El Día Más Feliz.
Escrito por: OzoraWings
Traducido por: Saske92
Inspirado en
Katekyo Hitman Reborn © Akira Amano
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Capitulo.01.
Para Tsunayoshi, el día de su boda no era sólo importante para su novia, sino que también tenía por motivo el día más feliz de su vida, el cual iba a ser, pero no fue así.
Tenía algunas dudas acerca de tener una ceremonia con la iglesia, él no creía que fuera correcto presentarse ante Dios. Después de haber hecho tantas cosas terribles en su vida. Pero el no se opuso, porque su futura esposa se lo había pedido.
A su lado estaba su dulce amor, Kyoko. Y en medio de ellos estaba el sacerdote, que tenía la Biblia abierta y lista para dar comienzo. Los bancos estaban llenos de familiares y amigos, charlando entre ellos en silencio. Era una casa llena, que agradecidos por Tsunayoshi, aunque se avergonzara de ser el centro de tanta atención aun no podía manejar las reuniones afuera.
Así que ahí estaba, de pie en un traje nuevo, esperando a su mejor hombre para dar la cara, para que la boda pudiera comenzar, sino tendría que hablar sobre esto más tarde. Pero Tsunayoshi sabía que Gokudera no iba a llegar tarde a menos que su vida estuviera entre la vida y la muerte. Debido a que el albino había estado tan eufórico cuando Tsuna le pregunto si quería hacer los honores.
Tsuna juró que había visto destellos. Él había visto muchos destellos en el.
Miró entre los invitados buscándolo para ver, lo que Reborn le había dicho una y otra vez. Para terminar y encontrar algo más adecuado de un jefe de la mafia. Y Kyoko, vagamente pensando en lo hermosa que se veía en el vestido blanco que tenia puesto. Cuando las puertas dobles de la Iglesia se abrieron mostrando una grieta; Gokudera se deslizó en silencio, todo el mundo se volvió para mirar al que había llegado tarde.
La Sonrisa de Tsunayoshi se derrumbo de su cara, cuando vio los ojos resplandecientes de su mano derecha. Aunque el guardián estaba haciendo un buen trabajo de mantener su cara tranquila "cortesía de Reborn" Hayato no pudo mantener la emoción de sus ojos, que le decían al castaño que algo andaba muy mal.
– "J-jefe, yo-lo siento por llegar tarde en un día tan importante, usted tiene mis más sinceras disculpas"- Gokudera murmuró en un tono que era lo bastante alto para que todo el mundo escuche lo que él había dicho, sin gritos ni inclinándose varias veces, como si lo hubiera hecho antes.
Sus ojos esmeraldas se desviaron a Kyoko quien estaba en el medio delante del altar.
Los ojos de Tsunayoshi se endurecieron; no le gustaba esto. Dio un paso adelante, el castaño intervino suavemente al albino el único paso que mostró en el pasillo, sé detuvo y se puso al hombre en frente de él.
– "¿Qué tiene de malo?" – preguntó él, con las manos en los hombros de su amigo para tranquilizarse, y asintiendo brevemente a Reborn, que se había dado cuenta en la detección de los problemas de fondo.
Gokudera hizo una mueca, y palideció considerablemente, antes de mirar a todos los huéspedes y suspiró: no sólo podía gritar, no con tanta gente alrededor. Así que con ese pensamiento, él se inclinó al oído de su jefe y le susurró palabras que se sentía como ácido en su lengua, porque lo que tenía que decir seguramente le rompería el corazón al Décimo.
Tsunayoshi se sentía ahogado, antes de mirar a Gokudera, quien se había alejado y luego a Reborn, cuyos ojos se habían agudizado como lo había estado escuchando y luego a su padre que se había percatado. Sus oídos habían tomado las palabras que tenía que decir Hayato.
– "Es... ¿Estás seguro?" – el castaño le preguntó, una vez que había encontrado su voz, aunque sabía que era absurdo cuestionar las fuentes de su guardián. Sino que eran el mejor, después de todo, y estaba seguro de que Gokudera cortaría su propio brazo antes de darle cualquier información, incluso si había una pequeña duda.
Hayato fue a abrir la boca, pero Tsunayoshi negó con la cabeza y sonrió débilmente a él, para decirle a su amigo que no era necesario
– "Perdona que te puse en esta posición"– el joven Vongola le habló con ternura, que se volvió más pálido que su mano derecha. Si es posible, antes de que el guardián hiciera una leve reverencia, murmurando un "jefe" antes de despedirse, antes de bajar a un lado.
– "Mukuro" – llamo Tsunayoshi.
El ilusionista, que había estado observando la interacción con atención, se animó al oír su nombre y desenvolvió del brazo de Chrome, una vez que vio el gesto de la mano de su jefe que le llamo de nuevo. De pie en el asiento, se dirigió hacia los lados para evitar chocar con la gente. Y a su vez, trató de moverse fuera del camino, antes de caminar rápidamente por el pasillo lleno de pétalos dispersos para llegar al Vongola.
Tirando del hombre frente a él, más cerca. Tsunayoshi mantuvo su voz baja, por lo que sería inaudito susurrando en los oídos
– "Mukuro, ¿puedo pedirte un favor?"
Rokudo se detuvo por un momento, lo que habría echado de menos, era que ¿alguien atacara una de sus fuerzas aliadas o a los Vongola? Aunque él empujó esos pensamientos. Porque por muy importante que fuera la boda del Décimo, el ilusionista estaba seguro de que si alguien estaba en peligro, haría caso omiso de sus propias necesidades y haría lo que él pensaba que era mejor. Esa era la clase de hombre en que se convirtió.
– "Por supuesto"– respondió, después de una risa teñida.
– "Necesito que hagas una ilusión multicapa para mí. La primera será la de mantener ocupado a los huéspedes y la segundo… bueno… quiero que encubras lo que va a pasar" – Tsunayoshi explicó, porque lo que iba a suceder, no era algo que deseaba que todo el mundo conociera o fuera a intervenir, ya que era bastante embarazoso– "¿Está bien?"
Mukuro levantó una ceja, antes de mirar a los tres hombres fuertes que habían llegado a estar detrás de Sawada, tal vez algo estaba mal
– "Sera un placer, Sawada Tsunayoshi" – él estuvo de acuerdo, su recompensa era la sonrisa más mediocre que jamás había visto en el castaño.
Se pregunto qué podría hacer para que su jefe obtuviera una expresión tan triste, aunque él no lo cuestionó sin embargo, como fue empujado suavemente con su compañero a un lado, junto a su tutor.
Tsunayoshi dio unas palmadas para llamar la atención de todos, mientras mira a algunos rostros en particular. Enma, que estaba sentado con su mano derecha, a la izquierda en la primera fila. Su madre, que también estaba en la primera fila, sólo a la derecha, y luego a sus guardianes, que estaban dispersos cerca, buscándolos entre la gente, sino que probablemente podía ver directamente a través de él en estos momentos.
– "Estoy muy apenado con todos por la espera "– dijo en un tono de voz fuerte, que Reborn le había enseñado a utilizar, contemplando el rostro de Kyoko en el rabillo del ojo mientras se inclinaba, antes de enderezarse a sí mismo
– "Gokudera-kun también envía su más sincera disculpa de corazón Así que para compensar por ello, mi ilusionista actuará para ustedes "– Tsuna sabía que no estaba engañando a nadie. Apenas, casi todos sus amigos están en la mafia y aunque su actuación fue de primera, nada tenía sentido, y aunque en el bajo mundo había aprendido a leer entre líneas.
– "Mukuro" – el castaño asintió con la cabeza para que empezara, ya que el hombre asintió con la cabeza hacia atrás, antes de dar un paso adelante y la invocación de su arma, mientras que bloquea el paso y oculta el área detrás de él. En el mismo momento, esperaba que pudiera mantener la atención de todos.
Tsunayoshi se volvió al padre y a kyoko sintió un escalofrío, era suficiente demostrar que la parte de atrás de la iglesia estaba cerrada, como lo había pedido. En cuanto al sacerdote, que parecía viejo y sabio mientras volvía a mirar nuevamente.
– "Me disculpo por esto, pero… ¿puede darnos un minuto? Le prometo que se compensaran los problemas" – hizo una pausa, antes lo observo y suspiró mostrando su consentimiento.
– "T-Tsu-kun, ¿qué pasa?" – preguntó, kyoko perpleja mientras la confusión estaba en su rostro.
Mientras su novio se volvió hacia ella. Mirando al sacerdote, que se había alejado para darles un poco de espacio.
– "¿ha pasado algo?" – su voz era cautelosa.
Tsunayoshi la miró a los ojos, que se habían inclinado ligeramente en los últimos años. Se abrieron más, tornándose ámbar, no fue necesario usar tanto poder para leer en ella, pero él quería estar completamente seguro
– "Sí, Kyoko-chan "– hizo una pausa y suspiro– " algo anda mal"
La mujer parpadeó, su frente se profundizo aún más con una muestra de miedo.
– "E-entonces "–titubeo.
– "Kyoko-chan… ¿tienes una aventura?" –preguntó, Tsunayoshi. Interrumpiéndola por completo.
Sus palabras fueron pronunciadas sin emoción y ella se estremeció, tambaleándose un paso atrás mientras los demás que estaban detrás de él en silencio.
"¿P-por qué –e?" –pregunto nerviosa.
Tsunayoshi observó mientras ella estaba nerviosa
-"Es cierto, entonces... "–comento.
Quería gritar, quería llorar, había invertido tanto esfuerzo en esta relación para que funcionara. Por lo que aún… ¿no era suficiente? ¿No era suficiente para ella? Se mordió los labios con un gemido, apartó su expresión mostrando una sonrisa, a pesar de que la expresión de su familia fue una mueca de dolor.
– "Kyoko-chan"– su tono era suave. Suave, a pesar de su agitación interna.
Cruzando la distancia entre ellos, Tsuna plantó sus dos manos sobre sus hombros desnudos y la sintió tensa
– "Sólo dime la verdad, no te preocupes… no me voy a enojar"
Ella lo miró fijamente, con los ojos abiertos, los labios brillantes entreabierta y al borde de las lágrimas
– "Te prometo, sólo quiero la verdad"– comento con una sonrisa.
Un roció salado recorrió por sus mejillas, un sollozo salió de boca y su cuerpo se estremeció.
– "Lo siento, T-Tsu-kun, realmente lo siento mucho"– gritó, mientras apretaba el estómago con una mano y llevo la otra a los ojos. Donde intentó infructuosamente detener las lágrimas.
– "J-jefe"– comento Mukuro un poco alertado, aunque Tsuna levantó una mano en la dirección del hombre para silenciar a su guardián, su fuero interno se volvió en contra de esa decisión, diciendo que necesitaba escucharlo, y sabía que al hacer caso omiso de ese sentimiento, que él lo lamentaría más tarde.
– "E-Es que... me sentía sola, lo sé. Ya sé que es egoísta de mi parte"– ella gimió, mientras negaba con la cabeza, su velo se desprendió, y algunos de los pines de su cabello cayeron. Algunos mechones de su pelo largo salieron completamente
– "Yo sé lo duro que te esforzaste para regresar a casa por mi todos los días. y si te perdías s-siempre lo compensabas. A pesar que yo sabia que llegabas agotado por causa de eso " ella lloró.
El corazón de Tsunayoshi, se contrajo. Dios era estrecho; como si alguien lo hubieran aplastado debajo de un zapato. Seguido de náuseas, nunca se había sentido tan enfermo antes y pensó que era una estupidez, porque había sido seguramente por cosas peores. ¿Acaso la había?
Le habían disparado varias veces, ha sido apuñalado y mordido, ha sido pateado y golpeado. Él había pasado por todo tipo de daño físico posible.
No, no es peor, esto es mucho peor…
Su estómago se retorcía y giraba, y su piel ardía de dolor.
–"Ya veo…" murmuró, mientras su sonrisa se estremecía, le dolía mantenerla allí, fue agotador mantenerla, pero él insistió.
–"P-pero yo realmente, realmente te amo, Tsu-kun, yo…"– su voz murió en su garganta como un dedo hizo su camino hacia sus labios, diciéndole que se detenga.
Oh por favor deténganla, porque el no sabia si podría aguantar sus palabras, no sabía si el Secondo, la Re-Encarnación de Primo, el mas poderoso jefe. Podía soportarlo sin perder lo que habría sido el desayuno. Estaba demasiado nervioso para comer, o si podría aguantar las ganas llorar, y eso era algo que no iba a hacer.
–"Lo siento por haberte dejado sola"– murmuró, mientras la miraba fijamente a los ojos.
Y una pequeña parte de él exigía
Uno el por qué él se estaba disculpando. Respiró hondo para tratar de resolver el dilema el mismo; limpio sus lágrimas con sus pulgares. Como él ahuecó sus mejillas, muy tiernamente.
–"Lo siento... Kyoko-san, pero me voy a casa"– dijo suavemente.
Que hizo sollozar de nuevo a la joven, aferrándose a él con sus manos. Antes de que pudiera apartarlas de su rostro.
–"P-por favor, por favor, Tsu-kun. No me decías que me has amado desde…desde la escuela media, y- yo también, Poco después. Y-y tu has sido el tipo de persona…la mas impresionante y... "–ella gimió, apretando sus manos después de cada palabra.
Y él deseaba que ella no hiciera eso, él deseó que no rogara, no a causa de esto. No ahora.
Se mordió los labios en una ligera mueca de desprecio, Tsunayoshi apartó las manos de ella. Y se sentía frío, sentían frío y solitario
–"... He sido siempre bueno para nada... y yo pensé... que en parte lo había resuelto…" él desvió la mirada para un segundo, antes de llenarse de aire y retomar su mirada naranja– "pero si yo todavía no tengo lo suficiente, Kyoko-san... nunca seré lo… "
Inclinándose hacia adelante, e inclinando un poco la cabeza. La besó en la mejilla, sus labios rozaron sobre su ardiente piel, ya que se había vuelto tan frío
–"Gracias por tus sentimientos, Kyoko-san, pero esto es un adiós" –alejándose, se sentía débil, apenas llego a Mukuro. Cuando sintió que todos los ojos estaban fijos en él, y él supo entonces, por el camino que lo estaban observando, que habían visto todo.
–"M-Mukuro?" –tartamudeó, buscando entre su guardián y todos los ceños fruncidos y lágrimas en el salón.
Sino que sabía, que vieron, y de repente se sintió el doble de mal. Ya que todo el mundo estaba congelado en su lugar, incluso Kyoko, quien lo miraba con horror.
El ilusionista negó con la cabeza a modo de disculpa, los gritos de Kyoko había roto la pared falsa que había puesto en su lugar, había tratado de decirle a su jefe. Pero él estaba demasiado preocupado y ahora el guardián sabía por qué, y no podía dejar de sentir una mezcla de emoción, al igual que todos los demás en esta iglesia.
–"¡E-espera, T-Tsu-kun!" – Kyoko gritó, llamo mientras temblaba asida de el, viendo como su vida se desmorona alrededor lentamente, rápidamente.
Tsunayoshi sintió su corazón detenerse con su contacto y le hizo sentir mucho peor, pues no tenía fuerzas para ello. Él no sabía qué otra cosa hacer, todo lo que quería en ese momento era una lugar oscuro y la cama, eso es todo. Quería salir de esta ropa y estar fuera de esta iglesia.
–"Un paso atrás, mujer"– el castaño miró vagamente a su guardián de la nube, quien acababa de separarlos, mientras los apartaba con sus tonfas en mano mientras lo apretaba contra su pecho, miro como le dolía , como aun mas lagrimas caían nuevamente. Aunque Tsunayoshi no prestaba atención a nada de esto mientras miraba a Kyoya, que estaba mirando hacia atrás, algo poco frecuente parpadeando ligeramente sus ojos inclinados.
Tsunayoshi parpadeó fuera de su aturdimiento y trató de ensanchar su sonrisa como agradecimiento, asintiendo con la cabeza antes de girar a la atención de la multitud de personas, que se encontraban perdidos en cuanto a lo que debían hacer.
– "Estoy muy arrepentido porque ustedes han tenido que presenciar este... "–se inclinó, de forma japonés ya que por sus venas corría el orgullo, a pesar de estar en Italia.
–" y sé que todos ustedes han tomado parte de su tiempo para asistir, pero me temo que la boda no se realizara. Sin embargo, ustedes todavía están invitados a regresar a la mansión Vongola para la cena. Seguro que ustedes han cancelado sus planes por mi"
Irguiéndose, miró a todos los rostros que estaban a punto de protestar, y se echó a reír, y el sonido sucio y sin sentido del humor.
– "No es realmente ningún problema y va a ser un placer"– sonrió.
Se sentía cansado. Se sentía tan cansado.
–"Entiendo que todos ustedes han traído su propio transporte, por lo que en el Salón Comedor, la comida será servida en una hora, todo el que tiene otros asuntos que atender pueden hacerlos, y puede reprogramarlos. Ahora, si me disculpan…"
Porque estoy tratando de seguir demasiado con esto.
–"Reborn"– llamó el castaño mientras se volvía hacia su izquierda, tratando de no mirar las caras de su padre o la de incredulidad de Gokudera. Mientras que dicho hombre se limitó a asentir a su nombre– "¿podría llamar Tito y pedirle a el y a todos los demás para que empiece a preparar la cena? "– se preguntó.
Reborn se quedó allí por un tiempo, sus ojos penetrantes realizaban un análisis de su alumno, él se habría negado. Pero se encontró asintiendo con la cabeza cuando se dio cuenta de que el más pequeño, comprendería a Tsunayoshi, y mientras que él odiaba la cara que Tsuna le mostraba, sabía que echar sal en la herida no ayudaría en nada.
Tsunayoshi puso de pie, lo miro por un momento. Mientras Reborn llevo la mano al bolsillo y tomo su teléfono, hasta que vio a Hana cerca. Abriendo camino por el pasillo, La inteligente y sarcástica Hana. Después de haber abandonado su asiento y estaba a punto de llegar cuando Mukuro se metió en su camino.
–"Estás en el camino, idiota"– gruñó ella, con los puños cerrados a ambos lados de ella mientras miraba mortalmente al albino que había palidecido gradualmente más y más, cuanto más había visto a su mejor amiga y a Tsuna interactuar y se había golpeado llegado finalmente hasta explotar.
Mukuro la miró fríamente, antes de sacar a sus habituales sonrisas y riendo con su risa habitual, como es normal, no lo era. Él podría sentir el quebrantamiento de su jefe, y eso lo hizo sentir un poco más incómodo y poco más la protección de el.
– "Si quiere hablar con la mujer infiel, puede hablar con ella más tarde"
Hana casi noto enojo en el tono de voz, e incluso hecho un vistazo a su mejor amiga, que estaba tratando desesperadamente de evitar al guardián de la nube, y negó con la cabeza. Mientras volvió su vista por un momento.
– "Yo me encargo de ella más tarde"– a pesar de lo que la gente puede o no puede pensar, lo que estaba mal esto era malo. Y Hana no daría el pésame. Sobre todo cuando la víctima es el hombre con el que ha estado viviendo desde que se casó con su marido.
Que había llegado a conocer mucho mejor a Tsuna, ya que el tiempo juntos en la escuela, y ella lo reconoció como uno de los pocos hombres decentes alrededor.
Mukuro parecía a punto de protestar, cuando el castaño le palmeó el hombro y se colocó delante
–"Lo siento, Hana. Por favor, ¿hay algo que necesitas?" -preguntó con una voz gruesa. Tratando de hablar sobre el escalón.
Mientras se sentía tan abatido y pesado.
Hana sintió tener algo, era un límite para ser amable, y nadie parece haberle dicho eso a él. Se mordió el labio; aun frunciendo el ceño. Ella se adelantó e hizo lo que casi todo el mundo quería hacer, ella lo arrastró a un apretado abrazo.
Sus brazos envueltos con fuerza alrededor de sus hombros
–"¡Tu no la escucharas! Al final Muéstrame esa cara después de hoy"
Hana sintió el hombre ahogarse, ¿por qué no podía simplemente llorar? nadie lo culpa o lo miraría con desprecio o lo vería débil, y si lo hicieran tendrían que lidiar con ella.
Ella había apoyado el asunto de la mafia cuando su relación con Ryohei empezó en serio, pero a ella no le importaba. No le importaba lo fuertes que eran…pero este hombre debe ser capaz de mostrar sus emociones, muy fuertes en este momento.
Tsuna se tensó, él no quería esto, no ahora y, ciertamente, no aquí; que tuvieran lástima por él lo irritaba tanto, pero lo que realmente no quería era bondad. Porque estaba seguro de que en cuanto se relajara; se quebraría por completo, y él no podía permitirse hacer eso ahora.
No solo porque preocuparía a todos los que conocía, sino que podrían ser blancos de cualquier ataque.
El castaño se revisa mentalmente para ver si su sonrisa seguía en su sitio, antes de que sacara a la mujer fuera de sus hombros y me sentí mal por Hana, la mejor amiga de kyoko. No deseaba que hubiera altercado entre ellas.
–"No es necesario que te preocupes por mí"–dijo justo a tiempo a Ryohei para que este al lado de su esposa, que parecía un fantasma. Y su alma se retorcía dentro de sí mismo– "si digo que estoy bien, entonces yo… "Estoy bien".
El Guardián del sol negó con la cabeza
– "No. Por eso tenemos que estar…"– hizo pausar a Tsuna. El boxeador había crecido tanto en los últimos años. Se había calmado y sabía cuándo era el momento de ser extremo y cuando no.
El castaño se compuso, de un estremecimiento que apenas contuvo. Y para la gente común, él se habría visto muy bien. Tal vez un poco acabado, pero está bien.
Pero estos no eran personas comunes, eran sus amigos. Que lo habían conocido desde que era un adolescente, amigos que él había protegido, y que les devolvió el favor. Esta gente era simpática y familiar que se hizo cargo de él, así que fue fácil para ellos saber lo mucho que estaba sufriendo en estos momentos. Las manos de Tsunayoshi se apartaron de los hombros de Hana
– "Les agradezco, porque se dieron cuenta. No se equivocan"– sonrió, apenas capaz de mantener la calma, y callando en el los gritos continuos de kyoko–"Es evidente ahora, que no podía hacerla feliz. Ella puede seguir adelante y vivir la vida que quería "–el calor se apoderó de él y él se tambaleó ligeramente.
–"Tsuna..." – Ryohei frunció el ceño, a punto de decir algo más cuando el, lo palmeo.
–"Onii-san, yo…"–susurro.
–"¡Tsu-kun!" –Kyoko se lamentó, detuvo sus palabras.
Cuando el hecho un vistazo hacia ella y en el estado en que se encontraba; Kyoya aún la sostenía de espalda con un gesto de fastidio y disgusto, con su brazo alrededor de su cintura y sus brazos extendidos en su dirección.
Tsunayoshi sentía un dolor de cabeza y su cuerpo estaba empezando a ser tan increíblemente pesado y doloroso. Y se encontró con que no podía mirarla, porque no sólo hacía que se sintiera culpable y por haberla hecho entristecer.
Eso lo hacía sentir aún peor. Se Volvió a Ryohei y su esposa, trató mantener la calma frente a ellos. Lo mejor era no enseñarles nada. Pues estaban de pie junto a él y no a ella. Su hermano y su amiga, y todavía estaban aquí con él.
–"He hecho todo lo que puedo con Kyoko-san, por favor cuiden de ella esta noche. Para que no haga nada estúpido"– él hizo una mueca y se inclinó. Ryohei, su jefe se estaba empujando demasiado lejos esta vez
–"tienes mi permiso para quedarse con ella y atenderla hasta que... se recupere. Sus trabajos estarán en espera hasta nuevo aviso"
"P-Pero ¿Y tú?" –comento.
–"Tú eres su hermano, Oni-san. Está llorando y molesta, y sé lo mucho que quiere ir más allá… No me importa lo más mínimo, porque ella te necesita"– explicó Tsuna, mientras que más y más de su corazón se erosionaba, cómo aun estaba haciéndolo, era un misterio, incluso para él.
Los labios del guardián fruncieron el ceño y la frente de punto más profundo y más profundo
–"Ella puede ser mi hermanita, y yo la quiero, pero tú también eres mi hermano pequeño y me encanta que… "pudo haber pedido que Tsuna lo llamara" hermano mayor «por capricho, en lo que parece una eternidad. Pero después de haber pasado por muchas cosas juntos, él honestamente considero la pequeña familia que formo.
–"Soy consciente de eso…"– Tsunayoshi se inclinó de nuevo, antes de casi saltando de su piel por completo como una gran mano plantado a si mismo en su hombro frágil, girando sobre sus talones, se acomodó al ver a su padre.
–"Tsuna..."
–"Está bien" –el castaño, contesto seguro. y de repente lo peor ocurrió, sus oídos habían comenzado a zumbar y se estaba haciendo cada vez más fuerte. y las paredes de la iglesia sintieron que estaban encerrándolo y lo hacía sentirse asfixiado –"Esta bien "
Está bien, está bien, está bien, está bien.
–"Tsu-kun!" –se volvió a su nombre, pero sabía de antemano quien era. No era sólo la voz que goteaba por la preocupación, era porque sólo dos personas lo llaman así. Sus ojos se posaron en su madre, excluida que acababa de verlo, no sólo ambos Ryohei y su esposa, pero Mukuro.
–"Ah, mamá"– dijo, y sintió como que algo estaba saliendo de su boca y quemaba su garganta. Mientras se agrandaba esa lugar desagradable, era doloroso y habría dado cualquier cosa por dejarlo; el quería que se detuviera–"Siento que hayas tenido que ver todo eso, estas... estás bien?" -preguntó con suavidad.
Las lágrimas llenaron los ojos de la mujer
– "Tsu-Tsu-kun, ... yo ..." – ella no sabía qué decir, ella no sabía qué hacer, había dejado su asiento tan pronto como ella se había recuperado del susto. la intención de dar a su hijo el abrazo de su vida, pero ahora sabía que no podía, que podía sentir que él no quiere que lo toquen en este momento, y que toda forma de bondad mostrada sólo le dolía más, que pudo decir y eso la mantenía perdida en lo que debía hacer.
–"Tsuna!" – llegó otra voz de aliento desde el fondo del pasillo, tuvo que mirar más allá de todas las otras personas que estaban empezando a reunir en torno a él, a Yamamoto. Que se tambaleaba en el camino, y el hombre todavía estaba acostumbrando a las muletas de su última misión y sus tres costillas rotas no estaban ayudando con el asunto.
Aunque, después de Yamamoto, más y más personas estaban llamando para él, cada vez más cerca, y él se sentía cada vez más asfixiado, necesitaba aire, necesitaba espacio y tenía que conseguirlo, antes de caer hacia abajo. Porque con toda honestidad, se sentía a punto de derrumbarse porque aun se escuchaban más y más voces entremezcladas.
Estaba empezando entender por qué Hibari le gustaba estar solo.
No podía respirar, estaba de pie, todavía estaba en pie.
¡Consciente todavía!, pero él no podía respirar, necesitaba respirar, necesitaba oxígeno, tenía que alejarse de todos. Pero se encontró con que no podía moverse, sus pies no estaban funcionando, que estaba atrapado en medio de una multitud de personas interesadas y ¡no podía moverse! Su voz estaba atascado en su garganta y su corazón latía dolorosamente en su pecho y le ¡faltaba el aire!
Tsuna estaba gritando por dentro, se estaba muriendo por dentro, antes de que una mano firme agarrara alrededor de la muñeca y tiró de él hacia fuera de la muchedumbre y lejos de su novia llorando. Y con ese único toque, él podía respirar de nuevo, inhaló audiblemente mientras llenaba sus pulmones e ignoró el dolor ardiente que le había causado ella.
Le tomó un tiempo para entender que estaba siendo arrastrado fuera del lugar, y él no podía negarse a sí mismo de lo que quería, así que siguió a la persona como una sombra mientras era arrastrado a lo largo y esperaba que sus piernas no se dieran por vencido en él, Dios ya que temblaba bajo su propio peso, tambaleante y frágil, como él mismo recordó a poner un pie delante del otro.
Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos...
–"Puedes descansar ahora, Tsuna-san."
Se dio cuenta entonces de que estaba muy lejos de la iglesia, estaba en uno de sus parques favoritos, y en su lugar secreto. Que él le había dicho a sólo unas pocas personas seleccionadas alrededor. Él parpadeó sus ojos legañosos a ver, porque sabía de quien era esa voz, en todo caso. Su mirada aterrizó y una mujer de cabello negro frunciendo el ceño y con una media sonrisa.
Ah, sí conocía a esta mujer, la conocía muy bien, esta era…
–"Haru"
hola a todos y como lo prometido es deuda A OozoraWings aqui esta la traduccion de la historia y pues claro que habia leido el capitulo 3 que me gusto por cierto...bueno espero les guste pedi el permiso a la autora y espero que ella le guste.