Fairy Tail…

My Little Girl

"No se puede pedir a los niños que no sean niños"

"Azúcar, flores y muchos colores, son los ingredientes necesarios para la creación de la niñita perfecta"

Las palabras engancharon los curiosos ojos sorprendidos de aquella pequeña mirada gris, perteneciente a la espectadora sentada en la alfombra de aquel jardín de infantes, una niña de alrededor de 5 años de edad, con largos cabellos azules de raíz lacia que finalizaban en hermosos y bailarines rizos.

-Jajajaja, ni te la creas, -le habla desde atrás un niño que aparentaba su misma edad, -¡Para crear bebés se necesita tener papás!, ¡Asì que Iry a saber de donde salió!, -se levanta, sin sentir el menor de los remordimientos por las palabras hirientes que acaba de mencionar.

La niña apagó la sonrisa que se había formado en su rostro mientras miraba la caricatura en la televisión y su flequillo cubrió por algunos segundos su rostro, por lo que el agresor finalmente notó que ciertamente había causado algún daño y empezando a sentirse nervioso, mira en todas direcciones, esperando no haber sido visto por la maestra, de esa forma podría negar todo lo sucedido ó de lo contrario someterse a las consecuencias, lo cual definitivamente no era su intención.

-Airi…, -apenas y mueve sus labios la pequeña, que empezaban a arrugarse por lo que parecía llanto inminente.

-¿Dijiste algo?..., ¡Estoy tan lejos que apenas y puedo escucharte!, -le grita retador el niño apuntándole con el dedo índice, lo que pareció terminar de irritarla, ya que sus pequeños hombros temblaron tras escucharlo hablar y levantando finalmente la mirada gris hacia él, lo observa molesta. –Owww… que miedo… que cara…, -insiste en la confrontación.

-¡AIRI!, -¡El nombre de Iry se escribe Iry pero se pronuncia AIRI!, -le grita con todo lo que le da la garganta.

-Pero si es lo mismo…, -los ojos del pequeño se vuelven rayas y puntos, -además de ser un nombre tonto…, -mira hacia otro lado.

-¡NO ES TONTO!, -aprieta los puños y los párpados y el sonido de una hermosa voz le inunda el pensamiento.

-"Iry-chan, lo verás cuando caiga la última gota de lluvia, te darás cuenta que es en verdad hermooosoooo", -le habla una mujer mientras la carga en brazos para que observe a través de la ventana, los colores de sus cabellos eran ligeramente más claros que los de la niña, pero sin duda sus fases igualmente de claras; la mujer sonreía mientras el viento de la recién pasada tormenta, les inundaba con olor a tierra mojada. –El Arcoiris-san es quien inspiró a mamá a llamar así a Iry-chan.

Al regresar a la realidad, las lágrimas se han corrido sobre sus mejillas, por lo que al sentirse extraña, se lleva ambas manitas al rostro.

-En verdad lo lamento mucho, -le reverencia la maestra a la persona que tiene en frente, un joven de cabellos rosas ligeramente despeinados, vestía una chaqueta color café y llevaba al cuello una larga bufanda blanca, perfecto atuendo para el temporal, cargaba en brazos a la niña de cabellos azules, que minutos antes había salido corriendo a su encuentro al jardín al verlo llegar mientras esperaba con el rostro aún cubierto de lágrimas. Ahora se ha aferrado a su cuello y apretando los ojos trata de tranquilizarse para que su tío no note lo sucedido, no le gustaba para nada que la observaran llorar y menos… cuando la razón de su llanto era el recuerdo de sus padres.

-No… no se preocupe, -reverencia también Natsu a la maestra, -estas cosas pasan, no se le puede pedir a los niños que no lo sean, -le sonríe, aliviando así un poco el rostro afligido de la maestra.

Las gotas de lluvia parecían ir en incremento con cada paso que daba el Dragneel, por lo que emprende una caminata un poco más rápida y saca la sombrilla, que los cubriría a ambos, pero procurando que la niña estuviera bien protegida, la mira de reojo y observa que ha cerrado los ojos apoyando su frente sobre su hombro, por lo que baja un poco la mirada y la velocidad de sus pasos, cual pensara en como abordar el asunto al llegar a casa, o si era realmente necesario hacerlo, de todos modos… en ambas ocasiones le causaría dolor a su pequeña huésped.

Era sorprendente para él como había transcurrido el tiempo y como había cambiado su vida, desde que la pequeña había llegado a su lado. –Abrió la puerta de la casa y cerrándola de un empujón con el trasero, camina diligente hacia la habitación para acto seguido recostarla sobre la cama, se había quedado dormida sobre su hombro, sin embargo, aún se divisaban bajo sus pequeñas pestañas algunos residuos de gotas saladas, que a los ojos del Salamander no eran más que muestra de su inmenso dolor.

Pero era lo mejor… no podía permitir que alguien más se quedara con ella y menos… que las autoridades de los derechos de la niñez la tomaran como desvalida y quedara atrapada en uno de esos lugares donde se llevan a todos los niños sin padres. A sus ojos la idea de un orfanato no era nada placentera, puede que porque el mismo fue hijo adoptivo de su padre, aquel que sin llevar su sangre le enseñó todo lo que sabía, le sacó varias de sus mejores sonrisas y le mostró lo hermoso que era vivir.

Después de todo… a él también le dolía… haberlo perdido era como haber perdido a su hermano, el padre de esa niña que ahora es suya podría haber sido un idiota, podrían haberle encantado demasiado las competencias, podría haber sobrepasado los límites posibles de los helados que una persona puede comer, podría ser todo lo anormal que quisiera con sus exhibiciones nudistas, pero… así era él… y así lo querían… Terminó dándolo todo en su trabajo en la heladería, para ganar dinero y mantener a su familia, los errores de la juventud a veces se pagan caro… pero eso a él parecía no molestarle, amaba a su pequeña como el tesoro más grande que existía en el mundo y se encontraba en sus manos. Puede que haya perdido incluso sus propias posibilidades de seguir adelante con sus sueños, pero para esos momentos, los sueños de su hija eran más que suficientes para llenar ese vacío.

En la mesita al lado de la cama, había una foto de Gray y Juvia abrazados, el primero con la niña en brazos, algunos años atrás, ya que se nota aún más pequeñita. –Imagen que el pelirosa observa por unos cuantos segundos.

Continuará…

El estilo de vida de un codiciado hombre soltero puede cambiar drásticamente al adoptar a una pequeña celosa espanta novias…

Fairy Tail, My Little Girl, capítulo 2 "Diferencias entre hombre y mujer", ¡No se lo pierdan!

Bueno… me siento un poco falta de inspiración para seguir mis otros escritos y esto me pasó por la mente, espero les haya llamado la atención.

Declaración: Lo relacionado al anime y manga de FT no me pertenece es obra de Hiro Mashima-sama.

ARIGATO MINNA-SAN!

YA NEE!