¡Hola! (la apedrean y se esconde tras la puerta de su habitación) lo siento por no aparecer antes, de verdad, de verdad, de verdad lo siento mucho…

Bueno, aquí les dejo el capo 12, perdón por lo corto, pero la inspiración llega y se va tan rápido…

….

Domingo en la mañana y no había nada bueno que hacer. Debía admitir que lo menos que se imaginaba cuando pensaba en la gente rica era que pasaban los domingos recostados en el sofá viendo televisión, o mejor dicho, fingiendo que ven algo mientras cambian de canal como si de un deporte se tratara.

Rodo los ojos y volvió a concentrar su atención en el libro que tenía sobre la mesa ¿Cómo había podido olvidar que tendría un examen al día siguiente? Y encima de matemáticas ¡Ella y los números eran verdaderos polos opuestos!

Volvió a morder su lápiz, mientras trataba de descifrar ese idioma tan extraño en que estaban escritos los ejercicios. Nunca fue buena con eso, y al parecer… nunca lo sería. Le resultaba más fácil descifrar un jeroglífico egipcio que resolver un ejercicio matemático. Generalmente, siempre era Aidou quien los resolvía por ella.

-si sigues mordiendo ese lápiz daré por hecho que ya almorzaste –la molestó Shiki volviendo a cambiar de canal. Rima suspiró y dio vuelta la hoja del libro, tratando de concentrarse -¿Qué no entiendes? –pudo sentir el aliento del joven en su cuello ¿En qué momento se había movido del sofá? Cerró los ojos y respiro hondo, inhalando su embriagante aroma.

-nada –pudo decir con algo de dificultad. Él se apartó un poco, sentándose a su lado

-pero si es algo muy sencillo –el pelirrojo comenzó a explicarle uno a uno cada ejercicio, como si fuese lo más fácil del mundo. Rima lo escuchaba con atención, tratando de seguirle el ritmo -¿Ya entendiste o lo vuelvo a explicar?

-eso creo…

-trata de resolver uno tú sola

-no tenía idea de que fueras tan bueno con los números –Shiki sonrió de medio lado mientras ella escribía en su libro

-Oye, soy el quinto mejor del salón –se defendió enarcando una ceja –veamos…

-Aidou es el mejor –hablo la oji azul

-sí, luego están Kain, Zero, esa chica… creo que se llama Rei –en serio no lo recordaba, no le interesaba conocer el nombre de sus compañeros de clase, era algo que sus amigos siempre le criticaban –te equivocaste aquí…

-eres muy bueno con esto, no entiendo porqué eres el quinto

-los números… me aburren –se limito a decir dando un bostezo –ya concéntrate.

Rima bufó y bajo la mirada a su libro. Explicado parecía muy sencillo, de veras tenía talento con los números. Ella no. Dio un suspiro y volvió a morder su lápiz. Shiki la regaño colocándose de pie para ir a la cocina por algo de beber. La pelirrubia no pudo evitar sonreírle, recordando la primera vez que alguien, además de Hidashi había tratado de enseñarle.

FLASH BACK

-dame un minuto –pidió una agotada pelirrubia, desperezándose –no puedo Tadashi me rindo –el joven a su lado suspiró derrotado, casi 2 horas de estudio para nada

-Rima

-voy a darme una ducha –no había caso. Siempre era lo mismo con esa chica. Se quedo sentado donde mismo por unos minutos. Rima salió del baño cubriéndose solamente con una pequeña toalla que se ajustaba perfectamente a su silueta

-etto… olvide el jabón –se excuso ella sacando un pequeño frasco del mueble más cercano

-no me hagas esto –murmuró su hermano colocándose de pie

-¿eh? –El moreno la aprisiono entre su cuerpo y el mueble -¿q-qué haces?

-disfrutas atormentándome hermanita

-s-solo vine por el j-jabón –tartamudeo al sentir las manos de él subiendo lentamente por su vientre –T-Tadashi

-ya tienes 16 años Rima, no eres una niña –un brillo diferente apareció en sus ojos marrones, su mirada era distinta, llena de deseo. Un deseo que sólo el sonido de la puerta podía contener. Tadashi volteó y ella se encerró en el baño.

FIN FLASH BACK

¿Por qué de pronto esos recuerdos no la afectaban como antes? No podía haber dejado de amarlo tan pronto ¿O sí? Desde que pisó por primera vez aquel departamento, todas sus prioridades y preocupaciones habían cambiado.

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-¿Dónde crees que vas? –se quedó como una verdadera estatua al escucha la voz del pelirrojo a sus espaldas

-voy a salir con Mei

-¿Solas?

-¿Desde cuándo debo darte explicaciones? –Shiki se encogió de hombros, sacando su celular para llamar -¿Qué haces?

-¿Es cierto que tú y Rima saldrán solas? –A juzgar por la expresión del joven al finalizar la llamada, su amiga le había dejado las cosas muy claras -¿Tienes para pagar el taxi?

-claro, ¿Qué piensas que soy?

-cuídate

A pesar de haberlo susurrado, la pelirrubia alcanzó a escucharlo y le regaló una bella sonrisa antes de salir, dejándolo como embobado observando la puerta de madera frente a él ¿Cómo podía llegar a verse tan guapa por momentos? El solo hecho de verla sonreír lo hechizaba por completo, era como una hermosa bruja de ojos azules y dulce sonrisa, pero de pésimo carácter.

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-extrañaba salir solo las dos –murmuró Mei entregándole el helado a su amiga -¿No crees que hay muchas cosas que debes contarme?

-pues tú también –la peli castaña enarcó una ceja -¿Por dónde empiezo?

-Tadashi –Rima suspiró, dejando el helado sobre la mesa -¿Qué ha pasado con él?

-nada, absolutamente nada. Creo que ambos ya nos resignamos a la idea de que somos hermanos y eso… me hace sentir más tranquila

-es bueno Rima pero, ¿Aun estás enamorada de él?

-eso realmente no lo sé –admitió con pesar. Su amiga suspiro, apoyando ambos codos sobre la mesa –a veces siento que lo amo como siempre… pero últimamente no le he tomado mucha importancia a eso

-¿Desde cuándo es ese "últimamente"?

-desde que… desde que comencé a vivir con Shiki

-Rima…

-¿hmm?

-a ti… ¿Te gusta Shiki?

-¡Gustarme ese idiota! –su amiga sonrió de medio lado, volviendo a su helado.

¿Cómo se le podía ocurrir tal estupidez a su amiga? Nadie en su sano juicio podría enamorarse de un idiota que la llamaba "mi linda mascota". Debía admitir que en todo este tiempo algo de cariño le había tomado, pero sólo eso, claro que ese idiota no le gustaba, de solo pensarlo parecía absurdo.

Luego de haber ido de compras y haberse comido el helado, las jóvenes fueron hasta la peluquería favorita de Mei, donde estuvieron por casi una hora. Cuando salieron de allí, su amiga peli castaña se detuvo en una tienda de libros, donde compro varias de esas revistas para adolescentes que, según Rima, nadie leía.

No pudo evitar sorprenderse cuando, en uno de los tantos cambios de página que hacia su amiga, aparecieron varias de las fotografías de su sesión "especial de graduación". Trató de no darle importancia, pero una le llamo la atención, una en la que Shiki aparecía susurrándole al oído… la fotografía que Tadashi le había enseñado aquel día.

-¿Cómo es que pueden lograr tanta química solo posando? –le pregunto Mei sin dejar de mirar la misma foto que ella

-en esta… no estábamos posando

-¿No? –Rima negó, colocándose de pie –voy al baño, tú quédate aquí cuidando las cosas

-y luego dices que no te gusta ¿eh? –rió la peli castaña viendo a su amiga alejarse a paso rápido. Dio un pequeño suspiro y se acomodó mejor en su asiento. Los baños estaban 2 pisos más abajo, al parecer tenía para rato esperándola.

Rima subió al ascensor rápidamente, aliviándose de que este fuera vacio. Pero su felicidad duró muy poco, ya que cuando las puertas estaban a punto de cerrarse, alguien lo impidió. La pelirrubia maldijo internamente antes de mirar al intruso, encontrándose con un par de ojos marrones que la recorrían de pies a cabeza con lujuria ¿Qué hacía Kaname en el mismo ascensor que ella? Frunció el ceño y se apresuró a salir, pero él la sujeto del brazo, impidiéndole cumplir con su plan.

-suéltame –le ordeno tratando de mantener su voz firme

-tanto tiempo sin vernos –dijo él sonriendo de medio lado -¿Cuánto ha pasado ya? ¿1 semana?

-si tú no sales, lo haré yo –Rima se apartó de él

-nadie saldrá –Kaname presiono un pequeño botón rojo, haciendo que el elevador se detuviera de golpe –tenemos algo pendiente

-n-no te me acerques –la joven no alcanzó a dar ni dos pasos hacia atrás cuando su espalda chocó con una de las paredes del ascensor, momento que el peli castaño aprovecho para aprisionarla con su cuerpo –Kaname, estos lugares tienen cámaras, n-no puedes hacerme nada

-no te creas tan lista bonita –se burlo colocando una mano en su cintura y la otra tras su nuca –conozco muy bien este lugar, no por nada soy el mejor amigo del nieto del dueño… aquí no hay cámaras

-¿n-nieto del dueño?

-Ichiru –susurró Kaname besando su cuello, lo cual le provoco escalofríos

-¡ya déjame en paz! –Le grito empujándolo -¿Por qué insisten teniendo a tantas mujeres?

-porque es más excitante una chica que pelea –contestó él sujetándole ambas muñecas y colocándolas a la altura de la cabeza de la joven. La besó en los labios, situación que ella aprovecho para morderlo, haciendo que su labio sangrase

-me repugnas –dijo sonriendo victoriosa. Kaname se relamió la herida

-a eso me refiero –Rima lo golpeo en el entrepierna, haciéndolo caer al suelo. Una técnica básica, pero muy efectiva.

Presiono rápidamente el botón rojo, haciendo que el ascensor se moviera de inmediato. Kaname volvió a colocarse de pie y la sujeto del cuello segundos antes de que las puertas se abrieran, dejando ver a unas 5 personas que lo observaban con frialdad al notar la posición en la que estaban.

Como por reflejo, Kaname soltó el cuello de la joven, quien salió corriendo del ascensor. Fue hasta el baño de mujeres y le envió un mensaje a su amiga, pidiéndole que se reunieran allí.

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-deberías decirle toda la verdad a los chicos –Mei se encontraba sentada a su lado, observando el cielo que, de a poco, comenzaba a llenarse de estrellas -la obsesión con una persona puede resultar fatal, y ellos están obsesionados contigo

-… -Rima suspiro, colocándose de pie –ya es hora de irme

-Rima

-Mei, no les diré –hablo calmadamente, tomando sus cosas –Kaname es hermano de Yuuki, Ichiru es hermano de Zero… serán muy amigos míos, pero siempre confiaran más en sus hermanos, solo me arriesgo a perder su amistad

-Aidou… Aidou confiaría en ti, Kain igual

-ya lo sé

-te creería también

-¿eh?

-Shiki creería en ti, él sería capaz de matar a quien se atreva a lastimarte, eso también lo sabes ¿Verdad?

-Shiki… -murmuró Rima deteniendo un taxi.

Sí, tal vez Shiki si confiaría en ella, ese era un pensamiento que la animaba bastante, quería que ese idiota confiara en ella, quería sentir su apoyo constante, era algo que, de a poco, ya se estaba volviendo una necesidad.