Holaaaa, he vuelto después de un tiempo y por ser el primer capitulo os lo dejo antes de la hora normal :)

Aquí os traigo otra nueva traducción de una nueva autora, y espero que os guste tanto como me ha gustado a mí, ha sido una de mis favoritas :)

Quería avisaros que de entre todas las historias que he traducido puede que esta sea la que más lemons tenga, hay escenas bastante explicitas, por eso os quiero avisar, para que lo tengáis en cuenta, aunque seguro que algunas ya estáis acostumbradas a escenas así, jajaja.


Disclaimer: los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de TheSaintsMistress, yo solo la traduzco.

Capítulo 1 - La propuesta

"¿Señorita Swan?", entré en su oficina, mirando con cansancio la parte trasera de la pesadilla de mi existencia mientras ella estaba de espaldas a mí.

"Sr. Cullen", ella volvió la cabeza con rigidez en mi dirección, indicándome que me sentara en la silla frente a su imponente escritorio.

No pude evitar preguntarme qué había hecho mal esta vez. Mi mente pasó a través de las posibilidades, apenas dándome cuenta de sus piernas interminables, escandalosamente cubiertas por una falda ajustada y negra que le llegaba hasta las rodillas y acababa con unos tacones de punta... Bueno, yo me la estaba comiendo con los ojos, pero mierda, sus piernas eran increíbles.

El silencio en la sala podría considerarse cargado si yo no estuviera marcando cada tarea sin sentido que ella me había asignado la semana pasada.

Limpieza en seco de la ropa, recogerla y colgarla cuidadosamente detrás de la puerta de su oficina... como cada dos semanas. Hecho.

Reuniones programadas para la semana que viene puestas en su Blackberry... como cada dos semanas. Hecho.

Últimos manuscritos copiados, atados y apilados en su casillero... como cada dos semanas. Hecho.

Pasé a través de la lista, marcando las tareas que se habían vuelto costumbres y que ahora llevaba a cabo con gran eficiencia. Si yo no estuviera nervioso como el infierno por la reunión que había solicitado conmigo hacía menos de cinco minutos, sintiendo literalmente el sudor correr por entre mis omóplatos, probablemente estaría reflexionando sobre los motivos por los que todavía estaba haciendo este trabajo. Tenía mi licenciatura en literatura inglesa, joder, y yo estaba bien en mi camino para terminar mi primera novela. Pero le daría vueltas a todo eso más tarde, cuando me fuera con Emmett de cervezas a nuestro local. En cambio, estaba sintiendo los signos reveladores de pánico que se establecían en mi abdomen.

¡Mierda de café!

Estuve a punto de gruñir por la frustración, pero mantuve la boca cerrada. No había necesidad de mostrarle mi estado de confusión.

Sabía que debería haberme dado la vuelta y haber corregido el pedido del Starbucks esta mañana. Pero yo había llegado tarde... debido a mi incesante coqueteo con la chica detrás del mostrador desde el último par de semanas. Y sinceramente, no creía que mi jefa se diera cuenta de que la leche en su café con leche era entera en lugar de desnatada.

Ella me iba a ordenar algo nuevo. Sentí mis hombros ponerse rectos ahora que estaba seguro de que esta era una de sus charlas acerca de tirar mi culo de aquí.

"Sr. Cullen", afirmó con una voz que podía ser considerada ronca si no viniera de la líder de todas las reinas del hielo de este lado del Pacífico. "Estoy segura de que usted se está preguntando por qué le llamé a mi oficina esta tarde de viernes".

Ella se movió para ponerse de pie detrás de su escritorio, con sus perfectamente cuidadas manos apoyadas en el respaldo de la silla.

"Sí, señorita Swan", me sentí como si estuviera de vuelta en cuarto grado, como si fuera a ser regañado por mi profesor de arte después de haber puesto una enorme bola de plastilina en el pelo de Jane Volturi. Mi profesor de arte, sin embargo, no olía a miel y a canela, sino más bien a una forma obsoleta de remolacha.

"Teniendo en cuenta que son casi las cinco, no tardaré mucho tiempo", comentó ella con sus ojos color chocolate en los míos de forma constante. "Estoy segura de que tiene un lugar para estar, ya que es viernes".

No sabía qué decir a eso.

Sí, señorita Swan. De hecho tengo planes para reunirme con mi amigo en un bar de mala muerte que probablemente no cumplirá con sus normas, y es de esperar, si todo va bien y yo no tomo cervezas de más, que me despierte mañana entre dos suaves muslos, de color rosa, de una belleza sin nombre y sin rostro.

En su lugar, le di una sonrisa con los labios apretados.

La señorita Swan se aclaró la garganta y miró hacia abajo por un segundo.

Mhhh... extraño.

"Yo en realidad quería hablar de algo con usted de una naturaleza más personal", prosiguió, manteniendo sus ojos fijos en un punto invisible en su escritorio. Bien, ahora estaba oficialmente asustado. ¿De carácter personal? ¿Qué mierda?

"¿Señorita Swan?", me estremecí cuando mi voz graznó su apellido.

"Sr. Cullen", dijo una vez más después de tomar una respiración profunda. "Necesito un favor. Me gustaría decir que es su elección si desea cumplirlo o no, pero no, no quiero que estudie la posibilidad de rechazarlo", ella me miró entonces, y de inmediato me di cuenta de que tenía su mejor cara de nuevo. Esta mujer... demonios... no era ciertamente una con la que follar. Había una razón por la cual ella era una editora jefe de una de las editoriales con más éxito del país, con sólo veintiocho años. "Mis padres vienen a visitarme. En realidad, llegarán el lunes. No voy a suponer que usted realmente se preocupe por la siguiente información. Créame, no estoy muy a gusto compartiendo esto con usted, pero tengo que decirle al menos parte de ella si quiero que acepte mi proposición".

Asentí con la cabeza, ni siquiera tratando de ocultar mi obvia confusión.

Ella me miró pensativa por un momento, y yo estuve una vez más frente a la realidad de que ella era una mujer extraordinariamente hermosa. Desde su cara en forma de corazón y sus facciones delicadas hasta su piel cremosa y su pelo largo, grueso y de color marrón que ahora estaba recogido en un nudo flojo en la nuca de su esbelto cuello. Ella era nada menos que exquisita. La odiaba.

"Mis padres son, a falta de una mejor descripción, gente de una ciudad pequeña", ella me sacó de mis reflexiones, y yo cerré los ojos ante ella un par de veces. Esperaba que mi lengua no estuviera colgando de mi boca mientras miraba sus atrevidos pechos, cubiertos por una especie de blusa de seda cremosa. A pesar de que la blusa estaba diseñada para ser formal, no hacía nada para ocultar sus curvas, y yo tenía una imaginación muy activa. Levanté mis ojos hacia ella con aire de culpabilidad y asentí con la cabeza para indicar que todavía estaba escuchando. "Aunque yo ciertamente no estoy orgullosa de ello, tengo que admitir que podría haberles ocultado alguna información con respecto a mi vida personal. Ya ve"- procedió después de pasar su peso de su pie izquierdo a su derecho y poner una postura rígida y poco atractiva, como siempre - "después de años de soportar su persistencia constante con respecto a mí, um, vida personal" - ella vaciló y yo estuve casi fuera de mi silla cuando me di cuenta de un ligero rubor en sus mejillas - "finalmente decidí omitir sólo ciertas verdades".

"¿Ciertas verdades?", me estaba poniendo molesto con su vaga descripción de mierda.

"Sí. Ciertas verdades", ella repitió mi pregunta como si yo fuera un niño pequeño. "Ya sabes, yo podría o no haberles dado la impresión de que estoy en una relación larga".

Mis ojos se estrecharon en ella mientras me envolvía más la confusión. ¿Por qué demonios me estaba diciendo eso a mí? ¿Qué mierda tenía que ver su vida sexual conmigo? No me podría importar menos si era una dominatrix en su tiempo libre, si se tiraba a un perdedor en exceso, o si pasaba sus fines de semana tejiendo. Sí, ella era sexy como el infierno - habría que estar ciego para no darse cuenta de eso - pero también era el dolor más grande en mi culo y no tenía absolutamente ningún respeto por las emociones humanas, probablemente porque ella era inmune a cualquiera de ellas.

Me quedé en silencio, comenzando secretamente a disfrutar de su evidente incomodidad.

"¿Sr. Cullen?", juré por todos los santos, que si me llamaba Sr. Cullen una vez más, iba a enfadarme. "¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en Amanecer?".

"Casi dos años y medio", le dije inexpresivo. Ella sabía exactamente cuánto tiempo había estado trabajando yo aquí mientras ella había estado tomando cada momento de cada día de mí desde que fui designado como un editor junior.

"Y... ¿diría usted que probablemente sabe más acerca de mí que nadie en esta oficina?".

Yo no tuve que pensar mucho antes de responder, ya que la señorita Swan apenas se comunicaba con nadie más aparte de mí, un hecho que ya era una broma entre mis compañeros en la oficina. "Probablemente".

"¿Cuál es mi talla de ropa?", ella me preguntó, y yo me pregunté si era una pregunta con truco. Mi madre me enseñó hace mucho tiempo que las mujeres no apreciaban cuando se discutía su peso. "¿Podría responderme, señor Cullen?", la señorita Swan suspiró con impaciencia.

"Usa una talla treinta y seis".

Ella asintió con la cabeza bruscamente. "¿Y cuándo es mi cumpleaños?".

"El trece de septiembre. Pero odia que le recuerden ese día. No sé por qué...", yo me callé cuando me di cuenta de que ella había fruncido el ceño hacia mí antes de mirar hacia abajo. Vaya... tema delicado. Tal vez mi madre estuvo equivocada todo este tiempo. Parece como si la edad fuera un tema mucho más tabú que el peso. Pasé mis manos por mi mata de pelo indomable, un hábito nervioso que aprendí de mi padre.

"¿Puede decirme lo que yo prefiero para el almuerzo?"

"Usted prefiere la ensalada de salmón sin aguacate, pero a veces disfruta con eso, señorita Swan", deambulé antes de poner mis manos en alto en señal de rendición. "Con el temor de parecer grosero, ¿puedo preguntar de qué se trata todo esto? No entiendo cómo esto tiene algo que ver con sus padres, y sinceramente no entiendo cómo esto tiene algo que ver conmigo".

La señorita Swan resopló y me di cuenta de que ella estaba mordiéndose el interior de su mejilla. Probablemente no había apreciado mi pregunta sincera. Nuestra relación de trabajo, si se podía llamar así, se basaba principalmente en ella dando instrucciones y yo dando respuestas de una palabra.

"Necesito un novio, Sr. Cullen", ella dijo a través de sus labios apretados.

Me quedé mirando su boca abierta, abriendo y cerrando la mía, dándome cuenta de que probablemente parecía un completo idiota. "Siento mucho oír eso, señorita Swan, pero yo..."

"Usted, señor Cullen", prácticamente gruñó. "Necesito que sea mi novio", sus nudillos se volvieron blancos mientras ella masajeaba la piel tensa que se extendía sobre su frente por la frustración.

"¿Cómo dice?", estaba seguro de que a ella finalmente se le había ido la cabeza. ¿Mi jefa, la perra que apenas podía mirar a la cara, me estaba pidiendo que fuera su… novio?

"Necesito que finja" - hizo una pausa para dar énfasis - "ser mi novio, Sr. Cullen. A partir de este lunes".


Bueno, pues aqui está el primer capitulo, espero que os haya gustado y que me sigais con esta historia :)

De momento subiré Lunes, Miércoles y Viernes sobre las 7 de la tarde (hora española), luego depende del tiempo que tenga empezaré a subir todos los dias.

¡Nos vemos el miércoles! :D