Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

El reto: "La temática del reto será la poción amortentia, o más bien dicho, los olores que percibe cada persona al exponerse a ella."

"El fic deberá contar con tres viñetas divididas en tres capítulos diferentes. Cada viñeta deberá corresponder a uno de los olores favoritos de nuestro protagonista."

Disclaimer: Si lo reconocen pertenece a su majestad Jo Rowling.

Pareja: George/Angelina

Palabras: 979

Primera viñeta:

Roles de canela

Angelina Johnson no pudo evitar sentirse orgullosa de ella misma al comprobar que era la única chica de primer año que había logrado encontrar el Gran Comedor, en su primer día de clases. Se sentó en la mesa de Gryffindor, sin saber hacia dónde dirigir la mirada. ¿Debería intentar hacerse amiga con los chicos a su alrededor? Se veían mucho mayores que ella. No quería intentar entablar amistad y que ellos la trataran como a una niña pequeña, ella tenía su orgullo y no podría soportar eso.

Se sirvió un vaso de jugo de calabaza y un rol de canela, al que olfateó un poco antes de llevárselo a la boca. Amaba el olor de los roles de canela, le recordaban a casa, a su madre preparándolos por la mañana mientras tarareaba un caldero de amor caliente e intenso, a su padre robando un poco de masa cuando su madre se descuidaba. Su padre luego compartía la masa con Angelina y ninguno le decía a su madre, aunque sospechaban que ella ya lo sabía y hacía la vista gorda.

—Íbamos a preguntarte si nos podíamos sentar contigo — comenzó a decir un chico pelirrojo que acababa de llegar a la mesa.

—Pero creo que preferirías que te dejáramos a solas con ese rol de canela, del que al parecer te has enamorado — completó otro chico idéntico al anterior.

Recordaba haber visto a los gemelos la noche anterior, también iban en primer año y estaban en Gryffindor con ella, aunque no sabía sus nombres.

—Es que está muy guapo, ¿no les parece? — contestó ella, señalando el rol y luego se movió para hacerle sitio a los gemelos.

—El más sexy de los roles de canela — corroboró el primer gemelo que se había acercado— ¿No te parece Fred?

—Por supuesto George, ese rol merece la portada de corazón de bruja — Asintió el otro gemelo, quien Angelina había deducido era Fred.

—Pero que maleducados somos, no nos hemos presentado ante la señorita — dijo George, en tono escandalizado de guasa. —Mi nombre es George Weasley y este de acá es Fred.

—Angelina Johnson — Contestó ella, estirando su mano.

Dicho eso ambos tomaron turno para estrecharle la mano con exagerada pompa y diciendo cosas formales, como si le estuvieran presentando al ministro de magia, todo en broma por supuesto.

—¿Y bien? —inquirió George luego de que pararan con su payasada de la presentación.

—¿Y bien qué? — preguntó confundida Angelina.

—¿Vas a contarnos porque olfateabas el rol de canela? — aclaró Fred.

—A eso, es que su olor me resulta tranquilizante — explicó ella.

Los gemelos asintieron al mismo tiempo, como si lo que ella les acabara de explicar resultara completamente lógico, y luego cambiaron el tema de conversación hacia la última vez que el profesor Snape se había lavado el cabello. Luego se les habían unido en la mesa un chico llamado Lee Jordan que parecía conectar muy bien con los gemelos, y una chica llamada Alicia Spinnet quien con el tiempo se volvió la mejor amiga de Angelina. Los cinco se llevaron muy bien, pasaron un rato de risas y la fijación de Angelina por los roles de canela quedó pronto olvidada.


No sabía cuánto tiempo llevaba sentada en las gradas del campo de quidditch, bien podían haber sido cinco minutos o cinco horas. Todo el año anterior había esperado con ansias llegar a segundo año para poder unirse al equipo de quidditch. El día de las audiciones había corrido ansiosa a dar la prueba, prácticamente daba saltos de emoción cuando había sido aceptada como cazadora. Había entrenado muy duro y casi no había dormido esperando su primer partido.

Desde las gradas todavía podía ver el marcador, trescientos sesenta contra ciento cuarenta, a favor de Slytherin. Su primer partido había sido un completo fracaso. Escuchó unas familiares pisadas acercarse, pero no levantó la cabeza hasta que sintió el olor de roles de canela.

—Vi que después del partido estabas enfadada, y pensé que querrías un rol de canela— dijo George Weasley con una sonrisa, sentándose a su lado mientras le ofrecía un rol.

Angelina alzo una ceja observando el rol, había aprendido a desconfiar de la comida ofrecida por los gemelos.

—Puedes comértelo, no le he hecho nada — añadió George levantando sus mano en señal de inocencia.

—Gracias — contestó Angelina devolviéndole la sonrisa. Había pasado más de un año desde que le había dicho que la calmaban los roles de canela, no podía creer que él todavía lo recordara. Su sonrisa tembló cuando por el rabillo del ojo vio de nuevo el marcador.

—Nos recuperaremos, es apenas el primer partido del año, aún tenemos posibilidad de ganar la copa. — comentó George al ver hacia donde se dirigía la mirada de Angelina.

—Es mi primer partido y fui un fracaso total — dijo ella mientras apretaba con demasiada fuerza el pobre rol de canela, como si este fuera el culpable del resultado del partido.

—¿Un fracaso total? Anotaste once de los catorce goles del partido, si ese es tu concepto de fracaso, entonces difiere mucho del mío.

Luego de decir eso la rodeó con sus brazos, Angelina sorprendida correspondió al abrazo. George, quien también pertenecía al equipo ya se había duchado, mientras que ella aún seguía en sus uniforme de quidditch.

—Primero un rol de canela y luego un abrazo, ¿Quién eres y que hiciste con George Weasley? — Preguntó Angelina, aún abrazada de George.

—Tengo mis momentos de bondad — contestó él con una sonrisa.

Angelina lo abrazó un poco más fuerte, por alguna razón encontraba sus brazos reconfortantes, abrazada a él era más fácil creer que ganarían el siguiente partido o hasta la copa mundial. Por alguna razón, luego de eso asociaba los roles de canela con George, con la primera vez que habló con él, la primera vez que lo abrazó.

—Angelina

—¿Si?

—Dúchate, apestas.

Y con eso, el George Weasley de siempre estaba de vuelta.

Fin

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Besos

Tete