N/A: Bueno, sé que me tarde y ya ha pasado Más de un mes ¿Por qué? Porque soy distraída y comienzo a escribir cosas que no debería u-u ahora que lo menciono tengo ya 7 Fics por actualizar y uno más complicado que el otro, sep u.u es difícil ya que unos son NaruSasu otros SasuNaru y el nuevo KuraSasu u.u see, pero eso no viene al caso. Quiero pedirles que me disculpen por mi falta ToT LO SIENTO de verdad no fue mi intención…

Bueno, ahora Eh aquí la ansiada conty, la cual nadie esta emocionado por leer xD- ¿demasiado franca? Sip.- Sé que mi historia se está entornado aburrida y cada vez pierdo lectores en el proceso, pero no puedo evitarlo u.u Bueno, igual si a la mayoría no les gusta, continuare. Hay personitas que me demuestran que es de todo su agrado –por cierto, LAS AMO -Sé que le estoy dando mucho sufrimiento a Naruto por arrebatarle a su Sasu-chan y su hija, pero como dicen por ahí: "No todo es color de rosa" aun así no Falta mucho para que se encuentren, pero cuando eso suceda los verdaderos problemas comenzaran – música de suspenso- ok no xD por cierto la letra del cap anterior es

No veo la hora de Noel Shajaris si, se me había olvidado decirlo

Como ya saben, este Fic contiene, Lemon, Mpreg y Ooc.

Este capítulo es largo, espero no aburrirlas.

Por cierto, recuerden que Sasu tiene –en estos capis- el cabello castaño y Gaara un rubio opacado X3

Perdonen los HORRORES ortográficos y mi mala redacción u.u Espero que sea de su agrado.

Dedicado a todas las personas que me han dejado Review en estos meses, sin ustedes nunca hubiera llegado tan lejos, así que…

Gracias.

Abrió la puerta abruptamente, su respiración era irregular gotas de sudor se deslizaban desde su frente hasta sus sonrojadas mejillas. ¿El por qué se encontraba así precisamente? pues había corrido desde el primer piso del hospital, hasta el séptimo y como los ascensores estaban ocupados, tuvo que utilizar las escaleras. Podría decirse qué, eso había sido el mayor ejercicio atlético que había tenido en su vida. Pero en el momento en él que oyó "Sasuke está en el hospital" No lo pensó. Sabía que debía ir por él… se lo había prometido. No importaba que tantos regaños recibiría de su agente, ni cuantas firmas de autógrafos tendría que asistir, su prioridad era Sasuke y él bebé, mas nadie. Coloco la mano en su pecho, intentando que sus latidos disminuyeran y que su respiración de apaciguara, levanto la vista y se encontró con aquella habitación amueblada con cosas metálicas y blancas, se podía oír lo leves latidos tan pequeños y rítmicos, En la camilla se encontraba costado descansando la razón porque se encontraba ahí.

Sasuke.

Sin poder evitarlo, se acerco a él para después tomarle la mano, donde le suministraban suero. Se quedo por unos minutos admirándolo… era tan bello e irreal. Sus parpados ocultaba sus bellos ojos ónix que siempre lo hipnotizaban, su piel lechosa seguía siendo tan perfecta como antes… bajo la mirada hacia el vientre el cual aun seguía abultado, suspiro aliviado "por lo menos no le paso nada a tu bebé, Sasuke" pensó mientras acariciaba levemente aquel abultado vientre que era cubierto por aquella típica sabana del hospital. Sintió que no estaba solo así que levanto su roja mirada y se encontró con aquellos ojos aguamarina que lo miraban con reproche, sus brazos se mantenía cruzados sobre su gran vientre, algo le decía que no estaba nada contento.

– Kurama… no debes hacer tanto escándalo- le regaño- además ¿qué haces aquí? deberías estar en Kioto en un concierto.

Y bueno no se había equivocado.

– Tú me llamaste- se encogió de hombros, mientras rodeaba la camilla y se sentaba a su lado- ¿cómo se encuentra?

– Solo te llame para avisarte, no para que viajaras de Kioto hacia Sapporo.- lo miro con un puchero pero el pelirojo no se inmuto para nada, así que continuo- Sasuke se enojara cuando despierte… – suspiro, para después acariciar su vientre lentamente- Por ahora se encuentra estable, el doctor pidió que descansara…

– Entiendo… ¿y el bebé?

Ellos se encuentran bien… -le sonrió levemente- En serio, Kurama no te hubieras molestado en venir.

– ¿Cómo puedes decir eso? Él es mi amigo- le respondió con una sonrisa cálida – Les dije que siempre los protegería… espera dijiste ¿ellos?

– De seguro Sasuke no te lo dijo, pero él tendrá gemelos –soltó una pequeña risita – y bueno… yo tendré trillizos.

– ¿Ha... Hablas enserio?- no pudo evitar sonreír, el doncel asintió entre tímido y feliz igualmente- ya veo por que tu barriga es más grande que la de Sasuke.

– ¡Oye! No tengo la culpa, son los genes del Uchiha… – se defendió con un pequeño puchero en sus labios, sacándole una pequeña carcajada al cantante en el proceso.

– Ok… ya. Lo bueno es que está bien… pero dime ¿qué fue lo que sucedió?

– Nosotros… Kurama, necesitamos regresar…-soltó, sin quitar la vista del cuerpo durmiente de su amigo- la tiene… Sakura tiene a Sora, Sasuke sabe que fue ella y yo también…

– Espera ¿cómo que Sora…? esa no es la hija del Uzumaki ¿cierto? La pequeña la hija de Sasuke… entonces…

– Si, al enterarse del secuestro comenzaron los dolores, el doctor dijo que ha debido de la secreción de hormonas por el embarazo, el estrés incremento en Sasuke, haciendo que tuviera fuertes dolores como si fuera a dar a luz, así que le pidió que descansara, al igual de no cargar tantas emociones ya que no es bueno para los bebés, sé que es comprensible que este así por la situación. Pero a pesar de todo él cargara con el peso de todo. Sé que lo hará. Sé que se culpara por lo sucedido, lo mismo hiso cuando estábamos en Shanghái… se culpa de todo.

– Gaara… dime lo que sucedió, conoces a Sasuke es demasiado orgulloso creo que no me conto exactamente lo que sucedió para no preocuparme…

– Tienes razón… él no te conto todo, por lo que pasamos- Se quedo por unos minutos en silencio, en tanto bajaba su mirada recordando todo lo sucedido. Desde que partieron de la casa Uzumaki, hasta que se encontraron con Kabuto… cerro sus ojos con fuerza, no era muy grato recordar todo eso "pero debo intentarlo… él es de confianza" pensó una vez levantando su rostro, miro el rostro preocupado del pelirrojo. Si, sabía que era de confianza–. El día en el que partimos, tenía miedo… de las palabras de Sakura, además su amenaza… aun resuenan en mi mente "si se atreven a contactar a alguien de la familia Uzumaki y Uchiha los matare, no me importa que estén embarazados." Eso me tenía asustado, al igual a Sasuke. Pero él fue fuerte por los dos y trato de sobrellevar las cosas. Al llegar al aeropuerto de Shanghái, no sabía a donde iríamos o donde nos quedaríamos ya que era mi primera vez. Pero no la de Sasuke… eso era lo que teníamos a favor. Fue fácil ubicarnos, pero difícil conseguir un lugar donde quedarnos y que fuera económico. Además estaba el hecho que no es muy bien visto, que dos donceles embarazados estuviera deambulado solos, en busca de un lugar donde quedarse sin su pareja. Estuvimos así unas semanas, gastamos el poco dinero en hoteles ya que era el único lugar donde podíamos quedarnos, teníamos que administrar la comida… que cada vez se hacía más escasa. Intente de buscar algún empleo de mesero, ya que los antojos cada vez eran terribles. No tuve opción que insistirle a Sasuke que me lo dejara todo a mí, pero él… -sonrió levemente- ya conoces como es de orgulloso, Así que intento de dar algunas cases particulares a niños de una escuela pública… fue esa manera hasta que pasaron tres meses, nuestros vientres ya eran un poco más abultados… a mi me despidieron ya que no era bueno para la reputación del local. Y bueno a Sasuke… había tenido un pequeño accidente, que por poco lo hace perder a los pequeños…

– ¿Cómo?-susurro incrédulo.- ¿Qué fue lo que sucedió?

– El profesor de deporte… un viejo que quería abusar de Sasuke, pero al ver que él no acedia a sus insinuaciones, lo empujo con fuerza al suelo… ahí fue donde comenzaron los dolores y se enteraron de su estado, gracias a otro profesor que estaba cerca y lo socorro, lograron llegar a tiempo al hospital y pudieron estabilízalo… gastamos todo el dinero que teníamos reunidos en los gastos, al salir a Sasu lo despidieron por lo sucedido… y volvimos al comienzo. Él debía estar en reposo… pero ya no teníamos donde quedarnos, en eso Kabuto nos encontró… no supimos como, pero fue nuestra salvación. Estuvimos durante un mes en una pequeña casa que él tenía a las afueras de la ciudad, era lo suficiente pequeña y cómoda, ahí nos explico de cómo nos conocía y de cómo nos encontró, eso fue gracias a unos amigos de su trabajo expertos en el tema. Después de eso, nos ayudo a cambiar de apariencia, con un tinte especial para ocultar nuestro color natural del cabello, lentillas y gafas ya que todo ese tiempo, solo utilizábamos gorros y bufandas con intento de ocultarnos. Unos días después nos consiguió identidades falsas… así logramos salir de Shanghái para llegar aquí a Sapporo, lo sorprendente es que kabuto hiso todo eso estando con seis meses de embarazo, nos cuido hasta el día de hoy… y sabes no hay día en el que estemos agradecidos con él.

"Por un breve momento creímos que todo esto acabaría, ya que las cosas comenzaban a mejorar, pero con lo de Sora… nuestras esperanzas se desboronaron en un segundo. No quiero volver a ver el vacio en sus ojos, no quiero volverlo a ver deprimido aun que no lo demuestre… me bastaba con oírle sollozar por las noches, quiero que el sufrimiento acabe en nuestras vidas. Sasuke en este tiempo se convirtió como un hermano y quiero ayudarlo, por eso debemos regresar. tú y Kabuto nos ayudaran… no queda de otra.

– Aun así, sabes que es peligroso y mas estando en tu estado. –lo miro seriamente, pero el doncel negó lentamente y lo miro con sus orbes aguamarina cristalizados gracias aquellas lagrimas que amenazaban con salir.

– No importa, conforme nos vemos dudo que ella nos reconozca… allá estaríamos más seguros que aquí y seriamos de utilidad.

– No se… ¡si se entera y le hace algo a la hija de Sasuke! No, no podría dejar que algo así sucediera.

– Tú… nos puedes acompañar…- susurro lentamente mientras abría sus ojos, dejando a la vista aquellos profundos posos negros.- es la única solución que tenemos…- Tanto como Gaara y Kurama se quedaron viéndolo entre preocupados por haberlo despertado, pero este hiso un ademan con su mano, alegando que se encontraba bien- Kurama…

Debes que descansar – le interrumpió tomándole la mano delicadamente a pesar de que su corazón le pertenecía al Uzumaki, jamás dejaría de preocuparse por su bienestar. Además estaba el hecho, de que en el fondo aun le seguía queriendo, y su único deseo era que fuera feliz, aun que no fuera a su lado. Miro atentamente el fino rostro del doncel, su piel era más brillante que antes. Sus ónixs ojos ahora eran dulces y expresivos. No vacios y tristes como solía tener cuando lo conoció. El cabello lo tenía un poco más largo, aquellos mechones que adornaba cada lado de su rostro llegaban hasta los hombros ¡como extrañaba esas hebras negras! Las cuales hacían resaltar su rostro, pero ahora tenía el cabello de aquel color achocolatado… en conclusión Sasuke seguía siendo hermoso, pero ahora era el doble ha debido de su estado… y aun que no estuviera del todo de acuerdo, agradecía al Uzumaki de hacer ese cambio en el doncel.- hablaremos después… descansa.

Ya no tengo sueño. - reprocho mientras fruncía levemente sus labios, sacándole una media sonrisa a sus acompañantes- desde hacer un buen rato no eh tenido sueño…

– Escuchaste completamente todo ¿no?- inquirió el pelirrojo que recibió como contestación un asentimiento, sacándole un suspiro de resignación - ¿Por qué no me contaste todo?

– No quería preocuparte…- admitió bajando la mirada- tampoco a Gaara, pero… esto es algo que solamente yo puedo soportar.

– ¡Sasuke no digas tontería! Nada de esto es tu culpa, es algo que sucedió pero no debes que cargar con toda la responsabilidad, no es justo ni para ti, ni para todos nosotros que queremos ayudarte-las palabras de Gaara hicieron que el Uchiha desviara su rostro ya que sus ojos comenzaban a cristalizarse.

– lo sé y lo entiendo… perdóname por preocuparte con mi silencio.

El Sabaku se levanto de su sitio para así acercarse y abrazarlo. Todo lo que estaba sucediendo era realmente difícil, pero debían ser un poco más fuerte, solo un poco… eso era lo que necesitaban, encontrarían una o que otra solución, regresarían con sus respectivas parejas y rescatarían a la pequeña risueña de hebras doradas… todo sería como debía ser desde un comienzo y Sakura terminaría en la cárcel. Si, se arriesgarían a regresar… era la única solución, la única que tenían y sabían que era la más efectiva.

En tanto Kurama, miraba con una pequeña sonrisa a los dos donceles que se hallaban abrazándose, mientras se susurraban un "todo va a salir bien" y un "eso espero…" Por lo visto no le quedaba de otra, aun así les ayudaría… ya había dado su palabra desde el comienzo.

–Está bien, los llevare de regreso- ambos, deshicieron su abrazo para después mirarlo incrédulos- Con mi cuñado y Kabuto ayudaremos para atrapar a Sakura y encontrar a tu hija, solo tenemos que planear como llegar allá sin que Haruno los reconozca o que no se dé cuenta de su estadía.

– ¿Nos… llevaras? – susurro aun incrédulo Gaara, el mayor asintió haciendo que un sentimiento extraño embriagara al doncel, era el mismo cuando vio a Sai en la Tele, sonrió bobamente "ya falta poco mis pequeños… conocerán a su tonto padre…"

– Gracias Kurama…- susurro realmente agradecido el oji ónix.

– No debes que agradecer, son mis amigos después de todo- le sonrió- Ahora, el problema será con tu rubio tonto. Creo que no le agradara que yo haya sido el primero en encontrarte… -soltó una pequeña carcajada, la cual fue fulminada con un gran golpe en la cabeza- auhss eso dolió- se quejo, mientras se sobaba la parte afectada.

– Eso te pasa por provocar al dobe, además yo no soy ningún objeto para que me tenga de "premio"

– Pero al menos logre borrar su cara de depresión que tenía- se encogió de hombros, de así ganándose una mirada reprobatoria de los donceles. ¡Era un comportamiento tan infantil! Pero le daba gracia ya que Kurama jamás se comportaba así. Sasuke miro de reojo a su amigo, que era regañado por Gaara, agradecía que estuviera a su lado, es mas se sentía protegido y eso era lo que necesitaba por los momentos. Las hormonas y toda la situación lo tenía realmente mal, se sentía atrapado sin salida. Tenía miedo de lo que pudiera suceder, su pequeña Sora… no sabía que le estarían haciendo en estos momentos, no sabía que tan mal estaría Naruto sin su pequeña. Se sentía tan débil, tan vulnerable que lo molestaba sobre manera. Quería regresar, quería ayudar desde cerca. Debía dar la cara una vez por toda, ya se había acabado el tiempo de estar oculto, esta vez aria las cosas como deberían, arreglaría todo. Por algo era un Uchiha y los Uchiha pueden con todo, sabía que su padre le recriminaría sus acciones, sus malas dicciones, pero ya no había vuelta atrás, lo único que quedaba era solucionar todo. Si, estaba decidido. Esta vez sí arreglaría todo y enfrentaría las cosas que vinieran.

"Ya verás Sakura, que te costara arruinarnos completamente la vida… porque cometiste un grave error al meterte con mi hija, esta vez la que sufrirá serás tu y yo me encargare de hacerlo personalmente. No por nada soy un Uchiha y me vengare de todo el daño que nos hiciste, encontrare a mi hija, regresare con mis hijos y me casare con Naruto Uzumaki. Nadie podrá evitarlo… No nos quitara la felicidad de nuevo."

Cap. 26 "Una decisión. Una esperanza. Un encuentro…"

Pov Sora

Cuando llegamos al aeropuerto, me di de cuenta en qué lugar nos encontrábamos, era demasiado familiar para mi, sonreí mientras tomaba la mano a Konan-san, sentía tanta emoción, no sé por qué siento mi corazón acelerarse… es como si tuviera un presentimiento ¡y me agrada tenerlo! Sé que cada vez estoy muy cerca de mi única Okaa-chan. Sé que estando en Londres… con mi familia no seré de ayuda, ya que todos creen que no debería preocuparme por eso ¡no quiero ser inútil! Quiero ayudar, quiero encontrarlo por mi propia cuenta ¡quiero ser la primera la que lo vea! Y si estar lejos de mi familia es la única solución para encontrarlo, haré todo lo que pueda, me quedare junto a Konan-san y sus compañeros, ahora mi único sueño es encontrar al Doncel que es mi Okaa-chan.

Cuando estábamos en el avión, Konan-san me dijo, que debía cambiar mi apariencia ya que los policías estaban en mi búsqueda, en parte me alegraba que mi familia me buscara, pero por otra… tenía que hacer lo necesario para aun no ser encontrada, así que estuve de acuerdo con ella. Utilizo unas pelucas… según así creo que se llaman, era tan larga y roja que me recordaba al cabello de mi Obaa-chan Kushina. Con unos broches me sujeto el cabello y después cómodo esa "peluca" en mi cabeza, la peino y la acomodo hasta quedar como ella quería. Después me dijo que debía ocultar el color de mis ojos, en ese instante la había mirado con curiosidad y confusión ¿Cómo que ocultarlos? Ella entendió, así que me explico mientras me echaba algunas gotas de un frasquito en mis ojos, por un momento se sintió extraño, pero estaba decidida ¡aria todo lo que sea necesario para ser de ayuda! Cuando ya me había acostumbrado a la sensación de ese liquido, ella me dijo: "abre bien los ojos, trata de no parpadear" hice caso a sus palabras y me quede inmóvil, en tanto ella colocaba unas pequeñas cosas trasparentes en mis ojos, la sensación era más rara, que cuando me coloco el liquido, parpadee un par de veces intentando de acostumbrándome. Konan-san sonreía satisfecha y después me tendió un espejo, me mire… y quede boquiabierta, mis ojos… no eran verdes, ahora eran de un color azul intenso… me recordaba casi a los ojos de mi Otou-san, la "peluca" que ocultaba mi rubio cabello, habían un mechón que caía en mi rostro, pero fue sujetado por un pequeño broche de una flor de papel como la que tenia Konan-san en su cabello. Era increíble ¡me encantaba! No era yo misma, pero me gusta en parte. Ahora si estoy segura que ni Sakura sería capaz de reconocerme.

Ahora, nos encontrábamos todos caminado por unos amplios pasillos, llenos de gente de diferentes lugares y edades, yo miraba atenta. Siempre me atraía la curiosidad cada vez que visitaba un aeropuerto, ya que hay muchas personas distintas y que jamás había visto. Llegamos en el lugar donde se encontraban los policías, según recuerdo mi Otou-san me había explicado que ellos solo revisan a las personas para saber si son malas o no, solo esperaba que ellos no piensen que Konan-san y sus amigos sean malos.

El señor creo que se llama Kakuzu le dio unos libritos… creo que son pasaportes no recuerdo bien. El guardia me miro de arriba y abajo, ¿acaso estaba sospechando?

– De quien es la niña- preguntó, sentí un cosquilleo en mi estomago ¿nos había descubierto?

– Es mía oficial, es mi hija…- dijo el señor Kakuzu – ella es mi esposa, y ellos mis sobrinos y él de allá nuestro guarda espadas, venimos aquí de vacaciones.

– hmp…- el señor se uniforme me daba miedo, esa mirada era demasiado fría y aun no la quitaba de mi… tenía que hacer algo, tenía que, se que ellos sospechan… no sé, quizás. Así que solté la mano de Konan-san y me acerque al señor Kakuzu y le jale la manga de su chaleco.

– ¡Otou-san ya quiero llegar al parque! Me estoy aburriendo mucho, ya quiero, quiero, quiero, quiero llegar- le dije con un puchero en mis labios, él me sonrió de lado y de así tomarme de la mano. Era la primera vez que llamaba a alguien que no conozco Otou-san, me pareció divertido, creo que hacer esto es como una aventura.

Como ves oficial, mi hija está ansiosa en llegar, así que ¿nos deja pasa?- él oficial suspiro y nos dejo pasar, pude ver como el Señor Kakuzu no quitaba esa sonrisa de victoria de sus labios, y yo igual ¡por fin había sido de ayuda! Era tan agradable la sensación que quería seguir experimentándola.

Una vez que nos alejamos el Señor Hidan fue en búsqueda del auto en el que partiríamos, esperamos en la entrada principal. En eso el señor Kakuzu se inclino hacia mí y me susurro "buen trabajo" e después me acaricio levemente el cabello. ¡No podía estar más que feliz en estos momentos! Sé que le recuerdo a alguien, Konan-san me lo había dicho que tienen una… emm… ¿ahijada? Creo que es así. Según es parecida a mí, pero dos años mayor y que un día me la presentaría, para que seamos amigas… aun que dudo que pueda serlo… ya que tengo mala suerte para tener amigos de mi edad.

No falto mucho para que el auto llegara, nos subimos. Yo me encontraba sentada en las piernas de Konan-san, ella es tan amable ¡no sé por qué trabaja para Sakura! Es dulce y bonita también, Ella al igual que yo tenía una "peluca" del mismo color que el mío pero más cortó. En serio ¡esto es lo más emocionante que eh experimentado! No son como los secuestradores de los libros y de la pelis, son mejor que eso, son personas normales y muy amables, pero cuentan con habilidades ¡como me gustaría tener ese tipo de habilidades como ellos! El ambiente en Japón aun esta algo frio, eso era porque aun era de mañana, estoy segura que en unas horas el sol estará tan radiante que me molestara. Ya que el frio… me recuerda a él, a mi Doncel Okaa-san, recuerdo que él me dijo que su época favorita del año era el invierno, en este momento es mi favorita ya que es fría pero a la vez acogedora, así como es él.

En realidad lo necesito tanto… me pregunto cómo estará… ¿estará como mi tío Deishi? Con su pancita grande… Y Gaa-san… como extraño su vos, el había sido mi mejor amigo grande que eh tenido. Siempre estando ahí para mi ¡también lo encontrare! se que pronto estaremos los tres juntos ¡lo presiento en mi corazón! Quiero que seamos felices como debería ser, se que podre hacer que todos seamos felices y si no puedo… pues lo intentare ¡jamás me daré por vencida! El tono de un celular me saco de mis pensamientos, voltee a ver de donde provenía y vi como el señor Kakuzu contentaba. Me quede atenta a su vos, se oía enojado, creo… bueno mejor dicho presiento que la persona con quien está hablando es Sakura, lo sé ya que mis manos tiemblan cuando se trata de ella. Escuche como el señor Kakuzu le decía firme pero a la vez enojado "¡jamás aremos eso! Así que olvídelo" ¿a qué se refería? Me siento preocupada…

– ¿Kakuzu que sucede? – pregunto el doncel bonito, que estaba sentado junto a nosotras. Zetsu, también es muy dulce como Konan-san- ¿era ella?

– Sí, esa maldi… Esa mujer cambio los planes- le respondió, él se encontraba en el puesto delantero junto a Hidan-san ¿De quién hablan exactamente?

– ¡Ahora que quiere la bastarda esa!- grito enojado Hidan-san golpeando el volante del auto. Eso hiso que me sobresaltara "¿Qué sucede? ¡Quiero saber!"

– ¡Hidan! Cuida tu vocabulario no ves que Sora-chan puede oírte- le regaño Konan-san, mientras me abrazaba protectoramente como lo hacia mi Obaa-chan Mikoto… "la extraño."

– ¡Yo hablo como se me dé la gana mujer! –le respondió de vuelta más enojado, el auto ya no se encontraba en movimiento, se había parado frente de una tienda.

– Cálmense los dos, no dan un buen ejemplo para la pequeña.- intervino el gemelo del doncel bonito, Zet- Kakuzu que quiere ahora Sakura.

– Sakura…- susurre, mi cuerpo se estremeció ¡sabía que era ella! ¡Lo sabia! Siempre ella es causante de los problemas ¡no quiero imaginarme que es lo que hará ahora!

El auto se quedo por un momento en silencio, ellos se miraban ¡se hablaban con la mirada! Tengo tanta curiosidad como hacen eso ellos, es tan extraño ¡quiero aprender! Quiero tener esas habilidades. El señor Kakuzu suspiro para después voltear a verme, se quedo por unos minutos detallándome, no sé porque pero tengo el presentimiento que lo que pidió Sakura, no es bueno para mí.

– Sakura acaba de darme la orden de que nos deshiciéramos de ella, ya que la familia Uchiha y Uzumaki están armando mucho revuelo.

Sé que todos abrimos los ojos de sorpresa con lo que dijo, ¿deshacerse de mí? entonces… eso quiere decir… ¡No! ¡No! yo aun no puedo, tengo que encontrar a Okaa-chan primero ¡no puede hacer eso! No antes de que cumpla con mi meta. No puede, es injusto…

– ¡¿qué?! ¡No podemos hacer eso! ¡Ella es muy pequeña!- intervino Konan-san- Kakuzu ella no es como los hombres que tuvimos que "desaparecer" ¡es una niña por dios! No podemos ¡me niego hacerlo! Si tengo que pasar sobre ti lo hare. Pero no permitiré que le hagan daño, yo se lo prometí y cumpliré con mi palabra.

– Tranquila, no lo aremos, no soy tan inhumano para matar a una niña de cinco años – me sonrió de manera cálida, eso hiso que me tranquilizara- ahora solo tenemos que ocultarnos, rechace la orden de Haruno sé, que mandara a alguien para hacer el trabajo hay que cuidarnos.

– Creo saber a dónde podemos estar seguros- dijo Zet-san mientras abría su laptop. Sonreí levemente, estas personas… a pesar de que haya sido parte de su trabajo, quieren ayudarme y están dispuestas a protegerme. "Sakura nunca tendrás lo que quieres… estoy segura de eso" -¡los encontré!

– ¿Qué cosa?- dijeron todos a la vez, que hiso que soltara una pequeña carcajada.

– Sé quién podrá ayudarnos, Konan, Kakuzu creo que verán a su ahijada. Hotaru-chan…

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– ¡Malditos sean!- tiro su celular al suelo, haciendo que la partes de este se esparcieran por el suelo, camino enojada en la oficina de su tío Orochimaru que ahora le pertenecía. – Que se cree ese bastardo ¡se supone que trabajan para mí!

– Deberías dejar de gritar, te saldrán arrugas querida- le dijo aburrido su primo Pein que se encontraba sentado a un lado, ella bufo en tanto se levantaba en busca de otro celular en su escritorio- también deberías dejar las cosas como están y desaparecer ¿no crees?

– ¿eh? ¡De que hablas!- lo miro con el seño fruncido- no huiré, no soy tan cobarde como a idiota de Hinata.

– Eso crees tú- sonrió de lado, sacando una mueca de disgusto en la mujer- Por lo que veo ella se dio de cuenta de lo que sucedería, los hombres que trabajaban para Orochimaru renunciaron a ti, además esta el hecho que cometiste un error en mandar a secuestrar a tu hija. Sin decir que el doncel Uchiha se escondió de ti y la familia Uzumaki e Uchiha está buscando el causante de todo. Querida hasta un tonto sabría que no tiene escapatoria, muy pronto sabrán todo lo que hiciste.

– Si me atrapan a mi Pein, tú te hundirás conmigo.-espetó molesta. El peli naranja la miro detenidamente, para después soltar una sonora carcajada, haciendo que Sakura lo mirara entre confundida y furiosa.- ¡de que te ríes Idiota!

– Ja, Ja, Ja, querida estas sola en esto, yo por lo que recuerdo no eh metido mis manos en todos tus planes, solo soy un fiel observador- le sonrió de lado-. A este paso que vas, hundirá y pagaras por todo lo que has hecho.

– ¿de qué lado estas imbécil? – se le acerco peligrosamente quedando a unos centímetros del rostro masculino de su primo. Lila y jade de sus ojos se oscurecían dándole un toque más siniestro a sus miradas- Tú me ayudaras.-sentencio después de unos segundos- me ayudaras a vengarme y hacer que ellos no obtengan lo que quieren.

– La que no obtendrá lo quiere serás tú- se adelanto a decir -. Y como te dije, yo solo soy un simple observador, no me meteré en tus descabellados planes, los cuales están destinados al fracaso.- se encogió de hombros, en tanto se levantaba – deberías desistir y esconderte con el dinero que tienes, cómprate una casa en la playa busca un novio y cásate. Ese es el único consejo que puedo darte. Hm. Bueno, me tengo que ir tengo un par de asuntos que atender.

– Y dejaras de lado a tu querida Sora-chan – soltó, una sonrisa surco su "perfecto" rostro al ver como el peli naranja se detenía frente la puerta- ¿seguro que no la quieres? Yo puedo arreglar eso.

– Hm. Por lo visto sigues utilizando a la niña- se giro para mirarla seriamente- ya no me interesa, además no soy tan perverso para abusar de una niña de cinco años y se que piensa "ja, eso ni te lo crees tú mismo" pero mi intención desde el principio no era abusar de ella, solo quería asustarla un poco y ver su reacción. Además está el hecho que me gustan los cuerpos prefectos donde tengo carne de donde agarrar.

– Por favor ¿crees que me voy a creer eso? Si muy bien intentaste de follártela unas veces.

– Por dios Sakura, que mente la tuya tan retorcida. Ni llegue a tocarla, solo me insinuaba para asustarla pero ¿yo hacerlo con una niña? ¡Ni que estuviera loco! Eso es tú que eres capaz de vender a tu propia hija para obtener dinero.

– ¡Mientes!

– Sakura no me importa lo que hagas, como te dije yo solamente soy un observador…- una vez dicho eso, abandono la habitación dejando completamente frustrada a la pelirosa.

Como odiaba que tuviera razón el bastardo, pero ella se las arreglaría como siempre. Era lista y bella, simplemente perfecta. Solo necesitaba un plan, donde todo ellos salieran perjudicados, uno donde Naruto sufriera más que ahora. Uno donde obtendría todo su dinero. Uno donde le haría la vida miserable a Sasuke. Uno donde no la incriminen, ya que era demasiado bella como para ir a la cárcel ¡primero muerta que pisar ese suelo asqueroso! aun tenía planes. ¡Vamos! era joven y bella ¿no? tenía mucho por delante y muchos obstáculos por quitar, como al Uchiha y al Uzumaki.

Y si tendría que ensuciarse las manos de nuevo, lo haría. Con tal, valía la pena deshacerse de ellos. Abrió el último cajón que estaba en la parte inferior del escritorio y la vio… la que sería su única amiga en esos momentos.

– Solo tengo que esperar por un momento Sasuke, sé muy bien que aparecerás tarde o temprano y después… te hare una pequeña visita a ti y a mi ex esposo…- susurro con media sonrisa en el rostro en tanto tomaba, el arma que estaba en el cajón, dejo caer el resto de su cuerpo en el asiento de cuero y cruzo sus largas piernas con elegancia. Acerco el arma a la altura de sus labios, sus jades orbes no perdían detalles de los detalles del arma. Quién diría que dicha arma sería la solución de sus problemas, si lo hubiera sabido antes, no estaría pasando por eso. Pero como dicen "mejor tarde que nunca" ¿no? Acaricio con suavidad el gatillo, el frio del acero le encantaba… y lo mas que le encantaba era lo que podría hacer con ella- Espero que estén preparados por qué, ya me canse de juegos…

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En otra parte de Londres, la lluvia caía de manera fuerte sobre el pedimento, el cielo estaba plenamente nublado por aquellas espesas nubes oscuras que daba un ambiente más tenso. El reloj no pasaba más de las nueve de la mañana, Itachi bostezo por milésima vez ya que había pasado toda la noche manejando, a su lado se encontraba Naruto, al igual que él con la vista cansada. Digamos que la empresa Uchiha no estaba muy cerca de la mansión Uzumaki y esta no quedaba muy cerca de la mansión Uchiha. Pero daba igual eso, su único objetivo era llegar y saber que precisamente descubrieron, y la intriga de no saber que era exactamente, no los había dejado dormir. No faltaba mucho, es decir solo unas cuantas calles llegarían, pero por dentro Itachi quería matar en cierto modo a Naruto ¿Por qué? Simple. El Uzumaki no había contestado su teléfono, y como él era parte de la vida de su querido hermano -desaparecido- no tenia opción. Además estaba el hecho que posiblemente esa información, sea vital para saber donde se encontraba la pequeña. Pero por más que lo intento, no podo contactarse con él no le quedo opción en ir en su búsqueda. Prácticamente había recorrido medio Londres para llegar a la mansión Uzumaki y después recorrer la otra mitad para llegar a su hogar. Esa era la razón por la cual, estaban cansados y de mal humor.

Al llegar las grandes rejas de la Mansión se abrieron, Itachi no dudo en acelerar la velocidad, haciendo que el auto se estacionara de forma errática en la entrada. Se bajaron sin decir nada y corrieron hacia dentro, sin importarle la lluvia, llegaron hasta el estudio donde se suponía que se encontraban los demás, pero solamente se encontraron con Deidara y Sasori – el agente de Sasuke- sentados platicando amenamente. Itachi arrugo su entrecejo, odiaba completamente al pelirrojo con cada célula de su ser, y verlo conversar con su prometido, digamos qué tenía tendencias homicidas en este momento. Es que ¿acaso al bastardo no le importaba que Deidara tuviera una enorme panza? Vamos, debería verlo gordo ¿no? menos atractivo ¿no? bueno, quizás no… por que Deidara en su estado, era sumamente adorable. Era el doble de tierno y sensual ¡no entendía por qué tenía que ser así! Ok, eso no lo discutiría ya que amaba como era… pero pensar que otro hombre pudiera ver su belleza lo encolerizaba, como quería tomar el celular que tenía el taheño en las mano y metérselo donde la luz del sol no se asomaba.

Nadie se mete con la propiedad de un Uchiha.

No vasto mucho para que el doncel notara la presencia de los dos varones que lo miraban… Uno confundido y el otro, furioso. Suspiro e hiso un ademan para que se acercaran, conocía a su distraído hermano que en estos momentos ni sabía de las tendencias homicidas que emanaba su cuñado ¡pero vamos! En estos momentos lo único que pensaba Naruto era en su hija y en su doncel, no tenía tiempo para berrinches de niños grandes-aunque él también se comportaba de esa manera- pero ese no era un asunto importante, solo quería saber sobre el paradero de su amado o al menos el de su pequeña, nada más. Esas mesclas de emociones, miedo, angustia, confusión, preocupación lo embriagaban. Pero de seguro ninguna de esas emociones se comparaba con lo que debería estar pasando su doncel y su dulce pequeña en estos momentos, se sentía tan inútil que lo molestaba. Como quería que se acabara la pesadilla en la que se encontraba... por que odiaba tener miedo. Miedo de lo que les pueda suceder en este instante y él ahí sin hacer nada. A pesar que durante meses estuvo buscando a ciegas a Sasuke y ahora sabía que cualquier movimiento suyo podía hacer que la vida de su hija estuviera en peligro, lo tenía tan estresado que ya no se soportaba. Solo esperaba que la información qué había obtenido la Uchiha menor fuera algo bueno para la situación.

Deidara miro aburrido a su tonto prometido, sobre protector, homicida. Estaba seguro que Itachi ya estaba imaginado miles de formas de torturar a Sasori, aun que le parecía un gesto dulce de su parte en celarlo, pero se pasaba si creía que Sasori le coquetearía aun estando embarazado ¡estaba gordo! Con tobillos hinchados, eso no era sensual. No claro que no…– qué bueno que llegan hm.

– Que hace eso aquí. – si fuera posible matar con la mirada, Sasori en estos momentos estaría más que muerto.

– No soy un "eso" sabes Uchiha – gruño molesto el taheño, sin inmutarse de la mirada amenazante del azabache- deberías tener más modales con tus invitados.

– Ya quisieras. Tú jamás serias invitado en esta casa por un Uchiha.

– ¡Itachi, podrías dejar tus jodidos celos de una vez hm!-grito el blondo más que molesto, haciendo que los barones le recorrieran un pequeño escalofrió por todo su cuerpo. Si, podría estar embarazado, pero eso no dejaba de ser sumamente peligroso, es mas en ese estado era el doble de peligroso y Itachi lo Sabia.- Tu hermana llamo a Sasori, así que compórtate como un hombre y no como un niño hm.

– ¡Pero Dei-chan! ¡Sé que él quiere algo contigo!

– ¡No seas Tonto hm!

Bueno. Muy bonita la escena de celos. Pero Deidara ¿donde está Saya-chan y Mikoto-san?- pregunto el blondo mirando como Itachi se cruzaba de brazos y continuaba de frente mirando amenazantemente al pelirojo que al igual le sostenía la mirada- dime que es lo que saben o bueno, que es lo que encontraron.

– Tan impaciente como siempre ¿no? Naruto-kun – todos voltearon a mirar a la dueña de la vos y se encontraron con la menor Uchiha que se acercaba cruzada de brazos.

Dijiste que encontraste algo referente a Sasuke.- frunció levemente las cejas el blondo ¿Qué si estaba impaciente? Ja, ¡por supuesto!

– Exacto - sonrió de lado mientras se sentaba al frente de Deidara.

Será que nos puedes decir que es eso lo que encontraron. Saya…- intervino Itachi, mientras se sentaba al lado de su rubio y lo abrazaba posesivamente de la cintura, sacando una mueca de disgusto al pelirrojo que se encontraba al lado y un tic en el ojo al blondo embarazado.

– Chicos deberían calmarse– pidió dulcemente Mikoto que se acercaba con una charola con panecillos, los cuales se convirtieron el centro de atención del embarazado-Saya les explicara todo.

Todos asintieron. Naru se sentó a un lado ya que él era el único que se encontraba levantado. Todos los ojos estaban puestos en la morena, esperando a que continuara. Excepto Deidara, este atacaba a los deliciosos panecillos de mora azul con un apetito voraz.

– Bueno. Naruto creo que esto que tengo que decirte no te agradara para nada –sonrió burlonamente- es más si estuviera en tu lugar, no me agradaría para nada y conociéndote se que armaras un escándalo y…

Ve al punto Saya- corto su hermano mayor al ver que le daba vueltas al asunto.

Kurama no Kyuubi, sabe donde esta Sasuke – soltó encogiéndose de hombros, dejando en Shock a Itachi y mas a Naruto.

Mn… debiste tener más tacto hm… mng están deliciosos mnnn…- dijo mientras devoraba otro panecillo – mn…

La morena soltó una pequeña risita un tanto avergonzada, pero ella no tenía la culpa. Su hermano le dijo que fuera al punto y ahí está su punto.

Por otra parte estaba Naru que trataba de asimilar lo dicho "Kurama no Kyuubi, sabe donde esta Sasuke" era broma ¿cierto? Debía ser una maldita broma ¿él? ¿Enserio? Eso debía ser imposible, su pequeño doncel… ¿estaba en manos de ese cantante de cuarta? Posiblemente… frunció sus cejas completamente, al recordar lo que le dijo en la oficina aquella vez…

"-Sabes, si encuentro a Sasuke primero no te diré… Si no pudiste mantener a tu lado a Sasuke por este tiempo, creo que no podrás en el futuro. Así que…

-¿así qué…?

-lo encontrare para que esté a mi lado."

No, No, No Sasuke no se quedaría con él ¿o sí? A pasado un mes desde que le dijo eso… entonces si lo que decía Saya era cierto, la única pregunta que tenia era…

– Como estas segura de que él sabe donde esta mi Sasuke. – espetó claramente molesto ¿y por qué no estarlo? Si Kurama claramente le dijo en su cara que se lo quitaría y él no permitiría eso por nada del mundo, ese doncel le pertenecía por derecho ¡lo amaba tanto que estaba dispuesto dar la vida por él!

La joven soltó una pequeña risita y saco su celular, dándole reproducir al video que unas horas antes había descargado, la melodía del piano lleno todo el lugar para después ser seguida por una vos gruesa y suave. Itachi y Naruto escuchaban atentos la letra, no entendía como esa canción explicaba la pregunta, pero aun así se mantuvieron en silencio esperando a que terminara la interpretación. ya la atacarían con miles de preguntas, aun que podrían decir que se le hacía familiar aquella vos… Una vez terminado la reproducción, la morena miro al blondo con una pequeña sonrisa haciendo que el mayor se confundiera más.

– ¿Qué tiene que ver esa canción, con que Kyuubi sepa dónde está Sasuke?- Si, estaba más que confundido.

– Esa canción es cantada por Kurama, para ti y Sora- le dijo tiernamente, aumentando la confunción en el rostro del blondo.

– ¡¿Qué?!- sí, precisamente la cara de Naruto en este instante era de terror absoluto "debe ser una broma… ¡ahg debe serlo!" pensó asustado y asqueado.

– Podrías explicarte mejor Saya, antes que Naruto muera de un infarto – pidió Itachi al igual confundido.

– Lo que quiere decir, que esa canción fue escrita por Sasuke. Él le dio la letra a Kurama para que Naruto y Sora la escucharan hm – explico Deidara al ver que ninguno entendía, pero bueno la morena tampoco se explicaba bien- Saya-chan, debes dejar de darle tantas vueltas a todo hm- le regaño, en tanto mordía un panecillo al instante.

– Jejeje perdón, tienes razón Dei – sonrió nerviosa, ganándose una mirada reprobatoria de su madre e hermano.

– Entonces esa letra… es escrita para nosotros…- susurro ido el blondo recordando parte de la letra "No veo la hora de volverte a ver…" una sonrisa boba se dibujo en su rostro, ahora podía decir qué Sasuke también estaba ansioso en volver "Yo también… Ya no veo la hora en volverte a tenerte en mis brazos Sasu y una vez que estés conmigo no te soltarte… nunca más…" pensó decidido. Pero Frunció el seño al recordar algo y miro a la morena - Espera… dijiste para Sora también, eso quiere decir que Sasuke no sabe que a Sora la secuestraron.

– Lo sé… pero con las noticias, creo que ya se habrá dado cuenta… eso me preocupa- susurro.

– Debe estar culpándose…-murmuro Itachi ganándose la atención de Deidara, qué al notar tristeza en las palabras de su prometido, no dudo en tomarle la mano y besarle la mejilla. Ambos sabían de que Sasuke se había ido con intención de proteger a la pequeña Sora y ahora si se enterara que dicha acción no había sido lo suficiente para protegerla… estaban seguro que Sasuke debía estar destrozado y culpándose y ellos no podían hacer nada para remediarlo.

– Mi pequeño… -susurro tristemente la mayor de todos- él no debería estar pasando por esto…

– No, No debería pero lo encontraremos –se levanto decidido el blondo baron.

– Hay algo que no entiendo- intervino el azabache presente. Todos voltearon a verlo con curiosidad- porque eso –señalo a Sasori- está aquí.

– Aun con eso Itachi-bastardo hm-gruño con un pequeño tic el embarazado a su lado.

– No me culpes, quiero saber que hace en mi casa- fulmino con la mirada al taheño que ya tenía el seño completamente fruncido.

– Sasori está aquí, porque él conoce al agente del Kurama- explico la morena.

– Es correcto, antes que ustedes llegaran lo llame para preguntarle donde se encontraban- explico seriamente- y me dijo que supuestamente se encontraba en Kioto en una gira. Pero ha debido de una llamada misteriosa desapareció y estas son las horas y que nada que aparece.

– Sospecho que debe estar con Sasuke.- y estaba más que segura- el problema es que no contesta.

– Ese maldito… -murmuro lo suficiente audible Naru, mientras empuñabas sus manos con enojo. En verdad como quería moler a golpes a ese cara de zorro estúpido.- Grandísimo hijo de…

– ¡Naruto! – le regañaron Mikoto, Deidara y Saya a la vez.

– Perdón… -suspiro, en tanto se encogía de hombros- es que no puedo evitarlo, cuando se trata de ese bastardo quisiera...

– ¡Señora Mikoto! ¡Señora Mikoto!- los gritos de una joven mucama que acababa de entrar, interrumpieron al blondo que iba a insultar nuevamente al cantante- lo cual no es novedad- ¡Señora Mikoto, tienes que ver esto!

– ¿Pero qué sucede Yuu? – se levanto Itachi inmediatamente, ya que el rostro de la joven presente claramente era pálido, era como si hubiera visto un fantasma- que sucedió.

– Usted joven Itachi también tiene que verlo… – todos la miraron con una gran interrogante, Naruto, Sasori y Saya se levantaron al ver que la joven insistía pero…- ¡el señor, el señor Fugaku! ¡El señor Fugaku ah despertado!

Y esas simples palabras dejaron a todos, absolutamente todos en Shock, sus oídos no daban crédito a aquellas simples palabras "debe ser una broma…" pensaron Saya y Itachi a la vez, pero ver el rostro de la joven lleno de adrenalina y asustadizo le afirmaba que decía la verdad. Por otra parte Mikoto tenía sus manos juntas a la altura de su pecho y así que sin dudarlo comenzó a correr e inmediatamente fue seguida por todos, excepto Deidara que iba a paso lento ya que cargar con dos pequeños era sumamente agotador.

Llegaron al el tercer piso y se acercaron a paso apresurado a la ultima habitación del pasillo, en donde se encontraba el cuerpo del empresario que había caído en coma hace cinco años. La puerta fue abierta con brutalidad cortesía de Mikoto, la cual se acerco corriendo hacia el borde de la cama, y tomo la mano de su marido.

– Fugaku, amor… aquí estoy… – le llamo derramando un par de lagrimas. El mencionado giro el rostro lentamente y abrió sus ojos, sorprendiendo a todos los presentes y más a su esposa - ¡Fugaku!- y con esa simple mirada bastó para que la mujer rompiera a llorar preocupando al instante al azabache.

– Tranquila… Mikoto – susurro débilmente el hombre, la morena aun sollozando se lanzo al pecho de Fugaku el cual sonrió melancólicamente, mientras le acariciaba el cabello lacio de su amada- Mikoto…- le llamo suavemente, esta levanto su rostro sonrojado lleno de lagrimas. Inmediatamente una mano se poso en su mejilla izquierda, ambos se miraron con suma ternura, era como si no hubiera pasado cinco años… la morena sonrió dulcemente y se inclino para juntar sus tibios labios con los fríos del azabache, el cual sin dudarlo le correspondió.

En tanto con el resto, miraban desde el borde de la cama, la tierna escena… ninguno podía creer que despertaría y eso que hace años les habían sugerido desconectarlo, por suerte no lo hicieron. Ahora estaban seguros, que todo estaba regresando a la normalidad. Itachi abrazo inmediatamente a su hermana que lloraba a mares. Sasori sonrió levemente, el conocía lo sucedido, eso porque ya tenía años al contacto con la Familia Uchiha. A su lado se encontraba Naruto que miraba con melancolía, Sasuke le había contado sobre el estado de su padre y sabia que estaría en la misma situación que sus hermanos… Sabía muy bien que Fugaku era una pieza muy importante en su familia, como hubiera querido que su doncel estuviera en estos momentos y verlo feliz.

Una vez que Fugaku y Mikoto terminaran de besarse, ambos se miraron a los ojos con gran amor, el azabache acaricio con suavidad el rostro de su esposa que lloraba de felicidad. No sabía muy bien cuanto había estado durmiendo, pero algo le decía que habían sido por mucho tiempo. Habían pasado horas desde que despertó, sus recuerdos al comienzo eran confusos, pero como buen Uchiha los organizo con calma y recordaba toda su vida antes de caer en el profundo sueño. Miro a su alrededor y reconoció aquellos dos jóvenes que lo miraban con incredulidad y una dulce sonrisa. No conocía muy bien a las otras dos personas que estaban ahí, pero eso no le importaba, solo quería estar con su familia.

– Papá… es bueno que hayas despertado- dijo Itachi acercándose al otro lado de la cama.

– Itachi…-susurro mirando los rasgos maduros de su primogénito, como se notaba que era su hijo.

– Sabia muy bien que esos doctores se equivocaban- la morena se acerco y se paro al lado de su hermano con sus ojos aun llorosos- sabia que despertarías Papá…

– ¿Saya…?- la menor asintió tomándole la mano a su padre. Una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro de Fugaku, a ver como sus hijos estaba realmente grandes, se notaban que eran propios Uchiha, no cabía duda que él y Mikoto habían hecho un buen trabajo – ambos están grandes…

Los jóvenes sonrieron al igual que su querida madre, era una escena realmente conmovedora, casi toda la familia reunida, era algo realmente lindo. Pero lastimosamente lo lindo no dura para siempre… La puerta de la habitación fue abierta nuevamente, dejando a la vista un agotado y furioso rubio.

– Uchiha Itachi. Te matare hm… - Y esas simples palabra, hicieron que el nombrado le recorriera un escalofrió por toda la columna vertebral y girara a ver a su querido prometido con algo de terror, sabia cuando a Deidara se le metía algo a la cabeza él terminaba perjudicado…- Me dejaste solo. Dime, ¿sabes lo que es subir tres pisos con una enorme panza hm?- a Deidara no le importaba que su suegro estuviera viéndolo. Había subido SOLO, las jodidas escaleras y eso no lo tenía nada contento.

– D-Dei-chan…-la cara de Itachi en verdad no tenia precio- Es que, bueno… perdón amor no volverá a suceder.-se le acerco y le tomo ambas manos, para después besarlas con ternura, el rubio entrecerró sus hermosos ojos azules, como queriéndole decir que no le creía. Y claro que no le creería, ahora estaba hambriento y cansado, Debía pagar las consecuencias de sus actos…– por favor…

– Solo te digo que quedas en abstinencia por dos semanas hm- le susurro lo suficiente audible a su prometido, haciendo que este se estremeciera y comenzara a lamentarse mentalmente. Podría decirse qué Itachi no tenía tan buena suerte, y eso lo sabia su mismo padre que trataba de entender la situación, pero favor el era un Uchiha eso no le costaba ni más de cinco segundos. Le constaba que aquel doncel embarazado era pareja de su hijo y eso realmente le agradaba, siempre en su vida su meta había sido ser el mejor y perfecto, e esperaba que sus hijos también, claro esos eran sus pensamientos cuando era más chico, pero no podía negar que desde conoció a Mikoto ella cambio parte de su forma de ser, quería que su familia fuera feliz aunque se haya perdido parte de su vida, aun le restaba algo, eso era lo reconfortaba un poco.

Mikoto reconoció la mirada melancólica que tenía su esposo, sonrió levemente y le beso la mejilla atrayendo su atención, estaba claro que había estado por cinco años postrado en cama, pero al menos había despertado justo antes que sus nietos nacieran. Desde hace mucho habían querido que sus pequeños tuvieran herederos, a cual mimar y consentir como podía, a pesar del actuar frio de su esposo le conocía perfectamente que estaría realmente feliz. Era casi parecido a su historia juntos, le tomo la mano y la beso con delicadeza para sonreírle un tanto divertida

Fugaku, él es Deidara- el blondo mencionado sintió como todas las miradas caían sobre él, haciendo que sus mejillas se encartonaran rojas- es el prometido de Itachi.

–Es un gusto Señor Uchiha – dio una pequeña reverencia el doncel totalmente avergonzado.

–Igualmente- le respondió el gesto de igual manera- Hijo por lo visto no visto no lograste aguantar hasta el matrimonio ¿no?- dijo lo ultimo mirando a su hijo, que se colocaba mas pálido de lo que estaba, en tanto Deidara se moría de vergüenza.

Tú no digas nada Fugaku por qué hiciste lo mismo- le regaño su esposa un tanto divertida, sacándole una diminuta sonrisa al moreno.

–Tienes razón.

–Ya veo a quien Salió niisan- susurro Saya un tanto perturbada al conocer esas cosas de su padre.

–No tiene nada de malo hija, así somos los Uchiha"¿enserio? Debe estar bromeando" pensaron todos a la vez. Los oscuros ojos del mayor se pasearon por toda la habitación y se detuvo justamente en el rubio de cabello corto que miraba todo con una pequeña sonrisa, no supo cómo pero algo dentro hiso que se diera dé cuenta de que alguien faltaba- Mikoto donde esta Sasuke.

Todos se estremecieron completamente al oír el nombre del joven doncel y más cierto Naruto que bajo su mirada y empuño sus manos, dándole a entender al mayor que él tenía alguna relación con su hijo, pero lo que más le preocupo fue el silencio de todos, un sentimiento extraño lo había embriagado ¿Qué era lo que le había sucedido? ¿Y por qué no querían decirle?

Papá… - susurro Saya – veras… Sasu-niichan…- e inmediatamente fue interrumpida por el sonido de su teléfono, rápidamente lo saco y miro la pantalla de este, sorprendiéndose al ver de quien se trataba- Disculpa padre es importante.- le dijo antes de contestar, respiro hondo, las miradas curiosas y expectantes de todos se hallaban sobre ella. Aunque en el fondo agradecía que haya sido interrumpida, era una mala noticia y decirle a su padre que su hijo doncel estaba desaparecido además de estar embarazado. Ahí sí que en realidad iba arder la Troya.

–Saya…-la vos gruesa e suave ya la conocía y vaya que la conocía- ¿Donde estas?

¿en dónde estoy? ¡Enserio kurama eres un bastar…!

– Dime donde estas.

Tks… en mi casa donde mas- gruño molesta- no intentes cambiarme el tema, tu sabes donde esta… Oe ¡Naruto!- se quejo a lo último, viendo como el blondo le arrebataba el aparato y se alejaba un poco.

Maldito, dime donde esta Sasuke – ordeno con furia, mientras apretaba con fuerza el celular en su mano.- ¡Habla!

–veo que tu también estas ahí, eso es bueno.

– ¡que tratas de decir! ¡Dime donde esta Sasuke bastardo!

pronto lo veras…- y con esas simples palabras le corto al blondo haciendo que su enojo incrementara mas, golpeo la pared con su puño haciendo que este sangrara en el proceso, cerro sus ojos con fuerza maldiciendo una y otra vez al pelirojo que recién había llamado ¿es que le gustaba verlo sufrir? Sabía que no tenían una buena relación, pero también la Familia de Sasuke estaba preocupada, por el bienestar del blondo ¿Por qué hacia eso? Porque no le decía de una vez donde se encontraba, para poder ir en su búsqueda. "No importa si él haya logrado encontrarlo primero… Sasuke en verdad me pertenece y yo le pertenezco, nuestro destino es estar juntos y si tengo que conquistarlo de nuevo lo hare… no me rendiré por nada del mundo"

–Explíquenme ahora que es lo que está sucediendo- la vos firme de Fugaku hiso que todos se estremecieran, el hombre ahora sí que estaba completamente enojado. Vaya que sí iba arder la Troya en este distante.

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Pov Continuación…

En estos momentos me encontraba sentada en un pequeño mueble realmente cómodo, no podía evitar mirar con curiosidad mi alrededor, era realmente lindo y agradable estar ahí, las fotos que estaban colgadas en las paredes me llamaba mas la atención, las personas que se encontraban ahí se podían ver completamente felices. En mi casa era todo lo contrario, no había fotos de esa manera y si había, eran las que tomamos cuando mi Okaa-chan estaba con nosotros.

El olor a Galletas recién horneadas llego a mi nariz, mi pancita gruño haciéndome avergonzar. En eso el dueño de la casa, un doncel de cabello rojo y lindos ojos lila, se me acerco con un plato repleto de galleta, lo mire un tanto sorprendida, él me sonrió dulcemente y me las tendió, hay algo en él que me recuerda a mi Okaa-chan.

– Gracias Nagato-san…-susurre mientras tomaba el plato y devoraba una de las galletas - ¡Que deliciosas!

– Me alegra que te gusten pequeña Sora- yo asentí repetitivamente sin parar de comer, el soltó una pequeña risa y se sentó a un lado- enserio Konan, esta pequeña es realmente adorable.

– Lo sé, por cierto pequeña no comas tan rápido que te sentara mal- me pidió dulcemente Konan-san que se encontraba sentada a mi lado, la mire y sonreí. No podía evitarlo, son tan deliciosas que no puedo parar, en esta forma me parezco demasiado a mi Otou-chan, así el se comportaba cuñado Sasu Okaa-chan se encontraba a su lado… en verdad ya quiero encontrarlo, quiero que todo vuelva a ser como antes.

Como ya había dicho, me encontraba en la acogedora sala junto con; Konan-san, Kakuzu-san, Hidan-san, Zet-chan, Zetsu-san y Nagato-san. Los cuales esperaban al esposo del último, ya habían pasado horas desde que llegamos, según había escuchado ellos nos ayudaría y le encontrarían una solución a lo de Sakura, eso en parte me contento demasiado, ya quería que pagara por todo el daño que nos ha hecho.

– Enserio cuanto más tardara, estoy realmente aburrido.

– Debes dejar de ser impaciente Hidan - le regaño Kakuzu.

– Tú nunca cambiaras…- suspiro, para después levantarse - ya pronto llegara como les dije, iré por unas limonadas Konan, acompáñame por favor.

Ambos desaparecieron en el pequeño pasillo, dejándonos solos. Zet y Zetsu hablaban entre ellos, mientas Hidan le reclamaba algunas cosas al señor Kakuzu el cual estaba concentrado en el periódico. Es tan extraño, que no se. Su compañía me recuerda a mi familia… a pesar que en un comienzo siguieron ordenes de Sakura y ahora están a mi lado ayudándome, es como si ellos se hubieran convertido en mi segunda familia y me alegra de verdad, siempre había estado sola con mi Otou-san ya que cuando Sakura se encontraba con nosotros, mis Tíos no toleraban ir a casa. Solo me mandaban regalos y hablaban con migo por teléfono, aun que estaba Gaara-san a mi lado Sakura siempre le ordenaba que no se me acercara. Era como si quisiera hacerme sufrí. A mí, a su propia hija… siempre me eh preguntado que fue lo que le hice para que tratara de esa manera, a pesar de ser muy lista, desde siempre eh entendido perfectamente sus acciones hacia mi… y ahora que lo recuerdo, cuando ella se separo de Otou-san, era amable y dulce. Por un pequeño momento pensé, que en realidad le importaba y que si me quería, que de verdad estaba arrepentida y amaba a Otou-san, pero me había equivocado, ella solamente me utilizaba… tal como lo hizo esta vez. Creí que jamás llegaría ser feliz o que mi Otou-san tampoco llegaría… que ambos estaríamos destinados a estar solos con ella, pero… cuando apareció Sasuke Okaa-chan, el cambio todo, desde ese pequeño accidente, desde que lo vi en el hospital, sabía que él sería importante para nosotros. Me regalo una familia, me regalo felicidad, hiso que mi Otou-san sonriera de verdad, que sus ojos brillaran. A pesar de que se tuvo que ir solo para protegerme, esta vez con ayuda de Konan-san y sus compañeros lo encontraremos… tengo la esperanza de que así sea.

Un "ya llegamos" nos saco a todos de nuestros asuntos- claro el mío era comer galletas y pensar cosas je- mire atentamente la entrada de la Sala, esperando a ver de quien se trataba, me pregunto si serán igual de amables como Nagato-san.

– ¡Waaaaaaaaaaaa! –un grito como de una niña, lleno completamente el lugar, me sobresalte en al instante deje de masticar la galleta que tenía en mi mano. En eso una niña un poco más grande que yo, se lanzo a las piernas de Hidan ¿ella era quien creo que es?- ¡Tío Hidan!

– ¡Rojita! Joder ¡mira cómo has crecido!- no pude evitar quitar mis ojos de ellos, realmente se veían feliz…-¡estas jodidamente grande!

– Grosero… –le miro con un pequeño pechero- ¡padrino Kakuzu! Dile a tío Hidan que no sea grosero ¡regáñelo!

– Hidan, compórtate o sufrirás las consecuencias.

– ¡Oe! No es justo, pequeña mocosa ya pagaras.- le dijo, de así tomarla en sus brazos y darle vueltas mientras le hacía cosquillas. Eso me recuerda mucho a mi Otou-san. Baje la mirada, en verdad lo estaño… me pregunto si estar preocupado por mi…

– ¡No! Jejeje suéltame, suéltame Jejeje ¡kyaa! suéltame Jejeje…

– perdona la tardanza, es que esta pequeña glotona se le antojo comer un helado – escuche una vos gruesa y cálida. No quise levantar mi rostro, solo me auto abrase… esta sensación que tengo dentro de mí, duele…

– Nee, nee Otou-san no soy glotona…-oí unas carcajadas a mi alrededor, no sé por qué siento… tristeza… ¿será por que ellos me recuerdan a mi familia? Quizás…- hm… oe ¿te sientes bien?- levante mi rostro y me encontré con la niña que jugaba con Hidan-san. Sus ojos son como los de Nagato-san, violetas… y su cabello es rojo igual- Nee ¿Cómo te llamas?

– S-Sora…-Respondí, mientras me encogía un poco… ¿le caeré mal? Espero que no… en verdad no quiera caerle mal a nadie.

– ¡Yaii! Nee, Nee. Soy Hotaru mucho gusto, espero que podamos ser amigas- me tendió la mano, la mire por un momento y ella insistió con una enorme sonrisa, tome su mano con cuidado… era la primera vez que, bueno hacia una amiga de mi edad ¡que me emocionaba! Le sonreí de igual manera, en tanto ella movía nuestras manos de arriba y abajo.

– Oh… vaya que niña tan linda- gire mi rostro y mire al señor que había hablado hacer rato. Su cabello es naranja y ojos como los de mi abue Kushina, el se me acerco y me acaricio la cabeza- Soy Yahiko el papá de Hotaru ¿y tú?

– Mi nombre es Sora, Yahiko-san- di una pequeña reverencia con mi cabeza, como me lo enseñaron en el cole, el sonrió de manera cálida que no pude evitar de responderle de la misma manera.

– Es muy linda, verdad Querido… – dijo Nagato-san entrando con unas limonadas a la mano- Hotaru-chan, porque no vas a tu habitación y le presta ropa a Sora-chan para poder ir al parque.

– ¡al parque! ¡Yaiii!- grito con emoción mientras daba unos pequeños saltitos- Nee, Sora vamos quiero mostrarte mis cosas- yo asentí y ella me tomo de la mano guiándome hacia las escalera que llevaba a su habitación, pero justo antes de terminar de subirlas escuche algo que me dejo sumamente sorprendida "Yahiko queremos saber si Sasuke aun se encuentra en Sapporo" la vos había sido de Kakuzu-san, eso quiere decir que… ¿ellos saben donde se encuentra mi Okaa-chan? Entonces… ¡lo podre ver pronto! Espero que si…

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Sasuke suspiro, al sentir como su cabello se mecía al compás del cálido viento que en estos momentos se llevaba algunos pétalos de cerezo, que danzaban de manera hermosa en el aire. En estos momentos se encontraba caminado en el parque que quedaba frente a la librería, en compañía de Kurama el cual miraba embelesado la belleza del alrededor que le brindaba la naturaleza. Pero estar caminado tranquilamente por el parque molestaba sobre manera al Uchiha ¿Por qué? Simple. En vez de estar buscando una forma en encontrar a su pequeña Sora, estaba ahí sin hacer nada.

– Enserio Kurama regresemos- pidió seriamente, no es que le incomodara estar caminado y sentir esa fresca brisa tocar sus tersas mejillas. Pero ahora tenía otras cosas importantes que hacer – Kurama…

– No. – El doncel lo miro con un pequeño tic en el ojo, haciendo que se le dibujara una sonrisa ladeada en el rostro del más alto – deberías desistir Sasu, no regresaremos.

– Kurama, quiero regresar ahora.

– Dije que No, Gaara pidió que te acompañara a dar una vuelta y eso es lo que estoy haciendo.

El embarazado lo miro con un pequeño puchero mientras le seguía el paso. Era cierto, desde que salieron del hospital el médico recomendó que estuvieran en lugares abiertos y que diera una caminata de vez en cuando, para así mantener sus emociones tranquilas ¿pero estaba funcionado? No realmente. En estos momentos lo único que pensaba era en buscar una solución para rescatar a su pequeña, sus opciones eran escasas y las pistas inciertas. Suspiro abatido, pensar en eso lo tenía sumamente preocupado y no podía recobrar calma, que por un momento creyó que tener, pero con esto. Se sentía atrapado, por eso quería regresar a Londres, hablar con Naruto, sabía que su rubio tonto estaría preocupado y al borde de la locura, conociéndolo, sabía que ya habría hecho una que otra estupidez. Es por eso que quería irse ya, no estar ahí caminado como si no tuviera ningún problema, pero como veía no tenia opción…

– Si no regresamos, entonces cómprame un helado- lo miro con sus ojos entrecerrados, el más grande hiso una pequeña mueca y después suspirar, con Sasuke de esa manera era aun mas terco.

– Sabes, embarazado eres el doble exigente.- murmuro un tanto deprimido.- iré por tu helado.

– Hmp…- una sonrisa ladeada surco su rostro, no es que se divirtiera en hacer que su amigo hiciera todo lo que pedía. Bueno, le divertía demasiado, ya que ver a Kurama no Kyuubi el famoso y orgullosos cantante cumpliendo todos sus caprichos era algo que jamás olvidaría y que siempre disfrutaría.- Te espero debajo de aquel cerezo.

– Si. Si. Si… ya regreso con tu helado- y como siempre él tenía que hacer lo que Sasuke pidiera, no es que le disgustaba, no claro que no. solo que jamás en la vida pensó que sería así, por suerte todo acaba mañana y Naruto seria que terminaría cumpliendo los caprichos de su querido Uchiha. Aun que lo quería mucho y todo, no sabría decir si era capaz de cumplir todas las exigencias de su amigo, por suerte sabia que el blondo Uzumaki estaba familiarizado con el tema, por que tratar con un embarazado era realmente agotador, lo sabía muy bien. Si, no estaba listo aun para eso, mejor se quedaría con su música y viajes, ya vería cuando tendría una familia, pero sabía que eso no sucedería ahora.

Solo esperaba que el Uzumaki estuviera preparado para tratar con un embarazado con una gran secreción de hormonas y de paso Uchiha.

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Sonrió levemente, desde la ventana del local podía ver las figura de su amigo y del cantante, que caminaban a paso lento atreves del parque. Sabía que era lo mejor, Sasuke realmente necesitaba salir y despejar su mente, pero este era realmente necio, aun así le tuvo que hacerle caso. Un suspiro abandono sus labios, en tanto se alejaba de la ventana y tomaba los lentes de armazón negro que estaba al lado de una pila de libros. Los miro detenidamente. Nunca le había gustado ocultar su apariencia, pero no tenia de otra. Acaricio levemente su abultado vientre, con media sonrisa en su rostro "aun así lo hago para protegerlos también" pensó en tanto se los colocaba. Miro el reloj de la pared y se mordió levemente el labio inferior, tenía ganas de ir a la tienda que estaba en unas cuadras por algunas golosinas. Por ahora no tenía nada que hacer, además así se distraería un poco. Decidido, tomo su chaqueta y un gorro gris que acostumbro a colocarse, tomo las llaves y cerro la entrada.

Las calles no eran tan concurridas, eso era lo que más le gustaba, las personas caminaban a paso lento, sin apuro alguno era realmente tranquilo que lo disfrutaba y sus pequeños también ya que se movían de manera que le sacaban una sonrisa a su padre doncel. Como quería que Sai estuviera a su lado en este instante, ese tonto que lo enamoro tan fácilmente, de seguro ni lo dejaría salir de la habitación. Claro que conocía su carácter sobre protector y celoso, pero esas eran unas de las cualidades que lo había enamorado.

Soltó una pequeña risita al aire, al recordar la forma en que se conocieron, podía decir qué era su recuerdo más preciado que tenia de Sai. Aquel día donde se tropezó y le cayó encima, una escena muy brizara, pero justo cuando aquellos ojos ónix lo miraron entre sorprendidos y juguetones, no pudo evitar que su corazón palpitara de manera acelerada. Con una sola mirada le había bastado. Pero para Sai no, estaba seguro que él quería conquistarlo completamente y se lo aseguro cuando fueron a la playa ¡enserio quien lleva a alguien a la playa en su primera cita! Aunque no se arrepentía para nada. Las estrategias que utilizo Sai en él, sí tuvieron efecto. Que no le importo en absoluto perder su virginidad después de cuatro días, ridículo completamente ridículo. Pero jamás había tenido un sentimiento tan fuerte como el que sentía por su azabache.

Realmente lo extrañaba y por lo que vio en la noche anterior él también sentía lo mismo.

Al llegar a la pequeña tienda, entro y busco todas aquellas golosinas que le llamaba la atención, las cuales fueron muchas. Pero vamos, estaba embarazado era comprensible. Ni que fuera a engordar más de lo que estaba ahora. Una vez elegido lo que se llevaría, se acerco a la caja con una cesta de mano completamente llena de golosinas y galletas. Pago en efectivo y salió del local con una pequeña sonrisa en su rostro. Ya no veía la hora de llegar y devorar todo, por suerte Sasuke estaba afuera o sino tendría que compartir las golosinas, pero esta vez solo las quería para él solito.

En otra parte, no muy lejos de ahí se encontraba un moreno corriendo las calles, con una gafas de sol y una bufanda negra que rodeaba su cuello, pero que también cubría un poco su rostro, sin dejar a la vista sus carnosos labios.

Su misión.

Ocultarse a toda costa de aquellas enloquecidas fanáticas, que al verlo no dudaron en ir tras él ¿Acaso no sabían que era el espacio personal? ¡Por dios! Le había arrancado su preciada chaqueta negra ¡por poco lo dejan desnudo en la calle! Y eso no sería nada bonito, si llegaran a tomarle fotos y que cierto pelirrojo las viera. No, no quería problemas con su amado Gaa-chan antes de encontrarlo ¡primero muerto! Antes que sucediera algo así. Se oculto al lado de un pequeño establecimiento de frutas, espero por unos minutos para después asomarse y mirar a ambos lados como centinela. "perfecto, las perdí" pensó con una sonrisa en el rostro, la señora dueña del local lo miraba de manera extraña, como tratando de adivinar en donde lo había visto, así que se apresuro y tomo una manzana, saco dinero que tenía en su chaqueta y le pago, asiendo que a la mujer se le olvidara lo que pensaba.

Suspiro y retomo su andar, miro a su alrededor y era distinto. Las calles no eran tan transitadas como las de donde se encontraba hace unas horas, mordió a manzana sin darle importancia. Ya le hacía falta un respiro, miro con curiosidad los edificios y las personas que caminaban tranquilamente, era realmente agradable. ¿Cuánto corrió para llegar a ese lugar tan tranquilo? Ni el mismo lo sabía, pero cuando vio que aquel grupo de fans se le venía encima no dudo en correr por su vida, o mejor dicho por su cuerpo ya que eso era lo que ellas querían. Pero eso ya lo arreglaría con su agente, el cual lo mataría lenta y tortuosamente por hacerlo viajar a una rueda de prensa, del estreno de la película. En estos momentos ya estaría en Londres, ayudando con lo del secuestro de la pequeña Uzumaki. No ahí. Perdido, sin hacer nada.

Le dio otro mordisco a la manzana, sintiendo la agradable brisa rosar por su cuerpo. Sus oscuros ojos se quedaron mirando el bello parque que estaba cruzando la calle, los arboles de cerezo estaban totalmente florecidos, las parejas caminaban charlando amenamente, los niños jugando con sus cachorros o otras cosas. Era cálido ese lugar y lo podía sentir a la distancia en la que se encontraba. Sonrió con melancolía, como Deseaba estar de esa manera con su dulce pelirrojo, en verdad lo extrañaba demasiado ¿pero como culparlo? Si estaba totalmente loco por él. Quería mimarlo y demostrarle cada día que lo amaba, de tal manera que jamás lo olvidara. Quería cumplir con cada capricho que tuviera, como Itachi lo hacía con Deidara. Rayos como lo envidiaba, el al menos tenia la suerte de estar en el embarazo de su prometido. Pero él… ni sabía cuando lograría ver a su amado ¿Qué tal si lo lograra encontrar después de algunos años? eso… realmente le preocupaba. Bajo la mirada, quería encontrar a su querido Gaa-chan, no sabría por cuánto tiempo soportaría esa soledad, pero de algo si estaba seguro. Jamás se cansaría de buscarlo, por algo era un Uchiha y los Uchiha no se rinden tan fácilmente.

Regreso su vista al frente en tanto bostezaba, pero sin poder evitarlo choco el hombro con un doncel rubio embarazado haciendo que la bolsa de plástico que cargaba en sus manos cayera al suelo.

– Perdón, en realidad no te vi… – se apresuro a decir el moreno viendo todo el desastre. Consciente de su error se dispuso a ayudarle a recoger las cosas que consistían, distintas marcas de golosinas, diferentes tipos de galletas, eso cual le causo un poco gracia ¿Cómo alguien podía comer tanto dulce? –vaya si que tienes mucho dulce aquí.- le dijo un tanto divertido, pero no obtuvo respuesta alguna levanto la vista para ver si el joven se encontraba bien, no quería ningún problema por ahora, ni menos con la pareja de este. Pero sus ojos se encontraron con aquellos, aguamarina que lo miraban llenos de sorpresa.

Las lágrimas no se hicieron esperar por parte del menor, estas mojaron sus tersas mejillas sonrojadas, su mano instintivamente cubrió su boca. Su corazón latía y su cuerpo temblaba "No p-puede ser… No puede ser…" pensaba angustiado el doncel viendo aquellos oscuros ojos que conocía perfectamente. Dio unos pasos hacia atrás en tanto el moreno se levantaba, sin quitarle la mirada. No sabía qué hacer. No sabía que sucedería, no sabía que decirle. Solo sentía como su corazón azotaba fuertemente su pecho y sus lágrimas brotaban sin permiso alguno. – C-Como es que llegaste aquí… -susurro cerrando con fuerza sus claros ojos que comenzaban a irritarse. – Sai…

El mencionado frunció el seño al oír esas palabras de la persona que tanto quería. Por un comienzo creyó que solo era un producto de su imaginación, pero ver como inmediatamente aquel frágil cuerpo se estremecía y aquellas lágrimas salían mojando aquellas tersas mejillas, no le quedaba alguna duda. El joven que estaba frente suyo llorando, era su querido Gaara, solo que no tenía sus tan hermosas hebras rojizas que le encantaba, pero aquellos bellos ojos aguamarina aun estaban ahí, detrás de aquellos lentes de armazón. A pesar de su cambio de imagen, seguiría siendo hermoso para él, siempre…

Se acerco lentamente aun con el seño fruncido. Como ya lo había dicho, jamás lo dejaría ir, ni menos ahora. –Gaara… - le susurro roncamente, para después tomarlo de la nuca y juntar sus labios, dando de por si un inesperado beso al embarazado. Los ojos aguamarina del doncel se dilataron al sentir aquel cálido contacto, que movió su mundo en su totalidad, sus parpados comenzaron a pesarle y las lágrimas continuaban mojando su piel, de así perderse en la curvatura de su mandíbula, sus manos subieron desde el pecho del moreno con suavidad, hasta llegar al cuello que era cubierto por aquella bufanda oscura. Sai respondió de la misma manera tomándolo con una mano de la cintura y con la otra acariciaba la tersa, suave e húmeda mejilla del menor que en este instante tenía un suave color carmín que le hacía ver más deseable. Sus labios se movían hambrientos y sus lenguas exploraban la suavidad de la otra, haciendo que el oxigeno comenzara a faltarles.

Había pasado tanto tiempo desde que probo por última vez aquel dulce sabor de esos apetecibles labios, Nada se comparaba con ese sentimiento que le provocaba; el calor de aquella pequeña lengua que aun continuaba siendo tímida y inexperta. Pero eso ya no importaba. El tiempo ya no le importaba, Porque por fin ya lo tenía a su lado, podría estar con él y no perderse de un segundo de su vida. Una sonrisa llena de felicidad innata se dibujo en su pálido rostro, junto sus frentes y le dio un pequeño beso nuevamente, miro aquellos tiernos ojos que le miraban con timidez… Si, estaba seguro que jamás dejaría que se separara de su lado.

– Esta vez no dejare que te apartes de mi Gaara…- le susurro, acariciándole suavemente la mejilla- No me importa lo que tenga que hacer, si tienes que desaparecer de nuevo, ok. Pero esta vez iré contigo… no los dejare- le dijo acariciando su abultado vientre- si tengo que ser egoísta lo hare…

– Eres un Idiota…- Sonrió levemente- pero no es necesario, porque pienso regresar contigo…

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Las risas de las dos pequeñas se hicieron presente al ver como la pequeña pelota que tenían se les escapaba de sus manos y se perdía entre el césped fresco. Por primera vez Sora sentía lo que era tener una amiga. Desde que salieron de la casa de Nagato y Yahiko, Hotaru la hija de ellos, le había platicado de infinidades de cosas algunas nuevas y desconocidas para la pequeña Uzumaki, eso hacía que sus ojos brillaran de inocencia y se comportara como se debería comportar una pequeña de su edad.

Ahora bien, ambas se encontraban jugando en aquel extenso parque, sus vigilantes eran Nagato y Konan que charlaban bajo un cerezo. En tanto ellas corrían con sus pequeños vestidos de claros colores, persiguiendo aquella pelota de color violeta. Por un momento la pequeña, quería dejar que su rubio cabello se meciera al compas del viento como el de su nueva amiga, pero Konan le había pedido que aun no debía quitarse la peluca o sería realmente peligroso, así que por ahora se encontraba aun con aquel cabello falso. Una vez cansada de correr se sentó cerca de unas flores y se dejo caer en ellas, el fresco aroma de estas le dio tranquilidad, cerro sus ojos dejando sentir el viendo tocar su rostro, su compañera le imito su acción, amabas sonrieron al ver como los pétalos de los cerezos volaban sobre ellas, algo muy lindo.

–Y Dime ¿cómo es esa persona que quieres encontrar?- pregunto la oji violeta sin quitar la vista del cielo.

Es un doncel, es mi Okaa-chan…- susurro recordando el rostro del azabache que tanto quiera encontrar- lo quiero mucho y mi Otou-san también.

–ahh ¿y por qué le dices Okaa-chan?

–Siempre quise una Okaa-chan que me quiera como aquellas de los cuentos, sé que él me quiere por eso es mi Okaa-chan – explico mientras se sentaban y sonreía.

–pero… mi Otou-chan es un doncel y yo le digo Otou-chan, porque es Otou-chan, no puedo decirle Okaa-chan a mi Otou-chan

–Lo sé, pero para mí es mi Okaa-chan – soltó una pequeña risita- No puedo decirle ahora Otou-chan a mi Okaa-chan, se confundiría. Además que se pone rojo cuando le dijo Okaa-chan.

–Jejeje lo mismo sucede cuando le digo a mi Otou-chan que quiero hermanitos- sonrió mientras se abrazaba las piernas y se mecía de adelante y hacia atrás.- ¿y crees que lo puedas encontrar?

¡Sip! Yo confió en Konan-san y Kakuzu-san ellos dijeron que me ayudarían- ajito sus brazos al aire- ¡además escuche antes de salir que tus papás saben donde están!

– ¡hablas enserio! ¡Yo quiero ayudarte!-hiso un pequeño puchero.

– ¡Podemos buscarlo nosotras mismas!-sugirió levantándose- escuche que se encontraba aquí.

– ¡woo! ¡Se encuentra en Sapporo genial! –Imito su acción - podemos buscar por el parque así ayudaremos.

–Pero…- la pequeña Uzumaki bajo la mirada, sabía que las posibilidades eran escasas ¿y si estaba en otro lugar? ¿Y si su búsqueda en el parque no funcionaba? – ¿y si no lo encuentro…?

–¡Lo encontraremos! No te preocupes – tomo la pequeña pelota y la ajito en el aire tratando de subirle el animo a la menor- si no podemos hoy, lo haremos mañana y todo el tiempo que sea necesario!

La más chica asintió, mientras sonreía levemente. Quizás tenía razón, si no podían hoy continuaría buscarlo ella era una Uzumaki y los Uzumaki no se rendían, aria todo lo que estuviera a su alcance para encontrar a Sasuke, quería que su padre fuera feliz y que su abuelita también, era pequeña estaba claro pero jamás se rendirían, estaba segura que le regresaría la felicidad a sus padres. Hotaru al ver el asentimiento de su amiga, no pudo evitar dar unos pequeño saltitos, en eso la pequeña pelota resbalo sus manos cayendo al suelo, a debido que estaban en una pequeña colinita, esta tomo vuelo y se perdió de la vista de las menores que no dudaron en ir tras de ella. Las risas no se hicieron esperas, llegaron al punto donde la pelota se había detenido, bajo los pies de un joven que estaba sentado bajo un cerezo, este tomo la pequeña pelota y la miro con curiosidad.

–Disculpe es nuestra… Yaii Hola Sasuke-san- Saludo la oji violeta a ver de quien se trataba, el aludido le sonrió dulcemente y le acaricio levemente el cabello tendiéndole la pequeña pelota, la cual fue tomada por la menor- Jejeje gracias nee, nee Sora él es el doncel que te hable en casa ¿Sora? Oe…

–¿Sora…? –susurro el doncel mirando la pequeña figura inmóvil que lo miraba con los ojos cristalizados.

–O-Okaa-chan…

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Continuara…


Gracias por leer...