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Cuenta regresiva

Solo eran tres personas, y eso era algo que Mycroft tenía más que asumido, pero igualmente quiso hacer una cena tradicional. Disminuirían las cantidades pero la cena sería como la de todos los años.

Comerían carne, sopa y un postre que consistía en helados de varios sabores. Y, aunque sus dotes culinarias no fueran las mejores del mundo, lo haría él. Quizás porque lo viera necesario para prepararse para un futuro.

Greg le ayudó a preparar los platos, aunque se entretuvieron un poco en la elaboración de la carne y casi la carbonizan, por lo demás, prepararon una cena bastante decente. Y como era lógico, comestible.

A la hora de la cena, mientras Greg se encargaba de poner la mesa, Mycroft fue avisar a Sherlock. Le comunicó que la cena estaría servida en cinco minutos y que bajara. Pero este estaba tan concentrado en lo que estaba haciendo que no le prestó atención.

—Probablemente no baje —comentó Mycroft cuando llegó al salón.

—Bueno, en ese caso esperaremos a las 12 en su habitación —dijo Greg divertido —. Empecemos nosotros.

Mycroft sonrió de medio lado y comenzó a comer junto a Greg. Pusieron el televisor, donde estaban dando los típicos conciertos de fin de año. Hablaron sobre cuánto tiempo quedaba para sus respectivos exámenes, de lo que les depararía el nuevo año y de si trabajarían en algo para poder obtener algo de dinero extra.

—A partir del año que viene, vivirás aquí —sentenció Mycroft.

—¿Disculpa? —preguntó Greg confundido —. Te dije que no… Que no aceptaba eso hasta que estuviera trabajando de policía y pudiera ayudar con el alquiler.

—No estoy de parte de aquellos que se aprovechan delos demás, pero mi padre me está pagando este piso y todos sus gastos hasta que yo empiece a trabajar, le pediré permiso pero estoy casi seguro que no le importará que vivas conmigo. Igualmente, si nos duchamos juntos y dormimos juntos… No habrá mucha diferencia.

Greg rió.

—Sabes que no estoy de acuerdo, ¿no? —le dijo.

—Lo sé, pero en parte estás deseando salir de casa de tus abuelos así que soy tu mejor opción. Estudiaremos juntos, te ayudaré en todo aquello que necesites y me ayudarás. Aprobaremos nuestros exámenes y si es necesario nos buscaremos una casa más asequible.

Greg suspiró.

—Está bien... Pero que sea asequible para ambos, no quiero sentirme excluido.

Mycroft rió divertido, aunque al darse cuenta que Greg lo decía en serio asintió.

—Tranquilo, aunque sea un piso pequeño, será mantenido por ambos.

Greg le sonrió complacido y regresó a su comida. Unos pasos por las escaleras le alertaron y supieron que Sherlock cenaría con ellos, así que Mycroft se levantó y fue a por el plato.

Cuando estuvieron los tres en la mesa, hablaron de crímenes, asesinatos y películas de terror ambientadas en esas fechas. Mycroft se lo pasó en grande, sobretodo porque Lestrade describía las películas de miedo de tal forma que más bien parecía una cómica.

Después del postre, mientras esperaban para la cena, se tomaron una copa de whisky. E, ignorando a su conciencia, Mycroft le puso una a Sherlock. Era poco y estaba mezclado con refresco pero no quería ser tan rudo como su padre y enviarle a su habitación hasta que quedaran unos minutos para las 12 de la noche.

Cuándo llegó la cuenta regresiva, los tres estaban frente al televisor observando a los presentadores que, desde Trafalgar Square, estaban retransmitiéndolo en directo.

—Porque serás el mejor detective inspector de Scottland Yard —le dijo Mycroft al oído cuando la cuenta comenzó en 10.

—Porque serás uno de los políticos más poderosos del Reino Unido —murmuró Greg.

Sherlock le miró enarcando una ceja, aunque no comentó nada. Aferró entre sus dedos el violín que había bajado hace diez minutos.

—Porque siempre estaremos juntos —le dijo Mycroft y le agarró la mano a Greg.

—Porque algún día podremos casarnos —le dijo Greg devolviéndole el apretón.

—Porque jamás negaremos lo que somos —susurró Mycroft, Greg solo sonrió y asintió lentamente.

—Porque nos encargaremos de que Sherlock siga en el camino correcto —dijo Greg divertido.

El adolescente gruñó molesto. Aunque no comentó nada.

—Porque tendremos por lo menos un hijo —susurró Mycroft, y la mirada que le lanzó Greg fue de pura ilusión.

—Por nosotros —susurró Greg.

—Porque te quiero —sonrió Mycroft.

—Porque te quiero —le dijo el moreno antes de acercarse a él y besarle.

Una campanada procedente del Big Ben resonó en toda la ciudad y Greg y Mycroft profundizaron el beso. Sherlock rotó los ojos y se apoyó el violín en el cuello.

—Feliz Año Nuevo —dijo en voz alta.

Greg y Mycroft se siguieron besando mientras escuchaban como Sherlock tocaba Auld Lang Syne.

Sería un año cargado de esperanzas y aunque todo no pudiera ser perfecto ellos mismos se encargarían de que saliera todo como estaba planeado. Para ese año y para todos los que permanecieran juntos.

FIN


¡E aquí el final! Creí que nunca llegaría, madre santa...

¡Estoy contenta con este fic! Creo que he sabido llevarlo por el buen camino y que el final ha sido decente. Aunque, como me han dicho, muy empalagoso. Igualmente, espero que a ustedes todos os haya gustado tanto como a mi.

Personalmente, me gustaría darle las gracias a Riku, a Criss y a .love ya que ellas me han dado ánimos y algunas ideas sueltas para que las piezas se fueran encajando cuando ya no sabía que hacer.

Pero por supuesto, quiero darle las gracias a Lurhien. Por ser mi beta, por aguantarme todos los putos días de Diciembre enviándole lo que tenía escrito y diciéndole que no tenía ni idea de como seguir. Ella me ha ayudado muchísimo con este fic. ¡Muchísimas gracias!

Y obviamente, también gracias a todos lo que me habéis comentando diciendo lo que os gustaba y animándome a seguir. Gracias de verdad.

Por último decir que no volveré hacer algo como esto, ¡pero os animo a que participéis! ¡Sobretodo si os gustan los retos!

Feliz Año Nuevo

PS: Si me siento pletórica, escribiré un epílogo que diga "20 años después" aunque supongo que eso sería abusar y pasarse... Porque solo son 30+1.

PS2: Siento que John Watson no haya aparecido, pero Sherlock no estaba preparado para conocerlo todavía.