Hola hola! Pues aquí me hago presente con un nuevo capítulo de esta locura. Si bien hay unas poquitas personas que la leen, no la dejaré de publicar... la idea es terminar el fic.
Debo aclarar que esta tercera entrega es mucho más larga que los anteriores capítulos. Espero que tengan paciencia... ya empezará el yaoi! y advierto que más adelante habrá lemon!
Agradezco a The-Queen-Nasuda por sus lindos reviews! Me animan bastante y me alegra que aceptes a esta poco usual parejita principal.
Disfruten la lectura! :)
Capítulo 3
El equipo se encontraba reunido en el club de futbol (1), todos sumamente sorprendidos y a la vez devastados por lo que el entrenador Endou les acababa de decir. Él se iba del equipo y dejaba a Kidou Yuuto como el nuevo entrenador. En cuanto los adultos se retiraron de la sala de reuniones y los adolescentes entraron en los vestidores, se dedicaron a sentirse deprimidos por ello, porque estaban perdiendo a aquel hombre que les había dado el coraje y el valor para enfrentarse a Fifth sector, el que los apoyaba, el que les había mostrado el brillo de la esperanza. Sólo Tsurugi Kyosuke pareció estar más calmado y resignado, haciéndoles ver que no sacaban nada con lamentar la marcha del entrenador, porque así no lo harían volver.
Por su parte, Kidou estaba en su oficina, tecleando en su laptop, cuando recordó una vez más su conversación con Endou:
"—¿Por qué yo?
—¿Sabes? Yo consigo ver el lado bondadoso de las personas —rió con gracia el moreno—, por eso, tú eres el único que puede ser el entrenador, Kidou."
Dejó de teclear por un momento. Endou estaba poniendo una gran responsabilidad sobre sus hombros y él la había aceptado en silencio, confiando que, con ello, sería de gran utilidad para la revolución, para mantener su cabeza ocupada en otros asuntos… en cualquier cosa que no fuera en Goenji Shuuya.
Fue así que Kidou, como nuevo entrenador, preparó una lista de ejercicios físicos para los chicos, siendo bastante exigente con todos ellos, pero en especial con Nishizono Shinsuke (haciéndole saltar más alto) y con Amagi Daishi (haciéndole cargar más peso al correr), lo que preocupó a las asistentes y a Haruna, su hermana.
El segundo día de entrenamiento resultó ser igual de riguroso y por ello, tanto Amagi como Shinsuke —arrastrando de paso a Kageyama— decidieron no ir a entrenar al tercer día. Aquello hizo que Sangoku Taichi, Shindou Takuto y Kurumada Gouishi fueran a hablar con el entrenador para que cambiara el entrenamiento, más éste se negó.
—Tengo que decirte algo, hermano —llegó Haruna enfadada esa misma tarde, luego de los tres muchachos se fueran—. ¿Qué intentas hacer con el club de futbol? —avanzando a paso seguro hacia el escritorio, pero furioso, no se dio cuenta de lo que pisaba y resbaló—. ¡Qué peligroso! —Exclamó, levantando un papel y leyéndolo— ¿Esto son informes de Tenma? Shindou, Kurama y también Shinsuke —leyó al levantar otros papeles. Kidou, que sólo se la quedó mirando, comenzó de nuevo a teclear en su laptop—. Está todo muy bien detallado, hermano… —susurró para sí la joven, observando a su querido hermano mayor con un nuevo esplendor, impresionada con su brillante genialidad.
O*o*o*O
A los días siguientes, y con la lista de entrenamiento siendo cumplida a cabalidad por los jugadores de Raimon, Kidou realmente pensó que esos muchachos no serían como los de Teikoku, más la visita de Tobitaka dejó en claro una cosa:
Teikoku es diferente a Raimon.
¿Es que Kidou lo había olvidado? Si algo caracterizaba a Raimon, eso era su propio estilo de futbol. Aunque el entrenamiento sí era importante, no bastaba sólo con valerse de ello, sino de confiar en el equipo para proteger el deporte que tanto amaban. No por ello iba a dejar lo que hacía. Endou se lo agradecería.
Habiendo comprendido, Kidou decidió cambiar una vez más la lista de ejercicios, teniendo para cada jugador una diferente. Al terminar el día y el nuevo entrenamiento, fue Tsurugi quien se dio cuenta de lo que el entrenador hacía: perfeccionar todo aquello en los que los chicos estaban flojos.
—El punto fuerte de Raimon es la habilidad especial de cada uno y el punto débil es lo básico de la fuerza física—comenzó a explicar—. Fuerza muscular, capacidad de usar el máximo de fuerza y resistencia, juntos forman lo básico de la fuerza física. No es bueno que sólo dependan de sus habilidades especiales. Pueden haber situaciones en las que pueden fallar, y en esos momentos es que lo básico de la fuerza física podría serles útil —asombrados por la capacidad de análisis de Kidou Yuuto, todos agradecieron.
"Endou, tú también te habías dado cuenta de eso, ¿verdad? La forma de hacer que Raimon fuera más fuerte".
O*o*o*O
El equipo estaba bastante animado durante su práctica matutina, confiando plenamente en el entrenamiento que Kidou preparó para ellos, pensando a la vez que el futbol era genial y que debía disfrutarse, como ellos lo hacían en esos instantes (2).
En la tarde, luego del agotador entrenamiento, el castaño dejó ir a sus alumnos y se dedicó a caminar por las calles de Inazuma, sin un rumbo definido, como pensando en todo y nada a la vez, recordando su charla con Fubuki una vez más:
"La noche refrescó bastante en el mirador, obligando a ambos entrenadores a regresar a sus respectivos hogares. Caminaron uno junto al otro, en pleno silencio, sin animarse a romper la frágil línea de la privacidad contraria, pero teniendo tanta curiosidad al respecto. El de rastas fue en primero en formar una oración:
—Dime, Fubuki, a pesar de que terminaste con Someoka… ¿le esperas? —Cuestionó, viéndole de reojo—. ¿Has tenido la esperanza de que él vuelva alguna vez a quedarse, o la tienes todavía?
El albino se lo pensó, mirando al suelo mientras caminaba—. Los primeros años sí tuve esa esperanza. Pensé que me extrañaría, que me llamaría para preguntarme cómo estaba… no sé. Cada día que pasaba quería saber de él y quería creer que él pensaba en mí de la misma manera —sonrió triste—. Pero ya ves como son las cosas. Someoka ha crecido, es un excelente delantero en la Liga Italiana y me parece que no le hace falta tener pareja. Y tampoco a mí.
—¿Por qué? ¿No anhelas estar con alguien?
—Oh sí, frecuentemente, pero me las he arreglado bien hasta ahora —le comentó divertido, y Kidou, por un segundo, logró vislumbrar al Fubuki de la secundaria que coqueteaba con las chicas—. Además... tengo que ocuparme de mi equipo. Ellos me necesitan.
—Tienes razón.
Se desplazaron por un par de calles más hasta que Fubuki se detuvo frente a la residencial que Aki Kino administraba y en donde él se hospedaba.
—Bien, Kidou, gracias por todo.
—Gracias a ti, fuiste de mucha ayuda para nosotros —se estrecharon las manos en señal de despedida, pero cuando Kidou trató de soltarse, el otro se acercó más para susurrarle:
—Sigues amando a Goenji, ¿no es así? —Se tensó el castaño ante la afirmación—. Está bien si no quieres perdonarle, pero cuando quiera explicarte sus razones, dale la oportunidad.
—¿Por qué me dices esto?
—Porque tengo el presentimiento de que lo hará tarde o temprano."
¿Sería posible que Fubuki tuviera razón? Bah, tenía que olvidarse. Aunque él amara a Goenji todavía, ¿qué sacaba con esperar respuestas? Estaba claro que el rubio había cambiado… tanto como para parecerle desconocido.
Mientras concluía con sus ideas y con su recorrido, observó a lo lejos a uno de sus jugadores, Nishiki Ryoma, entrenar a solas en un terrero baldío.
O*o*o*O
Se decidió que el tercer oponente de Raimon para el próximo partido era Kidokawa Seishuu. Como Kidokawa Seishuu era la escuela más fuerte dentro de Fifth sector, deducen que, si Raimon ganara el partido, estarían en la cúspide de la revolución y que por ello la organización los había puesto en contra de Raimon, para que no les dejaran ganar de ninguna manera. El equipo, habiéndose enterado que el oponente tenía problemas internos, se sintió confiado en que tenían oportunidades de triunfar.
En el día del partido, mientras tomaban el tren para dirigirse al próximo campo de futbol dentro del complejo Russian Roulette, Kidou y Haruna vieron aparecer a Afuro Terumi en el andén.
—¡Aphrodi! —exclamó Kidou, levantándose como un resorte de su asiento, asombrado por el acontecimiento.
Durante el viaje, los entrenadores, sentados uno frente al otro, pero separados por la mampara de vidrio del tren, se observaron detenidamente. "¿Por qué?", se preguntó Kidou, "¿Por qué estás aquí?, ¿tú también crees que Fifth Sector es necesario para mantener ese control?". Esperaba estar equivocado de alguna manera.
Las secundarias que se enfrentarían no tardaron en llegar al estadio y ubicarse en sus respectivas bancas, sintiéndose bastante confundidos y/o curiosos respecto al campo de madera rodeado de agua. De inmediato, Kidou pensó en las trampas que presentaría y en que, lo más seguro, Terumi supiera de ellas al estar de parte de Fifth Sector.
Desde un palco cerrado, en las gradas más altas del estadio, estaba Ishido Shuji mirando los pormenores que se sucedían antes de iniciar el juego.
Antes de que sonara el silbado inicial, Terumi aconsejó a los integrantes de su equipo que acabaran con Raimon para que encontraran el camino que debían seguir, sin que les importara la revolución o la organización, que debían jugar juntos. Así fue como comenzaron a correr los intensos primeros minutos entre pases de pelota y amagues.
Más pronto de lo que imaginaron, el campo les jugó una mala pasada a todos los jugadores, impresionando a éstos, a ambos entrenadores y al público entero. El Seitei, sin embargo, sonrió imperceptiblemente ante el recuerdo de su charla con Terumi días atrás… cuando había aceptado ser el entrenador de Kidokawa Seishuu.
Ante los sucesos, Kidou se vio presionado en buscar estrategias, justo cuando Terumi ya tenía las suyas definidas. El castaño estaba de nuevo sorprendido al darse cuenta de que Terumi, en su corto tiempo como entrenador del equipo, supo comprender a cabalidad las habilidades de sus jugadores. Se miraron de reojo desde la distancia.
Gracias a un salto de Shinsuke en determinado momento, Kidou fue capaz de formular una estrategia para dominar la pelota en el estadio: la técnica "ruta de pases voladores". Terumi observó desde su banca al de rastas y luego observó la técnica, comprendiendo la teoría de ésta en un instante. "Tu razonamiento sigue siendo tan agudo como siempre, genio estratega Kidou Yuuto" pensó, sonriendo, mirándole después. Kidou le devolvió la sonrisa con algo de altanería. No obstante, los pases voladores fueron cortados por el oponente, logrando anotar el primer gol.
Cuando la secundaria Kidokawa iba a la ofensiva una vez más, entusiasmados por la hazaña anterior, Nishiki robó el balón, dispuesto para el contraataque, hasta que se distrajo. Algo en su visión no estaba bien, se sintió asustado y Kidou, desde la banca, lo notó. Kidokawa Seishuu aprovechó eso y metió su segundo gol, finalizando el primer tiempo reglamentario.
La aparición de Someoka —que había viajado desde Italia para ver el partido de su alumno— en el medio tiempo sorprendió a Nishiki y a sus compañeros. Kidou lo recibió con una sonrisa divertida al verlo, no exento de la misma sorpresa. Si el pelirosa se había presentado de repente fue para hacerle entender a Nishiki que el entrenamiento, que antes viera el castaño, había dado sus frutos.
En el segundo tiempo, Nishiki logró sacar su avatar. Para orgullo de Someoka y alegría de los chicos, lograron empatar el marcador muy rápidamente, permitiendo así que el pelirosa y Kidou sonrieran gustosos. Este último, sin poder evitarlo, miró a Terumi y éste de vuelta, sin saber que ambos eran observados detenidamente por Ishido.
Todos dieron lo mejor de sí para meter el gol que decidiera la victoria de alguno de los equipos, pero el ataque y la defensa de cada uno eran fuertes. Finalmente, Raimon se hizo con el triunfo con un reñido 3-2. Terumi, desde su posición en las bancas, posó sus ojos en el palco en el que antes estuviera el Seitei. "Espero que estés satisfecho con el resultado, Goenji" pensó por un minuto. En cuanto Kidokawa Seishuu se reunió con Terumi, éste se mostró complacido con el resultado a pesar de haber perdido, porque él deseó unir al equipo, enseñándoles entonces el camino a seguir a través del futbol de Raimon. Sonriendo una vez más, se volteó hacia la banca del oponente, viendo que Kidou y Someoka le observaban de vuelta y que le sonreían sutilmente.
O*o*o*O
Bien entrada la noche, tres vasos de cerveza chocaron con fuerza en el aire, pero el sonido de los cristales fue ahogado por las risas que inundaban el local. Someoka, Terumi y Kidou se hallaban sentados alrededor de una pequeña mesa de bar que tenía encima tres botellas con el mismo licor y unos cuantos platos con bocadillos surtidos.
—¡Quiero que hagamos un brindis por el buen partido que protagonizamos esta tarde! —medio gritó Aphrodi para hacerse escuchar en medio del ruido del bar, alzando una vez más su vaso.
—¡Y porque estamos aquí reunidos, pasándolo bien! —le secundó el pelirosa, sonriendo de medio lado al tiempo que imitaba al rubio.
—¡Salud, entonces! —sonrió Kidou, cerrando aquella especie de ritual para luego tomar el contenido de su vaso hasta la última gota.
—¡Woow, está muy bueno! —celebró Someoka, terminando su cerveza también— ¡Igual que el partido de hoy! Lo disfruté mucho.
—Jeje, igual yo. ¡Sigues siendo un genio, Kidou!
—Ahora soy mucho mejor, Aphrodi, no lo dudes —bromeó, haciendo reír a sus acompañantes—. Pero, hablando en serio… tú sí que me sorprendiste. Mejoraste mucho planeando estrategias.
—Si iba a ser tu oponente, debía estar a tu altura —contestó Terumi, dando el último sorbo a su bebida.
—¡Bueno, bueno! Dejemos de hablar de futbol, ¡no es como si Endou estuviera aquí! —rieron los tres ante el comentario de Someoka.
—Cierto, todavía no me creo que esté casado con Natsumi. Siempre pensé que terminaría haciéndole el amor a su balón.
—¡Calla, Aphrodi, no necesitamos la imagen mental! Jajaja…
—¡Pero si es verdad! A poco no pensaste en lo mismo alguna vez, Kidou.
—Hablando de parejas… ¿no estabas tú con Goenji? —interrumpió Someoka, viendo fijo a los ojos de Kidou. Terumi se tensó un poco y el cuestionado frunció las cejas con molestia. ¿Por qué parecía que el mundo se había puesto de acuerdo para hablarle de él?, ¿para recordárselo cada jodido día? Suspiró.
—Cuento corto: se fue. Fin del cuento —siseó en voz baja antes de apurar el segundo vaso de cerveza a su boca.
—¿Te… te dejó?
—Sí. Exactamente.
Los tres se mantuvieron callados luego de aquella aseveración. Someoka se quedó boquiabierto y Terumi se mordió el labio, incómodo. Ambas acciones pudo verlas Kidou por el rabillo del ojo y, a cambio, bebió con ansias para tratar de ahogar la molestia de su pecho.
—N-no puedo creerlo…. ¡Goenji jamás sería capaz de hacer algo así!
Kidou no pudo evitar la carcajada que brotó de sus labios de forma instantánea— Yo tampoco me lo imaginé, pero… ¡ya ves!, ahora hace cosas mucho peores.
—¿A qué te refieres? No entiendo…
—Someoka —interrumpió el rubio—, Goenji es el Seitei.
—¿QUÉ? —tan impresionado se vio Someoka con la noticia que, al levantarse abruptamente, botó la silla al suelo, llamando la atención de la mayoría de los clientes del bar. Se sonrojó—. L-lo siento —murmuró apenado hacia los demás comensales.
—Él no es el mismo Goenji —susurró Kidou con la voz algo ahogada por estar apoyando los labios en el borde del vaso—. No es que mismo chico que conocimos en la secundaria, y…. lo cierto es que… no sé qué creer al respecto.
—Bueno… todos hemos cambiado mucho —acotó el pelirosa.
—Hn.
—Disculpa que diga esto, Kidou, pero creo que olvidas una cosa —habló Terumi, luego de enfrascarse en un mudo pensamiento. El castaño le prestó atención—. Tú, mejor que nadie, debería saber que Goenji siempre sabe lo que hace y porqué lo hace. Yo diría que no te apresures en juzgarlo.
A pesar que de Kidou llevaba sus gafas puestas como siempre, Terumi se sintió atravesado por la mirada tan fija y penetrante que éste le dirigió, y aunque pensó que se molestaría, la reacción que mostró luego le dejó contrariado.
—Se ha hecho tarde —aclamó de repente, sin siquiera ver la hora—. Ya me voy. Fue un gusto pasar tiempo con ustedes. Terumi, Someoka, nos estamos viendo.
Con cordialidad, ambos aludidos se pusieron de pie después que Kidou y estrecharon sus manos con éste a modo de despedida.
—Una cosa más —susurró Kidou antes de partir, viendo a Someoka—. Fubuki estuvo con nosotros la semana pasada. Podrían retomar el contacto, ¿no crees?
Sonrojado—. ¡Ah! S-sí… pu-puede ser….
O*o*o*O
Al día siguiente, Someoka visitó el club de la secundaria Raimon. Hacía mucho tiempo que no se pasaba por allí, y quería analizar con más detalle los cambios que se habían hecho. Entre conversaciones con Kidou y Haruna, y consejos para algunos de los jugadores, avanzó la tarde, observando la entretenida, pero extenuante, jornada de entrenamiento de los muchachos.
Habiendo pasado un buen momento con ellos, manifestó que debía irse ya. Se despidió de Haruna y de Kidou, el que se mostró agradecido por la ayuda que les prestó en el partido e, internamente, porque no había vuelto a tomar el tema de Goenji Shuuya.
—Fui salvado por ti, tienes mi gratitud —comentó sonriendo—, pero recuerda que hay alguien que todavía pueda esperar a que le salves también —ensanchó más la sonrisa al ver a Someoka sonrojado, y a Haruna totalmente desconcertada por ello.
—Hermano, ¿por qué le dijiste eso a Someoka? —preguntó una vez que el aludido se fue.
—Él lo sabe, Haruna, no te preocupes.
(1) Ver capítulo 28 IEGO.
(2) Ver capítulo 29 IEGO. Se narra a grandes rasgos hasta el capítulo 31 de la serie.