A ver si a partir del viernes termino lo que tengo pendiente, ¡aún estoy de exámenes! De hecho, hoy tuve uno y la entrega de un trabajo. así que dadme tiempo. Hoy os traigo algo que me ha sugerido la canción de Nightwish "While your lips are still red", es muy bonita y seguro que os inspira tanto como a mí.

Bajo la cascada

Marron cabizbaja anunciaba a sus padres lo que cualquier padre temía que le sucediese a su queridísima hija. Ella era joven, ¡ni siquiera había terminado su licenciatura! Y estaba embarazada. Había esperado a que se terminasen los exámenes para poder asistir a ellos tranquila. En la mesa del comedor, el silencio reinaba la cena y se servía como sobremesa. Dieciocho, por primera vez en mucho tiempo, se mostraba sorprendida y Krillin estaba tan pálido como un muerto, ¡que alguien llame a Shenron que al pobre le va a dar algo!

Los mechones le cubrían su rostro enrojecido de vergüenza y sus ojos lloraban de sólo imaginarse la cara de decepción de sus padres. No quiso levantar la mirada para comprobar qué expresaban realmente.

- Dime de quién es -ordena la androide con su frialdad típica capaz de helar a cualquier ser del planeta.

Guardó silencio y empezó a sollozar. ¡No quería decirlo! No quería meter al responsable en un fregado. No quería perder su amistad. No quería enemistar familias. No quería culpables. No quería gritos ni problemas. Se mantuvo callada como una tumba esperando la reprimenda de sus padres. Agachó la cabeza esperando un buen azote.

- Habla -ordenó una vez más.

En su mente reconstruía la escena. ¡Fue tan romántico! Recordaba el agua cayendo sobre sus cuerpos desnudos. Quizás fue el mejor fin de semana de su vida. Habían pasado un par de días en una cabaña en medio de la montaña con la familia Son y Brief, amigos de toda la vida. Los más jóvenes pasaban el día en el lago pescando y jugando en el agua. ¡La pesca! ¡Qué grandes momentos les brindó la pesca! Cañas enredadas, peces que no picaban y Bra usando explosivo C4 para "mejorar la eficiencia y efectividad de la actividad".

Fue a Goten, el muy listo, al que se le ocurrió que sería fantástico bañarse desnudos. Los demás siguieron el ejemplo cuando Pan se atrevió a quitárselo todo. Los primeros minutos fueron incómodos, pero no tardaron en mostrarse naturales a pesar de que no había un retal de ropa cubriendo su cuerpo y sin pudor empezaron a pelearse por subirse a la gran roca que emergía en el centro del lago. Otra vez protagonizó el momento el joven Son que tras conseguirlo no cesaba de gritar que era "el rey de la colina" a lo que Trunks le respondía con un "¡eres un rey con un cetro muy pequeño!". La rubia se atrevió a sonreír rememorando aquéllo.

- Cariño, por favor, dinos algo -suplicó su padre preocupado al ver a su pequeña inmóvil en la silla.

Nadaron siguiendo el río porque uno de los chicos había visto un inexistente pez enorme. Ese río los llevó a la cascada. Una preciosa caída de unos ocho metros de altura de aguas cristalinas rodeado de vegetación abundante. Fue entonces cuando Pan señaló que la peliazul estaba titiritando de frío y que lo mejor era salir de allí. Pero Marron quería ver aquella maravilla de la naturaleza un rato más.

"¡Hay un hueco en la cascada!" apuntó Trunks mientras avanzaba hacia ella. Se giró durante un momento y vio que sólo estaba ella, sólo estaba Marron. Se subió a las piedras que había debajo de aquella lluvia y ofreció su mano a la rubia. Se intercambiaron sonrisas y tomó su mano.

- ¿Te hizo daño? -insistió Krillin-. ¿Te presionó?
- No, no lo hizo -logró decir ella.
- Explícate -Dieciocho volvió a mostrarse autoritaria.
- Fue el fin de semana en la cabaña -explicó mientras respiraba profundamente para no volver a llorar.- No salíamos del agua, ¿os acordáis? -sonrió tristemente.- Continuamos el río hasta llegar a una cascada. ¡Era preciosa! Bra se estaba congelando y cuando nos dimos cuenta, estábamos solos -suspiró.- Fue debajo de ella, con el agua cayendo sobre nuestros hombros.

Estuvieron unos instantes así, disfrutando del agua que impactaba contra sus cuerpos desnudos. Con los ojos cerrados y tremendamente relajados. Si no fuera porque sus cuerpos estaban fríos, ese lugar era su particular paraíso. El atractivo directivo observó como su compañera temblaba y se acercó a ella. Apenas unos centímetros los separaban. "¿Estás bien? ¿Quieres que volvamos?" Ella abrió los ojos y pasó sus manos por el cabello. "Estoy bien. Este sitio es especial".

- No me presionó, se portó bien conmigo, de verdad.

Se sonrieron como idiotas sin saber qué decir o qué hacer. Pero no importaba. ¡Sabe Dende el tiempo que estuvieron así!

- Quién -se desesperaba su madre.

Apartó su pelo lila y acercó su rostro al de ella. La distancia entre ellos fue acortándose y se abrazaron sin separar sus labios, que a pesar del frío, seguían rojos y llenos de vida. Quizás éstos sabían lo que iba a suceder y permanecieron así desde primera hora de la tarde. Él la condujo detrás de la caída de agua y la tumbó sobre la roca enverdecida por el musgo que les sirvió de cama.

- ¡Marron! -le gritó tratando de despertar a su hija del trance.

Sintieron tanto calor como si estuvieran debajo del sol abrasador de un desierto. Esas caricias suaves que sentía por su cuerpo le ponían el pelo de gallina y nunca antes se sintió tan libre y tan alejada de la realidad. Los roces y las manos llegaron a zonas más íntimas que les indicaron el punto de no retorno de su travesura. Una oleada de nuevas sensaciones y sentimientos cargaron el aire que respiraban y culminaron cuando el sol empezó a ponerse. "Es muy tarde" afirmó él rompiendo el hielo y quitándole importancia a lo que acababa de ocurrir.

- ¿Cuál de ellos? -continuaba como si aquéllo fuese un interrogatorio y fuese a mandar a su hija a un convento de monjas.
- Trunks -logró confesar.

Krillin resbaló en la silla tan desconcertado como su mujer.

- ¿Brief? -preguntó ella para cerciorarse.
- Sí. Trunks Brief -respondió bajando su cabeza. Esperaba un buen castigo y empezó a temer por el padre del niño que llevaba en su vientre.
- Bueno, al menos has elegido bien.
- ¿Qué? -se sorprendieron marido e hija.
- Con él como si tienes una quincena de hijos... mientras reclames la paternidad de cada uno de ellos...

Krillin y Marron se miraron confusos. Él empezó a reírse mientras la pequeña de la casa seguía sin creerse la reacción de su madre.

- Supongo que estarás de acuerdo, querida mía, que una filología en los tiempos que corren no te va a dar de comer -dijo él tan tranquilo entre risas.- No estoy muy de acuerdo con las formas, pero tienes bien atado al mismísimo presidente de Corporación Capsula. No crees que es fantástico, ¿Dieciocho?

Empalidecida estaba ella pensando que lo que ocurría es que su madre la había matado y que todo aquéllo era fruto de sus últimos instantes de vida aunque todo era demasiado real para su gusto, en primer lugar, empezaba a notarse tan mareada como acostumbraba estar debido al embarazo y en segundo lugar, su madre le chilló para que dejase de vaguear y le ayudarse a recoger la mesa, como siempre.

En silencio y con la mente en blanco obedeció y al terminar se metió en cama.

- Quisiera estar bajo la cascada de nuevo y repetir una y otra vez el mismo error -expresó antes de quedarse dormida. Se sentía liberada y sin el peso de la culpabilidad encima. ¿Qué ocurriría a partir de mañana? Ahora daba igual.