Después del ataque de James, y de haber permanecido convaleciente durante tanto tiempo al fin lograba volver a la "normalidad" y lo digo así porque todavía estaba suelta la loca de su novia y el amigo Laurent no me daba muy buena espina. El lugar en el que me había mordido James se mantenía muy por debajo de la temperatura corporal normal y mi cuerpo también había descendido varios grados, no me podía revisar otro médico que no fuera Carlisle, hasta no saber si se podía considerar normal.

A veces sentía o más bien recordaba el dolor que había tenido después de la mordedura, empezaba a sentir una ligera picazón en la mano que se convertía en quemazón y e iba extendiendo por todo el cuerpo, no era un dolor que me hiciera gritar pero si me incomodaba mucho el recordarlo de esa manera. Así que hacia todo lo posible por no pensar en ese día.

No me separaba de Edward ni por un segundo bueno a menos de que hiciera un raro día soleado en forks que por cierto los empezaba a odiar, o que tuviera que ir a cazar, y hoy desgraciadamente era un día de esos, estaba a la espera de Alice ya que me iría a acompañarla para que no estuviera sola por que le daba miedo. Si como no.

Me sentía muy rara cada día, a veces creía estar ganando un poco de coordinación, tal vez era que siempre estaba con Edward, pero ya no me sentía tan torpe. Era más rápida (si eso puede ser posible para una simple humana) mentalmente hablando, y eso me gustaba. Pasar tiempo con los Cullen tenía su ventaja, era algo así como cuando tu mejor amigo es el más inteligente de la clase algo se te tiene que pegar.

El 13 de septiembre de estaba acercando y aunque no me habían dicho nada conocía demasiado bien a Alice como para saber que estaba armando algo para hacerme el día de mi cumpleaños, Edward había evitado por completo el tema lo que me hacia enojar mucho mas. Pero en fin si no puedes con ellos úneteles ¿no?

-hay bella, no sabes lo feliz que me hace. Tenemos tanto que planear juntas. Esto sí que no me lo vi venir y bueno aunque lo hubiera visto no lo podría creer de todas maneras.

-Alice la gente normal toca la puerta ¿sabes? Un día de estos me vas a provocar un infarto.- dije componiéndome del susto.

Si hay algo a lo que no me podía acostumbrar a los Cullen, era el silencio con el que llegan a todos lados, si quieren matarme no batallaran mucho.

-Hay bella no seas tan dramática, sé muy bien cómo vas a reaccionar, cuando llego, además cada día te acostumbras mas, ya no brincas y gritas como al principio. Te lo empieza a tomar con más calma.

-si claro, como yo no puedo sorprenderte a ti.

-Vez ahí vas con el dramatismo de nuevo, además hoy realmente me sorprendiste, Te quiero hermanita

Y entonces se quedo estática con los ojos perdidos en algún lugar del futuro, y Charlie iba llegando, así que no me daría mucho tiempo para averiguar lo que estaba pasando.

-Alice, Alice. ¿Qué pasa?

-te cuento ahorita, ya tienes tus cosas listas, tenemos que irnos ya.

Hizo énfasis en el Ya, así que tiene que ser algo muy malo, trate de no ser pesimista y pensar en cosas buenas. Termine de empacar mis cosas, y ahí estaba.

-Laurent.- sentí mi corazón bombear al máximo, como cuando Edward me besa, o me dice que me ama, pero esta vez no era por una emoción buena era de puro terror, quise gritarle a Alice pero las palabras no me salían sentí mi boca seca y el hablo primero.

-La mascota de los Cullen, no fue muy difícil encontrarte sabes, no sé porque james, se hacia el tan importante cuando de buscar personas se trataba.

Podía escuchar a Alice platicando con Charlie, pero si gritaba mi padre iba a venir con ella y no quería que lo mataran a él también.

-Fui a visitar al buen amigo Carlisle, pero me lleve la grata sorpresa de que todos se fueron a cazar.- El no sabía que Alice estaba aquí- así que dije porque no ir y visitar también a la pequeña mascota Bella. Sabes victoria quiere matarte, lenta y dolorosamente. Ella es aun más sádica que james.

Guardo silencio un momento, como saboreando el momento y entonces se acerco mas a mí, y pude ver sus grandes y negros ojos. Para mi mala suerte tenia sed.

-Mary puedes venir un momento por favor.-trate de no llamarla por su nombre, para que Laurent siguiera confiado.

Laurent tardo en reaccionar al ver a Alice, parada en la puerta y Alice tenía los ojos totalmente desorbitados, los dos trataron de agarrarme pero logre zafarme de Laurent antes de que saltara por la ventana. Alice salto justo después de el.

Me quede totalmente llena de miedo en mi habitación, pobre Charlie. Todo lo que acaba de suceder y él ni en cuenta, tengo que dejar de poner en peligro a la gente que amo.

-Bells, ¿está todo bien?

-sí, papa. No te preocupes. Cosas de chicas.

Detestaba enormemente mentirle a Charlie, era algo que nunca se me había dado para nada bien pero en los últimos mees realmente había mejorado también mi habilidad para mentir.

En ese momento Alice volvió, a mi habitación. Con la cara llena de frustración y enojo.

-Vámonos ya bella, antes de que otra cosa suceda y no pueda verla.

Trate de parecer normal, fui al baño a comprobar mi cara en el espejo y estaba mas pálida de lo normal, el labio inferior me temblaba ligeramente, pellizque un poco mis mejillas solo para tomar un poco de color y baje.

Alice ya estaba acomodando en el auto mi bola con la ropa y yo llevaba en la mano mi neceser y algunas cosas más para distraerme, ya que presentía que no me iban a dejar ni ir sola al baño.

-nos vemos papa, voy a mi lenta tortura con Alice.-dije haciendo una mueca

-Charlie tengo todo el día diciéndole a bella que no sea tan dramática pero al parecer no quiere hacerme caso.-dijo Alice haciendo un puchero

Charlie soltó una carcajada.

-Vamos chicas parecen niñas de cinco años, compórtense. Además siempre que vas con Alice regresas realmente encantadora, no digo que te veas mal diariamente, pero regresas con más color, ya te viste en un espejo ahorita. Te vez realmente sin color.

Charlie nunca pasa de tonto realmente es alguien muy observador.

-está bien me dejare, siempre y cuando no me torturen mucho.-dije mirando a Alice y fulminándola con la mirada.

Ella solo se rio y me abrazo, nos despedimos de Charlie y espere a que pasara un tiempo de estar en el carro para preguntarle que había visto y que había pasado con Laurent. Antes de que yo pudiera preguntar empezó a platicarme sola.

-bella, realmente este fin de semana y todos los días vas a estar muy vigilada, no puedes ir a ningún lado sin dos por lo menos de nosotros, lo que vi hace rato no se parecía para nada con lo que paso. Vi a Laurent sí, pero lo vi llegando en la madrugada, acompañado de victoria. Y de repente todo se salía de control contigo en medio, lo malo de todo es que yo estaba sola. Ahorita que estabas en el cuarto de verdad no escuche nada es como si algo me estuviera bloqueando los sentidos para escuchar lejos, solo cuando me hablaste tu supe que algo andaba mal.

-sí, fue muy extraño que él tampoco haya sentido tu presencia, me dijo que se había dado cuenta que todos estaban de caza, y decidí no llamarte Alice, para que no se diera cuenta que estabas conmigo, y realmente de lo trago. Pensó que le hablaba a alguien más para cambiarla por mí, como si fuera hacer eso.

-bueno, hay algo más que me está carcomiendo y no sé como paso.

-que que es?

-como lograste zafarte de Laurent, yo no quería jalarte mucho por miedo a lastimarte, pero lograste soltarte.

-creo que te equivocas Alice, el me soltó, me imagino que pensó que no estaba sola y que había alguien más de los Cullen aquí.

-si tienes razón, debió ser eso, realmente estoy distraída hoy. A Edward no le va a hacer ni tantita gracia lo que paso. Por cierto tengo que hablarles.

Llegamos a la casa de los Cullen. Alice ya no tenía que decirme donde instalarme me fui directo al cuarto de Edward y empecé a listar la ropa para meterme a bañar. Alice ya estaba conmigo, obviamente no me iba a dejar sola después de lo que había pasado, empezó a hablar como de costumbre demasiado rápido para que yo la entendiera. Alcance a captar solo ella está bien, y ya estoy vigilando sus decisiones.

-voy a estar en mi cuarto bella ok, Edward va a llegar aproximadamente en media hora

-y los demás?

-ha bueno ellos también, pero pensé que solo te interesaría saber de Edward

Salió del cuarto riéndose pícaramente.

Me bañe lo más rápido que pude y me recosté a leer un libro en espera de que llegaran todos para saber qué era lo que iban a hacer y cómo iba a perjudicarme esto. Desde que conocía a Edward hasta la fecha su cuarto había cambiado ligeramente.

Ya tenía una cama para casos como este en el que me quedaba a dormir aquí, en su cuarto había varias cosas "mías", Alice se había encargado de adaptar la recamara a mí. En el baño había muchas cosas para mi higiene personal, habían puesto también un tocador, y estaba lleno de maquillaje que no usaba salvo cuando venia, y perfume que a Edward le desagradaba porque decía que arruinaba mi olor natural. Había también un guardarropa (que compartía con Edward) que igual solo usaba cuando venia.

Eme había querido arreglarme un cuarto para mí, pero Edward y Alice no quisieron, así que tuvo que abandonar su proyecto y conformarse con ayudar a Alice y rose a comprarme cosas.

Estaba entretenidísima, viendo todas las cosas innecesarias que habían comprado para mi, cuando escuche que algo se cayó y se rompió en la sala, eso no le podía pasar a ningún vampiro ya que ellos tenían muy buenos reflejos. Seguido de Alice, gritándome.

Salí tropezándome del cuarto para ver qué era lo que pasaba con Alice, y tenía que suceder algo muy al estilo bella, rodé por las escaleras pero antes de seguir dando vueltas ya me habían sujetado. Emmet no tenia en su cara esa sonrisa tan linda que lo caracterizaba tenia una cara de preocupado.

-Bella te encuentras bien.- y empezó a revisarme.

-Estoy bien, de no haber sido por ti, seguro me hubiera roto la cabeza.

El solo asintió una vez, y seguí conmigo en brazos. Recordé la razón por la cual había bajado.

-Emmet, podría bajarme por favor, puedo caminar perfectamente.

Solo movió la cabeza negativamente, sin decirme nada. Salió conmigo de la casa. Me trepo en el jeep y empezó a amarrarme con los mil y un seguros del carro y nos fuimos según lo poco que recordaba al claro.