NOTA DE LA TRADUCTORA

Nuevo día, nuevo fanfic. Un RoChu esta vez. Debo ser sincera, no soy muy fanática de esta pareja pero obviamente tengo que subirlo. Esta es la versión ya corregida así que no habrá ningún problema con la trama. Por cierto, creo que no podré subir nada hasta dentro de dos o tres semanas… no estoy segura pero sólo quiero hacérselos saber. Disculpen el inconveniente.

Como siempre, las palabras que se encuentren en negritas serán explicadas al final de cada capítulo.

Versión original en inglés: FanFiction (/s/8466836/1/)

Si quieren dejar algún review y saben inglés, por favor déjenlo en la historia original. En el caso contrario de que no hablen inglés, pueden dejármelo en español y yo, gustosamente, se lo pasaré a George.

Recuerden agregar a Favoritos tanto al fanfic original como al de acá :)

¡Disfrútenlo!


Pareja: Ivan Braginski/Yao Wang (Rusia/China)

Sumario: UA humano. El torpe y común chef Yao Wang está cansado de que crean que es aburrido y predecible. Cuando conoce al enigmático y un poco inquietante Ivan Braginski, Yao es inmediatamente cautivo. Al enamorarse más se vuelve evidente cuán peligroso Ivan realmente es… pero Ivan está igual de herido, y Yao podría estar demasiado enamorado como para importarle las consecuencias…


The Tiger and The Dragon
(El Tigre y el Dragón)

Febrero, 2010

Una ciudad en Estados Unidos

.

"Yao, honestamente, ¿podrías alegrarte un poco? ¡No has dicho una palabra en toda la noche!" Arthur le robó una serpentina roja a un vendedor ambulante, la convirtió en una pelota, y la arrojó a la cabeza de Yao. Yao trató, sin éxito, de atraparla antes de que le pegara.

"Se le llama fatiga," refunfuñó Yao irritado. "No he tenido un solo día libre en dos semanas." Rebuscó la pelota de papel rojo y la arrojó de regreso a Arthur. Alfred la atrapó sin problema, la desenvolvió, la colocó sobre el cuello de Yao y la ató como una pequeña pajarita. Yao se detuvo y miró obstinado al demasiado-alegre estadounidense.

"¡Yao, debes celebrar!" dijo Alfred, sonriéndole.

"¿Por qué?" preguntó Yao, apretando los dientes.

"¡Porque es el Año Nuevo chino! ¡Es la época donde tus compatriotas se reúnen, se disfrazan de dragones gigantes, comen galletas de la fortuna y compran esas burdas estatuas de Buda!"

Yao mantuvo la mirada de obstinación. No sabía que era más asombroso – la ignorancia terca de Alfred o el hecho de que, después de todos estos años, eso aún le sorprendía.

"Alfred, eres un imbécile," dijo Francis con desdén, golpeando a Alfred en la cabeza.

"¿Qué?" preguntó Alfred indignado, sobándose la cabeza mientras Arthur sólo reía. Los cuatro jóvenes siguieron caminando por el colorido y atestado barrio del centro de la ciudad, pasando enérgicos artistas, multitudes de curiosos e hileras interminables de puestos para comprar. Una multitud escandalosa, gritona y animada llenaba las calles del Barrio Chino y Yao podía sentir cómo se desarrollaba un dolor de cabeza. Él no se entusiasmaba por el Año Nuevo Chino desde mucho tiempo atrás, y ahora recordaba por qué. A él no le gustaban las multitudes. Hizo una mueca de irritación cuando un bullicioso grupo de hombres los empujaron para pasar y casi lo tumbaban.

"¡Miren por donde van, bastardos!" gritó Arthur. Uno de ellos le sacó el dedo del medio y Alfred tuvo que retener cansadamente a Arthur para que no los persiguiera. Era la tercera vez en toda la noche que Arthur había tratado de empezar una pelea. "Wankers!" Arthur finalmente se rindió y volvió a seguir el paso de los demás, sacando un cigarrillo y encendiéndolo rápidamente.

Yao suspiró exasperado. Esto era demasiado molesto. "Chicos, en serio, ¿por qué me hicieron venir hasta acá? Simplemente pudimos tomar algunos tragos en mi apartamento."

"Últimamente no quieres salir a ninguna parte," gimoteó Francis. "Te estás aislando demasiado. Sin mencionar que te estás volviendo aburrido." Francis bebió un poco de una botella escondida dentro de una bolsa de papel y se la ofreció a Yao. Yao la tomó y bebió - quizás eso le quitaría el dolor de cabeza.

"Eso no es cierto," Yao tosió levemente. No bebía mucho; incluso sólo algunos sorbos del fuerte vino eran suficientes para quemarle la garganta. "Si acabamos de salir como la semana pasada, ¿recuerden? Esa gran fiesta en la casa de los Beilschmidt."

"Eso fue una fiesta de Navidad," dijo Arthur, tratando de alcanzar insistentemente la botella de vino. "Una fiesta de Navidad algo anticipada, si recuerdo bien."

Yao bebió unas cuantas veces más antes de darle la botella. "Bien, han sido unos cuantos, er, meses. ¿Y? Ustedes saben cuán ocupado estoy en el restaurante."

"Oh, los días en que nuestro Yao fue el alma de la fiesta," dijo Alfred, suspirando fuertemente y sacudiendo su cabeza melodramáticamente.

"¿Qué días fueron esos?" preguntó Arthur antes de tomar un gran sorbo de vino. "No recuerdo que Yao haya sido alguna vez el alma de la fiesta."

"Bueno, pero al menos antes podíamos sacarlo de su casa."

"Eh, chicos, no estoy muerto," dijo Yao. "Sólo he estado ocupado últimamente, aru." Inmediatamente maldijo en su cabeza, fastidiado porque sus amigos le sacaron un 'aru'. Un viejo hábito nervioso de él, a Yao sólo se le escapaba en los días que estaba muy enojado, irritado o nervioso.

"Oh, por favor," dijo Francis frívolamente. "Estás inventando excusas. Yo trabajo las mismas horas que tú en el restaurante."

"¿Ves?" dijo Alfred, sacudiendo una mano. "¡Y Francis no se ha convertido en un viejo aburrido y predecible!"

Yao frunció el ceño. "Odio cuando dices que soy un viejo. Y no soy tan predecible." Rápidamente trató de recordar el último cambio en su rutina. "Uh… La otra noche estuve despierto hasta las 2 am."

Alfred silbó y luego gritó, "2 am. ¡Cuidado, es un salvaje!". Seguidamente se agachó cuando Francis trató de golpearle otra vez en la cabeza.

"¿De verdad?" preguntó Arthur con ojos entrecerrados en sospecha "¿Qué estabas haciendo?"

"Estaba… acomodando mis zapatos." Los otros sólo miraron a Yao inexpresivos. "No podía dormir, y estaban todos desordenados, y…" Yao bajó la voz hasta un susurro. Se sentía un poco avergonzado, pero el sentimiento velozmente desapareció para dar paso a una ira de indignación. Bien, últimamente estaba siendo un poco asocial. ¡Eso no era razón para que le atacaran! "¿Y por qué demonios les molesta que me quede en mi casa y organice mi guardarropa?" gritó Yao. "¡Yo no tengo la obligación de salir con ustedes cada vez que quieran, ¿sabían?!"

Alfred y Arthur lucían un tanto entretenidos por el repentino ataque de Yao, pero Francis inclinó la cabeza a modo de disculpa. "Oh, olvídalo, mon cher.Estamos aquí para divertirnos, no? Ten, toma esta estatua de Buda." Francis se detuvo frente a un puesto, cogió una pequeña estatuilla y se la lanzó a Yao. Yao se sorprendió al poder atraparla. "Quizás te dé suerte." Francis le guiñó un ojo antes de pagarle al vendedor.

Yao parecía estar a punto de estallar cuando se detuvieron en la calle. Él sabía que debería estar acostumbrado a las burlas de sus amigos, pero eso aún era irritante - y ahora más porque Yao sabía que tenían algo de razón. Sí, él trabajaba por muchas horas. Sí, él era un perfeccionista cuando de su trabajo respectaba. Y sí, había elegido un negocio competitivo y luchaba por ser el mejor. Pero quizás eso era sólo una excusa. Quizás Yao realmente era lo que los demás decían - tedioso, aburrido y predecible.

"Corbatas de serpentinas rojas, pequeñas estatuas de Buda… estás sintiendo el espíritu del Año Nuevo chino después de todo." Alfred, sonrió ampliamente. Yao tuvo que contener las ganas de patear el pie de Alfred.

"¿Hay algún off-licence por aquí?" dijo Arthur, meciendo la ahora vacía botella cuando Francis se les unió. "Me terminé tu vino."

Francis hizo una mueca de disgusto. "Merde, ¿quién te dio eso?"

Arthur se enderezó, a modo de confrontación. "¿A qué te refieres con eso?"

Francis puso ambas manos en sus caderas y se encontró con la mirada de Arthur. "Quiero decir, ros-bif, que nunca es buena idea darte una botella llena, porque invariablemente estará vacía antes de que la regreses."

"Sod off, Frog. Igual, este orine francés sabe a vinagre." Arthur exhaló una bocanada de humo hacia Francis.

Alfred lucía confundido. "¿Qué demonios es un off-licence?"

Arthur hizo una mofa y lanzó la colilla de su cigarrillo al suelo. "Oh, disculpa. Olvidé que sólo hablas Americano Idiota."

Alfred se cruzó de brazos enfurruñado. "¿Esperas que entienda los nombres que ustedes los británicos le ponen a todo? ¿Por qué no pueden hablar normal?"

Yao dio unos pasos para alejarse de su grupo y bajó la mirada hacia el pequeño Buda en su mano. Años de práctica le habían permitido silenciar el sonido de sus amigos discutiendo y todo lo que escuchaba ahora era el ruido de la multitud. Giró la pequeña estatuilla marrón en su mano, contemplando la conversación anterior. Yao estaba totalmente cansado de que pensaran que era un Yao Wang viejo, aburrido y predecible. Era exasperante. Era insultante. Y no era quién él realmente era. Yao estrujó el pequeño Buda de la suerte y lentamente llegó a una decisión. Empezando desde ese mismo momento, él ya no iba a ser ese Yao Wang viejo. Después de todo, este era el Año Nuevo. Era tiempo de un nuevo comienzo. Era tiempo de que su suerte cambiara. Yao asintió decisivamente, puso la estatuilla en su bolsillo, y entonces inmediatamente saltó al escuchar una voz desconocida justo detrás de él.

"Hola."

Yao se volteó. Lo primero que le impresionó fue la altura del hombre. Su pecho y hombros eran masivos y Yao casi tenía que forzar su cuello para ver la sonriente e interesantemente atractiva cara del hombre. La siguiente cosa que le impresionó fueron los ojos del hombre - fríos, penetrantes y de un raro color violeta. La tercera cosa que impresionó a Yao fue que estaba congelado, mirando fijamente como un tonto a un extraño en la calle y estaba desgarbado como un idiota. Apresuradamente aclaró su garganta. "Um, hola."

"Eres muy hermoso. ¿Puedo invitarte a un trago?"

Yao pausó, sintiéndose un poco desconcertado. Pues, esto era inusual. La voz del hombre tenía un acento muy notorio, probablemente ruso. Estaba vestido inmaculadamente con una gabardina hasta las botas, que estaba ligeramente abierto para revelar un traje negro y una corbata pálida en su cuello. Su presencia era abrumadora. Yao abrió la boca pero no sabía que decir. El hombre sólo le sonreía, esos ojos violetas le atravesaban y Yao sintió cómo una temeraria parte de él le decía que esta era la oportunidad perfecta. "Muy bien." Yao se volvió hacia sus amigos para descubrir que todos miraban al extraño desconfiadamente. Sonrió con soberbia. "Volveré pronto, este ruso desconocido me invitó a beber algo."

Arthur, Alfred y Francis miraron a Yao con bocas abiertas y cejas alzadas. "No lo dices en serio," dijo Arthur.

Yao se encogió de hombros como si nada, disfrutando la sorpresa de sus amigos. ¿Y ahora quién era el aburrido? "Hey, aún es temprano." Sonrió. "Estoy siendo impredecible."

Alfred tomó a Yao abruptamente por el brazo y lo arrastró algunos metros del desconocido. "¿Estás loco?" susurró. "Aceptar tragos de rusos en gabardinas no es impredecible… bueno, sí lo es ¡pero también es una locura!"

Yao entrecerró los ojos, murmurando bajamente para no ser escuchado. "No seas ridículo, Alfred. Es sólo un trago."

"Cierto," resopló Arthur. "Francis lo hace todo el tiempo."

"Y si Yao no va, yo iré," dijo Francis, observando apreciativamente al ruso. "Es sexy."

"Es que voy a ir," dijo Yao insistentemente, liberando su brazo y alejándose. Agitó levemente la mano. "¡Adiós, chicos!"

"¡Espera!" gritó Alfred.

Yao se detuvo por el tono frenético en la voz de Alfred. "¿Qué?"

Alfred parecía casi en pánico. "¿Tienes una lata de macis?"

Yao sólo alzó ambas cejas, rodó sus ojos, y regresó hacia el extraño que aún sonreía. El ruso esperó pacientemente durante todo la conversación susurrada. Yao alzó la mirada hacia él, con su corazón acelerado, y le sonrió en respuesta. "Y bien… ¿A dónde me llevarás?"


Continuará…


NOTA DEL AUTOR

Me di cuenta de que no debí borrar este fic sin antes haber dado una advertencia. Lo lamento si asusté a alguien – prometo no hacerlo de nuevo.

Este fue el primer fanfic de varios capítulos que posteé, julio de 2010 en ese entonces. En algún momento, a pesar de que la historia tenía una trama detallada desde que subí el primer capítulo, perdí, por así decirlo, el hilo de lo que escribía. Solamente hubo dos actualizaciones para esta historia en un año. Básicamente, necesitaba hacer algo para así motivarle a terminarla. Así que le di a 'The Tiger and The Dragon' un revisión total. A pesar de que la trama no ha cambiado (significativamente), he escrito todo de nuevo y lo he expandido. Estaré actualizando en las semanas que vienen, con la intención de tenerlo completado dentro de unos meses.

Ahora debo decir, no había recibido tantas críticas en mis otras historias como con esta. Y eso es genial – después de todo, me encanta saber la opinión de la gente. La mayoría de las críticas se refieren a que Yao es un personaje 'débil', de que es demasiado inocente o sumiso. Déjenme aclararlo rápidamente – ese es más o menos el punto. No es que yo crea que Yao es un personaje débil. Pero hay una inequidad de poder entre Yao e Ivan. No es mi intención la de ofender, pero así es como va la historia – no se supone que sea PC. Con eso dicho ¡espero que disfruten esta historia! ¡Ya no tendrán que esperar durante meses para las actualizaciones! ^_^


Patth: ¿O sí? (?)

ACLARATORIAS

1. Wanker: un término altamente ofensivo para alguien que es considerado desagradable, auto-indulgente, pretencioso o arrogante.

2. Off-licence: tienda o bar donde se venden botellas o latas de bebidas alcohólicas para ser consumidas en otro lugar.

3. Ros-bif: término ofensivo de los franceses para referirse a los ingleses. Proviene del roast beef, comida estereotípica de los ingleses.

4. Sod off: un término ofensivo para decirle a alguien que se vaya.

5. Frog: término ofensivo de los ingleses para referirse a los franceses. Proviene de las ancas de rana, comida estereotípica de los franceses

6. Macis: especia de origen asiático, hecha con la cubierta carnosa de la nuez moscada, usada en forma de pedazos secos o como un polvo amarillento-naranja.