Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

El reto: "La temática del reto será la poción amortentia, o más bien dicho, los olores que percibe cada persona al exponerse a ella."

"El fic deberá contar con tres viñetas divididas en tres capítulos diferentes. Cada viñeta deberá corresponder a uno de los olores favoritos de nuestro protagonista."

Disclaimer: Si lo reconocen pertenece a su majestad Jo Rowling.

Pareja: George/Angelina

Palabras: 618

Pociones desinfectantes

Angelina siempre había odiado el olor a pociones desinfectantes, no solo porque era muy fuerte sino también porque le recordaba a San Mungo. No tenía ningún buen recuerdo del hospital, las veces que había estado allí habían sido porque estaba enferma o porque alguien que quería estaba enfermo.

Por eso no pudo evitar la desagradable sensación recorriéndole todo el cuerpo cuando al despertar lo primero que sintió fue el fuerte aroma de pociones desinfectantes. Sentía el cerebro lleno de algo pegajoso que le impedía despertarse por completo.

Abrió los ojos un poco quedando un poco desubicada al descubrir que estaba en San Mungo, enfrente de ella estaba la figura de un sanador. Los sucesos de la noche anterior la golpearon repentinamente. Había entrado en trabajo de parto, George había enviado un patronus a las familias de ambos y la había llevado a San Mungo. Lo último que recordaba era que alguien había dicho "es un varón" y luego todo se ponía borroso.

—¿Y mi bebé? —Preguntó al sanador. Su voz sonaba carrasposa.

—Su bebé se encuentra bien, pesó siete libras, midió cuarenta y dos centímetros. En estos momentos está con el padre — contestó él.

—No recuerdo nada — Se quejó Angelina confusa.

— Luego del parto usted quedó muy débil y tuvimos que darle una poción para dormir sin soñar — Explicó el sanador.

—¿Puedo ver a mi niño? — Angelina planteó su exigencia en forma de petición, ligeramente insultada porque el sanador le hubiera llamador débil.

El sanador asintió con la cabeza e hizo pasar a George, quien traía un pequeño bulto en brazos, más que un bebé parecía un conjunto de mantas. George se acercó a Angelina y le depositó un pequeño beso en la cabeza.

—¿Cómo te sientes? — Preguntó él.

—Adolorida, pero estaré bien — Contestó ella sinceramente, luego tomó con delicadeza en bulto en las manos de George y quitó las mantas que lo cubrían el rostro de su bebé.

Luego de descubrir su embarazo Angelina había leído varios libros de maternidad, había hablado del tema con su madre, con su amiga Alicia, con Fleur y con Ginny quien acababa de ser madre apenas el mes anterior. Y aun así ninguna charla ni libro la había preparado para lo que sintió al ver a ese niño.

Podía oír su diminuto corazón latir, era pequeño, apenas un poco más grande que el antebrazo de ella. Sentía que el niño era como una extensión de ella misma y al mismo tiempo una persona distinta. Sabía que lo protegería de lo que sea, desde un brazo roto hasta un Avada Kedavra. Daría lo que fuera por él y no quería soltarlo, quería tenerlo cerca, asegurarse de que su niño estaba bien.

—¿No es hermoso? — Preguntó George con una sonrisa.

Angelina y George habían hablado antes del nombre que iban a darle al niño, pero no se habían decidido por ninguno. George había sugerido llamarlo Fred pero Angelina se había opuesto. Ella había apreciado bastante a Fred, había sido uno de sus mejores amigos, pero temía que al llamar así al niño solo le causara daño a George.

Al ver la sonrisa en el rostro de su esposo, Angelina sintió que el corazón le daba un salto de felicidad. George tenía de nuevo esa chispa en los ojos, esa chispa que Angelina creyó que había muerto junto con Fred. Había un solo nombre posible para el niño que había traído de regreso esa chispa.

—Claro que sí, nuestro Fred precioso — Asintió ella.

El rostro de él se iluminó y Angelina le sonrío a los dos hombres de su vida. Era el primer recuerdo bueno que tenía de San Mungo y atesoraría cada parte de él, incluyendo el olor de pociones desinfectantes.

Fin

Y bien, he aquí el tercer y último capítulo del fic y es el más cortito de todos. La verdad disfruté escribiéndolo.

Si dejan review ganan un helado con oreo.

Besos

Tete