Butterfly [Kaname Kuran]

Resumen: Para Kaname, aquel vampiro había pasado por demasiadas cosas; su familia muerta, convertido en Nivel E, y para colmo, manipulado completamente por él, su némesis… ¿Desde cuándo se había vuelto tan sentimental en lo respecto al cazador?

Sus piezas de ajedrez eran todos simples peones; manipulables y frágiles… Meros sacrificios que eran necesarios para cumplir su plan. Entre ellos los de la Clase Nocturna, quienes representaban un importante papel en aquella función como sus aliados.

Pero, había un peón en especial que captaba su atención. Aquel que no lo trataba como el sangre pura que era, sino como un simple humano pese a que fuera un patético Nivel E y el propio Kaname pudiera acabar con su vida en un abrir y cerrar de ojos…

Zero Kiryuu.

Frases como "quiero conocerte"

Ah, aquel nombre que le repugnaba y a su vez le producía una extraña sensación de cosquilleo. Ese ser que desprendía rebeldía y arrogancia por cada poro de su piel le había hechizado,-aunque su orgullo de purasangre no le permitiera admitir tal cosa.- y su belleza sobrenatural era arrolladora. Adoraba hacerle enfadar cual niño pequeño diciendo que Yuuki sería suya.

De cualquier forma, yo siempre intentaba ser el villano…

Yuuki, ¿hacía cuánto tiempo que había dejado de mirarla con los mismos ojos? Demasiado, actualmente sólo era un estorbo.

Ahora sólo le importaba Zero. ¿Una obsesión? Para él era más que eso, mucho más. Deseaba curar las heridas de aquel ángel de ojos amatistas y pelo plateado; algo que veía lejano debido a la situación crítica de su "relación", ya que Zero parecía reacio a ceder ante su enemigo.

¿Todavía existen los sueños en esta era?

Crecemos cansados de estas frases.

Tanto él como Zero tenían su oscuro pasado, sus secretos… Por eso el purasangre quería librarle de las pesadas cargas que él llevaba, como la muerte de su hermano, y poder consolarle para acabar con su sufrimiento.

Se aproximó hacia su tablero, cogiendo a la reina blanca, rozándola suavemente con los dedos. Porque aquel simple peón se había convertido en alguien crucial en su juego. Lo dejó de nuevo en su sitio, dirigiéndose con paso lento a la ventana.

Y mientras tanto él, Kaname, apoyado en el alféizar, contemplaba como ambos hacían la guardia típica en aquellas horas de la noche. Zero miraba al vacío con una expresión ausente, sentado bajo un árbol, con Yuki revoloteando a su alrededor felizmente.

Apuntaremos hacia la luz y tendremos brillantes alas, iguales a las mariposas.

Pero esta vez no la contemplaba a ella, sino a él… Aquel melancólico vampiro con alas de mariposa.