistó molesta. Se paró furiosa y se dirigió a la habitación de su amiga. Cuando abrió el cuarto estaba hecho un desastre. Ropa por todos lados.

-Sakura.

-¿¡Qué!? –gritó enojada la chica desde el baño.

La rubia se encontró con la de ojos jade que se miraba al espejo no muy augusto con el vestido que llevaba puesto.

-¿Por qué no te convences de algo? Hinata nos está esperando –dijo la rubia agotada.

-No me gusta nada de lo que me pruebo –dijo apenada la pelirosa.

-haber ven –dijo la rubia. Miró a su amiga que traía un pomposo vestido morado por encima de las rodillas, holgado. En verdad el vestido era horrible.

-ese vestido sí que esta feo, sácatelo, veré en que te puedo ayudar.

La rubia estuvo casi por diez minutos buscando entre el ropaje esparcido por la habitación, hasta que llego con un conjunto de prendas entre sus manos.

-Toma, colócate esto –la rubia le pasó el conjunto en sus manos y espero que la pelirosa se fuese a cambiar. En unos minutos esta última ya estuvo lista.

Se veía realmente bonita llevaba un corto vestido negro apretado de tirantes una chaqueta corta blanca y unos tacones de aguja altos. La rubia la atrajo hacia ella y la sentó en la cama. Le recogió su largo cabello liso en una coleta alta, que hacía que sus ojos lucieran mucho más.

-listo, te ves hermosa- la pelirosa se miró en el espejo, de verdad lucía bien. Le gustaba. Le sonrió a su amiga Ino y se emprendieron en busca de la llamada Hinata.

Llegaron en pocos minutos al barrio de Hinata. Uno de los sectores más lujosos y privados de la ciudad. Su amiga era verdaderamente rica y solo se podía comprobar mirando el suntuoso barrio Hyuuga, perteneciente a toda su familia. Las dos chicas no pudieron entrar, tuvieron que esperar que el portero llamara a la casa de la Hyuuga para infórmale la situación. En pocos minutos el portón se abrió y las chicas se adentraron al barrio. La Hyuuga salió vestida con una linda falda blanca y una blusa azul. Su cabello lo llevaba suelto. Sin duda lo que la Hyuuga se pusiese le sentiría bien.

-hola chicas –dijo tímidamente la de ojos aperlados mientras se subía al auto de la rubia.

-¿Qué tal Hinata? –dijo La pelirosa, mientras le sonreía con un saludo.

-¿Y Tenten? –preguntó preocupada la de hebras azules.

-Tuvo unos asuntos urgentes que solucionar en Shanghái, su madre dijo que volvería en unas semanas –habló la rubia mientras daba la vuelta en su coche.

A las afueras de la famosa discoteca "Secret" un sinfín de personas esperaba pacientes por entrar. Las chicas llegaron sonrientes. No tuvieron el impedimento de pasar ya que Ino conocía a uno de los guardias que custodiaba la entrada, así que en un abrir de ojos ya se encontraban dentro del oscuro pero a la vez luminoso recinto.

Las luces de colores pasaban como estrellas fugaces por las caras de la gente que bailaba al ritmo de la música electrónica. Las chicas se sentaron en una de las pocas mesas desocupadas.

-¿Ino, Shikamaru no vendrá? –preguntó la tímida Hinata alzando su voz para que la rubia pudiera escucharla.

-lo dejé en casa –contestó sonriente la de los ojos azulados. Las chicas rieron al unísono -muy bien. ¿Algo de tomar?

-creo que una bebida –dijo Hinata vergonzosa.

-por favor Hinata, esto es una fiesta deberías tomar algo más fuerte –contestó agitada la rubia – traeré tres vasos de vodka –dijo mientras se paraba e iba a la barra.

-no sé si sea una buena idea- repuso la peli azul –no soy muy buena tomando esos tragos.

-no te preocupes, Hinata. Solo debes tomártelos rápidamente y no sentirás lo amargo –casi gritó la peli rosada.

-está bien –dijo la de ojos perlas casi en un susurro.

La rubia llegó con tres vasos en las manos. Los dejó en la mesa y las tres chicas se los tomaron rápidamente. La pelirosa carraspeó del fuerte ardor en la garganta al igual que las demás. Y dejaron nuevamente los tres vasos, ahora vacíos, en la mesa.

-¿Qué tal si vamos a bailar? –propuso la rubia, a lo que todas aceptaron y se dirigieron a la pista de baile.

-esto es lo máximo –gritó la peli rosada, que bailaba al compás de la música junto a sus amigas.

De pronto un guapo chico se acercó seductor donde las mujeres. Ino lo miró seductora.

-¿quieres bailar? –le preguntó a esta misma. A lo que la rubia solo atinó a sonreír y darle la mano que el chico le alzaba.

-la suerte de la cerda – le dijo la peli rosada a Hinata mientras miraban a la rubia que se encontraba a unos pasos de ella bailando con el guapo chico.

La de ojos jade y la de los ojos perlas siguieron bailando divertidas entre ellas. De un momento a otro la bella pelirosa sintió un fuerte tirón hacia abajo. Pudo sentir un fuerte brazo de hombre en sus hombros. Se giró asustada, pero sus ojos rápidamente cambiaron a un aire de satisfacción. Era Naruto, su rubio amigo que la saludaba sonriente.

-tanto tiempo, Sakura –dijo mientras le daba un fuerte abrazo.

-¿Cómo has estado Naruto? Hace mucho que no te veo –dijo sarcástica pero sonriente la peli rosada- o sí, Naruto ella es Hinata. Hinata él es Naruto, un amigo – dijo presentándolos.

El rubio la miró embobado, para darle un delicado beso en la blanquecina mano de una Hinata sonrojada.

-¿Te molesta si te la quito unos minutos? –dijo Naruto mirando a su amiga.

-Claro que no. Vallan y diviértanse –dijo Sakura divertida para sus adentros. Le causaba gracia el rostro de su amiga. Estaba segura que había quedado anonadada por el rubio. Suspiró. No tenía nada que hacer ahí sola así es que se dirigió a la barra a pedir otro trago.

Se sentó en una de esas sillas altas. Y le pidió al barman un tequila. Mientras esperaba veía como torpemente la peli azul trataba de corresponder los pasos de Naruto y rio entretenida.

-tienes una linda risa –escucho decir. Se ladeó un poco y se encontró con unos lindos ojos negros azabaches. Por un momento, solo por un momento creyó que era el tonto de Uchiha.

-pues gracias –contesto humilde la pelirosa aunque un poco decepcionada.

-¿Cómo te llamas? –preguntó el chico.

-¿Sakura y tú? –dijo mientras recibía el vaso de tequila.

-Kai –respondió el chico sonriente. Sakura le correspondió con una leve sonrisa.

-¿Te apetece bailar? –dijo entusiasmado. Le pelirosa lo medito un instante. Pero aceptó gustosa, que más daba, solo era un baile.

Los dos se dirigieron a la pista. El chico era muy guapo, pero no de su gusto. Los dos bailaban cómodamente. A unos pasos de distancia, pero no tanto como para decir que se sentían incómodos. Kai se acercó lentamente hacía Sakura, para pegar su cuerpo con el de ella. A lo que ella trato de que no se pegoteara tanto. Mientras bailaban, la pelirosa no pudo evitar el mirar hacia su lado, pero lamentablemente, por aquel leve movimiento vio algo que a lo mejor no se merecía de haber visto.
Era Sasuke, su amado Sasuke. Besando a otra chica.