DEJARÉ DE ESCRIBIR LOCO POR KINOMOTO:

Naah, mentira xD Solo quería llamar su atención. Recuerden que cuando aparezca el asterisco en negro, tienen que ingresar a amortentia-ritq . polyvore . com (Quiten los espacios) para que puedan ver los conjuntos de ropa.


Los personajes de CCS no me pertenecen, son de la propiedad exclusiva de CLAMP. Hago esto sin fines de lucro, únicamente por mera diversión.

"Loco por Kinomoto"

Inevitable

~Syaoran~

El agua caliente había sido un calmante suave y poderoso. Me alejó de todas mis preocupaciones y problemas, de aquellos malos días que tuve en la semana, en mis patéticas notas saliendo como siempre en el segundo lugar. Me alejé de todo, inclusive de la salida que tendría ahora con mis hermanas pequeñas, de todo.

Menos de ella.

No sabía como actuar en estos momentos, reconozco que me he comportado bastante mal con Kinomoto. Pero es algo que me nace hacerlo, aunque a veces no quisiera. Era como si su sola presencia provocara alguna especie de choque entre ambos, una batalla donde uno tendría que salir vivo. Pero también reconozco lo que antes era impensable. Con su cabello desordenado, sus lentes y la ropa de chico, Kinomoto se había incrustado de una forma increíble en mi y no sabía qué hacer. Anda, no esperen que vaya le suelte mi amor y ella me corresponda, que nos besemos y vivamos felices por siempre.

No.

Esto no es ningún guión de película, era la realidad.

Me gusta Kinomoto, una chica a la cual no le hecho la vida muy fácil, y bueno, que ella tampoco ha hecho lo mismo con la mía. Llegó, de improviso a instalarse en mi vida cotidiana y aunque no quisiera, aunque hubiera miles de panoramas más, ella siempre terminaba de una forma u otra vinculada a mí.

Y a pesar de cualquier cosa, me gustaba.

Solté un suspiro de resignación y miré el agua caer sobre mi cuerpo desnudo. Tenía que volver a la realidad, donde mis hermanas me esperaban con una sonrisa enorme y mi billetera con una cara triste por tener que gastar toda mi mesada en ellas.

-¡Hermano, hermano!-la voz de Fuutie llegó fácilmente a mis oídos y pude escuchar sus pequeñas manos golpear levemente la puerta del baño-¿No te has convertido en una especie de sirena, cierto?-ahogué una risa.

-¡No, Fuutie, estoy bien!-grité un poco más alto para que me pudiera escuchar a pesar del ruido del agua.

-¡Lo ves Fanren, Syao está bien!

-¡Onii-chan, apresúrate!

-¡Vale! No me demoro nada-escuché como ellas vitoreaban de alegría y se iban de mi habitación. Me di el lujo de estar otros cinco minutos bajo el chorro de agua caliente, dejando que mi cuerpo se adormeciera. Y me salí apenas pasó el tiempo, sacudí la cabeza como en alguna ocasión lo hizo Copo, nuestro perro, después de un baño.

No me demoré nada en cambiarme de ropa y dejé mi cabello mojado, no hice ni el más mínimo intento de peinarlo puesto que sabía que era en vano. Antes de salir, tomé mi billetera, las llaves y el celular. Y miré mientras salía una foto del curso donde estábamos todos, incluida Kinomoto, con su trenza desordenada y sus enormes ojos verdes.

Era inevitable.

~Sakura~

Hikaru tomó a Tomoyo y empezó a desordenarle el cabello, que de seguro le había costado para peinarlo, ella suelta unos gritos chillones y él unas carcajadas. Cuesta un poco para que ella se suelte de él y saque su espejo de su bolso para ver como quedó. Soltó un grito de indignación y empezó a perseguir a Hikaru.

Trataban de distraerme de cierta forma, por lo que había ocurrido hasta hace poco en casa. Touya y Nakuru, ¿Quién lo diría no? Supongo que tendría que haberlo previsto de alguna forma.

Siempre notaba la forma en que Nakuru miraba a mi hermano, o como él le devolvía las miradas de forma silenciosa. Pero nunca pensé que sería tan pronto, de una forma tan repentina en que ambos caerían ante el otro. Debería sentirme feliz, pero no puedo.

Me duele el pecho, me pica la ansiedad y tengo ganas de gritar. Touya es mío, y yo soy de él. No tienen porqué separarnos, es lo único que me queda de mi familia.

El único.

-Oye, pequeña-no me di cuenta que había detenido mi paso o que estaba a punto de llorar hasta que Hikaru me tomó por los hombros. Mirándome de forma comprensiva y amable, me perdí en su mirada unos momentos y traté de sonreír-Él no te va a dejar sola, Saku. Nunca, ¿Entiendes?-negué.-Saku, tú también encontrarás a esa persona. Esa que te haga sonreír, que hará que sientas millones de nervios y tus manos estén sudadas. ¿Comprendes? También llegará esa persona para ti y para Touya ya llegó.

-Y lo bueno es que es una persona como Nakuru, la conoces desde pequeña Sakurita-Tomoyo me sonrió de forma afable.

-No estarás sola, nunca-Hikaru me tomó de los hombros y lo miré directamente-Touya estará ahí, Tomoyo estará ahí-asentí.

-Gracias-había logrado contener un poco las lágrimas y lo abracé fuertemente escondiendo mi rostro en su pecho.

-Y yo Saku-me estremecí al escuchar su voz tan cercana-Yo siempre estaré aquí, contigo.

Y así lo sentí. A pesar de que solo fuéramos Touya y yo, o al menos así lo veía. Pero siempre había más gente, Nakuru, Yukito, Kaho, Tomoyo y Hikaru. Siempre habían estado ahí para mí, no estaría sola, en ningún momento. La única diferencia, era que Touya había encontrado a una persona a la cual darle otro amor, no más fuerte que el que sentía por mí, pero si también especial. Un amor que yo también tenía guardado dentro de mí y que en algún momento, cuando la persona indicara llegara, saldría por mis poros hacia él. Y sabría que sería esa persona especial, estaría nerviosa a su lado, ansiosa y feliz a cada segundo y por sobre todo, porque lo sentiría muy en el fondo de mí.

Me alejé un poco del abrazo que me estaba dando Hikaru y le sonreí.

-¿Mejor?

-Mejor-aseguré con una sonrisa.

-¿Aún tienes ganas de ir al cine Sakurita?-asentí de forma enérgica sorbiéndome los mocos.

El camino hasta el centro para el cine fue rápido, no hubo demora alguna, solo en cuarenta minutos habíamos llegado. Estaba con mucha gente. La suficiente como para que fuera fin de mes, pero afortunadamente Tomoyo había comprado las entradas por Internet. Hikaru fue a hacer la fila para los comestibles y Tomoyo al baño. Estaba en la banca sentada, moviendo los pies, y una voz familiar llegó a mí.

-¡Un, dos, tres por Fuutie!

-¿Li?

~Syaoran~

-Muy bien, la función es a las siete y media, en el pasillo tres, sala cuatro doblando a mano derecha. Muchas gracias, disfrute la función-la sonrisa robótica de la chica me despidió de la fila de la boletería y guardé las tres entradas. Feimei y Fuutie esperaban sentadas en uno de las bancas abultadas, moviendo los pies en el aire. Estaban soltando comentarios de cualquier tipo, Fanren se rascaba la mejilla y Fuutie tenía ese adorable sonrojo que le caracterizaba tanto. Apenas me acerqué a ellas, notaron mi presencia, corrieron hacia mí sonriendo como nunca.

-¡Onii-chan! ¿Ya compraste las entradas? ¿Si?

-Claro que sí, Fuutie. Pero tenemos que esperar hasta las siete y media-dijo agachándose a la altura de las mellizas.

-¿Y qué hora es?-Fanren emocionada tomó su mano tratando de ver la hora en el reloj de muñeca de su hermano-Oh, onii-chan. Yo no sé ver la hora aquí.

-Haha, Fanren son las diez para las siete. Quedan cuarenta minutos para la película-ambas formaron una perfecta "o" con su boca e hicieron un puchero.

-¡Pero eso es demasiado! ¡Es... es...!-Fanren trató de explicarse.

-¡Mucho!-completó Fuutie.

-¿Qué les parece si jugamos un poco?-propuso. La expresión de angustia fue reemplazada por gritos de emoción por parte de mis hermanas mellizas.

-¿A las escondidas?

A los segundos estaba contando con los ojos cerrados apoyado contra una pared. El espacio que habíamos limitado era toda la sala de espera que se juntaba con la de entretenciones, los baños, salas de cine y otros pisos habían quedado eliminado. No podía perder de vista tanto a mis hermanas. Cuando ya llegué a la cuenta de cincuenta, grité un profundo "¡Salí!" y casi puedo asegurar que las chicas que estaban viendo la cartelera se rieron de mi.

Revisé el lugar a simple vista y me agaché para mirar por debajo de los videojuegos y los sofás. Sonreí ante una victoria, desde aquí, sin moverme de la base del juego podía ver los zapatititos rosas de Fuutie. Me acerqué poco a poco, sin querer hacer ruido y mirando a todas partes por si aparecía Fanren, a la cual, casualmente siempre nunca lograba encontrar. A medio metro, alcé la cabeza encima del videojuegos de carreras de auto. Fuutie estaba agachada mirando en dirección contraria a la que estaba y en un momento se queda quieta. Gira lentamente y alza la mirada, mi sombra le había llamado la atención. Una cara de espanto y se tapó la boca con ambas manos.

-Nii-chan...-masculló con reproche. Y a los segundos salí corriendo para tocar la pared.

-¡Un, dos, tres por Fuutie!-dije fuerte y Fuutie se acercó a mí con reproche, haciendo un puchero con los labios y cabizbaja.

-¿Li?

Me quedé quieto, no podía ser cierto. No podía ser cierto, aquella voz la reconocería aunque estuviera en un concierto de Rammnstein con millones de personas gritando a todo lo que da. Fuutie me sostuvo la mirada y suspiré, me giré lentamente y en una de las bancas estaba ella. Andaba con el cabello recogido en una cola, con un sueter y un short corto que me dejaba a la vista aquellas piernas que me gustaban tanto.

-Kinomoto-respondí. Bien, perfecto. No podía ser mejor, la chica que me tenía con el mundo de cabeza me había visto jugando a las escondidas. Muy masculino, ¿eh?

-Hola pequeña-Sakura se paró y se agachó a la altura de mi hermana. Fuutie estaba detrás de mis piernas y asomó la cabeza, estaba sonrojada.

-Hola-respondió el saludo y le revolví el cabello con la mano.

-¿Es tuya?-la pregunta me desconcertó. ¿Qué si Fuutie era mía? ¡Pues claro! ¿Acaso no se notaba que éramos hermanos?

-Sí, también está Fanren. Su melliza-respondí algo extrañado.

-Oh, ya veo-su boca formó una perfecta "o"-Supongo que es algo complicado, ya sabes.

-No, no sé-me negué ante lo que decía.

-Ya sabes-rodó los ojos-Dos mellizas, el Instituto, estás a cargo del equipo de baloncesto... Debe ser difícil tener a dos niñas...-¿Qué? ¡Paren el mundo! Sakura pensaba que Fuutie y Fanren, eran mis hijas. ¿Mis hijas? ¡Hijas!

-¡Oh, no, no, no, no!-negué con ambas manos y fuertemente. Ella me miró con el ceño fruncido, la había interrumpido, pero es que tenía que hacerlo. ¡Tenía qué!- Fuutie y Fanren son mis hermanas.

-¡Oh, Li!-se sonrojó. Quizás mucho más de lo que cualquier ser humano se puede sonrojar. ¿En serio pensaba que eran mis hijas? ¡Ni siquiera he tenido mi primer beso! Solté una risa, ella se tapó la boca con una mano. Seguía avergonzada.

-No importa, no te preocupes-sonreí ante la gracia.

-En serio, pensé que eran tus hijas...-trató de explicarse-Ya sabes, no me extrañaría.

-¿Qué no te extrañaría? ¿Qué clase de chico crees que soy?-A pesar de que lo solté como broma, ella se quedó callada y cualquier registro de su vergüenza había desaparecido. Se puso de pie y se mordió el labio inferior.

-Sabes perfectamente qué clase de chico creo que eres.

-¿Saku?-Terada hizo su magnifica aparición. El aire se puso tenso, lo sabía.-¿Ocurre algo?-me miró directamente. No ocurría nada, y eso era peor.

-No, nada Hikaru. ¿Estamos listos?-ella se acercó al castaño claro, ese color que te hace pensar que su color es algún tipo de mierda. Fruncí el ceño.

-Sí, vamos.-Sin quitarme la mirada de encima, Sakura se fue con él.

-Hasta luego Li-se despidió e hice un ademán con la cabeza.

Terada dejó de mirarme y siguió caminando con Sakura al lado. El simple hecho de que él hubiera puesto la mano en la cintura marcada de Sakura me hizo hervir la sangre.

-Maldito con suerte-mascullé.

-Se supone que tenías que buscarme-la voz de Fanren acababa de distraerne. Estaba al lado de la pared con las manos en la pequeñas caderas sin desarrollar y con una mueca de enfado. Igualita a mi madre cuando ve mi desorden en la habitación.

-Lo siento, Fanren. Perdona-miré el reloj-Quedan veinte minutos, ¿Vamos a comprar algo de comer?-Fanren hizo el gesto de rodar los ojos como cuando mi mamá me dice algo y yo no la tomo en cuenta. Sonreí.-Vamos, ¿Quién quiere palomitas de maíz?

Fuutie y Fanren gritaron emocionadas, se tomaron cada una de mis manos y caminamos hasta la fila de confites. De lejos vi como Sakura entraba con Terada a una sala, y para mi fortuna ahí estaba Daidouji, creo que era la primera vez que me alegraba de verla.


-¡We are infinite!

-Eh, Sakura. ¿Estás bien?-la chica que había gritado apenas salió de la sala del cine se mordió el labio inferior sonriendo. Tomoyo estaba riéndose y buscaba de alguna forma la cámara que su bolso se había tragado por completo.

-¡Oh, Hikaru!-la joven se colgó de su brazo-¡La película ha estado genial! Me ha encantado-el castaño sonrió ante el ataque de felicidad de su amiga.

-Pues eso es bueno, mira que la cara que tenías después de haber salido de tu casa-Sakura frunció un poco el ceño y haciendo algo que nunca había hecho, hizo un puchero con los labios dejando a Hikaru algo extrañado. ¡Y Flash!

-¡Tomoyo!-La joven amatista nuevamente les había sacado una foto.

-¡Ho, ho, ho!-se rió con esa peculiar risa que a la joven esmeralda le daba escalofríos.

Desde que el castaño recordaba, a Tomoyo siempre le había gustado tomarle fotos a Sakura, y a él, y a los dos juntos. Y a todo lo que la amatista encontrara que fuera tierno y adorable, más sin embargo él no podía ver lo adorable que había entre Sakura y su persona. Eran amigos, claro está. Pero Tomoyo siempre estaba empecinada en que eran realmente tiernos juntos y que deberían salir desde ya. Aunque claro, eso era algo que solamente sabía él y no la castaña, ni siquiera su amiga se arriesgaba a soltar esos comentarios de ellos dos juntos frente a ella.

Sakura se quedó mirando las fotos junto a Tomoyo y escuchó un canto.

Un canto extraño.

Y muy masculino.

Se giró para ver al igual que sus dos amigas, y ahí estaba Li.

Cantando.

-¡Onii-chan! ¡Onii-chan! ¿Te acuerdas la de Aladdín?-Fuutie alzó sus brazos al igual que Fanren, el castaño se agachó para tomar a las dos en brazos.

-¡Pero claro! Yo te puedo enseñar un fantástico mundo, ven princesa, y deja a tu corazón soñar-se dio una vuelta con las dos pequeñas en brazos, las cuales soltaron unas risitas.

-¡Oh! ¡Onii-chan! ¡Eres el Ouji-sama perfecto!

-¿Está cantando?-Sakura asintió ante la pregunta de su amigo. Él junto con Tomoyo se rieron un poco, más ella no pudo.

Porque fue ahí, en aquel mismo cine, años atrás, cuando Touya la tomó en brazos y le cantó una canción de princesas.

Y ella se reía igual que las hermanas de Li.

Y Touya le sonreía, del mismo modo que Li lo hacía en ésos momentos.

Sakura se mordió el labio inferior, y lo entendió.

Que Li no era la persona que parecía.


-¡No, no, no! ¡Sakura, no puedes combinar un short con botas largas!

-¿Eh? ¿Y por qué no? Se ve lindo.

-Se ve horrible Sakura, así es como se ve-su amiga movía las manos de un lado a otro sin césar.

Tomoyo ése día había llegado sumamente temprano a la casa de su amiga para ayudar a alistarla, y se había encontrado con la sorpresa de que su prima estaba jugando a la modista. Una modista con muy mal gusto, cabe decir. ¡Estaba realizando conjuntos ya pasados de moda! Aquello era algo que no podía permitir. Con toda la confianza del mundo abrió el clóset de la chica, el cual estaba totalmente renovado, y sacó algunas prendas de forma rápida, confiaba plenamente en su sentido de la moda y estaba segura que con aquellas prendas, su prima se vería muy guapa.

-Te bañas y te pones ésto, el gorro después que tengo que peinarte-le dijo la joven amatista mientras apresuraba a su prima metiéndola al baño.

Escuchó el agua correr y miró el desastre que había en la habitación, abrió las ventanas, movió las cortinas dejando que entrara un poco de sol, haciendo que en cualquier lugar se notara el polvo, hizo la cama de forma rápida y se acostó de espaldas, miró hacia el techo.

Suspiró.

Y su celular comenzó a vibrar.

La joven lo sacó de su short blanco y lo vio, un mensaje.

De Eriol.

Se puso tan torpe que el aparato se deslizó de sus manos cayendo en el rostro de la joven.

-¡Aish!-se frotó la nariz y tomó el celular. Abrió el mensaje de forma nerviosa.

"Gracias princesa"

Habían sido solo dos palabras, pero la joven amatista se sonrojó y acercó el celular a su pecho y lo sostuvo firme. Había tenido un encuentro con Eriol el día de ayer, y conoció muchas cosas del joven que antes ignoraba por completo. Soltó un suspiro y guardó el celular, escuchaba el agua de la ducha correr y los ronquidos del hermano de la castaña. Se empezó a dar vueltas en la cama, Eriol no se salia de su cabeza y al parecer no planeaba irse en mucho tiempo, pensaba contarle a Sakura lo que había vivido con el joven inglés el día de ayer, pero no podía.

Porque aquello fue tan íntimo, tan secreto y revelador, que quería guárdeselo para ella.

Tomoyo Daidouji no era una joven egoísta, pero ésta vez quiso serlo.


-No me gusta que me miren.

-Te miran porqué te ves divina.

-Yo creo que te miran a ti.

-¿Cierto, que si? ¡Si me veo divina!-soltó un chillido emocionado la amatista y Sakura rodó los ojos. Ciertamente su prima se veía muy guapísima. (*) En aquella ocasión la chica no había llevado suelto el cabello, sino que hizo una hermosa trenza con su larga cabellera. Una trenza hermosa, que era un arte al lado de las trenzas que le hacía anteriormente Touya. Una polera rosa delicada y mostraba al desnudo uno de sus hombros y contra toda la regla de "Soy-blanca-como-una-pantruca" se había puesto unos short blancos y cortos, haciendo relucir sus pálidas piernas. Pero estaba hablando de Tomoyo, la chica que hacía todo lo posible para su palidez no fuera tan notoria.-¡Mira! ¡Incluso hoy vine sin tacones! Son muy cómodos-dijo mostrándole sus ballerinas blancas.

-Eso es muy raro-comentó-Casi nunca te veo sin tacones.

-Los zapatos con tacones son hermosos, son altos y me encantan, cada vez que miro al cielo, siento que estoy más cerca de él. Y es algo que te mantiene a tierra, haciéndote llevar hasta más arriba, con tan solo unos centímetros. ¿Sabes?-Tomoyo miró al suelo sonriendo y suspiró.

-Dime-le dijo para que continuara.

-Así se siente el amor, Sakura-chan.

-¿Eh?

-El amor se siente así, estar con esa persona hace que veas el cielo más cerca y te sientes más alta, más poderosa. Al igual que con los tacones, eso es lo que me pasa a mí.

-¿No es una comparación algo exagerada?

-¡Oh, Sakura! Eso es porqué nunca te has enamorado.

-No creo que pueda ver los tacones como algo que me lleven al cielo...-

-No necesariamente tienen que ser tacones, Sakura. Tiene que ser algo especial para ti, a mí me gustan los tacones porque...-bajó la mirada y se sonrojó levemente-Bueno, Eriol una vez me dijo que me veía hermosa con ellos, solo por eso, hacen que sean más especiales.

Sakura rodó los ojos y sonrió. Una ráfaga de viento pasó haciendo que su cabello, el cual llevaba suelto, se moviera de forma abrupta. Dejó pasar unos segundos de silencio hasta que su amiga dejara sus pensamientos extraños sobre el amor y los tacones.

-¿Cómo sabes que me gustan los Beatles?-le preguntó a su prima quién puso un rostro de obviedad. Sakura siguió mirando su playera del día de hoy.

-Sakura, tienes "Hey, Jude" como tono en tu celular desde hace al menos tres años. Deberías cambiarlo, al igual que tu celular.-Sakura abrazó su celular y negó con la cabeza.

-Me lo regaló Touya, es un sacrificio por su parte haberse permitido regalarme algo así-lo guardó en su bolsillo-No me desharé de él nunca.

-¿Sabes en qué tiempos estamos Sakura? Tu celular ni siquiera es touch- Sakura rodó los ojos.

-Claro que sé en que tiempos estamos. Estamos en los tiempos del consumismo-fue el momento de que Tomoyo rodara los ojos.

-Yo podría...

-No gracias-intervino Sakura.

-... regalarte

-Estoy feliz con mi piedra.

-... un celular más moderno, ya sabes-Sakura negó fervientemente con la cabeza.

-No, gracias. Rocky y yo estamos bien juntos...-Tomoyo ahogó una risa-¿Qué?

-¿Le pusiste nombre a tu celular?-Sakura miró a otra parte sonrojada-Sí que necesitas deshacerte de ése artefacto.

Ambas siguieron su camino hacia el interior del Instituto y pudieron divisar de lejos a Hikaru que las estaba observando. Le sonrieron de forma de saludo y él empezó a agitar los brazos en el aire. A penas estuvieron frente a Hikaru, el chico hizo una reverencia ante ellas que les sacó unas risas.

-¿Me permiten, damas?-dijo poniéndose entre ambas y colocando sus brazos para que lo sujetaran-Me harían el hombre más feliz del mundo si me ven llegar con musas cómo ustedes. Por lo cuál, Sakura, te ves preciosa-le guiñó un ojo y Sakura se sonrojó riendo.

La castaña veía como el chico le soltaba piropos a su amiga y ella se los contestaba de forma educada, haciendo vista a que era un coqueteo antiguo. La chica sonrió mirando el piso, esperaba que al menos el día fuera bueno.

~Eriol~

-¡No quieres saberlo!

-¡Claaaro que quiero saberlo!

-¡Syaoran! Pásame el puto celular, no te interesa.

-Si mi mejor amigo empieza a mandar mensajes con mariconadas como "Gracias princesa" es algo de lo que debería preocuparme. ¿Qué te hizo Daidouji para que le digas princesa? De seguro te embrujó, siempre supe que ella no era normal-dijo con cierto rencor, aproveché que estuviera distraído y le quité el celular.

-¿Cuándo entenderás que Daidouji no es mala?-mi amigo optó por rodar los ojos y se tiró de espaldas al suelo.

Me tiré al lado de él, Yamazaki y Yue estaban en clases mientras que con Syaoran optamos por saltarlas. Mi muy cretino amigo había estado super extraño éstos días, así que supuse que si quería saltarse las clases era poder aclarar sus problemas. No le preguntaría qué problemas tenía, si él quería podía contarme, pero yo no era la persona más adecuada para dar consejos. Seguramente me burlaría de él. Y además Syaoran era egoísta, al igual que yo, como por ejemplo con el último encuentro que tuve con Daidouji no es algo que quiera contarle a él, ni a nadie.

Ése encuentro era mío.

Y de ella.

Y así los dos estaríamos super bien.

-Eriol.

-¿Qué quieres?

-¿Cómo vas con Daidouji?-me giré para ver a mi amigo, pero estaba con los ojos cerrados y con el ceño fruncido, siempre se ponía así cuando quería saber algo.

-Pues, estamos más cercanos.

-¿Y cómo...-chasqueó con la lengua- No, nada. Olvídalo.

Fruncí un poco el ceño y lo miré. Él abrió los ojos y me quedó mirando algo consternado, movió su boca levemente y supe que estaba en un problema. ¿Pero en qué clase de problemas puede estar? Por lo general Syaoran siempre lograba salirse de los problemas y seguir adelante, pero algo se lo estaba impidiendo...

O quizás, alguien.

-¿Te gusta una chica, Syaoran? ¿Es éso?-le acerté. Syaoran siguió con su pose normal, aparentaba indiferencia, pero se le pusieron coloradas las orejas.

-Sí-admitió para mi sorpresa. Teniendo en cuenta de que Syaoran a pesar de ser popular no tiene mucho contacto con las mujeres y con quién ha tenido a sido con Kinomoto, y a pesar de que no se hablan, siempre compiten como niños, o al menos Syaoran lo hace por éso. Siempre ha existido una especie de rivalidad extraña entre ellos, a sí que no puede ser ella. Tampoco podría ser Daidouji, porque a mí me gustaba ella y éso era el motivo suficiente, que bastaba y sobraba para saber que no era ella.

¿Entonces quién era?

-¿Y...-miré al cielo despreocupado y un pequeño rayo de sol se coló entre las hojas de los árboles- quién es?

Syaoran guardó silencio y suspiró.

-Bah.

Maldito.

~Syaoran~

Flash Back

Sentí de alguna forma un peso libre en mi espalda, me sentía más tranquilo después de haberlo pronunciado.

-¿Y ahora qué mierda hago?-rodé los ojos desesperado.

-Supongo que decírselo es lo mejor ¿No?-me faltó el aire, no sentí ningún ruido salvo mi pulso y los saltos que me daba el estomago. Maldije en voz baja y me giré.

-Terada.

-¿Terada? ¡Soy su profesor, Li! No tiene que tutearme.-miré hacia abajo ante la reprimenda del que no sólo era mi profesor, sino que también mi entrenador de baloncesto. Cuando lo miré el me observaba de una manera burlona.- Con que Kinomoto, ¿Eh?-bufé-No es algo que me hubiera esperado de ti...

-Yo tampoco-admití.

-¿Y qué harás?

-Usted me dijo que decirle era lo mejor, pero cree que iré y le diré: "Kinomoto, estoy enamorado de ti, sé que he sido una mierda de ser humano contigo, pero te amo. ¿Salgamos juntos?"

-Bueno, si lo pones así, es algo complicado, ¿Sabes?

-Mmh...-fue lo único que dije.

-¿Sabes Li? Cuando uno no trata bien a una mujer y luego se da cuenta que lo que sientes por ella es completamente diferente a lo que pensabas que era, es algo complicado que ella pueda estar con uno. Las mujeres, por lo general, nunca olvidan. Perdonan, pero no olvidan. Si yo fuera una mujer no olvidaría nunca que me trataste mal, te perdonaría, pero de ahí a olvidarlo. Hay mucho trecho.

-Gracias-Genial, me había subido el ánimo.

-La diferencia es que ustedes no se conocen...-hice un gesto para interrumpirlo y el levantó la mano mostrándome la palma, para que me quedara callado- Sólo haz visto las cosas que Kinomoto muestra, pero nunca haz visto lo que hay detrás de ella.

-Conozco a Kinomoto.

-No, no la conoces.

-¡Joder! ¡Sí la conozco!

-Entonces, si dices que la conoces... ¿Sabes por qué cambió?-Terada levantó una ceja interrogándome.

No hablaba de cualquier cambio de Kinomoto, no de cualquiera. Hablaba de porqué Kinomoto cambió bruscamente desde que era niña. He estado toda mi vida al lado de ella, la conozco desde pequeños, la he visto crecer, como a todos mis compañeros de siempre. Siempre he competido con ella, me he fijado siempre en lo que le gusta y en lo que no.

Pero ante ésa pregunta, me quedaba desnudo.

No sabía, realmente nada, de Kinomoto.

F. Flash Back

Eriol se había quedado dormido, le hice un favor dejándolo dormir tranquilamente. Diferente hubiera sido si a mí lado estuvieran Yue y Yamazaki. De seguro el infantilismo de Yamazaki saldría a flote si lo viera, y le pondría una lombriz en el orificio de la nariz... como la vez anterior que lo hizo. No solamente escuchamos el grito de espanto más grande que pudo haber dado Eriol, ni el ojo morado de Yamazaki sino que supimos que Eriol tenía una fobia a los insectos, y sí, diagnosticada. Algo serio, ya ven, pero nos reímos de Eriol como una semana, y ya saben, sirve de arma de doble filo.

Me senté apoyándome en el árbol que nos daba sombra, mi amigo comenzó a roncar y se dio la vuelta, de alguna forma buscando el sol hacia su favor. Suspiré y saqué una pequeña barra de chocolate del "Señor Chocolatín" Si, pues éstos tipos no se la ingeniaron bien con el nombre, pero todos sus productos eran exquisitos.

-¿Has visto a Kinomoto?

-Pues sí que se ve guapa.

-Creo que la invitaré al baile...-Miré al chico que había dicho éso, soltó unas risas típicas de adolescentes llenos de hormonas.

-Yo creo que ya la invitaron.

-Pues... ¿Quién podría haberse adelantado?

-¿No es algo obvio?-la única del chica del grupo habló haciéndose notar- ¡Pues Terada-senpai!-se sonrojó de forma indignada mientras veía a su compañero castaño que quería invitar a la chica que andaba en boca de todos.

-¿Estás segura sobre éso?

-¡Claro que sí! Terada-senpai conoce a Kinomoto desde años.

-Él sí que la debe conocer... ¿Entonces, a quién puedo llevar al baile?-observó a su compañera.- ¡Hey! Suzuki-san ¡Tú eres una chica!

-¡Qué observador!

Me comí el último trozo de la barra de "Señor Chocolatín" y suspiré nuevamente. Desde que conocía a Kinomoto, lo único que hacía era suspirar y ésto no es nada nuevo. Escuché unas risas y vi de lejos a Yamazaki y Yue acercándose a nosotros. Eriol seguía durmiendo, así que sería víctima de los abusos de Yamazaki. Éste último me hizo un gesto de silencio y asentí mientras me ponía de pie. Los chicos se me quedaron mirando hasta que me fui, y a pesar de que ya estaba entrando al edificio central pude escuchar los gritos desenfrenados de Eriol y uno que otro "Te mataré"

Tenía que pensar rápido, tenía que encontrar la manera de que pudiera conversar con Kinomoto. No tendría porqué ser tan difícil, ¿Cierto? Solamente no sé cómo poder acercarme a ella. Ya ven, cómo decirlo, somos compañeros desde hace años, tenemos excelentes calificaciones... y, bueno, son muchas cosas en común. Debe gustarle el chocolate, con éso ya tenemos un gran avance.

.-¡Oh, maldición! ¡Soy patético! No tengo idea de como poder acercarme a una chica. ¡A una chica!

No me di cuenta de que realmente andaba cazando moscas con la boca abierta hasta que me caí de bruces al suelo. Nunca estás preparado para una caída, menos si estabas pensando en alguien como la chica que te gusta.

-¡Mierda!

-¡Oh, Li! Lo siento tanto-Lo bueno de caerse de bruces al suelo, que fue por la chica que me tiene la cabeza ocupada desde hace tiempo. Me levanté y sentí un sabor característico en la boca, me llevé la mano y cuando vi, era sangre, mucha sangre.- ¿Li?-me olvidé de que estaba Kinomoto llamándome, cuando la vi supe que estaba perdido, estaba muy guapa con ésa polera de ésos tipos raros que eran cuarteto (*) y me miraba como nunca me había mirado, con preocupación en lugar de odio.

-No es nada, no te preocupes-quise quitarle importancia al asunto. Kinomoto sacó algo de su bolso, lo que era un pañuelo y se acercó a mí, me inundó con su aroma tan característico, ya saben. Si pudiera oler un poco de amortentia, me haría una idea lo que lograría oler. Me puso el paño cerca del labio, y su rostro seguía mostrando preocupación.-Hablo en serio, no es nada.

-Te lastimaste por mi culpa, claro que es algo-pude ver que tenía un montón de libros en el suelo cerca de su casilleros y al parecer uno de ellos fue el responsable de mi caída, de la cual, por cierto, no me preocupé si de alguien me había visto caer de forma tan vergonzosa, pero hace unos minutos había sonado la campana para entrar a clases, y ya no había nadie en los pasillos, solo Kinomoto, mi labio chorreando a horrores y yo. Era mucho más de lo que podía esperar. Hice el ademán de querer levantarme y Kinomoto también lo hizo, no dejó de apoyarme el pañuelo en la boca y su rostro de preocupación no se alejaba ni por un segundo.

-Hey, tranquila.-puse mi mano sobre la suya y la aparté levemente, y me sostuve yo el pañuelo en la boca.

-Lo siento mucho.

-No hay problema.

-En serio lo siento.

-Ya, Kinomoto. Voy a ponerme a pensar que te intereso-sí, lo dije sin querer y aunque sé que Kinomoto no siente nada por mí, de todas formas pude ver como se sonrojaba levemente, siempre había sido vergonzosa.

-No.. yo...-

-Tranquila-la interrumpí y me apoyé en los casilleros. Kinomoto empezó a recoger sus libros y guardó algunos, solamente dejando los que iba a necesitar para la tarde. Cerró el casillero y combinó los números del candado. Se paró frente a mí, y por muy sorprendente que fuera, me habló.

-¿No tienes tus libros de Matemática Aplicada?-encogí los hombros.

-No los encuentro necesarios.

-¿Cómo que no? Pues con razón Li-empezó a caminar y le seguí.

-¿Con razón qué?

-Con razón siempre eres el segundo-éso me detuvo de golpe.

-¿Cómo dices?

-Eso Li, siempre compites conmigo en calificaciones, pero ni siquiera te das el lujo de llevar tus libros a clases. Así nunca me superaras.

-Espera, si yo quisiera superarte lo haría Kinomoto, sin lugar a dudas lo haría.

-Lo que más has querido siempre es sacarte mejor nota que yo y no lo haces. Eso significa claramente que no puedes- sonrió con suficiencia. No iba a decir que ésa expresión me resultara desagradable, pero en ése minuto no me gustó en lo absoluto- En serio lamento lo de tu labio.

-Ya te dije que no te preocupes-Kinomoto siguió caminando, se dirigía al salón de matemáticas. Y me detuve para no seguirla más.

-¡Kinomoto!-ella estaba apunto de abrir la puerta y me quedó mirando de forma extrañada-La próxima prueba, la que tenga que ser que venga porque ahora no recuerdo cuál es. Pero te apuesto a que te superaré.

-¿Me estás desafiando Li?

-Sí.

-¿Y qué ganarías tú?

-Prefiero, que lo que el ganador quiera sea algo que se pueda pedir en cualquier momento. Ya sabes, no tendrías porqué hacerme las tareas después de que te supere en la prueba.

-No te atreverías.

-De éso y mucho más.

-Ten cuidado Li, porque voy a ganar-Kinomoto desapareció apenas entró al salón de clases. Me apoyé en la pared y pensé en lo que había pasado recién. Había desafiado a Kinomoto, por quien saca la mejor calificación en el próximo examen y podría cobrar lo que quisiera.

Miré el pañuelo con el que había tapado el sector del labio minutos antes, estaba con sangre, no con lo que me esperaba, y era de color amarillo pato, lo acerqué a mí y pude sentir la fragancia de Kinomoto, ésa que soltaba por cada uno de sus poros y suspiré.

-¿Qué estás haciendo?-Kinomoto había salido del salón y me quedó mirando extrañada.

Cuando te gusta una chica, haces estupideces cómo ésta.

Era algo inevitable.


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Para ser sincera, nunca pensé que el capítulo terminaría de ésta forma. Hace más de un año que no actualizo y han sido muchas cosas las que me han impedido hacer que suba los capítulos que corresponden. Estuve trabajando, me ascendieron a Jefa, estuve en la carrera de universidad equivocada y hace dos semanas renuncié puesto que me quitaba mucho tiempo con la Universidad (Sí, volví a entrar a la U, pero en otra carrera) Hasta el día de hoy me siguen llegando mensajes de cuando voy a actualizar, en serio ahora si que me podré tomar el tiempo de poder actualizar, estoy de vacaciones, cesante, pero buscando trabajo de fin de semana y mucho más relajada que antes.

Les pido disculpas por la demora y prometo que el próximo capítulo será mucho más interesante.

Saludos.

¡Ah! Puede que se note que estoy algo fuera de training, pero me ha costado volver a tomarle el hilillo a la historia. ¡Perdonad!

¡Besos!