OMG, ACTUALICÉ! RÁPIDO, PIDAN UN DESEO!
Bien bien ya hablando en serio, hoy es un día muy especial y no, no sólo porque actualicé sino por que:
a) Es el cumpleaños de mi saltamontes BlackAda
b) Aunque la selección argentina parió gatitos con uñas muuuy afiladas, hemos llegado a cuartos de final, los que, de acuerdo a lo que nos enseña la historia, será nuestra ronda final, sin embargo hay que valorar el hecho de haber llegado (?) aish a quién engaño, son unos pecho frío que me hacen renegar.
Pero bien, ahora es el momento en que les pido disculpas por haber esperado tanto y blah blah, todo lo que siempre les digo luego de no actualizar por más de 3 meses, en fin, lo siento mucho peeero quiero agradecer a todas las personas que han sido un apoyo incondicional tirándome palos enormes sobre lo floja que soy y tal, bulleandome, llamandome floja, haciendo un top 10 de autoras flojas, etc. casi comandando ese grupo de palos está Motoko Draculia, muchas gracias dulzura, y mis niñas del verano BlackAda, Kris. , AdaHetfield, Diana, May, Lupis y por su pollo mi mom Nelida Treschi *3* muchas gracias a ustedes!.
En fin, espero que les guste mi de-lirio y prometo que el cap 11 estará pronto... :ilied:
A veces se preguntaba como su odio lo había llevado a perseguirla hasta España, ese hubiese sido un buen lugar para matarla y cerrar círculos de una vez por todas, después de todo, era casi allí donde su historia realmente comenzaba a escribirse; pero cerrar las cosas de una manera tan simple y absoluta no tenía sentido ¿Por qué matarla a ella primero y luego a ese bastardo si podía hacer trizas todo lo que amaban? Y naturalmente, como último paso, matarlos.
El verlos juntos pareció ser una señal del mismo inframundo que clamaba por dos almas que le pertenecían desde hacía mucho tiempo, y él, bueno él lo sintió como una difícil prueba para superar… los tenía a ambos en bandeja de oro, para matarlos sin que nadie se entere… pero fue fuerte en su voluntad y decidió continuar esperando y observando sus movimientos, después de todo, esa reunión apestaba a rayos.
Como siempre, la espera tan paciente dio sus frutos, en este caso en particular, frutos jugosos y dulces, frutos con sabor a trampa para ellos y para él, con sabor a venganza. Quién fuera que había dicho que la venganza era un plato que se servía dulce y frío, no podía estar más en lo cierto. Su suerte de aventura furtiva hacía todo muchísimo más fácil para él y no hacía más que confirmar que ella era una zorra y una zorra siempre sería una zorra, sin importar cuántos años pasen o cuántos hijos salgan de su vientre podrido.
De Kennedy no le sorprendía mucho, sabía que ese soquete estaba prendado de ella desde el momento en el que los vio; sintió su sangre hervir de ira ante el recuerdo de ese simple momento, cuando ella no fue capaz de mantener su palabra de honor, y decidió jugar bajo sus propias reglas; él siempre lo supo, sabía que jamás podría confiar en esa mujer, pero nadie lo escuchó… y luego, no tuvo la oportunidad de demostrar su punto a quién correspondía ya que el mismísimo Wesker había resultado ser otra víctima de los juegos sucios y mentiras de la puta.
Destruir sus respectivos matrimonios (más de lo que ya sus propias mentiras lo habían hecho) no era algo que tenía planeado hacer, pero el sólo hecho de verlos juntos, en una furtiva "aventura" era como si hubiese encontrado un maletín lleno de dinero, no aprovechar la oportunidad sería un completo sacrilegio, verlos destruidos de otra forma más, era un hermosa introducción a lo que él realmente pensaba hacer.
Algunas fotografías tomadas desde su propio móvil le dieron justo lo que él quería. Ahora sólo debía hacerlas llegar a las personas correctas y de la manera correcta, aunque claro, eso retrasaría un poco más su plan, pero había cosas por las que valía la pena esperar… además, ya había esperado más de 20 años, un poco más sin duda no lo mataría… de hecho, si ellos no lo habían matado, entonces nada lo mataría.
─ ¿Y bien? ¿Ahora qué? ─ preguntó el rubio aún entre las sábanas mientras observaba a la mujer frente a él vestirse, como si nada hubiese pasado, como si todo lo que hubiesen vivido en esos días significara absolutamente nada, aunque claro, Kennedy ya no podía estar seguro de porqué se preocupaba de las reacciones de Ada, al fin y al cabo siempre eran las mismas, frías, silenciosas y cortantes; sin embargo, al menos ahora había un mínimo progreso que se limitaba simplemente a verla vestirse, eso era algo que jamás había tenido la oportunidad de ver –y estaba seguro que él y el estúpido de su marido eran los únicos, de todos los hombres con los que aquella fémina había compartido un lecho, que tenían ese privilegio de verla vestirse e incluso, quizás ellos eran de los pocos, con el privilegio de seguir respirando luego de haber estado con ella… o en ella.
─ ¿Y bien qué?
─ ¿Qué sucede ahora? ─ Wong resopló mientras se abrochaba su sostén de encaje negro
─No va a suceder nada, Leon, entiéndelo; esto no tiene ni pies ni cabeza
─No, lo tuyo con David…
─Damian─ le corrigió en su característico tono frío y dejando en claro el lugar de su esposo
Hipócrita, le montas tremendos cuernos a Damian y luego finges que le das su lugar
Cállate
─Lo que sea, eso es lo que no tiene ni pies ni cabeza y lo sabes
─Entonces ¿vas a fingir que nada ha pasado, que todo esto vale mierda para ti? ─ Estaba tenso de nuevo, molesto.
No está molesto, mira sus ojos… está…
Herido
─ ¿Sabes? Es lo mejor, vuelve con él y yo volveré con mi esposa y mi hija
─Esto nunca debió pasar
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Esa fue la gota que derramó el vaso, ¿Cómo era posible que aún con todo lo que habían sentido, todo lo que habían pasado –no sólo en esos días, sino en todos su años, a los largo de más de dos décadas- simplemente sea un maldito error, algo que jamás debió pasar? Para Kennedy ella nunca había sido un error, sí Kate, pero Ada jamás.
Adivina qué, para ella sí eres un error.
Leon comenzó a vestirse, dispuesto a dejar de lado de una vez y por todas, esa insana obsesión que tenía con la dama de rojo, ya nada tenía sentido, al menos no con Ada, había hecho todo lo que estaba en su poder, por primera vez, de verdad se había dignado a mover su trasero para acercarse a ella en lugar de poner tontas excusas de honor y deber.
Y finalmente, faltas a todo, a tu honor como hombre y a tu deber como esposo. Eres un genio.
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Un paseo de vez en cuando siempre era lindo y relajante, además nunca sabía con qué tipo de bellezas podría encontrarse, quizás una de esas tantas mujeres hermosas podría ser una afortunada acompañante de… ¿Qué día era?... ¿Miércoles?... ¿Domingo?... como fuera, no era importante.
─Gianovaef debes ordenar tu vida maldito bastardo… o decirle a Ada que borde los días de la semana en tu ropa interior─ se dijo a sí mismo riendo ante su última idea, de seguro si la susodicha lo hubiese escuchado este era el preciso momento en el que sus sesos estarían haciendo una obra de arte moderno en la pared más cercana. Como fuere, lo mejor que podría hacer (además de ubicarse temporalmente) era conseguirse una hermosa mujer con buenos atributos en los que perderse en cualquier momento del día. Entonces lo vio, la perfección muscular y una entallada falda que pedía a gritos ser levantada para descubrir la hermosura que ocultaba… él ya había visto esa perfección, sólo podía ser de esa mujer odiosa pero terriblemente sensual, el día definitivamente se ponía interesante.
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─ ¡Oye tú!
─Esa voz…─ susurró para sí misma gruñendo internamente ¿es que ese tipo la estaba siguiendo?
─Estás arrestada─ le dijo una vez que alcanzó su paso.
─Vete a la mierda.
─ ¿No quieres saber bajo qué cargos? ─ preguntó divertido, como relamiéndose por la "perspicaz" respuesta que de seguro venía ensayando.
─ ¿Mandarte a la mierda?
─No.
─Entonces no me interesa.
─Tienes derecho a saber.
─Entonces ¿Porqué me pides que te pregunte?...
─Bueno… tu crimen es usar ropa─ Helena se paró en seco y apretó fuerte sus puños intentando contenerse de no lanzar a ese ruso directamente a la calle para que fuera arrollado salvajemente por el tráfico citadino de hora pico. El problema con su plan, era que el maldito ruso era tan grande que de seguro dejaría una enorme y fea abolladura en el auto del pobre cristiano que lo golpeara… y encima de seguro el bastardo se levantaría como si nada. Era un plan en vano y tan tonto como lanzar una gota de agua al mar.
─ ¿Tú eres así de idiota todo el tiempo o paras para comer?
─Entreno los domingos─ respondió él con su mal sarcasmo
─Eso lo explica todo.
─ Y bien trasero perfecto ¿puedo invitarte algo sin correr el riesgo que inicies una redada y empieces a lanzar golpes a diestra y siniestra?
─ ¿Puedo cortarte las bolas y ponerlas en tu bebida?
─Es de mala educación contestar una pregunta con otra pregunta─ dijo Nicholai con falsa ofensa y en tono de reproche. Lo que recibió como respuesta fue la elevación del largo y delgado dedo medio de la fémina a la que intentaba fútilmente conquistar.
─Deja de seguirme.
─Acéptame una cena.
─No.
─Vamos.
─No.
─Anda.
─No.
─Puedo hacer esto todo el día.
─Puedo patearte en 5 minutos─ su paciencia se agotaba, no era como que no le llamara la atención el rubio, de hecho sus facciones fuertes eran prometedoras y ciertamente atractivas; pero Helena hacía las cosas en el momento justo, y ese aún no llegaba.
Harper conocía a los del tipo del ruso, los conocía por que solía buscarlos de ese corte para rellenar algunos vacíos en su vida, no eran el tipo de hombre con el que ella esperaba compartir su vida o de los cuales ella podría pensar que le darían su "felices por siempre", pero al menos, eran una buena ayuda en algunas noches desenfrenadas en las que sus instintos más bajos necesitaban ser saciados, ella no negaba que ese insistente ruso pueda ser el próximo en su lista de polvos de una noche, pero aún así, el tipo era insufrible; y ella se preguntó cómo carajos hacía Ada para aguantarlo.
─No tienes porqué ser así ─ dijo mientras se tomaba la libertad de agarrarla por la cintura, cosa que no hizo más que fastidiar a la fémina castaña que sentía su sangre hervir en sus venas.
─No me toques─ advirtió mientras intentaba controlarse de golpearlo, una vez más.
─Vale, vale ─ dijo el ruso sonriendo ampliamente ─ entiendo que no me aceptes nada ahora, pero ¿qué tal si me das tu número?
─ ¡Oh! ¡Claro! Es 555-púdrete, por favor anótalo, luego has un rollito con ese papel y puedes…
─ ¡He! ¿Con esa boca vas a besarme?
─ Veo que no soy la primera en sugerirte lo que puedes hacer con un pequeño rollito de papel
─ Por favor, no eres tan original como crees linda
─ Por favor métete en una zanja
─ Sólo si vienes conmigo a la zanja ─ Bien, esa era la gota que derramaba el vaso, para CADA maldita cosa que ella tenía que decirle él salía con alguna respuesta que era por demás exasperante, ese ruso, era un puto cáncer.
─ Mira, ruso, voy a decir esto amablemente, piérdete o te arrestaré, te interrogaré y electrocutaré tus bolas hasta que todos tus hijos estén tan fritos que el maldito Coronel Sanders estaría orgulloso de mi.
─Dios eres un caso mujer, pero bien, te diré que haremos, me iré ahora, pero hagamos una apuesta, dentro de unos días, estarás loca por verme, me rogarás por ello y entonces, como habré ganado yo te diré dónde nos veremos, tú te pondrás una linda falda e irás ¿bien?
─ Muérete
─Peeero, si no tienes esas ganas terribles de verme, entonces, dejaré de aparecerme en tu camino
─ Muérete, pero es tentador, así que acepto.
─Es una apuesta entonces.
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Todos la creían tan pendeja e incapaz, tan patética, pero ella no lo era –o eso era lo que al menos ella misma se decía- la verdad era que ella misma era mujer sumamente tolerante; toleraba todo y en silencio, como las verdaderas mujeres según su madre, claro podía ser que Leon se estuviese follando a alguna señorita fácil… pero ella era la madre de su hija, su esposa, la única mujer real en su vida, las demás no eran más pasajeras o importantes que unas horas entre unas sábanas ajenas, es más probablemente él ni recordaría el nombre de ellas al momento de entrar entre sus piernas.
Apenas tuvo ese pensamiento, supo que su propio cerebro le había jugado una mala pasada, recordó su propia noche de bodas en la que se suponía que era SU nombre el que debía escaparse en un suspiro… y no lo fue.
Quizás era el momento de afrontar la verdad y la verdad en su más puro estado, y eso, consistía en admitir que ella misma tenía una importancia para su esposo, pero una importancia que sólo se veía ligada por un lazo fuerte y a la vez muy débil… un lazo que dependía de un tercero, inexorablemente de alguien más, en palabras específicas, de una tercera con nombre y apellido… Emma Kennedy; si Emma no estuviera, si esa niña no hubiese crecido en su vientre… ella tendría tan poca relevancia como esas señoritas que enredaban sus piernas en la cadera de su amado marido… y eso dolía como el maldito infierno.
Una vez más, Kate, deseó con todas sus fuerzas desaparecer, irse con su hija de la vida de su estúpido y egoísta esposo… pero había otra verdad oculta en su corazón, una verdad tan pura como la de que su hija era lo único que mantenía el matrimonio unido y tan pura como la verdad de que su esposo no sentía absolutamente nada por ella; una verdad… tan culposa, oscura e incluso hasta deshonrosa para ella misma y era… que simplemente no podía irse, porque amaba, desde lo más profundo, oscuro y patético de su alma a un hombre que jamás llegaría a amarla como ella lo amaba a él.
Esa era una de esas verdades que se dicen en lo alto con orgullo pero que se sienten con dolor en el alma, quizás y sólo quizás, si la esperanza ya muerta de recibir el mismo amor que daba, quizás, sólo en ese caso tan utópico… ella podría sonreír desde el alma y no desde la educación, quizás, si las cosas fueran así, ella no debería tener que obligar a los músculos de su rostro a torcerse en una dolorosa máscara y quizás, entonces, no estaría tan herida.
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Damian estaba enloqueciendo de a poco, sabía lo que estaba pasando y quería fingir, pretender o incluso convencerse a sí mismo de que no era cierto, que esas marcas no estaban allí, que esas mentiras tan obvias eran verdad y sobre todo, que su indiferencia no lo hería.
De todos los grandes defectos que una persona podría tener, Ada tenía pocos – al menos a sus ojos- pero sin duda el más grande de ellos era su coraza, su intocable corazón, su alma impenetrable, ella jamás se entregaba en un cien por cien, no lo hacía por nadie, quizás a la persona a la que le había dedicado más entrega era a su hijo, pero ese niño era una cuestión aparte, Baker no tenía pensado, bajo ningún motivo o circunstancia competir con su propia sangre por la entrega emocional de una mujer a la que le enseñaron a ser una máquina. Sin embargo, desde lo más profundo de su corazón, en ese momento, deseaba poder verla completamente, verla como nadie la había visto.
Claro, no era como que él nunca hubiese visto un lado diferente e íntimo de Ada, pero el amargo sabor en su boca indicaba que necesitaba más, necesitaba, de alguna manera, una reafirmación de lo que él mismo era para ella, quizás eso y sólo eso podría sanar su herida; pero dentro suyo, sabía que eso jamás pasaría, así como un olmo jamás daría una pera y sin embargo… lo aceptaba… llámese amor, llámese locura o estupidez esa era la completa verdad.
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─Bien, sigue diciéndolo, sigue mintiendo ─ gruñó por lo bajo, apretando los dientes y sintiéndose al borde de la locura, la impotencia y la desesperación.
─ ¿Por qué siempre crees que miento? ─ bufó aburrida y fría, fingiendo que no notaba todas las señales que indicaban que esa charla ya no era un juego de búsqueda de la verdad o de seducción.
No había que ser un genio de la observación para darse cuenta de las actitudes de Kennedy, músculos tensos, mandíbulas apretadas, gruñidos bajos, vos algo elevada, incluso unas hebras de sus cabellos rubios comenzaban a erizarse, al igual que su barba, sin lugar a dudas no era la forma en la que siempre lo veía o la forma en la que recordaba al agente de la DSO; en ese momento no era el agente experimentado, calmo y sarcástico de siempre, era algo completamente diferente, algo casi único y extrañamente familiar, como una suerte de borroso recuerdo que se asomaba justo entre la línea de la memoria lúcida y la memoria de algún sueño muy vívido.
Actúa como un animal enjaulado, está desesperado
Lo sé.
─Oh no, no Ada, ya no me mientes a mí, yo ya he visto tu verdad ─ Leon se volteó a verla un segundo, para encontrarse directamente con sus ojos verdes.
Para Wong, esa mirada significaba mucho más que una simple demostración de "x, y o z" sentimientos, para ella era más bien como una patada directa en los senos, de esas que hacen perder el aire y la noción espacio temporal; estaba demasiado claro, esa mirada, ya la había visto antes, justo antes de morir hacía tanto tiempo. Una punzada de dolor atravesó su corazón por un momento, aún después de tantas idas y vueltas ella nunca lo había lastimado verdaderamente, sí, lo había enloquecido, obsesionado y demás, pero jamás había visto sus orbes azules llenos de dolor, desesperación y tintes de miedo, al menos claro, no desde aquella noche en la que lo había conocido, esa noche que aún no sabía cómo definir, los conceptos se disputaban entre maldita porque había sellado el destino de millones de personas por décadas venideras o bendita porque le había conocido y junto con él también había conocido una especie de redención que creía inexistente.
Pero lo que más dolía, además de lastimarlo, era esa mirada y aún más que eso, su significado; algún tiempo atrás le había dado las fuerzas para levantarse y escapar de su inminente deceso, y sin embargo hoy, esos ojos de mar no eran más que el símbolo de un voto roto, un punto en la distancia, perdido entre los escombros de una ciudad que quedaba sólo en la memoria de algunos y los gritos de creaturas infernales que se levantan para reclamar su premio de carne.
─Miéntete a ti misma─ continuó intentando disimular el dolor de su voz con algunos tintes de fingido desprecio. ─ miente, anda, sigue tu costumbre, ve con él y pretende que eres feliz, míralo a los ojos, dile que lo amas, métete en su cama, dúchate con él, dale una mamada, deja que te folle tanto como quieras y finge, miéntete, miéntele, sigue convenciéndote a ti misma que no deseas que sea yo.
Los tonos de su voz subían y bajaban e incluso, a Ada le pareció por un momento que su voz estaba a punto de quebrarse.
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Limpiar y ordenar las cosas de su casa siempre la ayudaba a sentirse mejor, era como la acción de poner todos los objetos en su lugar ordenara también su mente, la hacía saberse útil y una buena mujer; además, sabía que a Leon le gustaba ver todo en perfecto estado, especialmente su ropa, quizás era por eso que él siempre insistía en acomodar su propio guardarropas, pero en esta ocasión, Kate quería hacer algo lindo por él, en parte también para volver a su realidad alterna en la que su esposo no era un anoide y la amaba tanto como ella a él; de seguro, algunos psicólogos dirían que ella tenía algún problema y sí, la verdad que lo tenía, pero, a su modo de ver las cosas, vivir en un mundo alterno para intentar llevar la fiesta en paz con su familia, no era, bajo ningún concepto algo malo, además, en sí nunca hubo evidencia físicas importantes sobre su marido teniendo alguna relación emocional con otra mujer, salvo ese nombre… pero ella siempre intentaba olvidarlo o al menos no pensar en ello ¿Por qué? Por la sencilla razón que dolía como el maldito infierno.
Kate agarro una de las camisas de su esposo, una de color celeste, ella se la había regalado y se la ponía a menudo, combinaba con sus ojos y lo hacía ver mil veces más guapo de lo que era; sin poder o querer controlarse mucho, aspiró el aroma de la camisa, olía a suavizante, jabón y el perfume de Leon, no la había usado hacía mucho tiempo y eso le gustaba.
TOC
El sonido sordo del metal golpear sobre el suelo la hizo volver a la realidad y observar la procedencia del sonido, Kate miró al suelo y vio una moneda que había caído del bolsillo de la camisa, de seguro Leon había recibido cambio y lo guardó en su bolsillo como era costumbre, ella se agachó a recogerla y un pequeño destello rojo le llamó la atención desde el fondo del guardarropas.
Como una mariposa que se hipnotiza por una luz, ella fue al origen, y allí, escondida entre zapatos y entre el largo de la ropa estaba una pequeña caja roja. Kate la abrió, esperando con todas sus fuerzas no arrepentirse de ello… pero en su fuero interno, lo sabía, se quemaría y moriría cual insecto.
Y así fue, Kate sintió como el resto de su alma se desgarraba y no pudo contener el llanto desesperado que salía de su garganta, ni las lágrimas que brotaban de sus ojos verdes.
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─ Así que… se terminó─ dijo ella cuando al fin pudo recuperar la suavidad de su voz, sin embargo dejó escapar en ella una entonación un poco más alta al final de oración, como si fuera una pregunta disfrazada de aquella afirmación que no quería aceptarse o bien… como si fuera una pregunta temerosa de salir.
─Sí ─ el acto que siguió fue simple, sencillo, el rubio cruzó por la puerta y la cerró tras él, deseando cerrar con ella todo el capítulo que encerraba a Ada Wong.
O MAI GAT Leoncito se enojó... me preguntó porqué?, en sí, esta es la primera vez que Leon le da la espalda a Ada, es la primera vez que es él quién realmente quiere cerrar este círculo vicioso... pero ¿qué piensa Ada al respecto? hummm algunas preguntas para pensar en el próximo capítulo. ¿Leon será golpeado por una cabra? ¿Helena será nombrada gerente de KFC y sucesora del Coronel Sanders? ¿Nicholai dejará de acosar a Helena? ¿Qué hará Ada? y por supuesto... ¿ALGUIEN QUIERE PENSAR EN LOS NIÑOS?!
Les agradezco mucho por haber llegado a estas alturas de mi escrito, lo aprecio mucho al igual que aprecio sus revs y su constante apoyo emocional... llamándome floja. Y por supuesto, agradezco mucho a las personas que se tomaron la molestia de escribir revs en mi cap anterior.
TheWalkerGirl: hahahaha that's actually a GREAT idea, the should run away to Bahamas but that would be so simple for them, don't u think? but, I've made them have a little scape to Spain, hope that's good enough for u baby. And I really hope u'd enjoy this as much as I enjoyed writting it.
Nelida Treschi: MOOOOM *3* LO HICE MOM! LO HICE! ACTUALICÉ!
AdaHetfield: Cállate, lesbiano
Gloria Vazquez: Gloria pide un deseo! rápido!
Diana: :v MIRA HIJA! CUMPLÍ UNA PROMESA!
Kmich: Sos gay
NessAkagami: Te extraño ToT
AdaKennedyW: Me sonrojas / ... continúa por favor...
Kris. : Cállate lesbiana cuya selección no pasó a 8vos.
Fran-Lee Wong: awwww que dulce! / gracias por todo!
Stacy Adler: Gracias por todo mujer! me alegra que mi de-lirio te haya gustado
Guest: No me quedé sin ideas, soy muy floja :v
Motoko: no te enojes, no es para tanto *3*
Bien y con eso me despido hasta el capítulo 11, muchísimas gracias por dedicarme un momento de su día!
Saludos. Lirio