Un saludo a todos y agradecerles por pasar a leer esta ova alterna al fanfic principal de esta saga (De La Teoría a la Práctica - SaiSaku). Sin más que añadir sólo decir que éste fic está siendo publicado en su forma original a cuando fue publicado por primera vez en NarutoSpain hace 2 años.
Ficha del fanfic
Titulo : "La Práctica Hace al Maestro"
Categoría : Angustia/Drama
Recomendado : +18
Serie Basada : Naruto Shippuden.
Personajes Principales : Hinata, Naruto y Shino.
Estado : En proceso.
N° Capítulos: 1/…
Sumario:
La historia oculta de la Hyuga que lo dio todo por amor y no recibió nada a cambio. El tema del "Amor" gira en torno más a lo no correspondido y al sacrificio. En sí éste fanfic es un NaruHina porque hay sentimientos correspondidos, porque aunque Naruto esté confundido, en el fondo siente algo por ella, pero si se forja otra 'relación' aparte del NaruHina, aviso - "NO es correspondido". Así que tranquilos todos.
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.
Comentarios del Autor :
Se que algunos esperaron mucho por esta versión, que fue publicada por primera vez hace 2 años (creo) y que fue posteriormente borrada por voluntad mía del foro en el que fue posteado por problemas de la web. Muchos saludos y disfruten de este fanfic.
Aclaraciones :
Este fan fic puede contener algunos SPOILERS, nada grave, esta recomendado para un público mayor de edad, es recomendable quiero decir porque contiene (a veces) escenas de sexo explícito.
La Práctica hace al Maestro
El dilema de Shino
Por Clarisce
Capítulo 1: " Sexo y amor, error y dolor "
[Hinata… tu mundo, mi mundo, el mundo de todos.]
Tal y como pensé quedé sorprendida, aún con tanto silencio no pude evitar que mis pulmones siguieran trabajando a velocidad, respiraba con dificultad mientras lo veía pasar, entonces él volteó a verme, yo aún me escondía tras una pared, típico en mí.
Si tan sólo esa noche… esa noche no lo hubiera seguido, estoy segura de que mi cuerpo no pasaría por este milagro, el milagro de la vida, a la vez… este sentimiento se convierte en vergüenza y sufrimiento, por él.
- Naruto-kun –dije finalmente después de seguirlo unos cuantos minutos.
No imaginé que él me vería, me vio y sonrió, tenía la nariz roja y las mejillas también, estoy tan contenta de que lo haya hecho. Creo que ha bebido un poco, no estoy segura pero si me acercara más podría sentir el olor alcoholizado de sus labios. Sin importarme nada lo besaría pero temo tanto que cometa un error y lo pierda, así como pierdo la oportunidad de que me quiera día a día con mi timidez.
Y de pronto todo pasó tan rápido, fuimos a la playa, nos sentamos en muy cerca de la orilla con los pies descubiertos, nuestros zapatos habían quedado ya lejos. Apoyaba mis manos en la suave arena que se deslizaba entre mis dedos, me molestaba un poco porque tenía algo de arena entre la ropa, yo… miré a Naruto y él simplemente volvió a sonreírme mientras se acostaba de espaldas.
Su mano hizo un ademán, me indicaba que me acostara a su lado para que juntos veamos al constante ondular de las olas que venían hacia nosotros y nos mojaban los pies. Estando a su lado… me sentía tan bien, él tomó la botella de bebida que tenía de su mochila y bebió un poco más, hasta que de pronto su mano derecha se posó en mi pierna, mi error fue que no lo detuve y mientras más avanzaba más calor sentía.
Su mano ya estaba completamente acariciando mi entrepierna, la acariciaba parecía que él no tenía idea de lo que hacía, pero no me importaba porque era él… era Naruto, era el amor de mi vida y no podía decirle que no. Todo el tiempo trataba de contenerme, sin querer comencé a gemir, me daba tanta vergüenza, levantaba mi cabeza y miraba para todos lados, la negra noche y el silencio de la playa no me hacían sentir segura, solamente estábamos nosotros dos.
Naruto se volteó hacia mí dejando de acariciarme y procedió a abrir mi abrigo, yo era una muñeca sin voluntad, mi cerebro no era capaz de producir una idea, solamente sentía un calor abrasador en todo mi cuerpo; al quitarme mi abrigo lo lanzó lejos de ahí, tenía una camiseta de red que dejaba ver mi ropa interior solamente, él posó sus manos en mi cintura, luego en los bordes de la camiseta y la subió lentamente hasta cubrirme la cara con eso.
Mi vista fue cubierta pero mis demás sentidos estaban atentos a los movimientos de Naruto, sus manos seguían tocándome, posó sus manos sobre mis pechos y rodeándome llegó con sus manos hasta mi espalda, acostada sobre la arena y con algo de dificultad logró quitarme mi brasier, yo respiraba con más miedo del que hubiera pensado, hubo un momento en el que pensé que se detendría pero ése sólo fue el comienzo. Sus labios de pronto succionaron mis pezones, eso… fue tan sorprendente y excitante que recuerdo haberme retorcido y gemido tan fuerte que casi me desmayo, gustaba tanto de lamerlos y succionarlos, no sabía hasta dónde llegaría con esto, quería que parara pero al mismo tiempo que siguiera; calor, frío, pasión, dolor, confusión, temor y miedo… tantas sensaciones y emociones diferentes y tan únicas en su expresión junto a Naruto.
Para que contar lo que pasó a hacer entre mis piernas, la que yacía allí gozando como una mujer experimentada no era yo, abría mis piernas, arqueaba mi espalda, me llenaba de placer… la vergüenza se fue perdiendo mientras su lengua pasaba por mi vagina. Y cuando me dejó en paz yo estaba más que cansada, estaba agitada de tanto gritar, pero él tenía una idea más en su cabeza… yo creía que eso era todo, pero no.
Se abrió paso entre mis piernas, mientras se quitaba el pantalón, lo sabía y aunque tenía cubierta mi cara escuché un cierre abrirse. Con mis manos quité rápidamente mi camiseta y pude ver lo que pasaba.
Yo nunca había visto un hombre desnudo en mi vida y nunca imaginé que lo haría, pensaba que la primera y única ocasión sería… al casarme, pensaba mucho en eso, tardé demasiado en saber que en ese instante yo perdería mi virginidad con él.
La escena pasó muy lentamente, respiré una última vez antes de recibir la máxima expresión de amor de parte de esa persona a quien yo quería tanto, miré al cielo, vi la luna… con una aura azul bordeándola, bajé la mirada y lo vi a él, entre mis piernas, me miraba y por primera y única vez me habló, había guardado silencio desde que comenzó.
- Te quiero –dijo Naruto.
Cuando lo oí… era capaz de llorar, de gritar, de… tantas cosas, quién iba a imaginar que él no me veía a mí cuando decía esas palabras tan dulces, le creí y dejé que lo hiciera, vi su miembro… su… pene, me da tanta vergüenza decirlo, pero lo vi, era grande… que se yo, no sabía si sentirme mal por desear tocarlo y sentir cuan caliente está o avergonzarme y cerrar mi ojos. Parpadeé una vez más y poco a poco la punta de aquél cuerpo caliente entraba en mí, no sé si jugaba conmigo o sabía exactamente que hacer para excitarme pero no lo metió rápidamente, frotó su pene contra mi clítoris… y lo oí gemir a él también, me sentía satisfecha por haber hecho que él gozara de mí también.
Y luego condujo su pene a la entrada de mi vagina lo introdujo lentamente, muy lento… yo estaba preparada, creo. No se si es natural pero estaba mojada, sentía miedo de que él pensara algo raro de mí pero al contrario él se sintió mucho más ansioso por "hacerme el amor".
Estando dentro su pene, yo apreté los dientes, era como si una espada de fuego hubiera entrado, lloré un poco y apreté la poca ropa que traía encima con mis manos fuertemente. Volvió a sacarlo… pero sólo hasta cierta parte, lo volvió a meter y sacar… meter y sacar… es una palabra muy sucia pero lo la acción de la misma era tan placentera que no podía evitar llorar, gritar y gemir…
- Más… -le dije.
Mi voz parecía ahogarse en un millón de suspiros, los cuales no paraba de dar. Nunca imaginé que mi primera vez… fuera de esa manera, así como lo permití, así como me convertí en mantequilla entre sus manos mientras me acariciaba donde nadie jamás lo había hecho, así fue como acepté ser una sombra en su vida.[/i]
Días después…
No me atrevía a acercarme de alguna manera después de lo ocurrido, pero estaba tan ansiosa por saber lo que él podía o quería decirme. Por el miedo y timidez que me hacen ser yo, esperé pacientemente. Para variar me la pasaba con los muchachos, Kiba y Shino; entrenamos días y días porque pronto tendríamos una misión, mientras yo seguía atenta a cualquier movimiento de Naruto, pero conforme pasaban los días… nada sucedía.
- Acabo de ganarle unos cuantos billetes a mi hermana, ¿alguien quiere comer unos pastelillos y tomar té caliente? –dijo repentinamente Kiba con la misma efusividad de siempre, yo creo… que en ese momento tenía la mente en otro lugar porque de no ser así le hubiera dicho que no a su pedido.
- No deberías malgastar tu tiempo y dinero en entretenimiento que tarde se convertiría en momentos olvidados en el pasado –le contestó Shino con la misma voz apagada.
- ¿Qué me dices tú Hinata?
- Claro –contesté sin pensar.
- ¡Genial! Ahora sólo faltas tú Shino.
- El momento adecuado para hacer para atrás planes que únicamente te traerán trifulcas y advenimientos sin frutos es ahora –dijo Shino.
- Eres raro, en verdad…
Mientras ellos se mantenían conversando, imaginé que sería un buen momento para sentarme en el césped, las pequeñas hojas entre mis manos me producían un cosquilleo agradable, mientras, a pesar del calor, una ráfaga de viento me refrescaba el rostro.
- ¡Chicos! He estado buscándolos.
Esa voz… pensé, no me podía equivocar, volteé atrás de mí y era Naruto, había aparecido. De pronto me sentía tan nerviosa, me sonrojé y empecé a respirar muy rápido, mi corazón estaba a mil por hora.
- Naruto –le saludó Kiba- ¡Ehhh! Hinata, ven para acá, tenemos una visita.
Me levanté lentamente y caminé hasta ellos sin levantar mi mirada. Parecía que se me saldría el corazón de lo nerviosa que estaba. Me puse frente a él, me miró y juro que sentía perderme entre sus ojos azules, es una sensación que nadie podría entender, no podía creer aún que había sido suya, el tiempo parecía detenerse entre nosotros y… y…
- Que gusto verte, Hinata –me dijo.
- Naruto…
No podía hablar más de una palabra, lo miraba y él me había sonreído en ese instante. ¿Qué más podía pedirle a la vida? Le contesté con una sonrisa forzada, forzada no porque quisiera fingir sino porque mi cuerpo no respondía ante cualquier estimulo.
- ¿A qué has venido? –preguntó Kiba.
- ¡Ooooh! –sonrió con un nerviosismo que jamás vi en él y me miró- Quisiera que me prestaran a Hinata por un rato, se que estan entrenando pero quiero platicar de algo con ella.
- No hay problema –le contestó Kiba poniéndose tras de mí y empujándome con las palmas de sus manos sobre mis hombros.
Caminando con él, fuimos perdiendo de vista a mis compañeros, apenas y pude despedirme de ellos. Aquél bosque lleno de árboles era un santuario dotado de naturaleza; de pronto Naruto se detuvo delante de mí y volteó por completo con la mirada muy seria.
- Había tomado, me sentía tan mal y tú estabas ahí. Pasó algo, ¿verdad? –dijo lleno de arrepentimiento Naruto, ¿había sido tan malo hacerme el amor? ¿Era pecado?
Di algunos pasos hacia atrás, me avergonzaba la manera en la que lo decía, por lo mismo pensaba que no era el momento para conversar, quería huir.
- Yo… me tengo que ir –le dije tratando de correr pero él fue más rápido y me detuvo por el brazo.
- No. Contesta, por favor.
- Yo…
- Vamos, no es difícil. Hinata quiero que hables, que me digas lo que pasó, si te lastimé, te dije algo o… que se yo, necesito saberlo, no recuerdo mucho, pero últimamente he tenido un sueño en el que estas tú.
- Tu y yo...
- No puedo creerlo –dijo exaltado mientras me soltaba con brusquedad- ¿¡Por qué no me buscaste!? Te hice algo que… no puedo creer, perdóname Hinata. Y te digo esto no porque me sintiera mal de pasar la noche contigo, es que… estoy enamorado de otra persona y no creo ser capaz de responder a mis actos, ni si quiera te conozco bien… yo…
En ese momento supe realmente lo que yo era para él, se disculpaba… no por hacerme el amor sino porque no quería nada conmigo, me había usado y ahora me echaba a la basura, no era más que un pañuelo para él. Decidí terminar con ese "error" en ese mismo instante, tenía orgullo… y quería conservarlo.
- No pasó nada –dije fingiendo seguridad y componiéndome emocionalmente.
- ¿Q-qué? –me dijo sorprendido Naruto.
- Eh… no pasó nada, no sé a que te refieres, además ese día… fuimos a la playa y dijiste que querías nadar, te quitaste la ropa, luego volviste y te acostaste en la arena, te dormiste y yo me tuve que ir, te dejé la ropa bien… ordenada.
¿De dónde había sacado tanto valor y fuerza? Quería llorar, en el debido momento me mordí la lengua con tanta fuerza que creo que aún duele, más que la lengua el corazón. Regresé a casa después de aquella tonta explicación, me encerré en mi cuarto, me acosté sobre mi cama y lloré, lloré amargamente mientras oía el seco golpeteo de mi reloj en la pared. Abracé mi almohada con fuerza mientras la mojaba, mis ojos rojos, mis párpados hinchados y aquél dolor en el pecho no se iban, no se iban y no se irían mientras yo siguiera… queriendo de esta manera tan loca a Naruto. Mientras mis pestañas se pegaban con fuerza en mi almohada y mis lágrimas resbalaban en mis mejillas recordaba cada breve momento en que la emoción y el placer eran uno. En que el sexo parecía mostrarse como amor, no recuerdo haber sido feliz en otro momento, en ningún otro momento… ¡Me odio!, ¡Me odio!, ¡Me odio!, ¡Me odio!, ¡Me odio! Soy una tonta… he sido una tonta y no puedo evitar pensar en él, sufrir y desear tanto que la tierra me tragara; no ganaba nada con esa actitud derrotista, luego de algunas cuantas sesiones más de llanto me repuse, cambié mi expresión y quise mostrarme diferente al mundo.
Es así como cambié levemente mi actitud, me negaba a ver a Naruto y al mismo tiempo quería dejar atrás todo este sufrimiento, quería…
Ya han pasado más de 2 meses y sigo tratando de negar aquél error que Naruto tuvo conmigo pero… ahora creo que es demasiado tarde, náuseas, vomito matutino y aumento de peso; me hice una prueba de embarazo y salió positiva, me la hice en un baño público… había cerrado la puerta, bajé la tapa del inodoro, me senté sobre él y vi como se ponía azul… tiré al piso esa cosa y me cubrí la cara con las manos.
- Oh Dios…
Estaba más perdida que nunca y ahora tenía un gran problema… si al menos Naruto estuviera conmigo. No podía contar con nadie, estaba sola…
Fin de Episodio 1