Disclaimer: Soul Eater, su universo y personajes pertenecen a Atsushi Ohkubo.
Lo comprenderás
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Te observo sonreír al dar tu clase, disfrutar poner a prueba a tus alumnos y ver que tan lejos pueden llegar. Esperar deseoso sus avances y su propio crecimiento personal.
Te veo apreciar la compañía de Spirit y deleitarte gastándole bromas que lo saquen de sus cabales y hagan surgir su lado cómico.
Incluso te noto mirarme cuando cruzo un salón, cuando atravieso la casa, y por supuesto veo tu expresión incrédula cuando sabes que me he vuelto a perder en la escuela. Percibo como en ocasiones buscas mi calor. Y noto como eso aumenta las preguntas en tu cabeza, las dudas e interrogantes.
¿Qué es el amor?
¿Cómo afectan los sentimientos?
No puedo explicártelo con palabras porque si no lo puedes tocar, si no lo puedes medir o cortar, no es válido como argumento para ti.
Por eso te lo demuestro de otras maneras, acampanándote en tu silencio, encendiendo la luz cuando todo está oscuro y te pierdes en tus reflexiones. Sacándote de tus pesares, despertándote de tus pesadillas, alejando tus temores, manteniéndome a tu lado.
Pero más que eso aceptando tu lado oscuro, comprendiendo tu parte sombría, porque es parte de ti y de lo que eres.
—Stein— te llamo aliviada al encontrarte en el pasillo después de veinte minutos dando vueltas.
— ¿Te perdiste de nuevo Marie? — la comisura de tus labios se mueven un poco.
—Deberían poner flechas— Por eso me gusta tu casa -pienso en silencio- todo el piso indicando distintas rutas.
Sonríes —No creo que aprecien mi decoración en ninguna otra parte— Hago un puchero en desacuerdo —Ya hacen bastante aguantándome a mí. — replicas.
Frunzo el ceño comprendiendo que tienes un mal día. —Este lugar no sería lo mismo sin ti— Aseguro, y no solo por tu fuerza o tu inteligencia, si te marcharas o desaparecieras medio shibusen iría por ti, probablemente conmigo a la cabeza.
Ajustas el tornillo en tu cabeza —Antes de venir aquí estuvieron muy bien sin mí, pueden volver a lo mismo.
—No, nada puede volver a lo que era si no estás— te sonrió y te miro a los ojos para que notes que es verdad.
Venir al shibusen no solo los ayudó a ellos, te ayuda a ti, te has vuelto parte de él y le has tomado aprecio a los chicos y ellos a ti.
En cuanto a mi... sé que conoces mis sentimientos aun cuando no los entiendes. Veo las dudas en tus ojos tras lo que no digo pero que entiendes, comprendo que las preguntas regresan a tu mente. Tu mano tiembla pero no tengo miedo confió en ti, además tengo la certeza de lo que busca tu mano temblorosa.
—Marie san— me llama un empleado nuevo —Acabe con el pedido de shinigami sama.
— ¡Oh! Azusa estará feliz— todo en realidad fue idea de ella.
Das un paso alejándote, el hombre da uno acercándose.
—Me preguntaba si después...
De inmediato te siento detenerte a mis espaldas, le sonrió al chico. —En otra ocasión tal vez— me despido con la mano y te alcanzo — ¿Vamos por un café?
—Pudiste haber ido con él— comentas sin mirarme, porque sé que recuerdas lo que dijo Nygus.
"No encontrarás la felicidad Marie, Stein no sabe lo que es el amor, siempre ha estado solo"
— ¿Eso querías? — te pregunto tranquila, puede que me subestimes pero yo también te conozco.
Te encoges de hombros y continúas tu camino.
Sonrió —Si hubiese ido con él su vida podría haber corrido peligro. — Te guiño un ojo aventajándote por el pasillo.
Porque en ese momento en que te detuviste al oír la posible invitación, sé que imaginaste varias formas de diseccionar al pobre hombre. Cierro los ojos sintiendo calidez emanar de ti ante mi comentario y tal vez ante mis pensamientos.
Tu mano sujeta la mía despacio —Por ahí no Marie— me corriges.
—Ah— miro la división del pasillo y los dos caminos lucen igual para mí.
—La cafetería es por aquí— me guías sin soltarme y sonrió mirando nuestras manos entrelazadas.
Y sé con seguridad que algún día lo comprenderás Stein.
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Y con esto acaban me gusto escribir de ellos y espero les gustara.
Muchas gracias por leer.