"¡Despierta Japón!¡El desayuno ya está!"

Aquellas palabras las echaba de menos Japón, el poder levantarse por las mañanas, ver como los rayos de sol asomaban por la ventana, gatitos a su alrededor ronroneando para que les de caricias, pero sobre todo, echaba de menos las persona que decía aquellas palabras.

Grecia

Japón se incorporó, estaba en su casa, no había dormido casi nada, tenía ojeras, la cabeza le bombeaba, su garganta estaba ardiendo y le dolía el pecho. Él bostezó, y se levantó poco a poco, sin prisas.

Caminó en chanclas por su casa, despeinado, con su kimono y su perrito Pochi detrás suya, siguiéndole. Se preparó el desayuno y se sentó de rodillas en la terraza, como suele hacer cuando está solo. Pochi se tumbó a su lado, hecho una bola de pelo.

Dio un sorbo a su té, y suspiró, miró al cielo con su mirada cansada y susurró algo…

-¿Por qué tú?-Miró al suelo- Y por que yo…

Terminó su desayuno, y se cambió de ropa, se puso su uniforme blanco de la marina que suele llevar, y dio un pequeño paseo por un jardín de cerezos. Estaba reflexionando acerca de algunas cosas cuando de repente… Un hombre apareció corriendo, llevaba una carta en la mano derecha, y se paró delante de él, dándole la carta.

-¡S-Señor Japón!-Dijo entre jadeos-¡Una carta desde Europa!

-¿¡E-Europa?!-Frunció el ceño, extrañado-¿Qué querrán los países europeos?

-Aún no la hemos abierto…

-Vale…Ahí voy…

Abrió el sobre, y de él sacó la carta con cuidado, y la leyó en bajo. Al terminar de leerla frunció el ceño.

-¿Qué pone?-preguntó asustado el señor, al ver el gesto de Japón.

-Lo voy a leer en alto..

"Estimado Japón:

En nombre de todos los países Europeos, queremos hacer una reunión a nivel mundial, para repasar como van todos los países, la reunión será en el país de Alemania, dentro de tres días, si no puede asistir, llame a Alemania, y lo tomaremos en cuenta.

Firmando: Países Europeos."

-¿Irá?-preguntó el señor.

-En principio sí… Al fin y al cabo, no tengo nada que hacer…Pero lo que me extraña es que los Países Europeos, de repente, quieran vernos todos juntos, me parece extraño.. Y mucho.

-No tiene porque, puede que se preocupen de usted y de los demás.

-Ya, pero un país no se preocupa de los demás, si no quiere-pensó, no quiso decirlo en voz alta, simplemente sonrió forzadamente y se limitó a decir.-Iré.

Pasó un día, y Japón ya estaba viajando, le quedaba realmente lejos, Alemania en los Países Europeos parecía cerca, pero en Asia otro gallo cantaba.

Nadie entendía el comportamiento de Japón, se había apagado totalmente, puede que él fuera por naturaleza serio, pero nunca le habían visto así.

Cuando llegó por fin al país Alemán, aún quedaba un día para aquella reunión a nivel mundial. Y ahora estaba encerrado en su habitación, doblando su chaqueta.

Se tumbó cansado en su cama, y suspiró.

-¿Qué amigos tengo? ¡Espera! Ninguno…- Cogió la almohada que estaba a su lado, y la abrazó.

Toc Toc

Alguien picó a la puerta

Japón no respondió

Toc Toc

De nuevo picaron

Japón sigue sin mover un musculo

¡PUM!

Y la puerta cae al suelo

-¿¡Q-Quien es..?!-Gritó Japón, soltando la almohada y poniéndose en una posición defensiva.

-¿No me…recuerdas...?-Preguntó la sombra de la persona, con una voz pesada y grave, que Japón ya había escuchado antes.

-Espera…¿Eres tú?-Preguntó Japón, sin bajar la guardia.

-Si…Soy yo…- La persona alta entró en la habitación, y se tumbó en la cama de Japón, y sonrió- Que cómoda es esta cama…

-Yo…- Todas las piezas encajaban, tanto físicamente como mentalmente era él, nadie mas…

-Bueno…¿ Qué tal?

-¿Te parece normal, entrar así, de repente, entrar en mi habitación –cogió aire y…- Grecia?

Grecia sonrió ligeramente y cerró los ojos, como solía hacer cuando siempre se veían y hablaban.

-Es que… Me dijeron que esta cama era muy cómoda…

-M-Me da igual…Me has asustado…- Japón recobró su posición normal, pero no se movió del sitio.

-Pues haberme abierto la puerta- Rió Grecia, todavía con los ojos cerrados.

-Ya, pero es que yo…

-Bueno, eso ya da igual… Hum… -Bostezó, cansando- Que sueño...

-Tú siempre tienes sueño Grecia.

-Ya…-Se quitó los zapatos y se acomodó en la cama- Dormir es bueno, me gusta…

Dicho esto, se sumió en un profundo sueño.

Japón se quedó donde estaba, pensativo, ordenando los acontecimientos que habían pasado hace unos minutos…

-Grecia ha tirado mi puerta abajo, ha entrado como si nada, se ha tumbado en mi cama, hemos hablado durante un minuto, y se ha dormido.- Pensó, mientras tenía el ceño fruncido.

Realmente. Grecia era muy extraño. Lo sabía desde el primer día que se conocieron.

Japón seguía de pie, quieto como una estatua, mientras Grecia dormía profundamente. Una parte de su cuerpo le decía "Ve, y abrázalo" , otra "Déjalo como está, no te muevas" y la última "Échale ¿tiene derecho a estar en tú cama?" En ese momento, Japón optó por seguir la segunda opción, se quedó quieto, clavado en su sitio.

Las horas pasaban, y él seguía en su sitio, observando como el Griego dormía en su cama plácidamente, entonces… Decidió sentarse en la cama.

¿Por qué no? Pensó, al fin y al cabo, era su cama, y así hizo.

Se sintió mucho mejor sentando, y también se quitó los zapatos, dejándolos bien colocados cerca de la cama. Suspiró y miró a Grecia más de cerca, con curiosidad. Sin duda estaba profundamente dormido, y Japón sonrió ligeramente.

Él también estaba cansando, así que se tumbó a su lado, encogido. Grecia ocupaba ¾ de la cama, era mucho más grande que Japón físicamente.

Entonces Japón se libró de preocupaciones, cerró los ojos y se durmió a su lado, como en los viejos tiempos, donde siempre se veían y se hablaban, los cuales echaba mucho de menos, demasiado.