:Ohyou!: (?) Que les puedo decir, traje un nuevo capítulo, si es que se le puede llamar así. Al principio de este fic no sabía qué diablos iba a hacer, porque no es una historia hecha y derecha, no tiene las partes que conforma una verdadera historia, así que después de pensarlo un rato decidí que esto será una colección de mini historias que siguen un mismo curso. Incidentes que sólo a estos muchachos futbolistas les puede pasar :3
Un gran saludo a aquellas grandes personas que aún me leen. Y una gran dedicatoria a The-Queen-Nasuda. Gracias a un MP que me mando el año pasado, y que apenas vi hoy, me dieron unas tremendas ganas de escribir que terminaron en esto :3
Advertencias:
-Faltas de ortografía.
-El lector podría morir de aburrimiento.
-Comedida de calidad dudosa.
-Shonen Ai.
Este es un capitulo dulce a mi parecer. Goenji & Fubuki. Que lo disfruten :3
#ιncιdenтe no. 2 'ғιnal coмo en roмeo y jυlιeтa'
Un dolor punzante le atravesó la cabeza, y a la misma velocidad que apareció, desapareció. Abrió los ojos lentamente, dejando que sus orbes azul-grises vieran la luz del sol que entraba por la ventana que estaba al lado de su cama. Estaba abierta y sobre ella había una cortina que se mecía lentamente con el soplo del viento. Se sintió tranquilo y trato de recordar cómo había llegado ahí.
Un ronquito estrepitoso y nada natural, más parecido al sonido de una motosierra, sonó en la habitación e hizo que a Fubuki lo recorriera un violento escalofrío y se callera de la cama del susto.
Goenji despertó de su sueño desde la esquina más oscura de aquella habitación de la enfermería de la escuela, al escuchar un pequeño quejido. ¡¿Increíble no?! Sus ronquidos que toda la ciudad escuchaba hasta lo dormían más, y el pequeño quejido de Fubuki logro ponerlo alerta enseguida. ¡Oh! ¡Lo que el amor hace!
Y más porque al goleador de fuego casi se le sale el corazón al ver la cama, donde debería estar Shirou, vacía. La manta blanca con la que debería estar cubierto el peli-plata estaba tirada hacía la pared que tenía una ventana… ¿Y si Fubuki había saltado? ¡Ay no! ¡Ay no! ¡Ay no! Si… ¡Si saltaba tal vez y caía sobre él y los dos moría juntos! ¡Sí! ¡Un gran final digno de película! Sus amigos escribirían libros y darían entrevistas sobre cómo había comenzado todo, el hermano menor del primer muerto lanzándolo por la cafetería y como este cuando cayó sobre uno de sus amigos, quedando inconsciente por el golpe, pasando sus últimas horas en la cama de una enfermería y al despertar estar tan confundido y fuera de sí que confundió la puerta con la ventana y ¡Paf! Y ahí va, su amado a perseguirlo, porque no podía imaginar una vida sin él… ¡Cómo en Romeo y Julieta!
Ya se había convencido cuando vio que la sábana blanca se movía, y del mismo lugar se escuchaban quejidos. Se acercó rápidamente y por puro instinto al otro lado de la cama, y encontró a su ángel, tirado en el suelo y con el blanco pedazo de tela enredado entre las piernas, impidiéndole pararse.
— ¿Shuuya-kun?— preguntó confundido el peli plata. Le dolía el golpe que se había dado en el costado derecho del cuerpo. Luego miró a Goenji y un segundo después se escuchó un 'clic' en su cabeza, como si se hubiera apretado un interruptor y lo comprendió todo; cuando el goleador de fuego dormía en una mala posición, sus ronquidos se escuchaban en toda la ciudad y provocaba la ira de los vecinos y los barrios vecinos. Y ahora que todo tenía sentido, el peli-plata se permitió fruncir el ceño— ¡Roncaste! — le reclamó.
—Estaba dormido—se defendió el acusado por instinto.
Fubuki exhaló un suspiro y sonrío. Miró a Goenji y estiro los brazos hacía él.
Goenji capto el gesto, lo ayudo a levantarse y lo dejo sentado en la cama en la que minutos antes reposaba tranquilamente. Sonrío divertido por la situación, cuando estuvo a punto de lanzarse por una ventana por amor.
—¿Qué te causa gracia Shuuya?
—Nada Shirou. Deberías descansar, porque dentro de un rato llegara Atsuya pidiendo disculpas por haberte lanzado por la cafetería. Y aunque le digas que estás bien, no se callara.
Fubuki hizo una mueca de incomodidad y asintió. Goenji le beso la frente y se sentó a su lado. Mientras el peli-plata descansaba, él se dedicó a contemplar la ventana abierta, como el sol entraba por esta y como el aire mecía lentamente la cortina que la cubría.
Fubuki sonrió en sueños.
Parapapapau! (Un abrazo psicológico si lo leíste con la melodía de McDonalds (¿?)
Pues nada, espero que les haya gustado. Se me hizo muy dulce. Lo escribí para agarrarle la maña nuevamente a esa pareja que considero mi favorita.
En un review me dicen que les pareció ¿va?
"Cυando тe vι, мe enaмoré. Y тú ѕonreÍѕтe por qυe lo ѕaвÍaѕ."
#Roмeo & Jυlιeтa