Selina

Mis manos se aferraron con aun más fuerza a la camisa de Alexander cuando aquella figura masculina apareció inminente en la sala, como un espectro resucitado de mis recuerdos.

-Suelta a tu hermano Selina-Dijo mi padre autoritario.

El mundo se cayó a mis pies, cómo podía estar vivo, un pequeño sollozo salió de mi pecho, intenté evitar que vieran mi debilidad, sobe todo Alexander, no quería parecer débil frente a él, mi supuesto ¿Hermano?.

Mi padre continuó hablando mientras avanzaba lentamente hacia mí, yo solté al chico, que cayó desplomado al suelo.

-Hace diez años conocí a la que era su madre y estuvimos juntos, sé que ahora mismo debes estar algo consternada pequeña-Me acarició la mejilla lentamente-Pero he seguido todos y cada uno de tus pasos desde que me marché, y la verdad es que tu identidad secreta fue para mí algo totalmente predecible.

-Papá tenemos que salir de aquí…-En mi interior crecía una idea que no quería admitir pero que relucía con poder.

-Shh, cariño sabes perfectamente lo que está pasando-Negó con la cabeza-Siempre has intentado seguir mis pasos, incluso cuando eras pequeña, por lo tanto esto debe dolerte, Selina soy un corrupto, soy el Nocturno.

La verdad que había crecido en mi interior nada más ver aparecer por aquella puerta a mi padre salió al exterior poderosa y arrasadora.

-No me podías mentir ni un poco…-Volví la vista para dejar de mirarlo a la cara, así es como pude ver a Bruce que ya se había quitado la máscara, tenía el gesto triste, sabía tan bien como yo lo que significaba todo esto, mi padre era un corrupto, es más era todo lo contrario a quién creía conocer, sinceramente hubiera preferido su muerte con honores a esta forma de vida cobarde y ruin, volví a mirar a mi antecesor a los ojos-Has conseguido matar otra parte de mí Kyle.

-Lo siento.-Espetó encogiendo levemente los hombros.

Sin mirarlo, me dirigí hacia John.

-Ceo que tienes algo que es mío-Blake me sonrió animándome y me tendió la máscara de Catwoman.

-Bueno papá-Dije andando hacia él mientras me colocaba la máscara, mi segunda piel-Creo que esto es algo entre nosotros, si tanto lo sientes déjalos ir.

-¡Selina no!-Gritó Bruce aun al descubierto.

-No puedo hacer eso pequeña, ellos ya me han visto, ambos sabemos cuál es la única forma…

-No puedo hacer eso-Negué con la cabeza enérgicamente-Eso significaría ser como el verdadero tú, Nicolas-Pronuncié el nombre de mi padre.

No pensaba matarlo, sé que es de mala educación pegar a un padre pero tenía que dejarlo inconsciente si quería pasar por aquel pasadizo recién descubierto con mis acompañantes, su historia no iba a acabar aquí, Gotham necesitaba a policías fieles como John y a un hombre fuete y decidido como Bruce, los salvaría aunque mi vida acabara en aquella habitación.

-Pero podemos jugar a mi juego-Me atreví a lanzar una patada contra su cabeza, pero la esquivó fácilmente.

-Esa es mi chica-Sonrió para luego arremeter un puñetazo en mi cara, no pude evitar sorprenderme.

-Me has defraudado Nicolas-Dije tras pegarle un puñetazo en la mejilla izquierda.

-Siento decirte que estoy orgulloso de ti, aunque hayamos seguido caminos muy distintos en la vida.

Seguimos peleando por un rato, no paraba de esquivar y recibir golpes, hasta que se presentó mi gran ocasión:

Mi padre intentó arremeter de nuevo contra mí, esta vez una patada en el costado, pero me agaché y apoyando mis manos en el suelo, moví mi pierna derecha como las agujas de un reloj para chocarla así contra las suyas y tirarlo al suelo.

-Yo siento decirte que las clases de Chew dieron sus frutos-Mientras seguía tirado en el suelo, levanté lo más alto que pude mi pierna, de manera que mi rodilla quedaba justo al lado de mi cara y con la fuerza de la gravedad dejé que cayera sobre su cabeza para acto seguido dejarlo inconsciente.-Adiós papá.

Volví el rostro rápidamente de nuevo, los sentimientos no me ganarían, no esta vez.

-¡Bruce ponte la máscara, nos vamos!-Grité para deshacer el nudo que estaba obstruyendo mi voz.-Hermanito, me temo que te quedas con nosotros.

John y Alexander cruzaron la puerta, pero cuando fue mi turno, Bruce me agarró del brazo suavemente.

-¿Estás bien Selina?-Lucía preocupado.

-Todo lo bien que pueda estar en una situación como esta-Con la mano libre le acaricié la poca piel que se le veía con la máscara de Batman-Al menos te tengo a ti, en todos los sentidos.

No pudo contenerse más y me besó dulce pero decididamente en los labios.

-¿Cómo me reconociste con la máscara?.-Preguntó tras nuestro suave encuentro.

-Tu olor, además dejaste de poner la voz esa de gánster que usas cuando eres Batman.-No pudo evitar reírse con mi revelación.

-Venga vamos, los golpes son más insistentes, la otra puerta no aguantará mucho.

Comenzamos a correr por aquel túnel de tierra cuesta arriba, un camino estrecho y lleno de baches, suerte que ambos héroes teníamos visión nocturna por lo que me puse delante para guiar a John en el trayecto.

Aparecimos en una cueva, la luz de la luna se filtraba a lo lejos en lo que sería la salida.

De pronto miles de pisadas a una velocidad abrumadora se oyeron tras un estruendo, subían por el túnel que recién habíamos cruzado nosotros. Inmediatamente los tres nos miramos con los ojos muy abiertos cuando Alexander, al ver su oportunidad para escapar comenzó a gritar.

-¡Aquí chicos!-Luchaba con los últimos esquicios de su voz para salir victorioso y libre-¡Soy Alexander!.

-¡Cállale la boca a ese niñato!-Bruce gritó a John que intentaba taparle los labios con su mano como podía.

Mierda, mi corazón iba a mil por hora y las pataletas de Alexander nos impedían avanzar, a este ritmo nos cogerían en un pestañeo

-¡John suéltalo¡

-¡¿Qué dices Selina, estás loca?!-Bruce casi me mata con su mirada inquisidora.

Mientas Batman me entretenía, el chico logró escaparse de los brazos de nuestro compañero de uniforme azul.

Sin pensármelo dos veces le pegué una patada en la cabeza haciéndolo caer inmediatamente KO al suelo.

-¡Ves!, eso es lo que tenía pensado hacer desde un primer momento-Estaba enfadada.-Le dije a Blake que los soltara para no dañarlo a él también.

-Vale, perdona por no esperar-El recientemente familiar caballero oscuro levantó las manos a modo de disculpa.

Bruce se echó a mi supuesto hermano sobre los hombros y comenzamos a correr hacia la salida de la cueva.

Otro ruido, parecido al de un motor realmente potente pero a su vez más silencioso de los normal para el peso que parecía tener se aproximó hacía nuestro destino fuera de la cueva.

Cuando salimos pude ver el Batmovil, hacia tanto tiempo que no veía aquella maravilla de la tecnología que me embriagó la idea de subir en el, he de admitir que tiempo atrás había soñado con hacerlo, pero nunca imaginé que acabaría por hacerlo y menos en estas condiciones.

-Este Lucius es un genio eh-Una media sonrisa asomó en mi gesto.

-Cuánta razón tienes gatita-Bruce lanzó dentro de aquel flamante medio de transporte a Alexander y haciendo sitio John y yo nos introdujimos también.-¿Preparados?.

-¡Arranca!

Con tan solo esa palabra, tomamos una gran velocidad que nos hizo reclinarnos contra los asientos, a pesar de haber tan solo dos plazas cupimos, gracias en parte a mi delgadez y a la de Alexander.

Salimos de la montaña, desconcertados, ahora no teníamos ningún lugar seguro al que ir, mi ático sería vigilado, y la mansión de Bruce también, por no hablar de que ahora Blake también se encontraba en el punto de mira de la banda de mi padre.

Tras un rato pensando al ritmo de una gacela, al fin se me ocurrió algo.

-Vamos a la guarida de Fox.

-Me parece lo más correcto-Buce reafirmó mi idea.-Dentro de poco entraran en cada una de nuestras casas en busca de información, debería avisar a Alfred…

Ya en la guarida esperábamos la llegada de Fox y de Chew que nos afirmaron llegar en poco menos de media hora, también Alfred se dirigía hacía allí, Bruce le avisó del más que prominente peligro que corría si se quedaba en la mansión Wayne.

Acababa de terminar de atar a Alexander que se encontraba aun inconsciente cuando Bruce me agarró por las caderas.

-Creo que va siendo hora de que nos quitemos estos trajes.

Me quedé mirándolo con cara de pocos amigos, cómo podía estar pensando en eso en aquel momento crítico.

-Bruce…

-Lo digo para curarnos las heridas, habrá sitios a los que no puedas llegar ¿No?-Se rió al adivinar lo que estaba pensando.

-Si claro, ya lo sabía.-Le sonreí, incluso en los peores momentos conseguía que mi mundo fuera más humano.

Nos fuimos a la sala de cuidados, al parecer Fox está siempre preparado para todo. John seguía vigilando a Alexander que se movía adormilado por el golpe, pero que pronto despertaría.

Bruce bajó lentamente mi cremallera, parecía que tenía miedo de romperme, lo cierto es que me encontraba mal, no sé cómo saqué fuerzas en los últimos momentos, pero cuando él me encontró recuerdo haber pensado seguidamente en mi muerte.

Abrió el grifo y comenzó a pasarme un paño mojado por todo el cuerpo, yo ya estaba en ropa interior.

-Te han dejado bien…-Su enfado podía notarse a leguas de distancia.-¿Por qué no me avisaste?.

-Pensé que era lo mejor , era asunto mío, era mi venganza-Levanté la cabeza tras haberla mantenido gacha mientras me curaba-Y la verdad después de saber quién eres en realidad me alegro, si hubieras venido nos habrían cogido a los dos y John no hubiera sabido tampoco nuestro paradero.

-Pero…

-Lo importante es que me has salvado-Me quedé callada un momento-Tan solo tu presencia me salvó, el hecho de saber que el caballero oscuro eras tú hizo que quisiera vivir, creo que fue eso lo que me dio fuerzas para enfrentarme a mi padre, me negaba a que tu esfuerzo no hubiera valido la pena y sobre todo, me negaba a perderte.

Repentinamente Bruce me dio la vuelta y comenzó a besarme deliberadamente, yo agarré su pelo con fuerza, sentía el calor de su piel sobre la mía, él también se había quitado el traje, mi labio estaba roto pero el dolor no me impedía seguir disfrutando de aquel néctar prohibido que eran sus labios.

Sus manos me estrechaban cada vez más contra él, ¡ah!... mis costillas… seguro que aquellos patanes me habían hecho alguna fractura.

-Lo siento, ¿te duele mucho?.-Se separó inmediatamente de mí.

-Más me duele no poder besarte.-Sin pensármelo dos veces volví a agarrarlo con fuerza y a juguetear con su lengua.

¿Qué haría yo sin él?, no quería ni imaginarlo, además de ser mi héroe durante mucho tiempo, ahora resultaba ser mi verdadero salvador y no precisamente como Batman, no, si no por el hombre que era, Bruce Wayne.

Siempre había estado ahí, ni mis compañeros de la universidad, ni mi familia, sino él.

Antes de conocerlo realmente, cuando escuchaba el nombre de Bruce Wayne, siempre se me venía a la mente un playboy preocupado por sus asuntos y por su propio bienestar, un narcisista realmente atractivo pero con el que no llegaría a más que a pasar una noche si acaso se presentaba la ocasión que tampoco era buscada.

Ahora sé, que todo aquello no era más que una simple tapadera, estaba ocultando su verdadero yo, el cual me había ido descubriendo poco a poco, con cada paso que dábamos juntos, cada caricia, cada sonrisa...

Estaba enamorada de él, era la primera vez que me lo admitía a mí misma, era un gran avance. No recuerdo haber sentido nada parecido por alguien siempre he mantenido las distancias con las personas, pero él me hacía ser diferente, o mejor dicho, despertaba partes desconocidas de mi personalidad.

-¿Quieres que te confiese algo?.-Logró decir en cuanto paramos para tomar aire.

-¿Hoy es el día de las confesiones?-Me miró frunciendo el ceño de modo reprobador-Claro, cuenta.

-Antes de tu estreno en el teatro, el día de tu cumpleaños, ya estaba interesado en ti.

-¿Si?-Una sonrisa de tamaño alarmante creció en mí.

-Fue mucho antes de tu cumpleaños, fui a verte a una obra, ya te conocía de la televisión pero me dijeron que eras realmente buena en el escenario así que fui de incognito a verte-Rió avergonzado- Conseguiste hacer que dejara de pensar en mis problemas por un momento, así que cuando acabaste de actuar fui a los bastidores para felicítate, pero no fui capaz de hacerlo, y eso es raro en mí, ya sabes cómo soy…

-Por lo que estoy descubriendo hoy sobre usted señor Wayne creo que me queda mucho para saber cómo es usted en realidad.

-Bueno el caso es que te vi envuelta en tu vestido de gasa blanco y rodeada de flores, tan alegre y tan agradecida… el brillo en tus ojos era tan… mágico, así que me abrumé y decidí volver a la mansión.

-Me vas a hacer sonrojar Bruce-Me reí para disimular mi verdadera vergüenza.

-Con ello quiero que sepas que mientras esté contigo intentaré devolver ese brillo a tus ojos verdes Selina. Es más creo que ya veo un resquicio de esa magia asomando por tus pupilas.

-¿Qué se supone que debo responder a todo esto Bruce?-No podía evitar sonreír, pero a la vez luchaba por no derramar las lágrimas que se abrían paso arrasadoras.

-Esto-Me besó frugalmente.

El ruido del elevador al bajar explotó nuestra burbuja perfecta, debían ser Fox y Chew, nos apresuramos a recibirlos saliendo de la habitación, para nuestra sorpresa Alfred se encontraba con ellos.

-¿Dónde está el chico?-Dijo Lucius, parecía sobresaltado.

-Ahí atrás, John lo está vigilando-Bruce hizo un gesto con la cabeza para señalar hacia el paradero de Alexander-Pronto despertará...Hola Alfred-Sonrió.

-Me alegro de verle señor, le he traído ropa, por si les hace falta-Alfred ni siquiera me miró, debía esta incómodo, yo aun seguía en ropa interior.

-Gracias-No pude decir más.

Sin mirar el eficiente mayordomo me lanzó una camiseta de algodón blanca y unos pantalones de chándal grises, me los puse rápidamente, intenté ajustarme con el cordón la cintura del pantalón pero aun así seguí cayéndose y quedándome muy largo, al menos la camiseta no me quedaba tan mal…

Bruce también se vistió, con unos vaqueros desgastados y una camiseta roja oscura.

-Bellísima.

-Mejor dicho desaliñadísima.

-Está claro que en ropa interior estas mejor, pero no voy a dejar que todos vean lo que a mi tanto me ha costado destapar.

Mi mirada inquisidora le hizo reír hasta el punto de dolerle las heridas producidas en nuestra más reciente aventura.

-Dejemos bromas aparte-Chew saltó.-Creo que alguien debe interrogar a Alexander, y ese alguien has de ser tú, Selina.

El mundo se me cayó a los pies, mi supuesto hermano, aquel que sabía la verdadera identidad de nuestro padre estaba despertando, y la primera cara que vería sería la mía.

Me encontraba rodeada de cajas vacías y polvorientas, estaba sentada en una silla del revés de manera que apoyaba mis codos en el respaldo, con mi traje de repuesto de Catwoman, simple, sin ningún brillo ni nada por el estilo, aunque me daba un aspecto más duro, el color era negro no muy intenso y la cremallera plateada subía desde mi ombligo hasta llegar al principio de mi cuello haciendo una abertura hacia fuera realmente favorecedora.

En frente de mí, mi hermano, que se movía anonadado tratando de abrir los ojos, mis golpes eran como una droga, o al menos causaban efectos parecidos excepto por la no adicción que ejercen en quién los recibe.

De pronto sus ojos se abrieron, aquellos ojos verdes, como los míos, como los de nuestro padre. Aquel tono grisáceo difícil de encontrar me recordaba lo duro de la realidad, mi padre era un corrupto, su relación con mi madre no fue del todo respetada y sobre todo me había defraudado, tanto como héroe como progenitor.

La mirada de Nicolas, mi padre, no era la misma, era su verdadero yo el que había tenido frente a mí, todos aquellos años habían sido una farsa.

Imágenes de mi infancia pasaban cegando mis sentidos, yo vestida de rosa jugando con él, sus brazos al lanzarme al aire, los consejos que me daba conforme iba creciendo, todo se resumía en una palabra, mentiras, pero en mis adentros, aunque no estuviera muy orgullosa de ello, aun albergaba la esperanza de que hubiera una pizca de realidad en aquel cuento infantil.

-No llevas la máscara.-Espetó mi medio hermano.

-¿Debería recordar quién me la quitó?-Sonreí ante aquella evidencia.-Tenemos que hablar Alexander.

-Imagino que esto es más como un interrogatorio.

-No te voy a mentir, si no, no estarías atado.

Me levante y me agaché para poder estar a la altura de su cara y ver los distintos gestos que hacía.

-¿Desde cuándo trabajas para Nicolas Kyle?-Se me hacía raro pronunciar de esa forma el nombre de mi padre.

-Desde que tengo uso de razón sé que nuestro padre no es un tipo muy legal además hará como tres años que me ha estado introduciendo en este mundo.

-Así que a partir de los doce eh…-Si nos llevábamos diez años por lo que oí de Nicolas, el tendría ahora unos quince años.

-Exacto.

-Entonces, ¿para qué fingió su muerte?.

-Mi madre murió de una sobredosis, era la segunda al mando, en cuanto pasó eso ideó todo aquello para poder quedarse conmigo y llevar el trabajo desde dentro.

-Oh, lo siento mucho Alexander, creo que puedo comprenderte-Estaba siendo realmente colaborador, algo me decía que podía confiar en él.-Mira, sé que te pongo contra la espada y la pared, pero los atentados no acaban aquí, seguro que falta mucho cargamento de droga y armas por esparcir por toda la ciudad.-Sus ojos se abrieron como platos, verificando así mi suposición.-Necesitan que los servicios de seguridad estén ocupados para poder llevar a cabo el contrabando. Alexander, muchas vidas están en peligro y tú puedes ser quién las salve.

Me puse de pie y lo rodeé para quedarme tras su espalda y comenzar a desatarlo del respaldo de su silla, no quería verlo así, al fin y al cabo era mi hermano, y despertaba un sentimiento tierno en mí, algo realmente extraño después de todo lo que me había hecho, pero ser rencoroso es de cobardes y no sirve para nada.

Tras desatarlo lo puse en pie, medía lo mismo que yo, se notaba que aun era joven.

-Los túneles en los que nos encontrábamos, no sirven de nada ya, la base se ha trasladado…está en la casa de campo de nuestro padre, pero lo peor es que esos túneles… explotaran esta tarde, a las ocho y treinta y cinco, habrá mucho ajetreo en las calles.

-¿Cuánto espacio ocupan los túneles?.

-Dos manzanas.

El corazón me empezó a ir a mil por hora, los latidos me taladraban la sien.

Me abracé a Alexander y le planté un beso en la mejilla, se quedó petrificado, no se lo esperaba.

-Siento el golpe que te di en la cueva.

-El poder se me subió a la cabeza-Rió melancólico-Creo que me lo merecía.

-Tal vez…-Sonreí-Bien, ahora tienes que ayudarme, vamos a hacernos cargo de todo esto pero necesitamos tu información.

-Soy un traidor.

-Eres bueno Alex

-¿Alex?

-Sí-Pellizqué su mejilla-Espero conocerte mejor…¡Entrad chicos hay trabajo que hacer¡-Grité sin dejar de mirar mis ojos reflejados en los suyos.

Inmediatamente la puerta se abrió entrando Bruce a la cabeza seguido de los demás, eso era trabajo en equipo.

Miré el reloj, ya eran las seis y media de la mañana, seguro que el sol ya había asomado sus rayos, acabando así con la fatídica noche que aun intentaba aferrarse a mí con recuerdos y palabras sin y con todo el sentido del mundo.

Aquella había sido definitivamente la noche más larga de mi vida, aunque hubiese pasado fugaz como una estrella.


Siento mi tardanza y la verdad es que vuestra paciencia me asombra jajajaja soy más impuntual que German subiendo los videos el "viernes" jajaja bueno espero que os guste este capítulo y muchas gracias por reviews Nuharoo, BatCatForEver y Mayra, me encanta que os gusta mi fic y sobre todo me encanta tu impaciencia mayra jajaja espero que os guste este capitulo a todo aquel quien lo lea y gracias por darme unos minuos de vuestra vida para poder compartir mi pasión, escribir. Besooooooos y que os vaya bien en la vida, olvidad a quien os odia y amad a quien os ame... pero no de masiado... jajajaja :)