Disclaimer de coloradoandcolorado1:

personajes no me pertenecen y no estoy haciendo dinero con ellos (créanme).

2. No se pretende violar derechos de autor.

3. La canción de "The Lonely" le pertenece a Christina Perri.

Escuche la canción "The Lonely"… y me inspiro a escribir esta historia. Si nunca la han escuchado, ¡descárguenla ahora! Esta es mi primera historia de Sherlock. ¡Sugerencias y comentarios son bienvenidos!


En el lapso de dos días, cada aspecto de mi vida cambio por causa de Sherlock Holmes. Por supuesto, dos días son un largo periodo de tiempo. He visto familias enteras devastadas en un abrir y cerrar de ojos después de descubrir que un ser querido había fallecido. He experimentado lo mismo en cierto grado cuando mi papá murió después de una valiente lucha contra el cáncer, aun cuando tuve meses para prepararme.

Pero esos dos días fueron tan notables como devastadores.

"Creo que voy a morir."

"¿Qué necesitas?"

Cuando Sherlock dijo creer que iba a morir, algo surgió dentro de mí, una combinación de miedo, horror, y una feroz necesidad de proteger a ese hombre. Sin hacer una pregunta, haría cualquier cosa que el me pidiera para mantenerlo a salvo. El me explico como seria parte esencial al momento de fingir su suicidio y con esto lo salvaría a el y a tres personas más. También debía de arreglar la cuestión de su "muerte".

Su plan era brillante, por supuesto. Desempeñe mi papel sin ninguna objeción. Gracias a Dios. Dos noches después nos encontramos fuera de un bar que era popular entre los universitarios. No pude reconocerlo aunque estaba atenta a cada hombre que pasaba por esa calle.

Fue extraño verlo en esa chaqueta azul tan común que parecía tener cada tercer chico que miraba de camino al trabajo. No había nada inteligente en ella, nada que delatara su impecable estilo. Se miraba como cualquier tipo ordinario, especialmente con esos pantalones de mezclilla deslavados y esa gorra negra sobre su distintivo cabello obscuro. Nada de su vestimenta decía Sherlock Holmes. Incluso su postura era un tanto encorvada restándole altura.

"¿No es muy arriesgado estar afuera de esta manera?" pregunte, mirando de reojo sobre mi hombro.

"Las personas, como he descubierto, no suelen observar lo que se encuentra frente a ellas," dijo con una sonrisa sardónica.

"¿Necesitas algo antes de irte?" pregunte, sabiendo que el estaría del otro lado del continente por la mañana.

El negó con la cabeza, acomodándose el gorro de su chaqueta. "Mycroft me ofreció dinero. Y por supuesto, un nuevo pasaporte."

Sabía que Sherlock planeaba confiar en su hermano mayor, pero nunca supe cuando o como se las arreglo para eso, y lo mejor era no hacer preguntas.

"Debes de ir al funeral y actuar de manera apropiada," ordeno.

"Claro."

"Nadie debe de sospechar que tu dolor no es real," el enfatizó.

"¿Y… después de eso?" pregunte titubeante. "¿Que debo hacer cuando todo pase?"

La pregunta pareció dejarlo perplejo. "Seguir con tu vida normalmente," dijo sencillamente encogiéndose de hombros.

¿ Normalmente? Quería gritarle o al menos darle una buena bofetada. ¿No se daba cuenta de que había violado más de una ley y puesto mi carrera y reputación en riesgo para ayudarlo? ¿No sabia como me sentía de tener que mentirle a su mejor amigo, John Watson, y ser testigo de la insoportable pena de ese pobre hombre? ¿No podía observar que mi corazón se rompía con tan solo pensar en que se iba, quizás para siempre?

Pero Sherlock Holmes no tenía interés por sentimentalismos, así que permanecí en silencio.

Incluso yo podía deducir que se encontraba ansioso por irse, pero la increíble opresión en mi pecho me hacia seguir con la conversación. "¿Tu… te mantendrás en contacto? ¿Enviarías un mensaje alguna vez para saber como están las cosas?"

"Eso seria inadmisible," dijo de manera abrupta.

"Entonces… esto es una despedida," afirmé aunque termino sonando como una pregunta.

"Si. No puedo regresar hasta que la red de Moriarty sea arrestada y Watson, Lestrade y la Sra. Hudson estén seguros." Dijo sacando un cigarrillo de manera casual y encendiéndolo. El brillo ilumino sus ojos azul claro. Tomo una gran bocanada y hablo de nuevo con su voz rasposa para uso público. "Se que puedo confiar en que nunca dirás una palabra a nadie."

"Tu secreto esta seguro conmigo." La amenaza de lágrimas hacia que mi voz sonara extraña y ahogada.

"Gracias, Molly Hooper. Nos has salvado a todos."

Un cálido sonrojo se hizo presente en mis mejillas. "Tu fuiste el de el plan."

"Pero no hubiera existido el plan de no ser por ti." Su voz era dulce, casi tierna. Pero quizás era solo el anhelo de mi parte.

Continué observando a ese hombre a quien irremediablemente había admirado a distancia desde hace algunos años. Tratando de grabar una imagen final en mi memoria. Su nariz respingada de perfil a mi, sus pómulos altos y bien definidos, su piel de alabastro sumamente suave y blanca.

El se iría; era ahora o nunca. Tomé una respiración profunda, mirando mis manos. "Sherlock, escucha, quiero decirte…"

Pero cuando levante la mirada, se había ido, mezclándose entre la gente que estaba fuera de los bares que llenaban esa calle.


Fui al funeral, que fue un evento deprimente en un día de llovizna. No necesitaba preocuparse por que yo expresara mi pena apropiadamente, porque tan pronto como estuve de pie junto a la tumba, el estrés y las emociones de la semana cayeron sobre mí al fin y llore todo el tiempo. Me aferre fuertemente a la mano de John y trate de murmurarle algunas palabras de consuelo en la neblina de su infierno personal. Solo me hizo llorar con más fuerza, la culpa de saber que tenia el poder de aliviar su pena casi me asfixiaba.

Al final del servicio, mire a Mycroft Holmes de pie a distancia, su paraguas, que se había convertido en su marca personal estaba abierto dadas las condiciones climáticas. El era la única persona en este mundo que sabia que todo esto era una farsa. Quise encontrar mis ojos con los suyos, no para compartir un guiño conspiratorio sino para no sentirme tan sola. Pero mientras las pocas personas que habían asistido le presentaban sus respetos, su mirada pasó de largo sobre mí como si no supiera quien era.

Y así fue. Sherlock se había ido, y solo había dejado escombros a su paso.

TRES AÑOS DESPUES

Saque mi teléfono para ver la hora. Eran las dos de la mañana. A esta hora, la mayoría de las personas estaban en casa durmiendo en sus camas, con las luces apagadas, sanas y salvas. No estaban caminando por las calles como una mujer loca que no quiere regresar a su departamento. Vivian sus vidas, criaban a sus hijos, y amaban a sus familias. No se quedaban tarde en el trabajo de manera intencional o tomaban turnos extras para evitar el vacio de sus hogares.

Esta noche era peor que las otras ocasiones. Hace unas horas cuando estaba terminando algunos papeles en el laboratorio, me permití soñar despierta e imaginar que Sherlock entraba de manera intempestiva al laboratorio justo como en los viejos tiempos, su abrigo flotando detrás de el como una capa obscura. Usualmente no me sentaba a perderme en mis ensoñaciones, aunque Sherlock siempre estaba en mi mente. Pero algo se sentía diferente el día de hoy. En ese preciso momento una suave voz masculina dijo mi nombre. "¿Molly?"

John Watson estaba de pie detrás de mí. No lo había visto en más de un año, y esta era la primera ocasión que estaba en el laboratorio sin Sherlock. Esencialmente parecía el mismo, tal vez con un poco mas de gris en su cabello.

"¡John!" grite dándole un extraño abrazo. "¿Qué haces aquí?"

"Greg Lestrade me pidió que me encontrara con el. Pensé que podía pasar a decir hola."

"¿D.I. Lestrade?" sentí como la aprensión caminaba por mi espina. "¿Para que?"

"Un asesinato, en realidad. Ronald Adair."

Aliviada, me puse de pie y camine buscando entre mis archivos hasta encontrar el indicado. "Aquí esta. Aun espero el examen toxicológico, pero el reporte de balística dice que fue una bala de punta blanda. Esas cosas son horrorosas. ¿Pero por que…?"

John asintió. "Es extraño, lo se, pero me interesa el crimen. He estudiado armas poco comunes estos últimos años. Greg pensó que quizás sabría algo acerca de este asesinato."

"¿Crimen y armas poco comunes? ¿De verdad?" le sonreí.

El se encogió de hombros. "Supongo que me contagie de ciertos aspectos de Sherlock."

Me congele. Que fácil había salido ese nombre de sus labios. No hubo dudas, no estaba el abrumante dolor que lo había devastado durante el primer año de la "muerte" de su mejor amigo. Lo que ahora se podía ver en el rostro de John era la aceptación que solo tenia alguien que había superado la perdida. Me sentí feliz por el y celosa al mismo tiempo.

"¿Así que como has estado?" pregunto, metiendo sus manos en los bolsillos.

"Ya sabes, igual que siempre." Respondí incomoda dándole la vuelta al tema. "¿Y tu? ¿Cómo has estado?"

"Aun sigo en la clínica con Sarah. Me esta yendo bien." Sonrió. "Decidimos vivir juntos después de… como sea, todo esta muy bien."

"Eso es genial. Realmente genial," dije, mis dedos golpeaban de manera nerviosa contra la mesa. "¿Y la Sra. Hudson? ¿Siguen en contacto?"

"Ella esta bien. Ha viajado bastante."

"He pensado en llamarle…" Mi voz se perdió a media frase.

"Bueno, no dejes que te detenga," dijo amablemente.

"Estas en tu casa." Trate de reírme de manera casual pero mas bien se escucho como una risa aguda y temblorosa. Lo deje que tomara asiento en uno de los banquillos, después me di cuenta de que era el mismo en el que Sherlock había pasado horas tantas veces. "Discúlpame, necesito… ir a revisar algo."

Cerrando la puerta detrás de mi, me recargue contra ella y cerré mis ojos.


Eso fue esta tarde. Ahora caminaba con marcha lenta hacia mi apartamento a altas horas de la noche, consiente que temía entrar ahí. Oh, no tenía miedo de que un intruso estuviera esperándome. Todos los sentimientos de peligro y aventura habían desaparecido de mi vida junto con el único detective asesor del mundo. No, mi miedo era algo mucho más pedestre: Le temo a la soledad que ahora define mi vida.

Todos los amigos de Sherlock habían seguido con sus vidas.

Todos excepto yo. Porque sabía la verdad.

Sherlock Holmes no había muerto.

Es mi maravilloso secreto saber que el esta allá afuera en algún lugar, vivo. Es también mi carga tener que ocultarlo del mundo.

Con un suspiro, abrí la puerta y entre. Encendí las luces, y de manera poco elegante deje caer mi bolso en el suelo, y después di un salto hacia atrás gritando.

"Hola Molly Hooper."


N/T: Hola! Primero que nada, feliz año nuevo, espero que este 2013 sea el mejor año de su vida en todos los aspectos. Ahora si, a lo que nos trae por aquí. Esta es mi primera traducción de una fanfic de Sherlock, si ya han leído alguna de mis otras traducciones sabrán que me gustan las historias diferentes y esta historia en particular me cautivo. Desde hace tiempo buscaba un fic de esta serie para traducir y después de leer muchísimos ( Que por cierto hay excelentes historias en ingles) me quede con The Lonley porque me pareció una trama que esta dentro del contexto y el estilo de los personajes que Gatiss y Moffat han desarrollado adaptando muy bien el relato de La Casa Vacia de Doyle. Esto y lo escaso que me parecen las historias de Sherlock en español fueron mis principales motivaciones para este nuevo proyecto, y si, creo que eso es todo. Oh! No se preocupen usualmente no escribo notas tan largas, pero es primer capitulo y pues...bueno. Solo me queda darles las gracias a los que decidan darle una oportunidad a esta historia y pedirles que disfruten su lectura.

Biffy316