Disclaimer: Hetalia no es de mi propiedad.

Pairing: Escocia & Inglaterra (Scott/Arthur)

Advertencias: Incesto – Universo Alterno. Scott adolescente, Arthur pre, avanzan las edades conforme avanza la historia.


Confusiones y recuerdos


No sabía cuando había comenzado, ni quería recordarlo. Ya bastante tortura tenia con saberlo.

Fueron noche tras noche en vela, días con jaqueca y un humor de los mil demonios, peor de lo que era normalmente. Recuerda –aunque no quiere hacerlo –Los gritos de su madre, los sermones no escuchados de su padre y sus alegatos, incomprendidos, ignorados. No sabían nada, absolutamente nada. Y aunque supiesen, no le entenderían. Es mas, se armaría un alboroto, le enviaran a un internado –o a cualquier lugar mientras estuviese alejado –Y le prohibirían verlo.

Y no, no quería recordar, se le revolvía el estomago y sentía un nudo en el pecho cada vez que volvía a pensarlo. Cada vez que confirmaba sus sentimientos.

Estaba enamorado. Y no de cualquier persona, no de la linda chica del otro lado de la cuadra. Estaba enamorado de su hermano menor.

De Arthur.

Ya no era algo tan simple como negarlo, dejar los pensamientos para otro momento y seguir con el día. No, se había transformado en algo insoportable, en algo que le recluía en su habitación por horas, que le torturaba y amenazaba con hacer explotar su cabeza. Ya ni veía a Arthur, y eso era lo que mas le dolía.

Nunca fue un buen hermano. Nunca quiso serlo, tampoco. Le molestaba, le insultaba y le humillaba. Le hacia sufrir. Era su hermano menor después de todo… aunque siempre le pareció curioso que solo le interesase molestar a Arthur y no a los demás. No a Ryan ni Bryan, ni a Glen, ni a Peter. Solo a él, a Arthur. Ese niño gruñón y tímido, que intentaba hacerse el independiente delante de todos, que trataba de mostrar su superioridad cada vez que podía. Ese niño orgulloso y a veces llorón.

Suspira, piensa. Le da una calada a su cigarrillo, sin importarle que se esté matando lentamente con tan solo dieciséis años. Otro suspiro, otro pensamiento, otra calada.

Siente una presión genuinamente dolorosa en el pecho. Se siente tonto, por sus sentimientos y por dejar que las cosas llegaran hasta donde estaban. Por enamorarse de su propio hermano y por sufrir por eso.

¿Que hacer?

Tiene novia, tiene amigos, tiene una familia preocupada. ¿Por qué entonces no pedir ayuda…?

Golpean su puerta. Se apresura en apagar el cigarrillo y tirarlo bajo la cama, la ventana ya esta abierta. Espera unos segundos, para que el humo se disipe y quien sea que esta detrás de la puerta no arme un alboroto.

Abre.

Oh…

Es Arthur.

Se queda en silencio mirando a la figura delgada y baja parada frente a él. A ese niño rubio y de ojos verdes que le mira algo tímido. Se ve adorable. Sumiso. Y entonces los recuerdos vuelven, los sentimientos afloran y el vuelve a sentir esa opresión en el pecho. Ese revoltijo en el estomago.

-¿Qué quieres? –Las palabras salen cortantes, indiferentes.

El niño se queda callado, baja la mirada y respira asustado.

-¿A que viniste? –Lo intenta otra vez, sin cambiar el tono de voz.

-Scott… -Arthur toma aire y continua, esperando que las palabras le salgan. Le teme a su hermano. Le teme a sus palabras y a sus acciones –Hermano, ¿Por qué estas encerrado? Llevas… -Intenta no mirar a Scott, para no temerle a su mirada, el solo está preocupado –Llevas toda la mañana en tu habitación... ¿Estas enfermo? ¿Es por mi culpa?

Scott le quita la mirada de encima, quiere cerrar la puerta y volver al silencio de su cuarto. No quiere responderle, por que realmente el niño acertó. Si, esta enfermo. Y si es por su culpa.

-No, no me pasa nada –Miente, las mentiras siempre son una buena salida momentánea.

-Uh… bueno… -Arthur trata de seguir hablándole. Si es cierto que Scott le maltrata, pero está preocupado por el. Hace semanas que no le habla y si no esta en su habitación, esta discutiendo con sus padres. Se ha vuelto más problemático de lo común, e ignora a todos. –Quiero que estés bien…

Se sorprende. No esperaba eso por parte del niño. ¿Le preocupa? ¿Le importa? Una sensación aliviadora le recorre el cuerpo. Siente unas ganas repentinas de abrazar a Arthur.

-Eres un tonto, ¿Sabias? –Arthur baja la mirada nuevamente, esperando a que Scott continuara y le insultara, que se riera de él. Pero no le importa, quiere que todo vuelva a la normalidad. –Ven, pasa. Tengo algo que decirte.

Le toma del brazo y le hace entrar. El cuarto está oscuro y la atmosfera carga con el nada sutil olor del cigarrillo. Arthur siente nauseas. Le da miedo el cuarto de su hermano mayor. Siente curiosidad, también. ¿Qué querría decirle su hermano? Quizás era una broma, planeada por todos. Quizás en ese instante Ryan y Bryan saldrían desde el armario, argumentando que querían asustarle y gastarle una broma. Mamá y papá dejarían de discutir y reirían, Glen dejaría de ignorar a todos y reiría también, Peter… él siempre está alegre, ajeno a todo. Arthur tenía doce años, pero sabía que las cosas en su casa no iban bien, por parte de nadie.

Scott suspira, preguntándose, insultándose mentalmente el por qué dejo pasar a su hermano. Solo quería estar con él, olvidarse de todo. Volver a como estaban hace seis meses atrás.

Cuando los problemas no eran mas que un punto lejano en un plano de felicidad constante.

-Oye… -No alcanza a hablar, Arthur se aferra a su cintura, con fuerza. Está llorando y con los ojos apretados. Seguramente cree que le golpeará por eso. Ríe sutilmente.

-Dime que te pasa Scott… no quiero que todos estén mal… -Arthur seguía firme a su hermano, no le importaba si le golpeaba, estaba triste, y quería que todo regresara a la normalidad.

¿Realmente había existido alguna vez esa "normalidad"?

Más parecía un sueño perdido entre tantos.

-Suéltame –Le ordenó, contra su voluntad. Le gustaba el afecto, más no podía permitírselo. No ahora.

-L-lo siento… -Trata de excusarse Arthur, quitando sus brazos y restregándose los ojos.

-¿Recuerdas que mamá quería mandarme a vivir con la abuela?

El pequeño le miró confundido.

-Si…

-Pues, pienso aceptar su oferta.

-¿Q-que? ¿Te iras? Pero Scott…

-¿Qué, acaso no es mejor para ti? Te dejaré de molestar, ya no tendrás que preocuparte por mi. Solo tendrás que cuidarte de Ryan y Bryan.

-No te marches… -Le suplicó –No quiero que nadie se vaya… Ryan también menciono algo así, es por eso que ahora esta peleado con todos… Y Bryan dice querer hacer lo mismo. No tu, Scott… No me importa si me golpeas, o si me molestas delante de los otros niños…

El mayor sonrió, no podía negar que le causaba ternura ver a Arthur pidiéndole que no se fuera. Nunca se lo habría imaginado.

Arthur… -Le tomó de los hombros, obligándole a enfrentar la mirada. Verde contra verde. Sintió que se arrepentiría eternamente por lo que iba a hacer, pero una parte de él lo necesitaba. Se iría, era verdad. Y por eso necesitaba despedirse de Arthur, de una forma que no lo olvidaría jamás.

Primero se acercó sigilosamente, de una manera que no alertara al pequeño. Sus respiraciones chocaron, Arthur se quedó quieto, expectante. Esperando a la próxima acción de su hermano. No supo por que no se alejó, parecía como hipnotizado. Y es entonces cuando Scott rompió la distancia, junto los labios con los de Arthur y los rozó suavemente. Acariciándolos, con cuidado.

Era tan diferente a como se imagino. Para ambos. Scott nunca pensó que le respondería, como podía, torpemente. Pero lo hizo. Arthur nunca creyó que su hermano podía llegar a tratarlo así, casi… con cariño.

Scott rompió el contacto, dejando al niño con las mejillas rojas y la boca entreabierta. Confundido.

-Te quiero, Arthur…

-Yo también Scott…

Scott respiró hondo, intentando asimilar todo.

-Necesito que me prometas algo, Arthur.

-C-claro...

-Prométeme que no le dirás esto a mamá y papá. Si ellos se enteran, no me dejaran volver a verte. Solo me iré a casa de la abuela por unos meses, hasta organizar por completo todo esto. Cuando regrese todo será normal, ¿Puedes prometerlo?

-Si, lo prometo… No le diré a nadie. Ni siquiera a Glen.

Scott le sonrió, pero esta vez no fue una sonrisa maliciosa, una burla, una mueca cargada de sorna. Esta vez fue con ternura, con amor.


N/A: Me agradó usar la parte mas humana de Scott, mas adelante se revelaran los pensamientos de Arthur respecto a todo.