Meses después. Tras la caída de Voldemort

Epilogo

"Los últimos juicios han tenido lugar en el día de hoy y tal como se esperaba no ha habido sorpresas. Los hermanos Carrow y Avery han sido condenados a cadena perpetua en Azkaban. Por otro lado Narcissa Malfoy ha sido encontrada no culpable tras la declaración de Harry Potter que alegó que la ayuda de la inculpada había resultado ser inestimable para poder vencer a Voldemort. Por el contrario su marido, el conocido Lucius Malfoy ha sido condenado a cumplir cinco años en Azkaban.

Pero sin lugar a dudas la verdadera noticia de hoy nos la ha brindado el joven hijo de ambos, el mortífago Draco Lucius Malfoy, el cual, tras la declaración de la señorita Hermione Jane Granger que afirmó que él desvió una imperdonable salvándole la vida, fue preguntado por los motivos que le impulsaron a proteger a una hija de muggles y, poniéndose en pie respondió, cito textualmente: "Hubiera dado mi vida por la suya porque el amor nos vuelve a todos idiotas". Ante el asombro del Wizwngamot al completo la señorita Granger le preguntó que tan idiota era él a lo que respondió " El mayor de todos". Cuando se declaró al acusado no culpable la señorita Granger volvió a sorprender a los allí reunidos lanzándose a los brazos del joven Malfoy que giró con ella en el aire antes de besarla frente a su boquiabierta madre, su horrorizado padre y el resto de personas que se encontraban presentes..."

Draco dejó de leer el Profeta y lo tiró a la mesilla mirando su pecho, donde una mata de pelo castaño tapaba la nariz respingona que ahora mismo se frotaba contra su piel. Sonrió cuando ella casi ronroneó al sentir las caricias que él prodigaba a su espalda y se incorporó tapando un bostezo y parpadeando pesadamente.

— Buenos días

Su voz sonaba ronca por el sueño, sus ojos estaban hinchados y su pelo despeinado alrededor de su cabeza. Nunca la había visto más hermosa.

— Los mejores — acarició su cuello deslizando su mano hasta su nuca y la atrajo hacia sí hasta que ella quedó sobre su cuerpo, piel contra piel. Ambos gimieron. Sus alientos se mezclaron y él habló rozando sus labios — ¿Estás preparada para aprender a volar? — murmuró recordando que hoy iban a empezar las clases de vuelo.

Hermione sonrió con picardía acariciándole el pecho y pasó la lengua por el borde de su labio inferior.

— Más tarde — susurro mordiendo su barbilla y absorbiéndola hasta que sitió su erección endurecerse bajo su estómago — Mucho más tarde.