Título: ¿Jugamos?

Personajes: Draco y Harry.

Resumen: En una noche de borrachera con sus amigos, Draco es transformado por Zabini Blaise sin que se diera cuenta. Pero, ¿en qué se transformó Draco? ¿Y qué hará cuando justamente es encontrado por Harry Potter?

Clasificación: No menores de 16 años.

Género: Humor/Romance

Disclaimer: Harry Potter, sus personajes y cualquier mención a su mundo pertenecen a J.K. Rowling y no sé cuáles más. Este fanfiction es escrito por puro relajo e insana diversión, sin fines de lucro. Seguiré soñando con el día en el que los derechos aparezcan bajo mi almohada.

Comentarios: ¿Qué hace esta escritora cuando está redactando dos historias llenas de una fuerte carga emocional? ¡Se pone a escribir humor para tratar de aliviarse!

Advertencias: Slash. Éste es un relato que narra una relación homosexual y contiene escenas que podrían ser consideradas como ofensivas para algunas mentes. Si no te sientes a gusto con el tema, ruego abandones este fanfiction. Dicho está, sobre aviso no hay engaño.

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¿Jugamos?

Por:

PukitChan

Capítulo 9. Y vivieron feli… juntos.

(O de cómo el final de una pelea, sólo es el comienzo de otra más intensa)

Una mirada penetrante recorrió su cuerpo, provocándole un intenso escalofrío a lo largo de su columna dorsal. Tragó lentamente saliva y apretó sus, repentinamente, resecos labios. Jadeó. Cerró sus parpados, sintiendo claramente una gota de sudor resbalar su sien. Despacio, eso era todo lo que le exigía, ¿no es así? Ser lo más suave posible mientras lo movía en ese circular movimiento y su mano libre atrapaba un poco de aquel liquido transparente para esparcirlo dentro.

—¡Despacio, maldita sea, Potter!

—Calla, que me estoy conteniendo para no aventarlo todo hasta dentro de una maldita vez —exclamó, sonriendo de lado.

El moreno inclinó más su cuerpo y observó atentamente. Los labios pálidos de Draco, tan cerca de los suyos que era imposible no verlos, habían adquirido un nuevo tono sonrosado que a Harry se le antojaba tentador.

—Sólo un poco más, ¿ves? —dijo el Gryffindor, señalando con la mirada el largo objeto, moviéndolo en círculos y hundiéndolo un poco más. Draco frunció el ceño y exhaló con suavidad.

—¿Me lo dices a mi? —contestó, cuando finalmente encontró la manera de hablar sin caer en la desesperación—. ¡Soy yo quien está siendo generoso y estoy aquí perdiendo el tiempo enseñándote a hacer esta estúpida poción, Potter! No tienes el sentido común para el arte de prepáralas. ¿Cómo demonios te aceptaron en el cuerpo de aurores? ¡Ah, cierto! ¡Por haber derrotado al loco de la muerte!

Harry le dedicó una mirada enojada al rubio, sacando la larga cuchara de madera, objeto con el que había estado moviendo en círculos la poción para revolverla, y con ésta señaló a Draco.

—¡Si no quieres ayudarme, puedes simplemente irte! ¡Con la ayuda de Hermione igualmente la lograré hacer!

Draco bufó al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa arrogante.

—¿Granger? ¡Por favor! Es tan mala que hasta tú, el idiota que no distingue entre una sanguijuela y unas babosas cornudas, le superó en pociones.

—¡Oh, Malfoy, ya basta! Puedes largarte en cualquier momento, la red está abierta y hasta donde sé, eres capaz de aparecerte libremente.

Pero el rubio no hizo más que cruzarte de brazos y esbozar una sonrisa tan divertida como oscura.

—¿Y perderme el fascinante espectáculo de verte hacer explotar un caldero como en nuestros días de Hogwarts? ¡Ni hablar! Siendo un auror, las probabilidades de observarte humillado son más excitantes.

—Creo que prefiero los insultos de Walburga… —susurró Harry.

—¿Me estás comparando con esa anciana decrepita?

Harry emitió un gruñido, girando para concentrarse en la poción. ¿Cómo diablos habían acabado juntos? Cierto, el sexo con Malfoy era jodidamente bueno. Además, le encantaba despertar y ver cómo el rubio mandaba a los pies la almohada y lo usaba a él para apoyar su cabeza. También estaba esa absurda y perfecta manera en la que desayunaba, la forma en la que fruncía el ceño y después levanta una ceja cada vez que algo no le gustaba y cómo torcía los labios cuando intentaba hacer funcionar sin magia el viejo televisor que Harry había instalado simplemente por ocio. Y sus besos, jodido Merlín, adoraba que esa dulce y suave boca se rindiera ante la suya luego de una fuerte pelea… o de intensas sesiones de sexo.

—Potter, presta atención…

—Ajá —replicó Harry, agregando semillas de quién sabe qué a la poción.

—En serio, deja de pensar en mí y ponle atención a lo que le echas al caldero.

—No estoy pensando en ti, maldito arrogante.

—Estás erecto. Es obvio que piensas en mí.

—Malfoy, ¿qué demo…?

Mas su oración no terminó porque cuando se movió para enfrentar a Malfoy, que había decidido sentarse sobre la silla más cercana, Harry involuntariamente rozó su dura erección contra la tela del pantalón que portaba. Sollozó y maldijo inmediatamente en voz baja. La sonrisa del rubio se ensanchó.

—Ahora entiendo el por qué de tu fracaso escolar en pociones —murmuró Draco, colocando dramáticamente la mano izquierda sobre su pecho. Luego, con el mejor tono arrogante que pudo hallar en su repertorio, añadió: — ¡No me digas que todos estos años, te ponía nervioso el estar junto a mí! Por supuesto, sé qué clase de efectos puedo causar en los demás. Pero bastaba hablar conmigo Potter y quizá en el colegio habríamos podido llegar a un buen acuerdo.

—¿Cómo metértela muy duro, como sé bien que te gusta, para hacerte gemir en la torre de Astronomía?

Draco frunció el ceño mientras sus mejillas se tornaban ligeramente coloradas.

—Idiota —susurró, desviando su mirada malhumorada a cualquier otro lado de la habitación, tratando de ignorar las histéricas carcajadas de Potter, mismas que terminaron cuando en menos de quince segundos, el caldero estalló, esparciendo por toda la habitación una sustancia de color amarillo que milagrosamente había tocado todo menos a Draco. Otra vez esa sonrisa apareció—. Te lo dije.

Harry, limpiándose las gafas en un suspiro, concluyó que el karma no sabía de qué lado ponerse.

—Maldita sea, cállate de una jodida vez, Donita.

Entonces… la guerra estalló.

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—Entonces, ella… ¿lo sabía?

Hermione se detuvo sorprendida ante la chimenea, mirando fijamente a Zabini Blaise, quien asintió de manera despreocupada mientras sacudía descuidadamente su elegante ropa. La caminata que había hecho con Granger, luego de encontrarse ambos en el Ministerio, terminó en una plática normal al darse cuenta de que compartían el mismo destino: Grimmauld Place. Si bien ellos estaban muy lejos de formar algo que podría nombrarse amistad, ambos fueron lo bastante maduros como para hablarse como dos personas normales.

—Sí, lo sabía. Según supe después, Potter le debía algo a Narcissa… y ella lo cobró cuando Draco se transformó en hurón. En realidad no entendí mucho, sólo sé que durante esos días, Potter y ella habían mantenido correspondencia.

—La deuda de vida… —susurró Hermione para sí misma.

—De cualquier manera… —comentó Blaise, apretando los labios—. Ahora sé de quién sacó ese retorcido humor Draco.

—¿A qué te refieres? —preguntó la mujer, ladeando el rostro.

Blaise se introdujo en la chimenea antes de responder.

—A amenazar a otros para su diversión. Es… retorcido.

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Jadeando con fuerza, Harry levantó la varita, señalando a todos lados. Su rostro, sus manos y brazos sangraban. Sus gafas estaban mal colocadas, pero no quería bajar la guardia sólo para ajustarlas. Maldito, se estaba cobrando cada cosa que había pasado ahí…

—¡Harry! —el grito femenino que se escuchó le sobresaltó. Saliendo de la chimenea, Hermione y Blaise miraron desconcertados su aspecto preocupante. —¿Qué te…?

—¡No te muevas, Hermio….!

No llegó a completar la advertencia. Repentinamente, Harry sintió un golpe en su pierna, indicándole que se había lanzando al ataque una vez más. Maldijo y percibió cómo ascendía por su cuerpo, mordiendo, rasgando y dañándolo. Entonces llegó a su cara… y el jodido hurón blanco comenzó a arañar su rostro.

—¡Joder, Malfoy, ya! ¡No te vuelvo a llamar Donita…!

El hurón, en un chillido de guerra, siguió rasguñando a Potter con toda su fuerza.

—¡Ustedes, idiotas! —gritó Hermione, enfurecida, algo que tanto el hurón como su amigo ignoraron por completo. ¿Era en serio? ¡A ella casi le daba un susto de muerte por ver así a Harry y ellos estaban teniendo una pelea de… de… pareja!

—Oh, Granger, déjalos jugar —argumentó Zabini, quien todo ese tiempo tenía una mano discretamente colocada sobre sus labios para reprimir la sonrisa que dibujaban sus labios.

—¿A eso le llamas «jugar»? —exclamó, escandalizada, señalándolos—. ¡Casi se están matando!

—No, no planean asesinarse —Blaise los miró fijamente—. Sólo están jugando.

—¡Están sangrando, Zabini! ¡Tenemos que detenerlos!

—¿Por qué? —cuestionó, pero luego de una mirada desaprobatoria por parte de la Gryffindor, el hombre resopló y giró los ojos.

Con calma —ya que estaba disfrutando el espectáculo de la pelea entre Potter y la versión hurón de Draco—, Zabini sacó su varita y trató de señalar al par. Murmurando el contra hechizo que había aprendido de memoria, un destello salió de de la punta y tocó directamente a Draco. En menos de un segundo, tanto Harry como el rubio desaparecieron pues, al no soportar el peso, el moreno había caído directamente al suelo con Malfoy encima.

—¡Harry, Malfoy…! —aunque Hermione intentó correr a socorrerlos, la mano de Blaise en su hombro la detuvo. Antes de recriminarle el por qué había hecho eso, sus ojos siguieron la dirección que el Slytherin le indicaba. Unos pasos le bastaron para observar la nueva escena.

Harry sujetaba a un desnudo Malfoy por las nalgas. Se miraban fijo y tan intensamente que, durante un segundo, Hermione temió que empezaran a hechizarse. Instantáneamente después un profundo sonrojo subió rápidamente por sus mejillas: Harry y Malfoy empezaron a devorarse los labios mientras el rubio le arrancaba la ropa ya de por sí desgarrada. Sus cuerpos comenzaron a frotarse de una forma ciertamente indecorosa para los espectadores de la escena. Pronto llegaron los gemidos.

—Si quieres podemos quedarnos a ver, apuesto a que ni lo notan y a mi no me molestaría.

—¡Zabini! —gritó ella, tan roja que competiría con el cabello de Ron. Aquello le arrancó una risa suave al Slytherin, que se limitó a encogerse de hombros mientras veía cómo Harry separaba las nalgas de Malfoy con suavidad.

—Oh, Merlín —sollozó Hermione, dándose la vuelta y jalando a Blaise, que tenía toda la intención de acampar ahí—. ¡Vámonos!

Por supuesto, Harry y Draco jamás se enteraron de que Zabini se dio una buena paja esa noche pensando en tan morbosa escena y, mucho menos, que Hermione vio algo de ellos que no necesitaba ver.

Y es que estaban tan entretenidos besándose, acariciándose, maldiciendo y jadeando, que cuando Draco se separó para formular aquella pregunta, Harry sólo pudo sonreír y asentir.

—Oye, Potter… ¿jugamos?

Fin

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¡MUCHAS GRACIAS POR TODO SU APOYO PARA CON ESTA HISTORIA Y SU ESCRITORA!

Gracias a todos los lectores que siempre se tomaron su tiempo para leer, para sonreír, para añadir esta historia a sus favoritos, para seguirla y más gracias por darme unos minutos de su vida para dejarme sus comentarios al respecto. De verdad que estoy muy agradecida ya que su apoyo constante fue un aliciente más para que este proyecto llegara a su fin.

¡No puedo creerlo! Llegamos a más 170 comentarios, lo cual fue impresionante, considerando que es apenas el segundo Drarry que me he animado a escribir. Gracias por la infinita paciencia que me han tenido, esperando cada nuevo capítulo a lo largo de estos dos meses.

Si esta historia les arrancó una sonrisa por alguna tontería escrita, si les hizo estallar una carcajada, si de casualidad rodaron los ojos ante los hechos, puedo darme por satisfecha. Esta historia se escribió para relajar y hacer reír y, si he cumplido con mi objetivo, concluyo entonces con una enorme sonrisa en los labios.

Prometí un PDF para esta historia y afortunadamente me ha alcanzado el tiempo para hacerlo. Gracias especiales a FanFiker_FanFinal, que con su ayuda esto fue posible. ¡Gracias también a mi propia Cissy por la ayuda con la portada! Si alguien desea descargarlo o reírse alguna otra vez, en Mi perfil les dejo el link donde podrán encontrarlo. Muchas gracias.

GRACIAS POR TODOS Y CADA UNO SUS REVIEWS A:

Kurofye, Mixhii, Some one, Neko, Diida, Yayoimatt, Atsuki, Macross, Yuume, Sev_m, Nadia, Chibiichigo-chan, Mizashy, Yomy, Xxx_Excel_xxX, Himiko-chan, Jessi, Usami, Barby, Ayame, Ang3L, Kiara Kazami, Renata, sasunaru-mvcm, Violet Strawberry, Anata Yume, Khris TB, Rubinegro, Erynea, Kristy SR, JenRmza, FanFiker-FanFinal, CheriChewitan, Shirokyandi, Juventus, Shixa, Luna1986, Dei, Jessyriddle, Alexiel Viely, YuePrice, Mumisshi, Ravy Black, Ginebra216, Rossy, LindenCorina15, Sapos Kagamine, Fororstar, Sandracrod, Ross_rice, Alexis_sly, Elena777, Laurette, Kasandra Potter, Darysnape, Izabella Snape Potter, Lady0009, Marco Vulturis, Bridget, Sjare2013, Shiminte, Nekoelfa, Himemia, Ferraricastro (Carolina), Duchess, KoKoRo YaOi, y Spokies,! ¡Sus comentarios, que siempre me sacaron una sonrisa, me ayudaron y me animaron, fue fantástico! ¡Gracias, gracias!

GRACIAS POR CONSIDERAR ESTA HISTORIA COMO UNA DE SUS FAVORITAS A:

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¡GRACIAS POR DECIDIR SEGUIR ESTA HISTORIA Y A TODOS LOS LECTORES!

Fue un gusto haber coincidido con ustedes. Espero podamos encontrarnos en algún otro proyecto, si se da la oportunidad. ¡Un fuerte abrazo, muchos besos y las mejores vibras para todos!

Después de más de 16 mil palabras, 40 páginas, dos meses, miles de risas y no sé cuántas horas más, se despide de ustedes, la escritora perdida, PukitChan.

~TRAVESURA REALIZADA~