H-Hola fandom de MSMM –se esconde detrás de su silla porque siempre que escribe para un fandom diferente muere de nervios – e-es la primera vez que escribo por estos lados y bueno… me gusta hablarle a los que me leen antes de que lean lo que escribí. Pues bien ayer acabé uno de los volúmenes de mi saga de vampiros favorita y eso me dejo con ganas de escribir sobre vampiros, luego esta que me dio por hacer shojo-ai y recordé que me enamoré de estas dos niñas (¡demonios! son tan perfectas agsdhdff) así que aquí me tienen, espero les guste, es mas si es así pueda que escriba mas cosas por estos lados. Btw si ven algo OOC o que no les guste pueden decírmelo en sus reviews, eso me ayuda mucho a mejorar C:

Disclaimer: Mahou Shojou Madoka Magica ni sus personajes me pertenecen, y todo esto se hace solo por diversión, ni me pagan ni me interesa que lo hagan.

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Tokyo, 24 de diciembre, 8:30 p.m

Cierta criatura pelirroja había acabado de despertar, podría haber pasado de largo en sus ensoñaciones pero fue la sed lo que la acabó por despertar ¡que dilema! Además no es como si le molestara realmente tomar a alguien como víctima, es decir era parte de su naturaleza, no iba a negarse al encanto del néctar de la vida que le llamaba cual canto celestial, sin embargo tenía que ser cuidadosa con respecto a quién tomaba; no disfrutaba de hacer sufrir demasiado a nadie, era un tanto contradictorio pero así había sido ella siempre incluso cuando era humana.

Aunque ese pasaje de su existencia se encontraba lejano, poco se acordaba de esos días ya, no le importaba en lo absoluto.

Despreocupadamente colocó sus brazos tras la nuca mientras observaba los aparadores de las tiendas ¡cuantos ánimos se observaban por la ciudad! Suponía que era por la fecha. La hilarancia del hecho quizás radicaba en que los japoneses no eran católicos, así que aquellas fechas eran de consumismo total ¡y aun así se les veía tan felices! Los humanos eran, sin duda alguna, algo bastante interesante, todo en ellos era fascinante y frágil al mismo tiempo.

En esos momentos solo observaba con atención, como esperando que algo especial sucediera ¿pero como algo podía suceder? Mas allá de las cosas que pudiese cada quien estar haciendo la ciudad se encontraba en sus parámetros estándar, pero estaba segura que encontraría algo que hacer esa noche, aunque la sed estaba palpitando arduamente en su garganta, viajando hasta su pecho, de una forma que resultaría incuso agobiante, pero ya a estas alturas conocía como controlarla, al menos como para hacerla soportable.

¡Aunque ya era hora de divertirse! Estaba segura de que había algo por allí, su olfato se lo decía. Llevaba un chocolate en mano que comía con ganas, por supuesto que eso no la llenaba y mucho menos la hacía sentir nada, sin embargo era ya costumbre y no hacerlo la haría sentir extraña, era rara incluso para el mundo de lo sobrenatural. Recorriendo los distintos locales con la mirada una escena le llamo la atención; había una chica humana recostada con los brazos sobre el barandal, detrás de las mesas por encima de los setos del café, con la vista clavada en algo dentro de el.

El lugar estaba repleto de gente; mas específicamente de parejas, Kyouko ahora movida por la curiosidad hizo uso de sus habilidades espectrales para entrar en la mente de la muchacha, allí se dio cuenta de que esta miraba a una pareja; una chica risueña de cabello verde con un muchacho mas bien serio de cabello oscuro, ambos hablaban con naturalidad sobre algo que no sabía ni le interesaba saber. Fue entonces cuando la pelirroja se dio cuenta de algo ¡la chica de cabello azul los estaba siguiendo! ¿Por qué haría una cosa semejante? Ladeo la cabeza pensando que eso no era divertido, una muchacha tan linda no tenía que pasar por esas fechas de esa forma, humanos desperdiciando su hermoso y corto tiempo de vida… oh bien, ella podría cambiar eso.

¿Por qué? Quien sabe, ella llamo su atención y eso es todo.

Con un pocky sobresaliendo de sus labios dejando a la vista sus colmillos y las manos dentro de los bolsillos de su suéter se acercó hasta donde estaba encaramada el objeto de su atención, mientras le llamaba con voz mas bien burlona.

- Hey tú, si te descubren estarás en problemas por acosadora –sonrió viéndola mientras ella se tambaleaba del susto

- ¿D-De que estas hablando? Además yo no estoy acosando a nadie…

- ¿A no? ¿Qué haces allí arriba?

- Eso no es de tu incumbencia – y allí tenía un buen punto

- Mmm cierto, cierto… ¿pero no querrás que llame a la gente de seguridad cierto? No creo que sean felices de saber que tenemos una vigilante extra por aquí

- No digas nada – pidió casi en suplica, pero no sonaba como tal, era casi una exigencia – y-yo… -y de un momento a otro, quizás por el miedo, la chica de cabello azul se tambaleó haciendo que soltara la cerca de donde estaba sostenida

La otra chica ni corta ni perezosa utilizó su velocidad y fuerza para quedar bajo ella y atraparla, cosa que realizó con un movimiento más bien elegante para alguien que aparentaba ser tosca. Las mejillas de la contraría se tiñeron en carmín al darse cuenta de aquella posición, era extraño que otra chica fuera capaz de sostenerla así como si nada, sin mencionar que su piel se sentía tan fría que simplemente la hizo abrir mas los ojos.

- Con cuidado linda, no queremos que acabes vuelta tortilla en el suelo ¿no es así? –rio por lo bajo, aun con ella en brazos sin soltarla –ya sé, no acusaré lo que te vi haciendo si me haces un favor

- ¿Favor? –parpadeó la otra aun sin ser soltada - ¿Qué clase de favor?

- Oh es sencillo, no es la gran cosa – negó animadamente la pelirroja sin soltarle – simplemente entra conmigo al café y comamos algo juntas

- ¿Q-Qué? ¿Por qué?

- Porque me llamas la atención, porque acabo de salvarte y no te acusaré de acosadora ¿te parece poco? –y aun sonriendo la bajo delicadamente al suelo –así que no puedes negarte, como podrás ver

- … Vaya petición, no entiendo por qué lo haces y algo me dice que tampoco quiero entenderlo – la chica de cabello azul soltó un sonoro suspiro – pero no tengo dinero para beber algo allí

- ¿Y quién hablo algo de dinero? ¡Yo dije que entrarás conmigo y ya! – la pelirroja empezó a jalonearla del brazo mientras la otra se negaba, pero era imposible pues la contraría al parecer le ganaba en fuerza

- ¿C-Comer aquí? Hay otros cafés… no quiero entrar aquí

- Patrañas, aquí estamos bien –opinó sonriente, mientras buscaba una mesa para dos que estaba justo al lado de los chicos a los cuales observaba anteriormente la peliazul

Estaba muerta de vergüenza, y esperando que los otros no la vieran, tomo el menú y se tapo con el la cara, la vampiro simplemente río de tal acción ¡pero que encantadora criatura!... de repente recordó que había estado con sed desde hace un rato y aquello empezaba a incomodarla de nuevo… ahora que lo pensaba ella se veía bastante apetecible, se preguntaba que clase de sabor podría tener alguien como ella. Usualmente no bebía de mujeres, era mejor acabar con aquellos idiotas que quisieran pasarse de listos, eso la hacía una especie de heroína en su cabeza ¿no? Pero esta vez era diferente.

Mejor dejaba de observarla o si no la sed no se iría.

Esta notó que la pelirroja tenía la mirada fija sobre ella, por lo que giró los ojos bajando solo un poco el menú ¡No quería explicarle a ese par que hacía ella allí con una completa desconocida! En serio que la vida era una cosa absurda, al menos la suya lo era.

- ¿Por qué te tapas con el menú?

- No me estoy tapando con el menú

- Entonces bájalo

- No quiero… lo estoy viendo

- Puedes verlo abajo –obviamente la estaba retando, sabía lo que intentaba, lo cual ponía un tanto de malas a su acompañante

- Déjame en paz

- ¡Que carácter! Y yo intentando pasar una noche agradable contigo

- Y-Yo no quiero nada contigo, no sé que tienes en la cabeza, pero estas loca –bufó cruzándose de piernas mientras la miraba con el mismo desafío teñido en sus orbes, la otra simplemente rio

- Me gusta tu temple, definitivamente eres interesante –le guiñó un ojo aun sin dejar de verla mientras ella parpadeaba desconcertada, no sabía que responder a eso, solo quería que cierto chico le dijera esas mismas palabras… aunque ahora parecía caso perdido.

- Yo… gracias supongo… ¿Qué vas a pedir? Quiero una tarta de fresa

- Pues una tarta de fresa será – llamó con un aplauso al mesonero para dar su orden y luego dejarle ir

- ¿Y tú no vas a comer?

- ¿Yo? No, las cosas que venden aquí no son realmente de mi gusto, a mi me llena… otro tipo de comida – con su sonrisa dejo entrever sus colmillos, los cuales la contraria tomo como algo normal, últimamente había cada cosa extraña… - ¡cierto! No sé tu nombre, yo soy Kyouko Sakura, pero dime solamente Kyouko, eso de las formalidades no va conmigo ¿y tú?

- Yo soy Sayaka Miki, supongo que un placer –la chica advirtió que la pareja que había estado observando se levantaba de la mesa para retirarse del local, quería seguir viendo pero eso solo haría el vacío en su pecho aun mas grande

- Oye, no deberías tener esa expresión Sayaka, no te queda para nada bien –afirmó ella, luchando en su interior con sentimientos encontrados propios de su naturaleza – estoy segura de que ese tonto no vale la pena

- ¿Cómo sabes qué…? –la pelirroja tapó su boca con el dedo índice y sonrió con sutileza

- Solo lo sé, no preguntes cosas de las que puedas arrepentirte saber, aunque te diré una cosa; eres mucho para él ¡muchísimo! Vamos ¿te haz visto en un espejo? Si prefiere a la chica con la que estaba es porque esta tremendamente ciego – en esas llego el chico con el pastel dejándolo frente a una muy sonrojada Sayaka –ahora disfruta de tu poste, y piensa en la libertad

- Él… él me gusta mucho –afirmó cortando un trozo de pastel –yo di muchas cosas por él, de hecho mas de lo que debí dar… pero no me arrepiento, aunque me siento como una idiota… -en esos momentos la pelirroja se puso de pie cerrando ambos puños y golpeando la mesa haciendo que su compañera se sobresaltara

- ¡Entonces además de ciego es idiota! Vamos, hacer que alguien como tú es así no debería tener perdón, de verdad que estos humanos cada día están peor…

- ¿Disculpa? – Kyouko habló de mas, se mordió el labio inferior sintiéndose tonta y mas sedienta de lo que ya estaba

- L-Lo lamento Sayaka… a veces hablo por hablar –afirmó tosiendo un poco y mirando hacia un lado –pero en serio, te ves muy atenta y… -alzó su mano fría posándola en la mejilla contraría que de inmediato se tiño de carmín, aunque no sin antes temblar un poco ¿por qué era tan fría? - ¿es extraño decir que no me gustaría que te hicieran daño?

- Es extraño si –afirmó bajando la mirada y comiendo pastel – pero… gracias por eso –alzó la mirada con una sonrisa, aquella extraña le había alegrado mucho la noche, al menos no era tan patética como pensaba que sería.

Salieron al fin del lugar mientras la peliazul agradecía a la contraría sus palabras y la comida, ella simplemente negó con la cabeza, algo en la conversación indicó que no se equivocaba en cuanto sus pensamientos para con ella; era simplemente tan leal, fuerte y dulce que incluso le daba lástima dejarla escapar. Al verla intentar esa la retuvo por la manga de su brazo mientras ella se quedaba un tanto perpleja por la acción.

- … ¿Tienes que ir a casa?

- No es como si alguien me esperase allí realmente, pero es lo mejor

- Entiendo –la halo un poco contra ella ante la mirada atónita de la misma, estaban en lugar alejado, nadie notaría si algo pasaba en realidad.

Kyouko acercó sus labios al cuello de la contraria, con suma delicadeza mientras la rodeaba en brazos, esta era incapaz de moverse, petrificada por lo que podría pasar ¿será que…? Aquél miedo que la helaba no era normal, pero no había forma de moverse, simplemente no encontraba la manera, es como si hubiese puesto un hechizo sobre ella. Es más; la acercó con mas temple a su cuerpo, como si lo que pudiera pasar no importase ya, un pensamiento bastante divertido en realidad.

Pero la pelirroja solo dejo un beso sobre su cuello, acción que dejo helada y avergonzada a la otra.

- Sayaka, prométeme que mañana a esta hora estarás aquí ¿si? Quiero hablarte de nuevo –sonrió con ganas mientras la mencionada solo asentía con una mano sobre su cuello –no te preocupes, yo te cuido, y prometo no dañarte… nunca haría tal cosa –se inclinó con elegancia que mas bien parecería impropia de alguien con su imagen – si no estas aquí ¡créeme que te buscaré! Quizás te encontraste un nuevo futuro – se dio media vuelta, con las manos nuevamente tras su nuca – no escaparás de mi nunca, princesita –y así como había aparecido ante ella desapareció entre las brumas

Pero antes de ir nuevamente a su escondite diurno le daría una visita a cierto chico, aun tenía sed y uso toda su fuerza de voluntad para no herir a Sayaka, si podría herir a la razón de su infortunio aunque sea un poco, ese solo pensamiento la hizo sonreír.

Ser una criatura de la noche y poder tomar la justicia con sus manos, era simplemente lo mejor.