Mis Angelitos
Epílogo.
El beteo de este capítulo está a cargo de mi hermosa beta Teresa Saravia Serrano que aguanta mis horrendos errores con paciencia de santo.(Betas FFAD www. Facebook groups/ betasffadiction)
Disclaimer: Los personajes no son míos sino de la maravillosa Stephenie Meyer, Beca, Benji y Jesse son de la película Pitch Perfect. La historia es completamente mía al igual los personajes que no reconozcan.
Canciones recomendadas y utilizadas (se encuentran en el grupo).
My Little girl – Tom McGraw.
Butterfly Kisses – Bob Carlisle
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Nota: Las traducciones no las puse literales ya que las canciones no tendrían mucho sentido si se hicieran así, las canciones están traducidas de forma que pueda entenderse mejor.
Ahora, sí. Las dejo leer.
Edward POV.
Estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación, viendo cómo mi pequeña hablaba emocionada por el teléfono con Sophia sobre el evento de mañana.
Ahora Lizzy tenía veinticinco años y era todo una mujercita. Su habitación ya no estaba pintada de rosa y no había cientos de princesas ni tules regados por doquier. Ahora era de tonos crema y tenía muebles que combinaban a la perfección con su tierna y madura personalidad.
Extrañaría verla así, hablando sin parar con sus primas o amigas en su habitación. Mañana sería el día que la perdería para siempre. Mañana dejaría de ser una Cullen para convertirse en una Masen. Sí, como lo oyen. Lizzy se casaría con un muchacho de apellido Masen. Lo había conocido en su primer semestre de universidad y desde el primer día se volvieron inseparables. El chico había estado en su primera clase y al momento de pasar lista, el apellido le llamó mucho la atención y qué decir del nombre, pues curiosamente se llamaba Anthony. Sí, lo sé, una coincidencia algo extraña. Después de investigarlo a él y a su familia —no me culpen, teníamos que saber si mi niña estaba saliendo con algún asesino serial—, descubrimos que su tataratatarabuelo era amigo de mi tatarabuelo. Según la historia familiar, ellos dos habían venido a Estados Unidos a probar suerte. Cambiaron el apellido del primero para que pudiera viajar en el barco que los traería. Resulta que él era de bajos recursos y, en ese entonces, sólo se permitía viajar a los de clase alta, es decir, los que poseían algún apellido de la alta sociedad. Así pues, lo cambiaron y al poco tiempo viajaron a Estados Unidos. Por desgracia, una enfermedad atacó a mí tatarabuelo y tuvo que viajar de nuevo a Inglaterra, dejando al de Anthony a su suerte. Él decidió conservar el apellido Masen y hacer su vida mientras que el mío continuó con la suya en Inglaterra. Nunca se volvieron a ver, ni sus descendientes lo hicieron, o, al menos, no hasta hace poco cuando mi niña se encontró con Anthony. Era una historia algo descabellada, pero al menos él no era ningún asesino serial o secuestrador y eso me tranquilizaba.
Lizzy finalmente colgó el teléfono y, en cuanto me vio apoyado en el marco de su puerta, vino hacia mí. Automáticamente abrí mis brazos y dejé que mi niña se refugiara en ellos como cuando era pequeña.
―Hola, papi.
―Hola, princesa.
―¿Listo para mañana?
―La verdad… no. No estoy listo para perderte.
―Sabes que siempre seré tu niña, ¿verdad?
―Lo sé, pero ya no vendrás a mí cuando tengas algún problema. Ahora recurrirás a tu… intento de prometido.
―¿Intento de prometido? ―preguntó divertida.
―¡Ey! Nadie es tan bueno como para ser un prometido completo, y menos si es el tuyo.
―Papá…
―Está bien. Tu prometido promedio.
―Nunca cambiarás ―declaró divertida negando con la cabeza.
―Cuando se trata de ti, no.
―Y te quiero por eso.
―Al igual que yo a ti.
Nos quedamos viendo unos momentos y luego tomó mi mano y me guió hasta el borde de su cama que, por cierto, rebosaba de cajas y bolsas blancas.
―¿Qué traes ahí? ―curioseó, intentando tomar lo que traía en mis manos.
―No seas tramposa ―le dije y se me quedó viendo con el ceño fruncido—. Bien, son un par de cosas que pensé que te gustaría conservar antes de irte ―comenté, antes de pasarle lo que traía conmigo. Era un álbum de fotos y la cápsula que había enterrado hace tanto tiempo.
―La cápsula ―susurró sorprendida.
―Sí, tu cápsula. ¿Te acuerdas de ella?
―Creo que sí. Nos recuerdo a Sophia y a mí acostadas en la sala, viendo el techo, pensando qué hacer para dejar de aburrirnos. Mamá estaba embarazada de Camille y Dylan, entró a la sala y nos sugirió una y otra vez cosas qué podíamos hacer. Nosotras le negamos todo hasta que nos pidió que la acompañáramos al cuarto de la abuela Renée y sacó todas sus cápsulas. Luego ella nos contó lo que eran las loncheras y nos preguntó si queríamos hacer una. Nosotras respondimos que sí y Sophia comenzó a llamar a gritos a la tía Allie, ella casi se desmaya frente a nosotras gracias al susto que le dio ―narró divertida―. Ellas fueron a buscar a los chicos y nosotras fuimos por nuestros "tesoros", luego llegaron ustedes y les contamos todo. Mamá, mis tías y los chicos bajaron y, después de explicarles, comenzamos a hacer las cápsulas. Al final los abuelos nos ayudaron a hacer el agujero para enterrarlas.
―Te acuerdas de todo ―expresé ligeramente sorprendido.
―¿Cómo no lo voy a hacer? Fue uno de los mejores momentos de mi infancia.
―¿Cuáles son los otros?
―Mi primer cumpleaños contigo, tu boda con mamá, la primera vez que fuiste a verme a un recital… Tengo demasiados.
―¿Recuerdas el día que nació Camille y me preguntaste si te iba a querer siempre, aunque no fueras mi hija de sangre como lo era ella?
―Sí, recuerdo que me dijiste que siempre me ibas a querer y siempre sería tu princesita hermosa.
―¿Sabes? Ese día fue de los mejores de mi vida.
―¿Por qué?
―Porque ese día tuve a mis dos princesitas juntas por primera vez.
―¿Podemos ver las fotos? Quiero recordar viejos momentos ― pidió después de unos minutos en silencio.
―Por supuesto.
Abrimos el álbum y comenzamos a ver las fotos que ahí había. Muchas de ellas eran de cuando mi princesa y mis pequeños guerreros eran unos niños. Había fotos de ellos con Pupy, quien, por cierto, había muerto hace unos años. El pobre ya estaba demasiado viejo y cansado como para seguir el ritmo de los niños y optamos por no hacer nada cuando nos informaron que le quedaba poco tiempo. Obviamente, todos quedamos devastados cuando se fue. Nos consolaba que al menos teníamos a Bear, uno de los muchos descendientes que tuvo años atrás cuando se encontró a una muy linda San Bernardo en el parque. Para ese entonces, los mellizos tenían un mes y fue amor a primera vista perruno, igual que de nosotros como familia y de Lizzy conmigo.
Continuamos viendo las fotos cuando Lizzy se detuvo en una. Era de una fiesta de disfraces que habíamos organizado en la casa por el cumpleaños de Bella, idea de los niños. Camille y Dylan tenían seis meses y los cachorros de Pupy tenían dos. Todos estábamos en el jardín de la casa acomodados para la foto, incluso las bolas de pelo que Pupy tenía por hijos estaban posando de una forma ridículamente adorable. Esa era la foto favorita de toda la familia. Incluso habíamos mandado a agrandarla para ponerla en la sala.
Lizzy pasó los dedos por cada uno de los que posábamos ahí y los detuvo en el lugar donde se encontraba Pupy.
―Lo extraño mucho.
―Yo también. Era un gran perro y era el mejor ayudante en las travesuras de tus hermanos ―dije y Lizzy se rió.
―Sí que lo era. Varias veces terminó castigado gracias a ellos.
―Y a ti también. Eras una niña bastante traviesa también, déjame decirte.
Lizzy se separó de mí y dio un jadeo de indignación mientras me daba un pequeño golpe en el brazo.
―¡Oye! Yo siempre he sido una princesita bien portada ―profirió orgullosa.
―Sí, claro. ¿Sabes? Tus hermanos también lo son ―dije irónico y ella me miró con los ojos entrecerrados.
―¡Qué gracioso te has vuelto!
―Lo sé. Deberían contratarme como comediante, pero lamentablemente soy muy inteligente y guapo para eso.
Lizzy soltó una gran carcajada y se rio hasta que me fijé en la hora.
―Mira la hora que es. Ya es muy tarde y tú necesitas descansar, mañana te espera un gran y largo día.
―Bien. Mmmm… ¿podrías arroparme como cuando era niña?
―Por supuesto, pequeña. Pero primero hay que bajar todo esto.
Bajamos todas las bolsas y cajas de la cama y Lizzy se acomodó bajo su cobertor. La arropé bien y dejé un beso en su frente antes de caminar hacia la puerta. Lizzy me habló antes de que pudiera salir.
―¿Papá?
―¿Sí, cariño?
―¿Te puedo pedir una última cosa?
―Las que quieras, cielo.
―¿Podrías cantarme como lo hacías cuando era pequeña?
―Esperaba que me lo pidieras.
Caminé de vuelta a su cama y me senté a su lado. Se levantó un poco y rodeó mi torso con sus brazos mientras yo hacía lo mismo. Pensé en qué canción cantarle y recordé una que iba a la perfección con la situación.
(Inicia aquí)
Gotta hold on easy as I let you go
Tengo que mantenerme tranquilo mientras te dejo ir.
Gonna tell you how much I love you
Tengo que decirte lo mucho que te amo,
Though you think you already know
aunque pienses que ya lo sabes.
I remember I thought you looked like an angel
Wrapped in pink so soft and warm
Recuerdo cuando pensaba que te veía como un ángel,
envuelta en rosa muy suave y tibia.
You've had me wrapped around your finger
since the day you were born
Tú me tienes envuelta en tu dedo
desde el día en que naciste.
Coro
Your beautiful baby from the outside in
Eres un hermoso bebé, desde adentro hacia afuera.
Chase your dreams but always know the road
that'll lead you home again
Persigue tus sueños pero siempre recuerda el camino
que te lleva de regreso a casa.
Go on, take on this whole world
Adelante, toma el mundo entero,
But to me you know you'll always be...
pero recuerda que para mí siempre serás…
My Little girl
Mi pequeña niña.
When you were in trouble that crooked little smile
could melt my heart of stone
Cuando estabas en problemas, esa sonrisa triste
derretía mi corazón de piedra.
Now look at you, I've turned around,
and you've almost grown
Ahora mírate, solo tuve que dar la vuelta
y tú ya has crecido.
Sometimes you're asleep I whisper,
"I love you" in the moonlight at your door
En ocasiones, cuando duermes, te susurró
"Te amo" bajo el brillo de la luna sobre tu puerta.
As I walk away, I hear you say,
"Daddy, love you more!"
Al mismo tiempo que me retiro, te escucho decir
"¡Papi, yo te amo más!".
Coro
Your beautiful baby from the outside in
Eres un hermoso bebé, desde adentro hacia afuera.
Chase your dreams but always know the road
that'll lead you home again
Persigue tus sueños pero siempre recuerda el camino
que te lleva de regreso a casa.
Go on, take on this whole world
Adelante, toma el mundo entero,
But to me you know you'll always be...
pero recuerda que para mí siempre serás…
My Little girl
Mi pequeña niña.
Someday, some boy will come and ask me for your hand
Algún día, un chico vendrá y me pedirá tu mano.
But I won't say "yes" to him unless I know
He's the half that makes you whole, he has a poet's soul
Pero yo no le diré que sí hasta que sepa
que es la mitad que te hace completa, que tiene el alma de un poeta.
And the heart of a man's man
Y el corazón de un hombre de hombres.
I know he'll say that he's in love
Yo sé que él dirá que está enamorado.
But between you and me,
Pero entre tú y yo,
He won't be good enough!
¡Él no será lo suficientemente bueno!
Coro
Your beautiful baby from the outside in
Eres un hermoso bebé, desde adentro hacia afuera.
Chase your dreams but always know the road
that'll lead you home again
Persigue tus sueños pero siempre recuerda el camino
que te lleva de regreso a casa.
Go on, take on this whole world
Adelante, toma el mundo entero,
But to me you know you'll always be...
pero recuerda que para mí siempre serás…
My Little girl
Mi pequeña niña.
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Terminé de cantar y la apreté más fuerte contra mí. Las lágrimas hacían que mis ojos ardieran pero no podía llorar, no ahora. Mi niña necesitaba descansar y lo que menos que necesitaba era verme en ese estado.
Luego de abrazarla unos minutos, noté que ella estaba llorando. La apreté fuertemente y dejé que se desahogara un poco antes de preguntarle.
―¿Qué sucede, pequeña?
―Te extrañaré mucho, papi.
―Yo también te extrañaré mucho, pero no es momento de llorar, necesitas dormir ―le indiqué en un intento de tranquilizarla y hacer menos notoria mi voz, que comenzaba a ponerse ronca por el llanto.
―Es que de verdad te voy a extrañar. Te amo mucho.
―Yo también, princesa. Te amo demasiado, pero es hora de dormir y no me gusta verte triste.
―Bien, ―dijo limpiándose las lágrimas—. Me llevarás al altar, ¿verdad?
―No hay honor más grande para un padre.
―Te quiero, papi.
―Y yo a ti, princesa. Nos veremos en la mañana. Descansa, ¿sí? —le pedí suavemente y ella asintió. Me levanté de su cama y le di un beso en su frente antes decirle una vez más que la amaba. Salí de la habitación.
En el pasillo me esperaba mi esposa. Estaba igual de hermosa que cuando nos casamos, a pesar de que ahora unas pequeñas arrugas adornaban su rostro y unas cuantas canas reemplazaban a las hebras chocolate de su cabello.
―Hola, cielo ―la saludé, acercándome a ella y dándole un casto beso en los labios.
―Hola.
―¿Hace mucho que estás ahí?
―No mucho, pero sí el suficiente como para oírte cantar.
―Tenía que hacerlo, es la última vez que le cantaré ―dije completamente nostálgico.
―Tal vez, pero sabes que nunca perderás a tu pequeña.
―Sí, pero ya no la tendré sólo para mí. Ahora tendré que compartirla y eso no me gusta.
―La has estado compartiendo desde que comenzó a salir con él.
―Pero no de la misma forma. Antes ella era quién lo visitaba y se quedaba con nosotros. A partir de mañana, ella será quien nos visite y se quede con él.
―Es el círculo de la vida, cariño. Hay que aceptarlo nos guste o no.
―Pues a mí no me gusta.
―¿No crees que ya estás muy grandecito como para hacer berrinches? ―preguntó Bella con una ceja alzada y yo solo me encogí de hombros—. Además, te recuerdo que tú hiciste lo mismo hace unos años.
―Lo nuestro es diferente. Vivíamos y seguimos compartiendo casa con tus padres y los míos, ella se mudará a siete horas de aquí.
―No los culpes a ellos, fuiste tú quien les obsequió la casa.
―Porque pensé que la aceptarían para irse de vacaciones o algo así, no para vivir. Es mi nenita, Bella.
―Y la mía también, pero ya creció y es toda una mujercita.
Era cierto. Mi bebé ya no era la niña por la que yo me disfracé del Príncipe Adam cuando cumplió cuatro años. Ahora, era la señorita a quien la consolé cuando tuvo su primera pelea con Anthony y la que pronto se iría a vivir a otro continente.
―¿Cuándo creció tanto? ―pregunté a la nada en un susurró.
―Ni yo misma lo sé. Pero será mejor que descansemos. Mañana será un largo día y necesitamos estar bien descansados para poder aguantarlo.
―¡Ey! No estoy tan viejo.
―No, pero cuidar nietos y sobri-nietos cansa mucho. Más cuando son igual de hiperactivos que sus padres ―se justificó y yo reí porque era cierto.
―Te doy toda la razón. Mejor vamos a descansar antes de que esos diablillos se den cuenta de que estamos despiertos.
Tomé la mano de mi esposa y la guie hasta nuestra habitación. Nos cambiamos por algo más cómodo y nos acostamos en nuestra enorme cama. Con una mano, tomé la cintura de mi esposa y la acerqué a mi pecho.
―Te amo ―le susurré al oído.
―Yo también te amo. Ahora, a dormir.
Me dio un casto beso en los labios y apagó la lámpara que estaba en nuestra mesita de noche. Cayó rendida casi al instante, pero yo tardé un poco más pues los recuerdos de lo que había pasado en los últimos veinte años inundaron mi mente.
David y Ethan ahora tenían treinta años y eran unos grandes médicos al igual que Lizzy. Ella fue la única que siguió mis pasos en cuanto a la especialidad, mientras que David había optado por cardiocirugía y Ethan por neurocirugía. Ambos tenían poco de haberse graduado, pues sus especialidades eran bastante largas, mientras que a Lizzy le faltaba un año para conseguirlo, el cual terminaría en Inglaterra junto a su marido.
Ah, casi se me olvida. También se habían casado y nos habían convertido en abuelos. David se casó con Annie cuando éste cumplió veinticuatro años y tuvieron a su primera hija dos años después, una hermosa niña que era la mezcla perfecta de sus padres y a la que habían llamado Isabella. Ethan tardó un poco más en casarse. Lo hizo un día antes de que la pequeña Isabella naciera, con una hermosa chica de pelo negro y ojos azules que había conocido en una de sus residencias. Ese día había sido bastante entretenido. Ellos estaban en el aeropuerto a punto de abordar el avión que los llevaría a su luna de miel cuando recibieron la llamada de Lizzy avisándoles que su primera sobrina estaba por llegar. Inmediatamente abandonaron la fila y corrieron hasta el hospital para llegar al nacimiento de la pequeña.
Dylan y Camille eran harina de otro costal. Dylan estaba en su segundo año de derecho en la universidad de Oxford mientras que Camille estudiaba artes escénicas en Juilliard. ¿La razón? Ambos decían que ya había muchos médicos en la familia y que era necesario darle un toque artístico, además de que necesitaríamos de algún abogado si es que alguno de nosotros llegaba a cometer negligencia médica. Eso le otorgó varios golpes a Dylan por parte de sus hermanos mayores y una "palmada" en la espalda por parte de Lizzy.
Oh, lo siento. No me acordaba que no les he contado acerca de ellos. Dylan es mi clon pero con los ojos chocolate de su madre, y Camille era idéntica a Bella, sólo que con mis ojos de color jade. Al igual que sus hermanos mayores, fueron un dolor de cabeza para sus maestros y nuestras visitas al director eran tan constantes que al final se rindió. En lugar de llamarnos, les ponía pequeños castigos que les fueron aplacando poco a poco, pero no lo suficiente como para no hicieran de las suyas de vez en cuando. Gracias a Dios, ambos habían sido excelentes estudiantes y esa era la única razón por la que el director no los expulsara.
Bella y yo tuvimos la buena suerte de que nuestros hijos fueran muy unidos a pesar de ser cinco. Obviamente tuvieron sus peleas, aunque nunca duraban más de dos días enojados. Sin embargo, el que fueran tan unidos también traía sus consecuencias. Nunca dejaban solo a alguno de sus hermanos en nada, y cuando me refiero a nada, es de verdad nada. Puede que fuera bueno que se mantuvieran unidos en momentos difíciles, como la muerte de Pupy o la mudanza de Jesse y su familia a Nueva York, pero era mejor mantenerlos separados cuando planeaban alguna travesura, y ni se diga si tenían a sus primos cerca. Digamos que tres niños, cuatro pares de gemelos y una casa con las cosas suficientes para que ellos se la ingeniaran y pudieran armar una bomba nuclear casera, no eran una muy buena combinación.
Todos teníamos hijos muy buenos y nuestros padres estaban más que orgullosos por eso. Ellos decían que para criar hijos así, había que tener unos padres excepcionales y ellos no cambiarían nunca nuestra crianza.
Ahora tenían setenta y tantos y estaban muy bien conservados para su edad. Pasaban todo el tiempo que pudieran con los niños y sus bisnietos eran su adoración, sólo que no estaban tanto con ellos como antes. Después de todo, el trabajo y la crianza de seis hijos y once nietos no eran nada fácil. Ellos habían dado todo de sí y ahora los nietos eran quienes los consentían. Amaban que lo hicieran, pero más por ver a sus nietos felices que por las cosas que ellos les regalaban. Era por eso que habían aceptado a Anthony apenas lo conocieron. Vieron la felicidad que había en los ojos de Lizzy cuando lo miraba y eso no se podía comparar con ningún regalo. Incluso mi madre y Renée decían que uno de sus mayores sueños sería ver a Lizzy casarse con el amor de su vida, es decir, Anthony. Para mi mala suerte, ese sueño estaba a pocas horas de cumplirse y yo estaba realmente asustado por ello.
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La casa estaba hecha un caos y a mí me traían vuelto loco. Edward haz esto, Edward haz aquello… Yo sólo quería cerrar los ojos y no pensar en esta pesadilla, pero era el día de mi niña y tenía que hacer un esfuerzo por ella. Era su día especial y merecía que dejara mis represalias contra Anthony a un lado. La verdad era que él era un muy buen muchacho y sabía que cuidaría a mi princesa, sólo tenía miedo de que la dañara, como era normal en un padre.
―¿Estás listo, hermano? ―me preguntó Jasper dándome una palmada en la espalda cuando fui a la cocina por algo de beber.
―Eso creo.
―¿Eso crees?
―Sí, eso creo. No sé si estoy listo para dejarla ir.
―Te entiendo. Me sentí igual cuando Sophie se casó hace unos meses, pero he aprendido que a veces es mejor así. Nosotros las quisiéramos convertidas en monjas o retroceder el tiempo y dejarlas en la edad donde nosotros éramos sus héroes, pero la vida sigue y hay que aceptarla. Además, es divertido asustar al yerno. Jackson puede ser un buen muchacho, pero me divierto bastante viendo cómo tiembla cuando lo amenazo con darle en sus partes nobles si vuelve a embarazar a mi nenita o con dejarlo en medio de la nada si llega a dañarla. De verdad disfrutas bastante eso ―comentó soñadoramente y yo solté una pequeña carcajada.
―Papá, deja de reírte a costa de mi pobre marido y mejor ve a buscar a mamá que está más histérica que mi prima ―regañó Sophie a Jasper con una dura mirada y este salió bufando―. Y tío Edward, Lizzy te necesita ―me avisó, cambiando su mirada por una sonrisa dulce.
―Gracias, cariño. Iré en este instante ―respondí con una sonrisa y ella me la devolvió.
Salí de la cocina y me dirigí hasta la habitación de mi pequeña. Cuando entré, ella estaba sentada en su cama con las manos en su cara. Corrió hacia mí apenas notó mi presencia y yo la rodeé con mis brazos.
Duramos así unos minutos y, cuando nos separamos, noté que estaba bastante ansiosa.
―¿Estás bien, princesa? ¿Qué sucede?
―No sé si podré, papi. ¿Y si termino siendo una pésima esposa y decide que lo mejor es divorciarnos? O, ¿qué tal si tenemos tantos problemas que no podremos solucionarlos y terminamos divorciados y enojados de por vida? ¿Y si…? ―balbuceaba y yo la detuve antes de que siguiera.
―Lizzy, cariño, mírame a los ojos ―le pedí y ella lo hizo―. Tranquila, ¿sí? Todos esos temores son comprensibles, pero algo irracionales.
―¿Cómo que irracionales? No estás entendiendo…
―Shhhh… Primero escúchame y luego me dices todo lo que quieras, ¿bien? ―rogué y ella asintió―. ¿Él te ama?
―Por supuesto, si no, no me hubiera pedido matrimonio.
―¿Tú lo amas?
―Claro que sí. ¿Qué clase de preguntas son éstas? ―preguntó y yo le dirigí una mirada algo seria―. Ya entendí. Sigue.
―¿Estarías dispuesta a dar tu vida por él? Contéstame con la verdad y con seguridad.
―Mi vida y más ―afirmó y yo sonreí.
―Entonces no debes temer a nada.
―¿Por qué?
―Porque se aman.
―¿Y eso es suficiente?
―Más que suficiente. No te diré que el matrimonio es color de rosa todo el tiempo porque no es verdad. Todos los matrimonios llegan a pelear más de una vez y tienen sus obstáculos. Pero si de verdad se aman, lucharán y los vencerán. El matrimonio puede ser miel sobre hojuelas pero también puede ser como un vaso de hiel. Todo depende del esfuerzo que cada quien ponga en él. Ya te dije que nada es fácil y el matrimonio no es la excepción, pero de ustedes depende hacerlo funcionar.
―¿Mamá y tú tuvieron problemas cuando se casaron?
―Claro que sí, incluso ahora los tenemos; pero nos amábamos y amamos tanto que luchamos juntos para vencerlos y no dejar que destruyan nuestro matrimonio. Ya conoces nuestra historia y sabes que pasamos por bastantes cosas antes de que pudiéramos estar juntos de nuevo y eso nos da la suficiente fuerza para luchar contra los problemas. De hecho, los obstáculos han sido tan grandes que ahora los problemas que se nos presentan nos parecen pequeños detalles.
―Pero Anthony y yo no hemos pasado ni por una cuarta parte de los obstáculos que ustedes pasaron y no sé si realmente tengamos la fortaleza que ustedes tienen.
―El número de obstáculos no es lo importante. Es cierto que cada problema nos hizo cada vez más fuertes, pero eso no tiene nada que ver con la fuerza que tengan. La fuerza viene de las ganas que tú tengas para que tu matrimonio funcione, no del número de problemas que tengan.
―¿Crees que Anthony y yo podamos hacer funcionar nuestro matrimonio?
―Estoy completamente seguro de que lo harán y enfrentarán cada problema con sabiduría, tal y como lo hicimos tu madre y yo, pero eso no significa que serán igual a nosotros.
―Lo sé. Cada pareja es única y bla bla bla…
―No me refiero a eso.
―¿Entonces?
―No serán iguales a nosotros porque yo soy mucho más apuesto que él. ¿En serio crees que se verá igual de bien que yo a esta edad?
―Para nada, se verá mucho mejor ―dijo divertida.
Suspiré indignadamente y llevé una mano a mi corazón.
―Lastimas a tu pobre y viejo padre, ¿sabes?
―Oh, vamos. No estás tan viejo.
―No mucho pero aun así me lastimas ―afirmé y ella rodó los ojos.
―Está bien. Anthony nunca se verá más apuesto que tú. Eres el papi y abuelo más guapo del mundo.
―¿Incluso con mis canas y arrugas?
―Incluso con tus canas y arrugas.
Sonreí y no pude evitar rodearla con mis brazos por última vez antes de que se convirtiera en la señora Masen.
―Te quiero mucho, hija.
―Y yo a ti, papi.
Nos quedamos abrazados durante unos minutos y finalmente ella se separó.
―¿Y bien? ¿Qué tal me veo? ―preguntó, dando una vuelta en su eje y mostrándome su vestido de novia, más específicamente, el vestido que había usado mi hermosa esposa hace veintiún años. Traía el pelo recogido en un chongo bajo junto con un tocado en forma de flor y un velo corto saliendo por debajo de éste.
―Igual de hermosa que tu madre el día de nuestra boda, pero creí que usarías el que compraste, ¿se manchó o algo?
―No, pero es algo simbólico. Tú y mamá han tenido un estupendo matrimonio y me gustaría que el mío también lo fuera. Ya me explicaste que fue porque tú y mamá no dejaron que nada los venciera, pero significa mucho para mí casarme con el vestido que estuvo presente en su unión. ¿Te molesta?
―Claro que no, de hecho, me emociona que decidas casarte con el vestido que usó tu mamá. Me trae muy buenos recuerdos pero, ¿qué harás con el otro vestido?
―Lo usaré en la fiesta. Después de todo soy una princesa y ese vestido es digno de una ―dijo completamente orgullosa y yo tuve que reír.
―Claro que sí.
―Toc, toc. ¿Puedo pasar? ―interpeló Bella, asomando su cabeza por la puerta.
―Claro, ma.
―Lamento interrumpirlos, pero es hora de que bajes, cariño.
―Bien. En un momento bajamos, gracias.
Bella sonrió y salió de la habitación. Tomé una fuerte respiración y le ofrecí el brazo a Lizzy.
―¿Listo para entregar a una de tus princesas? ―cuestionó.
―Eso creo.
―En ese caso, vamos. Es hora de terminar con esto.
Todo pasó demasiado rápido a partir de ese momento. Bajamos las escaleras hasta el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia y todos los invitados esperaban expectantes para ver a la novia. Ethan y David estaban a lado de Anthony esperando ansiosos por su hermana. La marcha nupcial comenzó a sonar y yo caminé por el pasillo sintiendo como cada vez se hacía más corto.
Llegamos al altar y los gemelos se pusieron a mi lado e hicieron lo mismo que hace veintiún años, solo que ahora la "amenaza" era para Anthony y no para mí.
El sacerdote comenzó con la ceremonia y, cuando llegó a la parte de los votos, los ojos de mi pequeña y su pronto esposo brillaron como nunca. Después de eso el sacerdote los declaro marido y mujer y ellos no esperaron la orden para besarse. El beso fue tan largo que los gemelos, los chicos, Carlisle, Charlie y yo tuvimos que carraspear para lograr que se separaran. Lo que logró un furioso sonrojo en el rostro de los recién casados y risas de parte de los invitados.
Cuando éstos dejaron de reírse, los novios fueron a tomarse un par de fotos y Lizzy aprovechó para cambiarse el vestido. Mientras, yo fui a mi recámara por algo que había guardado por mucho tiempo y hoy era el momento de dárselo.
Los invitados fuimos hasta el área donde se celebraría la recepción y, al poco tiempo, los novios entraron tomados de la mano y bailando al ritmo de la música. Ahora Lizzy traía un hermoso y sencillo vestido blanco de tul con escote corazón y un detalle de pedrería arriba de la cadera izquierda. Se había desecho del moño y tocado y ahora llevaba su pelo completamente suelto.
La feliz pareja bailó su primer baile como recién casados y luego fue el turno del baile padre e hija.
Tomé la pequeña tiara y me acerqué a Lizzy. Muchas parejas decidían bailar con sus padres al mismo tiempo pero Anthony cedió la oportunidad de bailar con su madre después de nosotros ya que era un momento que debía ser solo nuestro.
Lizzy vio lo que traía en mis manos y agachó la cabeza para que le colocara la tiara. Antes de comenzar a bailar, Alice vino y la sujetó con horquillas para evitar que se cayera. Le agradecí y salió de la pista antes de que la canción que había elegido comenzara a sonar. Más que una canción, era un video que David había preparado y le daba ésta más emotividad. En él aparecían fotos de nosotros dos tal y como decía la canción, aunque de esto no tenía idea alguna hasta ese momento.
La canción empezó y Lizzy y yo comenzamos a bailar, aunque más que baile, era un lento balanceo.
There's two things I know for sure
Hay dos cosas de las que estoy completamente seguro.
She was sent here from heaven
Ella fue enviada desde el cielo,
And she's daddy's little girl
y es la niña de papá.
As I drop to my knees by her bed at night
Mientras me arrodillo junto a su cama por la noche,
She talks to Jesus and I close my eyes
ella le habla a Jesús y yo cierro mis ojos.
And I thank God for all of the joy in my life
Y agradezco a Dios por toda la alegría de mi vida.
Oh but most of all
Oh, pero más que nada,
For butterfly kisses after bedtime prayer
por los besos de mariposa después de orar antes de dormir.
Sticking' little white flowers all up in her hair
Poniendo pequeñas flores blancas en todo su cabello.
"Walk beside the pony daddy it's my first ride"
"Camina junto al caballo, papi, es mi primer paseo."
"I know the cake looks funny daddy but I sure tried"
"Sé que el pastel se ve gracioso, papi, pero lo iIntenté."
Oh with all that I've done wrong
Oh, en todo lo que he hecho mal,
I must have done something right
debo haber hecho algo bien
To deserve a hug every morning'
para merecerme un abrazo cada mañana
And butterfly kisses at night
y besos de mariposa en la noche.
Sweet 16 today
Hoy cumple 16.
She's looking' like her mama a little more every day
Cada día se parece más a su mamá.
One part woman the other part girl
Una parte mujer, otra parte niña.
To perfume and make up from ribbons and curls
De listones y rizos a perfume y maquillaje.
Trying her wings out in a great big world
Probando sus alas en el gran mundo.
But I remember
Pero aún recuerdo
Butterfly kisses after bedtime prayer
los besos de mariposa después de orar antes de dormir.
Sticking' little white flowers all up in her hair
Poniendo pequeñas florecitas blancas en todo su cabello.
"You know how much I love you daddy"
"Sabes cuánto te amo, papi."
But if you don't mind
Pero si esta vez no te importa,
"I'm only gonna kiss you on the check this time"
"Esta vez te besaré solo en la mejilla."
Oh, with all that I've done wrong
Oh, en todo lo que he hecho mal,
I must have done something right
debo haber hecho algo bien
To deserve her love every morning'
para merecerme su amor cada mañana
And butterfly kisses at night
y besos de mariposa por la noche.
All the precious time
Todo el precioso tiempo.
Like the wind the years go by
Como el viento, los años pasan.
Precious butterfly
Preciosa mariposa,
Spread your wings and fly
extiende tus alas y vuela.
She'll change her name today
Hoy cambiará su nombre.
She'll make a promise and I'll give her always
Ella hará una promesa y yo la entregaré.
Standing in the bride room just staring at her
De pie, en la sala de la novia, la observo con cuidado.
She asked me what I'm thinking'
Me preguntó qué estaba pensando
And I said I'm not sure
y yo le contesté.
"I just feel like I'm loosing' my baby girl"
"No estoy seguro, solo siento que estoy perdiendo a mi pequeña niña."
And she leaned over
Ella se recargó en mí,
Gave me butterfly kisses with her mama there
y me dio besos de mariposa con su mamá allí.
Sticking' little white flowers all up in her hair
Poniendo pequeñas florecitas blancas en todo su cabello.
"Walk me down the aisle daddy"
"Acompáñame por el pasillo, papi."
It's just about time
Es la hora.
"Does my wedding gown look pretty daddy?"
"¿Se me ve bien mi vestido de novia, papi?"
"Daddy's don't cry"
"Papi, no llores."
Oh with all that I've done wrong
Oh, en todo lo que he hecho mal,
I must have done something right
debo haber hecho algo bien
To deserve her love every morning'
para merecerme tu amor cada mañana.
And butterfly kisses
Y besos de mariposa.
I couldn't ask God for more than this is what love is
No podría pedirle más a Dios, esto es lo que es el amor.
I know I've got to let her go but I'll always remember
Sé que tengo que dejarla ir pero siempre recordaré
Every hug in the morning' and butterfly kisses
los abrazos cada mañana y los besos de mariposa.
En ese momento me asaltaron todos los recuerdos de lo que había vivido con mi pequeña princesa durante estos veintidós años. La primera vez que me dijo "papi" mientras veíamos La Bella y la Bestia o cuando le prometí que siempre sería mi princesa el día que Camille y Dylan llegaron.
Parecía como si fuera ayer cuando usé un ridículo disfraz para su cuarto cumpleaños y, ahora, ahora estaba bailando el primer baile con ella como una mujer casada y eso dolía enormemente.
No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí mis ojos arder levemente. Me separé de Lizzy y noté que también estaba llorando.
―Oh, papi. Te extrañaré demasiado ―sollozó Lizzy en mi hombro.
―Yo también, cariño ―dije suavemente en un vano intento de que mi voz no saliera rasposa, debido al nudo que tenía en la garganta.
―Te amo, papi.
―Y yo a ti, princesa. No sabes cuánto.
Nos quedamos un rato más abrazados hasta que el DJ anunció que era hora del baile madre e hijo. Debíamos retirarnos de la pista para poder darles el protagonismo que se merecían.
Cuando llegamos a la mesa, pude ver a los gemelos abrazando a Bella mientras ella dejaba correr unas cuantas lágrimas. Me hubiera unido pero estaba seguro de que lloraba por recordar cuando fue su turno de bailar con los gemelos en sus respectivas bodas.
Los bailes pasaron rápidamente y la hora del brindis pronto llegó.
―Hola a todos. Primero que nada, quiero felicitar a mi hermanita y a Tony por la hermosa boda que han organizado en conjunto con las locas de mis tías, primas y demás familiares femeninos. ―Empezó Ethan y todos rieron, aunque todas las mujeres mencionadas le dedicaron una mirada asesina―. Okay, no están locas. Solo se emocionan en extremo con las bodas. Bien, como seguía diciendo, felicidades a ambos por la hermosa boda que han organizado y por haberse casado. Lizzy, estoy más que seguro de que mamá y papá ya te dieron la plática sobre el matrimonio y también apuesto a que los señores Masen se la han dado a Tony por lo que no me detendré en dárselas. Solo les diré que acaban de dar un paso enorme en la vida de cualquier persona y es importante que se mantengan unidos pese a todo. Lizzy, tengo poco tiempo conociendo a Tony, pero sé que es un gran hombre y que te hará feliz. Tony, la familia te está entregando uno de sus más grandes tesoros, así que te pedimos que no la dañes o te las verás con nosotros. Bien, creo que eso es todo lo que tengo que decir. Te quiero, hermana, y otra vez, felicidades. ―Terminó y levantó su copa en agradecimiento cuando los invitados aplaudieron levemente.
―Tal parece que mi hermano ya dijo todo así que tratare de ser breve. Hace unos años, veinticinco para ser exactos, Ethan y yo hicimos una promesa cuando vimos a Lizzy por primera vez después de haber pasado tres semanas en la incubadora. Nos prometimos siempre luchar para proteger a nuestra hermanita y a nuestra mamá. También, le pedimos e hicimos prometer a Edward, nuestro padre, que cuidaría a mamá con su vida. Ahora, en nombre de Ethan y de toda la familia, te pedimos lo mismo, sobre todo porque te llevarás lejos a uno de los más grandes tesoros que la familia Cullen-Swan posee. Hermanita, te quiero con todo mi corazón y espero que sean felices y siempre permanezcan unidos ―les deseó David y pude ver como Lizzy le susurraba un 'También te quiero' con los ojos llorosos―. ¡Por los novios! ―finalizó elevando su copa y los demás lo seguimos.
Bella me dio un apretón en el brazo y supe que era el momento para levantarme y hacer lo mismo que mis hijos habían hecho momentos atrás.
―¿Me permiten su atención, por favor? ―carraspeé y todos me voltearon a ver―. Mmm… bueno. Yo solo quería felicitar a Lizzy y Anthony por su matrimonio y decirles algo. Mi niña, no puedo decirte lo orgullosos que estamos tu madre y yo de ti, de la maravillosa mujer en la que te has convertido a lo largo de estos años pero conservando la esencia de la pequeña Lizzy que me levantaba temprano los fines de semana para ver La Bella y la Bestia ―recordé con una triste sonrisa—. Los padres nos pasamos la vida preguntándonos si hemos hecho bien nuestro trabajo y te aseguro que no hay nada más satisfactorio y enorgullecedor que esto, verlos casados y haciendo lo que de verdad les apasiona. Eso te dice que has hecho un buen trabajo a pesar de todos los errores cometidos. Algo que claro, lo sabrás dentro de mucho, mucho tiempo ―dije y los invitados rieron—. Ahora, Anthony. Sé que te he pedido esto muchas veces e incluso los gemelos te lo han repetido con una que otra amenaza ―dije divertido y los aludidos sonrieron entre orgullosos y divertidos―, pero una vez más, te pido que cuides a uno de mis tesoros más valiosos con tu vida ―le pedí y Anthony asintió―. Solo me queda desearles mucha felicidad y un matrimonio tan duradero y fuerte como el que yo tengo con mi amada esposa. Ah, y que por favor, no me hagan abuelo tan rápido. Disfruten su matrimonio, de su vida en pareja. No es necesario llegar a los hijos tan rápido, y no es que me esté quejando de ustedes, solo digo que no es necesario darme más nietos tan rápido y… ya estoy divagando así que mejor me callaré. ¡Por los novios! ―exclamé rápidamente en un vano intento de remediar mi vómito verbal y los invitados me siguieron con un tono divertido en su voz.
Me senté avergonzado y solo esperé que Lizzy y Anthony iniciaran el último brindis para que todo esto quedara en el olvido, o al menos por lo que quedaba de la fiesta.
―¿Nos permiten su atención, por favor? ―pidió Lizzy, golpeando ligeramente su copa de champaña con una cucharilla―. Gracias. Sé que están cansados de escuchar tantos discursos, pero les quería agradecer a cada uno de ustedes el haber venido a este día tan importante y especial para Tony y para mí. Aunque sobre todo, agradecerles a mis padres el apoyo y cariño que me han dado a lo largo de todos estos años. A mis hermanos, Ethan y David, que no han dejado de protegerme desde el día que se enteraron de que vendría al mundo, o al menos eso me han contado. Mamá, realmente te admiro por todo lo que has hecho por nosotros. Pocas, o puede que ninguna mujer, hubiera tenido la fortaleza que tu tuviste al decidir tenernos y criarnos a pesar de los maltratos que recibiste por parte de Tyler. Afortunadamente, años después, llegó el maravilloso hombre que tienes como esposo y luchó contra todo para permanecer a tu lado, incluso contra dos pequeños niños demasiado sobreprotectores y traviesos. Papá, realmente no encuentro las palabras para decirte lo mucho que te amo y lo agradecida que estoy de que tú seas mi padre. Y, por último, pero no menos importante, mis hermanos. Hermanitos, por segunda vez les digo que los quiero con toda mi alma. Muchísimas gracias por cuidar de mí y de mamá todos los años que papá no estuvo con nosotros y por ser mis cómplices en todas mis travesuras como yo lo fui con las suyas. Los quiero. ―Terminó y una melancólica sonrisa se formó en mi rostro al acordarme de todas las veces que estuvieron a punto de sacarme canas verdes por las travesuras tan retorcidas que muchas veces se les ocurrieron.
Lizzy terminó su discurso y Anthony le siguió con el suyo, agradeciendo a sus padres y a nosotros el haberle permitido conocer y permanecer a lado de una mujer tan maravillosa como lo era Lizzy. Prometió también que la cuidaría como si su vida dependiera de ello. Agradeció por última vez a todos los presentes y ambos se retiraron a la pista de baile para seguir con las tradiciones faltantes.
El lanzamiento de la liga y del ramo fueron momentos realmente cómicos pues fueron Seth y Camille los que atraparon los respectivos objetos. Desde ese momento, se creó una burbuja de incomodidad entre ellos dos aunque de vez en cuando se lanzaban miradas furtivas. Supe en ese instante que pronto tendría que compartir a mi otra princesita.
Las horas pasaron y la fiesta pronto llegó a su fin. Entre abrazos y buenos deseos los invitados se fueron despidiendo de nosotros y de los novios hasta que finalmente la casa quedó completamente sola, quedando solo la familia en ella.
Lizzy y Anthony habían decidido no irse hasta que el último invitado lo hiciera. Esto no nos agradó mucho en un principio ya que no queríamos que se fueran conduciendo al aeropuerto a las tres de la mañana, pero terminaron por convencernos cuando nos dijeron que dormirían durante todo el vuelo hasta Inglaterra y que estarían más felices dejándonos dormir hasta la una de la tarde en lugar de levantarnos temprano para poder despedirse.
El resto de la familia también decidió ir a descansar a sus propias casas, con Dylan y Camille como acompañantes, se marcharon media hora después.
El silencio reinó por toda la casa. Lo único que se oía eran nuestras tranquilas respiraciones y el sonoro ronquido de Bear que descansaba en algún lugar de la cocina.
Bella y yo nos miramos y no faltó decir ninguna palabra. Entrelazamos nuestras manos y fuimos a la cocina por Bear antes de subir a nuestra habitación. Nos dimos un pequeño baño de agua tibia y reemplazamos nuestras incómodas ropas por unas más confortables antes de meternos bajo las mantas de nuestra enorme cama y acurrucarnos en forma de cucharita.
Nos quedamos en silencio durante unos minutos hasta que Bella lo rompió.
―Es extraño.
―¿Qué?
―Esto, la soledad de la casa.
―No está sola. Estamos nosotros y Bear.
―Sí, pero estoy acostumbrada a escuchar los murmullos de los niños escapando a alguna fiesta cuando piensan que nos hemos dormido y no podremos enterarnos, o sus pisadas al bajar a la cocina por algún bocadillo nocturno. No a tanta… paz.
―Te entiendo. Yo también estoy acostumbrado a eso pero ahora han crecido y ya no nos necesitan más. Se han ido y están formando sus propias vidas. Debemos estar orgullosos de ello.
―Lo estoy, es solo que extrañaré sus travesuras y sus peleas, por más extraño que suena.
―No es extraño. Es normal. Son tus hijos después de todo.
―Corrección, son mis bebés, mis angelitos.
―¿Angelitos? ―le pregunté levantando una ceja y ella rodó los ojos.
―Puede que hayan sido algo o muy traviesos, pero ellos me cuidaron durante mucho tiempo. Son mis ángeles de la guarda.
―Y siempre lo serán, por más grandes que sean.
―Sí, siempre serán mis pequeños, mis angelitos.
―Nuestros angelitos.
―Sí, nuestros ―respondió antes de unir sus labios con los míos en un tierno y suave beso. Nos transportamos al tiempo en que nuestros hijos seguían siendo niños. Nada importaba más que el mantenernos unidos con nuestros pequeños ángeles cuidando de que se cumpliera la promesa que les hice el día de nuestra boda.
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―¡Ugh! ¿Por qué todas las historias terminan en un beso? ¿No pueden terminar en algo más genial como que llegaron los extraterrestres y se los llevaron hasta Marte para hacer experimentos? ¿O que el FBI llegó y los arrestó por contrabando de comida de perro?
―¿Comida de perro? ¿En serio, Willy? ―preguntó la pequeña Isabella a su hermano menor, mirándolo con una cara interrogante.
―¿Qué? Debería ser ilegal comprar tanta comida de perro en un solo día. Además, el abuelo dice que en los cuentos puedes poner lo que quieras. ¿No es cierto, abuelo?
―Así es.
―Pero esta es la historia de amor de los abuelos, no uno de los tontos cuentos infantiles con dibujos que te lee papá.
―No son tontos cuentos infantiles con dibujos, son comics y son más interesantes que tus cuentos tontos de princesas.
―¡Mis cuentos no son tontos!
―¡Que sí!
―¡Que no!
―¡Que s…!
― ¿Pero qué es todo este escándalo? Van a despertar a sus primos y se supone que ustedes también deben estar dormidos.
―Abuelita, Willy dice que mis cuentos de princesas son tontos.
―¡No es cierto!
―William…
―Está bien, sí lo dije, pero porque ella dijo que papá me leía cuentos tontos para niños con dibujos y no son cuentos tontos, son comics.
―Lo dije porque dijo que la historia del abuelito y tú no debería terminar así.
―¿Así, cómo?
―Con un tierno beso de amor que los transportó al día en el que el abuelo te prometió amor eterno frente al altar ―dijo Isabella soñadoramente y Bella rio.
―¿Y cómo dijo Willy que debería terminar?
―Con el FBI arrestándolos por contrabando de comida para perro ―contestó molesta.
―Eso no tiene nada de malo, es bueno que invente otros finales. Así practica su creatividad y quién sabe, puede que llegue a escribir su propio cuento algún día.
―Pero abu, su historia es muy linda. No merece un final tan raro y feo como los que inventó Willy.
―No son feos y raros, son originales. Ninguna historia de amor termina así.
―¿Y tú por qué crees, genio? Las historias de amor no terminan así porque no es correcto. Todas las historias deben terminar con un beso y un "Y vivieron felices para siempre."
―Bueno, ¿qué te parece esto? Y vivieron felices para siempre con los extraterrestres experimentando en ellos. ¿Mejor?
―¡Eres un… tonto! ―le gritó Isabella.
―¡Y tú una niña mensa!
―¡Cabeza de chorlito!
―¡Cabezona!
―¡Burro!
―¡Come mocos!
―¡Ya basta! Cálmense los dos o hablaré con sus padres y les diré que ya no los deje quedarse a dormir en tiempo de clases ―los regañó Bella con voz baja pero firme. A los niños no les quedó de otra más que dejar de discutir. Sabían que la abu Bella era un amor de abuelita, pero cuando usaba ese tono de voz era porque hablaba en serio y nadie debía objetar sus órdenes—. Ahora a lavarse los dientes y a dormir. Mañana tienen escuela y ya es bastante tarde como para que ustedes anden despiertos.
―Okay ―dijeron ambos, agachando la cabeza.
―Buenas noches, abuelo. Buenas noches, abu.
―Buenas noches, cariño. ¡Qué descansen!
―Hasta mañana, abus.
―Hasta mañana, princesa.
Los niños terminaron de despedirnos con un beso en la mejilla y subieron a sus habitaciones. Pocos minutos después Bella fue a asegurarse de que todos los niños durmieran y luego se sentó a mi lado en el sillón de tres piezas. Acomodó su rostro en mi pecho mientras yo rodeaba su cintura con mi brazo.
―Ahora entiendo lo que sintieron nuestros padres cuando les tocaba cuidar a los niños. Es realmente agotador.
―Ni que lo digas. Creo que esos niños han agotado mis reservas de energía de la semana.
―Oh, vamos. No estás tan viejo. Solo tienes 54 años.
―¿Y? Entre esos niños y la clínica me roban la energía por completo.
―No me digas ahora que estás demasiado viejo, abuelito ―se bufó.
―No lo digo, abuelita. Lo afirmo.
―¿Ah, sí? Entonces supongo que también estás demasiado viejo para una noche mágica.
―Oh, señora Cullen. Créame que nunca estaré demasiado viejo para eso ―susurré y fui acercándome cada vez más a su rostro hasta que uní mis labios con los suyos en un ligero beso que poco a poco fue volviéndose más pasional.
Justo cuando empecé a acariciar su vientre por sobre su blusa, escuchamos unos murmullos que venían de las escaleras y nos separamos inmediatamente.
Volteamos a ver y ahí estaban los niños escondidos tras el barandal tratando de hacer el mínimo ruido posible.
Trataron de huir cuando se dieron cuenta que habían sido descubiertos pero mi voz los congelo en el lugar.
―¿Qué hacen, niños?
―Ehhh… bajamos por un poco de agua pero vimos que estaban demasiado ocupados besándose y mejor nos quedamos aquí.
―¿Ah sí? ―preguntó Bella y los dos asintieron―. ¿Qué no se supone que tienen una jarra de agua en su habitación?
―Okay, nos rendimos. Bajamos porque Isa quería ver cómo se besaban y recordaban el día de su boda. Igual que en la historia que el abuelo nos contó, pero ahora tengo ganas de vomitar ―confesó Willy, haciendo cara de asco.
―Es que es lindo.
―No es lindo. Es asqueroso. No entiendo cómo a los adultos les puedan gustar los besos. Se comparten babas y gérmenes, es horrendo.
Isabella abrió su boca para reclamarle a su hermano, pero decidí intervenir antes que esto terminara en una pelea.
―Bueno, ya es suficiente. Es de mala educación espiar a los adultos pero no los regañaré porque es demasiado tarde y ustedes ya deben estar dormidos. Su abu y yo los acompañaremos y no nos iremos hasta que Morfeo los secuestre o los bis Carlisle, Esme, Renée y Charlie vengan a jalarles los pies por desobedientes.
―¿Morfeo nos secuestrará? ―preguntó William con temor e Isabella le siguió.
―¿Los bis bajarán del cielo y nos jalarán los pies?
―Solo si no se duermen ahorita.
―¡Corre, Isa! No quiero que Morfeo nos secuestre y nos deje sin las galletas de la abuela ni que los bis nos jalen nada. Tengo practica de fútbol mañana y no puedo hacerme daño ―gritó Willy y tomó a Isabella de la mano antes de correr hasta sus habitaciones.
―Buena esa. Nunca lo había escuchado.
―Se me acaba de ocurrir.
―Entonces creo que esa es la nueva táctica para hacerlos dormir o, al menos, hasta que dejen de creer en eso.
―Aún nos quedan unos cuantos años para eso, no te preocupes.
―¿Qué te parece si ahora vamos a ver si esa táctica de verdad funciona y luego nos vamos nosotros a dormir? Mañana debemos preparar a seis pequeños monstruos para que vayan a la escuela y nosotros debemos ir trabajar.
―Me parece muy bien, señora Cullen. Debemos cargar energías para cuidar a los nuevos angelitos que los otros angelitos nos trajeron.
―Hora de dormir, amor ―me dijo mi hermosa Bella con una sonrisa, dejando las bromas a un lado. Yo asentí antes de darle un casto beso en los labios y subir abrazados hasta la habitación de nuestros nietos que ahora dormían profundamente.
La vida no había sido fácil en ningún momento, ni antes ni ahora, pero nuestros pequeños hacían que cada momento valiera la pena.
Cuando niño, siempre me imaginaba lleno de canas con Bella a mi lado, pero nunca imaginé todo lo que tenía que pasar para llegar hasta este punto. Hoy, puedo decir que, aunque el camino fue difícil, no me arrepiento de nada porque la vida me llevó a lo que soy ahora, me llevó a conocer a mis angelitos.
¿Fin?
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¡Hola! Primero que nada, mil disculpas por la tardanza. El epílogo tardo porque, como bien dijo Teresa en el capítulo pasado, el diez de julio perdí a una persona muy importante para mí y toda la inspiración se fue al caño. Sé que saqué el outtake y que han pasado casi dos meses, pero también tuve otros problemas que me quitaron todas las ganas de escribir. Finalmente aquí está. Espero que les haya gustado.
Sé que muchas autoras lo dicen pero Mis Angelitos no sería nada sin ustedes. Muchísimas gracias a todas las lectoras fantasmas, a las que han puesto esta historia en alerta y favoritos, peroespecialmente aSolecito Pucheta, Tecupi, mikathevampire (Mi querida Annie), Nadiia16, vianecithalove, , TheDCI1809, Aries AL, , liduvina, DarkLady-s93, Karlita carrillo, EdtihCullen 7128, kmi cullen, bellacullen12, eddieIlove, Lady Zakura Cullen Grey, Chiquititza, , conejoazul, PottericaTwilighterVictoria, ISA28, Vero Cullen Northam, Conni Stew, Daniela, Lili4ever, , Liz Cullen Manson, hildiux, LittleDreamer-Love, nesins, Jess, Sky TwiCullen, Karla Stew Pattz, Media Noche New, Mar91, BellaNyxH, Makena Connor, Gatita Cullen, angie cullen mellark, maferpatts, polo, maría. 545, cary, sandra32321, Yoliki, dianaviviani, Liz Patt Stew, , nekitatwiligh, Francesa Masen, princesitajane, Cullen-21-gladys, lexa0679, luisa, Issa Swan de Cullen, Jos Weasley, fathy hurtado, freedom2404, ana, Beastyle, Hadelqui, MaayraayKalebb, caritofornasier, littlevampire Majo, Bella Alexandra, patymdn, leiFer12, kimjim, Cristine Cullen, eli music love y Marie Marsque se tomaron su tiempo para dejarme un rr.
También agradezco muchísimo a Teresa, Pichi, Mushu, Annie y Yareli que siempre me han apoyado.
Ahora unas personitas les quieren decir unas cuantas palabras.
David: ¡Hola! Espero que todas estén bien. Mis hermanos y yo les queremos agradecer el habernos leído hasta el final. Es un honor para nosotros que nos hayan acompañado en esta aventura, el primer fic "decente" de Yayi, y que hayan disfrutado con nuestras travesuras tanto como nosotros disfrutamos hacerlas :P.
Ethan: También les queremos avisar algo. Si están preocupadas porque nos vayamos, ¡no lo hagan más! Yayi tiene pensadas unas cuantas sorpresitas y probablemente volveremos. ¿Cuándo? No estamos seguros pero de que lo hacemos, lo hacemos.
Lizzy: Y yo las quería invitar a unirse al grupo (link en el perfil) para que puedan estar pendientes de estas sorpresitas y de las nuevas historias que Yayi empieza a crear.
Ethan: Creo que es todo lo que tenemos que decir de nuestra parte así que las dejamos… ¡No es cierto! Nos queda decir…
Los tres: ¡Gracias! Nos leemos luego.
Creo que los niños ya dijeron todo lo que tenía que decir, así que las dejo.
Nos leemos pronto.
Las quiero.
Besos y mordidas.
Yayi.