¡Saludos!

Muchísimas gracias a quienes siguen leyendo este fic. Pido disculpas por las demoras, la vida real es la única culpable de que me pierda, pero son esos comentarios y marcados favoritos los que me han hecho volver, no saben cuánto se los agradezco, son las máximas musas.

Y traigo maravillosas noticias TENGO BETA, es lo mejor del mundo, la linda de Maye Malfter, quien es la responsable de todo esto (infinito AMOR a ella, que siempre me está dando ánimos y cariños y todo lo que podría necesitar una escritora aficionada).


You Know I'm Not Good

Capitulo 6: Poison Heart

Making friends with a homeless torn up man, He just kind of smiles, it really shakes me up, There's danger on every corner but I'm okay, Walking down the street trying to forget yesterday

The Ramones

Harry miró una vez más su botella, aún estaba medio llena, y si estaba medio llena no había razón para sentirse medio borracho ¿verdad?

Volvió la vista al espacio donde un montón de personas se empujaban y correaban a una banda tributo que Harry no conocía. Tampoco que conociera a la banda a quien le estaban haciendo tributo de todos modos. Cuando Harry lo dio de excusa para no ir, Malfoy casi se ahoga de la risa, lo tomó de un brazo y lo arrastró de todas formas.

Estaba en un antro en donde lo único que vendían era cerveza, rubia o negra, tenía poquísima luz y el baño parecía listo para la clausura sanitaria.

— ¡Los muggles no tienen magia, pero mierda que han sabido hacer buena música! —le gritó Malfoy por encima del ensordecedor ruido. Harry asintió por inercia.

El lugar estaba repleto de humo y por todos lados habían chicos fumando cosas que a leguas no eran cigarrillos. Y Harry llegó a la conclusión de que era normal que se sintiera medio mareado, porque entre el humo y el juego de luces, imposible que fuese de otra forma.

Draco se perdía a ratos irregulares dentro de la masa palpitante, resurgía después de unos cuantos minutos, con el cabello revuelto y con cada vez más sudor encima. Hacía mucho que se había rendido de intentar convencer a Potter de meterse en el público, gritar y saltar.

— ¡Ni siquiera sé qué tipo de música es!

— ¡¿Qué importa?!

Pero Harry había sido claro. Él se quedaba en un costado, bebiendo cerveza negra e intentando entender las letras que un chico apenas mayor que él, berreaba con intensidad.

Era increíble que aun medio de toda esa distorsión, con todo ese ruido que apenas lo dejaba pensar, su mente fuese capaz de pasar los últimos acontecimientos, una y otra vez, en el mismo silencio en que habían ocurrido. Ni todos los gritos de los centenares de chicos y chicas metaleras lograban acallar el ruido que producía Draco Malfoy cuando dormía justo detrás de su espalda.

Harry finalmente nunca le vio a cara a la chica, a la tal Lana, porque cuando se levantó, ya no estaba. Y eso no había sido lo único increíble, porque ese día, como única vez en su corta historia, se despertó antes que Draco.

Sin embargo, a la fecha, aún no habían hablado del tema. Esa mañana de lunes, Harry intentó levantarse para ir al baño y despertó de inmediato a Malfoy, quien le sonrió abiertamente, como si la noche anterior no hubiese llegado de madrugada a follar con una chica en la cama de al lado.

Harry había tenido que ir a clases, aún cuando su mente se quedó en la habitación. Dejó a un Draco envuelto en mantas que le miraba risueño y le molestaba con bromas infantiles y absurdas, tal como lo había hecho un montón de mañanas anteriores.

Y ahora, era jueves y mañana sería viernes y Harry solo tenía clases en la tarde, así que no había excusa que valiera para perderse un tributo a alguna banda muggle que Draco había descubierto y coronado como una de sus favoritas.

Con el pasar de los días Harry entendió que lo que había pasado el domingo en la cabeza de Draco no significaba nada, que el haber dormido juntos, literalmente, había sido la disculpa perfecta, que Harry lo había perdonado y no había motivo para seguir enojados.

El martes había tocado taller práctico de Anatomía Mágica, que tenía que ver con usar hechizos para poder examinar la fisiología de los pacientes. Draco, como no, era el ayudante estrella de la materia, usando su túnica celeste, perfectamente peinado, había ido directo hasta Harry una vez iniciada la clase.

— ¿Sabes hacer el hechizo exploratorio? —preguntó, en un perfecto tono y lenguaje, todo muy profesional y serio.

—Sí, el de revelación ¿No?

Malfoy negó suavemente, sonriendo saco su varita y dijo— Mira —lanzó un hechizo no verbal y un hilo de magia dorada envolvió sus manos. Harry lo miró atento, Malfoy volvió a mover la varita y esta vez el hilo envolvió las manos de Harry, que apenas sintió un cosquilleo—. Toca —ordenó, apuntando el miembro perfectamente ampuntado, muerto y conservado con magia, que tenían sobre la mesa de exposición.

Harry paso los dedos enguantados por sobre la piel del tobillo, y pudo ir sintiendo formas y relieves más profundos, no precisamente de la piel. Alejo los dedos y se quedó mirando a Malfoy.

—Con ese hechizo, puedes sentir los relieves y las formas de tejidos más profundos, si cierras los ojos, los vas a poder visualizar como en un foco algo desenfocado, pero eso sumado a las sensaciones, es mucho más útil para detectar algo extraño que el hechizo revelador —dijo Malfoy, en un tono catedrático. Acto seguido, cerró los ojos y paso las manos confianzudamente por la pierna cercenada—. Tiene dos coágulos del porte de una cereza, con toda la zona infartada de alrededor —Malfoy abrió los ojos y se incorporó, miró a Harry de forma retadora y dijo—Búscalos.

Harry había pasado sus buenos veinte minutos explorando la pierna, tratando de coordinar lo que veía con lo que sus manos sentían. La visión era más que desenfocada, era borrosa y algo imprecisa. Se podían ver las capas de tejidos según la presión que aplicara, que tampoco tenía que ser mucha, Harry apenas tenía que apretar con algo de fuerza para lograr enfocar el hueso. Era increíble palpar los músculos, los nervios, las facies, las texturas y las formas.

—Los nervios casi siempre siguen a los vasos sanguíneos, recuerda la anatomía fisiológica, guíate por eso —susurraba Draco cerca de él. Harry intentaba con todas sus fuerzas que eso no lo desconcentrara.

Cuando encontró uno de los coágulos, justo detrás de la pantorrilla, sonrió. La imagen era borrosa pero acorde con lo que sus manos podían palpar— ¡Aquí! —dijo feliz, abriendo los ojos. Malfoy estaba apoyado en la mesa y le sonrió.

—Bien —dijo y se incorporó. Harry tenía las manos fijas en el coágulo, intentando memorizar su forma y consistencia.

—Creí que sería más blando, parece una roca.

—La magia lo conserva bastante bien, así que en vivo es bastante parecido.

—Increíble —Susurró Harry, y volvió a cerrar los ojos para intentar enfocar una vez más el aspecto del coágulo y la zona adyacente. Sintió a Malfoy moverse y pensó que se habría ido a otra mesa, pero no. Malfoy puso las manos sobre las de Harry y apretó.

—Sigue el lecho sanguíneo, fíjate en cómo se pone antes y después —comentó—. Es más... rugoso —Harry asintió e intentó percatarse de eso, del coágulo en la pierna inerte y no en la mano de Malfoy sobre la suya. Le costó su resto, pero sintió manejar la situación. Se movieron por parte del musculo y los nervios inflamados.

Cuando Malfoy al fin lo soltó, Harry respiró hondo.

—Se siente muy claro —comentó, porque no sabía que otra cosa decir.

—Es práctica, cuando te acostumbras, con apenas sentir vibraciones o cambios de textura puedes detectar cosas extrañas, como micro infartos, hemorragias, inflamaciones y esas cosas —Harry se volteó y asintió solícito a todo lo que Malfoy le decía—. Mira —dijo el rubio, antes de levantar las manos y tocar la cara de Harry—, puedo sentir los músculos y los tendones de tu cara, la perfecta forma de tu mandíbula —Malfoy tenía los ojos cerrados y un rictus de concentración en las cejas—. Puedo sentir los nervios pulsando y como... —Malfoy abrió los ojos y le sonrió —Todo se tensa.

Quitó las manos y Harry recordó que tendría que decir algo. Decidió molestarse y decir— Aprovechado.

Harry se empino la botella, de la nada se había vuelto a molestar con el recuerdo de esa tontería, aún cuando habían pasado días. Cuando bajó el brazo, una chica le estaba sonriendo a un suspiro de distancia. La chica tenía el escote más pronunciado que Harry hubiese visto, con los brazos descubiertos y una pose a todas luces incitadora.

—Eh ¿Te gusta? —Y Harry no supo si le hablaba de la música, del tributo, del antro, de la cerveza o su escote. Decidió asentir, porque la chica estaba sonriendo mucho, sería mala educación no hacerlo de vuelta.

Si a Harry le hubiesen dicho que terminaría la madrugada de jueves por la noche, borracho de cerveza y porros, gritando canciones de una banda de rock clásica, con una chica apretándose contra su cuerpo, seguramente habría dicho— Ja —Y si hubiesen agregado, lo estarás pasando de maravilla, habría agregado—Ja, ja, ja.

Pero era la realidad

La chica se llama Sara y tenía una sonrisa demasiado siniestra como para serle indiferente.

—Son tributo a The Ramones —Le grito al oído, un poco antes de arrastrarlo hasta la zona donde todo ese montón de chicos saltaban y se golpeaban. Harry ya se había bebido unas cuantas cervezas y había aceptado de lo que sea que Sara estuviese fumando, así que ¿Entonado? un poco.

De tanto en tanto, localizaba a Malfoy, el local no era tan grande y nadie era tan rubio. De vez en cuento, sus miradas se cruzaban y Draco siempre le miraba igual, sonriendo, hasta el tope de satisfecho. Harry imaginó que si se levantaba a Sara quizás hasta le hacía barra. Así que, cuando Sara se volteó y le sonrió, Harry atinó a hacer lo que todas las señas le decían que debía hacer. Se hundió en uno de los besos más apasionados y sucios de su vida. Sara tenía un aro en la lengua, y la hacía ondular de maravilla y junto con la lengua, le estaba haciendo ondular todo. El griterío de alrededor no hacía más que condimentar la sensación de libertad que Harry estaba experimentando.

Sara tenía curvas pronunciadas y muy poca ropa. Tenía poca vergüenza y tenía mucha lengua, a Harry hacía mucho que no lo dominaban de esa forma. Hacía mucho que alguien no hundía los dedos en su cabello y lo hacía gemir a besos y restregones medio indecentes. Por un maravilloso segundo, Harry solo tuvo en la cabeza el sexo. Sexo. Sexo.

Era un bucle y quizás el tener a la novia tan lejos era la culpa de todas las tonterías que había estado pensando y haciendo en el último tiempo, las que pensaba y hacía con Malfoy para ser más precisos. Quizás la respuesta era esa, una rubia pechugona que le hiciera olvidar que existían chicos raquíticos de buenos modales.

Empezaron los acordes de una nueva canción, y Sara se separó de su boca de inmediato, para berrear con fuerza— ¡POISON HEART!

A Harry el desconcierto le duro entre diez y quince segundos, porque de inmediato, todo el local dejo de golpearse y cabecear, y comenzaron a correar la canción. Harry sintió como alguien le abrazaba desde atrás y le separaba de los brazos de Sara, quien sonrió de lado, sin dejar de gritar la canción del corazón envenenado.

Era Draco, Harry borracho y todo lo supo, quizás por su olor o por las mangas de su chaqueta de cuero. Malfoy también estaba correando la canción, pero mucho más suave, directo al oído de Harry.

Making friends with a homeless torn up man, he just kind of smiles, it really shakes me up...—Harry se sintió estremecer, entre la letra, los segundos significados y el peso de Draco en su espalda. Tenía la mente embotada.

Pero no alcanzó a pasar nada.

Justo cuando la canción comenzaba los acordes finales, Harry sintió como Malfoy caía como peso muerto sobre su espalda, sumado a un desgarrador grito. El mundo en menos de medio segundo se volvió un caos total.

Harry aún medio borracho y drogado, intentó entender que pasaba, intentó retener el cuerpo de Malfoy, quien se retorcía en dolor, Harry se volteó y lo supo. La luz verde que venía desde el acceso al antro era la inconfundible marca tenebrosa.

Harry reaccionó en apenas unos segundos, el cuerpo de Malfoy se estaba convulsionando, era obvio que estaba siendo hechizado. Alcanzó su varita e intentó identificar a los atacantes. Media docena de mascaras de Mortífagos estaban desperdigadas por entre el público. Harry supo de inmediato que Malfoy no era el único siendo hechizado.

Los gritos de dolor y miedo reemplazaron todo el bullicio de hacia un rato, la banda ya no estaba en la tarima, pero si sus instrumentos, volcados y abandonados. Mientras el juego de luces continuaba, la gente corría al rededor buscando refugio, o una forma de salir de allí.

Harry se demoró apenas un instante en escanear la escena y comenzó a lanzar hechizos. Desarmó a dos de los enmascarados y sintió como Malfoy dejo de convulsionar a sus pies.

— ¡Malfoy! —gritó y se agachó junto a él, Draco abrió los ojos e intento enfocar, tenía la frente surcada en sudor con un profundo rictus de dolor.

Se incorporó en un suspiro— ¡Cuidado! —apartó a Harry del camino de un hechizo. Harry se lanzó a un lado y Draco al otro. Harry sintió arder en llamas su pierna derecha cuando un hechizo lo impactó.

Pudo escuchar con toda claridad como un Mortífago gritaba— ¡Potter! —por encima del ensordecedor escándalo. En menos de medio segundo, tres Mortífagos desfilaban hacia él. Harry miró al rededor, habían muchos muggles en el piso retorciéndose de dolor o inconscientes. Harry sentía su pierna cubierta de brazas al rojo vivo, por más que no pudiera verlas. De todas formas intento lanzar maldiciones.

Malfoy estaba jadeando a su lado, aun temblando, blandió la varita hacia los atacantes y comenzó a lanzar maldiciones no verbales. Sin embargo había mucha gente a los alrededores y Harry fue perfectamente consciente de que Draco no quería hacerles daño.

Vio como unos cuantos hechizos le golpearon, pero no logro ver el daño, Draco ya estaba a unos cuantos metros de él, cerca de la puerta de acceso, donde algunos Mortífagos se habían puesto a maldecir a quien se les cruzaran.

Harry volvió a escuchar fuerte y claro— ¡Potter!

Uno de los Mortífagos cayó a causa de una maldición lanzada por Harry, pero otro le lanzó un hechizo de golpe en el brazo izquierdo, Harry escuchó amplificado el sonido de un hueso roto, pero el dolor de la pierna quemada era mayor, jadeo con fuerza y se obligó a no gritar, no quería alertar a Draco, quien seguía en pie atacando. El crucio fue lo último que necesita. Harry supo que caería inconsciente cuando la vista comenzó a nublarse. Vio como las luces de colores del local se unían a todos los hechizos que estaban volando por sobre su cabeza. Estaba cayendo al piso en cámara lenta, y todo era nebuloso. Lo último que sintió antes de caer inconsciente, fue un cuerpo desplomarse sobre él. La pierna le ardió hasta el último momento de lucidez.