Aun seguía conmocionada, no sabía qué decir, qué hacer, ni siquiera sabía cómo se había bajado de la camilla y había podido sentarse; había sido un movimiento tan automático que lo realizo por inercia y no por conciencia.

Su mente estaba tan en blanco que aún no procesaba que quería llorar solo por haber escuchado aquella maldita palabra.

Cáncer

- ¿No cabe ninguna duda? –preguntó con algo de esperanza Sasori, es decir, de acuerdo, era un médico sumamente recomendado, pero incluso él era humano, incluso él podía equivocarse-

- No, pude ver algunos tumores pequeños cerca del estómago esto solo confirma lo alterados que estaban los exámenes de sangre –explicó con el rostro serio el médico, un rostro que por ningún lado emanaba felicidad, claro, para un médico también era difícil aquella situación-

Sobre todo porque, por casualidades de la vida, él también había atendido a la madre de la peli rosa

- Les explicare como funciona esto, el cáncer es una enfermedad que tiene alto grado de ser heredada, en tu caso, el cáncer de estómago se hizo presente a edad bastante temprana, hay un punto mínimo de detección del cáncer y este es cuando se presentan los síntomas, por lo usual, para cuando los síntomas se presentan el cáncer ya ha comenzado a ramificarse, incluso en algunos casos esta ramificado cuando se comienzan a sentir esos síntomas –intentó explicar con simpleza, careciendo de tecnicismo médico o mayores explicaciones científicas, no quería hacer aquello más terrible o aún más largo para esos muchachos-

Dirigió sus ojos serios hasta donde estaba su hermana, dispuesta a abrazarla y consolarla como siempre lo había hecho cada que algo le sucedía. Su expresión cambió radicalmente, quedando casi pálido, escuchando el segundero de un reloj imaginario al ver como Sakura descansaba su cabeza en el pecho del azabache mientras este le tenía agarrada la cabeza en una caricia suave.

Sus ojos se desviaron por un momento a las manos de ellos, notando como la mano de Sakura tomaba la de Sasuke con suavidad mientras este parecía ejercer un poco de fuerza logrando que su agarre se tornara tembloroso.

La expresión máxima de la impotencia

Bajo su mirada mordiéndose el labio inferior y apretando los puños al igual que sus ojos, aunque solo fue un instante. Abrió los ojos con seriedad, en ese momento él era quien menos debía desmoronarse, era el mayor, por Kami, tenía que comportarse. No podía desesperarse, tenía que ser un apoyo para Sakura como él hermano mayor que era, no tenía tiempo de llantos, aquel era el momento para que Sakura pudiera llorar en el hombro de Sasuke mientras él buscaba alguna posible solución.

Haría lo que fuese necesario

Lo que sea

- ¿No hay nada que hacer?, ¿Simplemente va a morir? –Preguntó Sasori con rabia, sin querer ver como en el rostro de Sakura comenzaban a salir finas lágrimas, aquella pregunta había sido casi un gemido vacío de tristeza, como si intentara procesar aquellas palabras-

- No he dicho eso –respondió el médico, logrando dejar a todos con ojos de asombro, sobre todo a Sakura quien por un instante las lágrimas dejaron de caer para mirar directamente al médico-

- ¿Entonces tiene cura? –Preguntó asombrada Sakura, a decir verdad la palabra cáncer siempre había sido sinónimo de sufrimiento y muerte para ellos, no proceso jamás la posibilidad de un tratamiento ni de una cura-

- Si no hubieras sentido los síntomas del embarazo no te habrías dado cuenta de esto hasta que se hubiera ramificado y extendido, para esa etapa las probabilidades de curarte son muy bajas, pero a esta etapa aún tenemos tiempo –explicó con una sonrisa el medico por haber logrado hacer sonreír con ojos esperanzadores a Sakura, no solo a ella, la sonrisa del pelirrojo e incluso el rostro del azabache era iluminador-

- Puedo curarme… -susurró con alegría Sakura, sus ojos estaban aguados, pero no lloraba, estaba emocionada, feliz, contenta, tanto que sin pensarlo se abrazó a Sasuke quien también le sostuvo el agarre con cierta tranquilidad, casi como si les hubieran sacado un peso de encima-

La leve y madura sonrisa del pelirrojo fue testigo de cuanto era lo que se querían.

- Si, pero hay un pequeño problema –admitió con pesar el medico logrando llamar la atención de los tres quienes se le quedaron viendo expectantes de lo que tenía que decir- Tendría que extirparte los tumores y células cancerígenas, para eso es necesaria una operación, si es el caso, por la operación, perderías al bebé que apenas se está formando, toma en cuenta que ese bebe ya viene débil por haberse formado en un cuerpo con cáncer, tu embarazo es de alto riesgo, una operación sería interrumpir tu embarazo

- Perder al bebe… -susurraron, al tiempo, Sasuke y Sakura, mirándose por un momento y luego desviando sus ojos hasta el médico-

- ¿No hay otra manera? –Preguntó, para sorpresa de todos Sasori, Sasuke iba a preguntar lo mismo, pero Sasori le había quitado las palabras de la boca-

Los ojos asombrados de los novios se posaron sobre el pelirrojo quien en ningún momento mantuvo contacto visual con ellos, incluso el medico estaba asombrado que la pregunta hubiera salido de la boca del pelirrojo.

Apretó los puños con fuerza, la opción fácil hubiera sido dejar que aquello sucediera, Sakura era joven, podía tener otro hijo cuando fuera más adulta, podría estudiar, salir con la persona que quisiera, hacer su vida como una mujer normal, un hijo siempre te cuarta la libertad se quiera o no, la vida para un hombre jamás cambiaba mucho con un hijo, pero para una mujer un hijo era una gran responsabilidad, sobre todo lo seria para Sakura quien ni siquiera terminaba aun la escuela.

Pero la veía feliz al lado de Sasuke, y Sasuke algún día se tendría que ir, si ese bebé nacía podrían exigirle quedarse, estaba seguro que el propio Sasuke también había pensado en aquello en alguna ocasión.

Si aquella felicidad podía ser asegurada por aquel bebé, lo aceptaría, y aceptaría a Sasuke como uno más de su familia puesto que no le creía capaz de dejarla sola si ese bebé nacía.

- Apenas es la etapa inicial de la enfermedad, podría esperar a que él bebe naciera y después operarse, si es que se puede –afirmó en un suspiro el médico, bajando levemente la voz en la última parte de la frase, no estando demasiado convencido de esa alternativa-

- ¿A qué se refiere con lo último? –preguntó derechamente Sasori con sus ojos entrecerrados, no le gustaba que redundaran tanto, quería que ese medico fuera derechamente al grano-

- No sabemos hace cuanto comenzó el cáncer en el cuerpo de Sakura, este se ha desarrollado lo suficiente como para poder notarlo con exámenes de sangre y una revisión de embarazo, a pesar de que no está ramificado, el avance es notorio en un lapso muy corto de tiempo puesto que no creo que lleve así años –explicó el médico quien tomo los exámenes de sangre que Sakura se había hecho, leyéndolos nuevamente, una y otra vez, casi queriendo asegurarse que no había nada que se le escapara-

- Sabe algo Doc, yo soy abogado, ellos van en penúltimo año, no entiendo… entendemos, nada de lo que dice –aseguró Sasori haciendo asentir a Sasuke y Sakura al mismo tiempo, dejando al médico con una tremenda gota en la cabeza y una risa nerviosa en su rostro-

- Lo siento, te lo diré de esta forma, si Sakura quiere tener al bebé y luego operarse, no puedo asegurarte que sea posible, ya que en esos nueve meses de espera el cáncer podría desarrollarse bastante rápido, ramificarse y si eso ocurre una operación simple ya no bastaría, tendría que someterse a un tratamiento mucho más complejo y costoso

- ¿Entonces qué es lo que recomienda? –Preguntó Sakura queriendo tener la mínima esperanza de poder sanarse sin tener que renunciar a aquel bebé, debía haber alguna manera, por Kami, el hombre frente a ella era médico, debía tener alguna solución-

- Eres joven, por ahora como médico debo priorizar su salud, a pesar que la decisión final sea tuya o de Sasori por ser su tutor, yo debo recomendarte que te operes para extirpar esos tumores lo antes posible –aconsejó el medico sin mayores salidas. Era médico, cierto, pero él no hacia milagros, la ciencia tampoco y la salud era una cuestión sumamente delicada, como médico se viven muchas muertes de personas sin poder hacer algo al respecto-

Una de ellas, la mismísima madre de la peli rosa.

- Comprendo… -bajó la mirada Sakura apretando la mano de Sasuke con fuerza, dejando que sus opacados ojos reflejaran lo mucho que detestaba esa alternativa-

- Sakura… -susurró Sasori mirando como la nombrada se aguantaba las ganas de llorar, reconocía ese gesto desde siempre, y ahora le sumaba el gesto de Sasuke mordiéndose el labio inferior de impotencia-

OoOoOoO

Era una pesadilla, ¿verdad?, dentro de todo lo que podía haberle pasado, aquello era lo peor, no solo para ella, sino para su familia.

Las reacciones de todos, exceptuando la de Jūgo, no eran muy alentadoras ni felices. Sabía que tenían que tener esa charla familiar, durante toda la tarde estuvo planeando cómo decir, qué decir, cómo actuar, incluso ya tenía más o menos la idea de que hacer, pero no, cuando se hizo de noche y todos llegaron a sus horas usuales, hasta esperar a que Gaara llegara de su universidad, en aquel momento cuando tenía que hablar, las palabras no salían de su boca.

El que termino relatando lo de ese día había sido nada menos que el mayor de los hermanos. Ni siquiera Sasori había podido usar bien las palabras, pero encontró una manera de hablar la cual ella no pudo hallar, la situación estaba explicada y las opciones dadas, ahora solo faltaba lo que tuvieran que decir sus hermanos.

- Creo que la decisión está tomada –la afirmación de Jūgo rompió finalmente aquel tenso silencio, logrando llamar la atención y las miradas de todos sus hermanos allí presentes-

- ¿Cuánto cuesta la operación y todo lo demás? –Preguntó Gaara directamente al hermano mayor, logrando que ahora todas las miradas tensas se posaran en él-

- La operación son cuatro millones, lo otro sale un millón mas –informó Sasori quien se llevó una mano a la cabeza, quería hacer cálculos de cómo poder llegar a esa suma de dinero, pero sin duda ahora debía admitir que las matemáticas no eran lo suyo-

- ¿Tenemos como pagarlo? –preguntó Gaara cruzándose de brazos con expresión pensativa, si bien aquella no era una cantidad de dinero impagable, para una persona sola era bastante-

- Sí… -respondió en un suspiro Sasori, llevándose una mano al bolsillo al momento que un sonido metálico apareció cuando saco lo que tenía allí guardado-

No es que unas simples llaves llamaran la atención de todo, ni que pudieran ser la salvación al problema que en ese momento tenían, pero serian una gran ayuda, no por ser llaves, sino a qué pertenecían.

Se quedaron observando como el pelirrojo miraba las llaves fijamente y pego un leve suspiro. Las llaves pertenecían a su automóvil rojo, el que se ganó en la empresa, cada año para navidad sorteaban uno entre los que tenían mejores resultados y el año pasado le había tocado a él sacárselo.

Era su automóvil, lo cuidaba como su juguete preferido, varias veces ese verano le habían visto limpiándolo él mismo. Cuando lo llevo a casa todos estaban asombrados, incluso el mismo Itachi confeso tenerle envidia por la suerte que tuvo.

¿Podría renunciar a algo material que tanto le había costado y que tantas alegrías había causado?, la respuesta obvia era un sí, por su hermanita, lo que fuese, no solo por ella, por cualquiera de los hermanos, a partir de ese momento ya no solo era cosa de Sakura, todos tendrían que hacerse exámenes para ver que ellos no tuvieran esa enfermedad, aunque en se momento la prioridad era Sakura, lo habría hecho por cualquiera de los hermanos.

"Cuando entras en nuestra familia…"

- Te lo ganaste con esfuerzo, consérvalo –la voz de Jūgo hizo eco en el silencio al momento que su mano se posó sobre la de Sasori haciéndole bajar las llaves y logrando la fulminadora mirada de Sasori para con él-

- ¿Tienes una mejor idea? –preguntó el pelirrojo aun sin soltar las llaves ni guardarlas, si quería conservar el auto seria conseguirse el dinero a base de deudas, y prefería venderlo que volverse a endeudar como ya lo había hecho en alguna ocasión-

- Desde que no estudio he podido ahorrar algo, tengo dos millones –afirmó Jūgo con una tranquila sonrisa, no se arrugo al decirlo, solo las expresiones de los demás habían cambiado-

Aquel dinero lo había juntado con la ayuda de Tayuya, eran ahorros de ambos, aquella era la razón por la que cuando Sakura se enfermó anteriormente no había podido decir de ese dinero, esos ahorros estaban destinados a otra idea, la de irse a vivir juntos en alguna ocasión, comprarse un lugar donde vivir que quedara más cerca de donde trabajaban, idea que nació incluso antes de que fueran novios, cuando eran amigos de intima confianza, lo suficiente para haber decidido aquello.

Sin embargo, ahora lo estaba ofreciendo, aunque ninguno de sus hermanos sabía que estaba renunciando a la idea de su propio hogar, al menos temporalmente. Aquello no podría haberlo propuesto sin la ayuda de Tayuya, cuando se lo dijo, quedo destrozado, en shock, y su novia pelirroja se lo ofreció, ahora que necesitarían todo el dinero que podrían juntar, que disponían de él, que no se preocupara, tenía su apoyo puesto que ella también adoraba a Sakura y le adoraba a él lo suficiente para tener que verle deprimido.

"… Hay una frase que jamás debes olvidar"

- Yo también ayudare, recuerda que ahora yo también trabajo y tengo mis ahorros –tanto Jūgo como Sasori se quedaron hechos piedra al escuchar aquella voz, ya que al darse vuelta pudieron ver nada menos que a Gaara parado y con la misma seria expresión que ellos tenían en ese momento-

- ¿Cómo…? –Preguntó con los ojos asombrados Sasori quien incluso de la impresión se apoyó en la pared mirando a su hermano menor-

- ¿Cuánto tienes? –Preguntó derechamente Jūgo logrando que una sonrisa de medio lado apareciera en la boca de Gaara con todo orgullo-

- Millón y medio –respondió el pelirrojo menor, logrando que de la impresión, Jūgo imitara el gesto de Sasori de sujetarse a la pared con una mano, mientras que Sasori ahora soltó las llaves que tenía en la mano, dejándose escuchar de nuevo el ruido metálico de estas, ahora chocando con el suelo-

Desde siempre él junto a sus hermanas era el chico al que protegían, durante la época de los problemas jamás tuvo la edad ni la madurez para ayudar, Sasori se había encargado de todo mientras ellos eran pequeños e inútiles, cuando Jūgo pudo comenzó a trabajar y le aligeró en algo la carga a Sasori, y él, a pesar de ser uno de los hermanos mayores, no tuvo más que ver y resignarse a esperar su momento.

Cuando pudo trabajar lo hizo, por ello bajo levemente sus calificaciones en la escuela, no pudo obtener una beca como lo había hecho Sakura, pero si tenía su propio dinero y el mismo podía solventase sus propias necesidades, pagar sus estudios y sus materiales, su uniforme, su dinero para el autobús, sus propias medicinas, había aprendido a cuidarse solo, y a pesar de pensar que no había sido de mucha ayuda, Sasori también se sintió algo más aligerado cuando Gaara demostró que se las podía él mismo.

A pesar de ello, para Jūgo y Sasori, Gaara era el hermanito menor, no esperaban que ayudara, jamás se lo pedirían tampoco, pero el hecho de que él mismo dijera hacerlo y nada menos que en una situación como esa, les hacía entender de que ya Gaara era todo un hombre que se las podía no solo por él, sino por quienes le importaban.

Su trabajo de medio tiempo no era tan bien pagado como el de tiempo completo de Sasori o Jūgo, lo admitía, además debía usar bastante de su salario para pagar sus estudios y demás, como siempre lo había hecho, pero siempre tuvo la precaución de ahorrar aunque fueran las monedas sobrantes de una compra o la simple moneda que te encuentras en la calle, no era demasiado, pero si juntaba eso durante todos los años que lo había estado haciendo, tuvo el producto de un millón y medio.

No tenía planes para ese dinero, quizá haberse comprado un automóvil, usarlo para una casa más adelante, invitar a Matsuri a un restaurant elegante, incluso juntar para una pequeña boda más adelante, esos podrían haber sido sus pensamientos, pero ahora la situación era diferente, si Sakura hubiera estado simplemente resfriada podría haber prescindido de dar su ayuda, pero era nada menos que esa enfermedad letal y maldita la que en ese momento tenía Sakura, aquella por la que su madre murió sin que ellos supieran y pudiera hacer nada.

La cruz que tenía era grande. Ver, junto a Sakura, a su madre colgada al techo no era una imagen que pudieras olvidar, sentirse inútil en esos días donde no podía hacer nada más que cuidar a sus hermanitas sin poder ayudar a Sasori y Jūgo, era otra marca. No deseaba sentirse así de nuevo, si Sasori podía renunciar a algo tan valioso y que le costó tanto esfuerzo conseguir, solamente porque creía que él era el único responsable, le haría saber no solo a él, sino que a Jūgo y a sus hermanas que el tiempo de sentirse inútil termino, que él también era un hombre, que esta vez iba a ayudar y que no sería solo un simple observador de nuevo en la familia.

"No necesitamos a nadie más…"

- Yo puedo aportar medio millón –levantó la mano ahora Karin, haciendo que todos los ojos se posaran en ella sin saber si creerle o no, es decir, que ellos supieran, Karin no tenia de donde sacar lo que estaba proponiendo-

- ¿Y tú de donde sacarías ese dinero? –le preguntó Sasori a la pelirroja e irresponsable de su hermana, como siempre había sido conocida, Karin no tenía un trabajo como el de él, ni el de Jūgo, tampoco la cultura ahorrativa que Gaara podría haber tenido-

- De por ahí, ya lo verán –les aseguró Karin con su mejor sonrisa de confianza y cerrándoles un ojo para que confiaran de la misma manera que ella lo hacía en sí misma-

No, no tenía dinero, al menos no en ese momento. Carecía de un trabajo como el de Sasori, no tenía un novio que le ayudara a ahorrar como Jūgo tenía a Tayuya, ni mucho menos la iniciativa de ahorrar como Gaara, ella prefería gastarse lo que tenía al instante, vivir el día a día.

No tenía una mesada, careció de muchas cosas después de aquel suceso con su padre, perdió muchas cosas de las que estaba acostumbrada, tampoco podía exigirlas o pedirlas, sabía que la condición de su familia en ese entonces no era buena, no tenía derecho a pedirle un celular último modelo a Sasori, o un vestido caro a Jūgo, sabía que ellos trabajaban y estudiaban, que se esforzaban saliendo muy temprano en la mañana y llegando muy tarde en la noche sin ella poder hacer nada, jamás se le dieron las tareas de la casa, Sakura se encargaba de ello, y así mismo ella decidió ayudar simplemente no estorbando.

Claro, eso no significaba que viviera del aire, desde pequeña cuando salía a fiestas aprendió de sus amigas a tentar a los hombres y que ellos le pagaran las bebidas o la comida, que la invitaran a salir, que le compraran cosas, así de descarado como suena era la única forma que ella encontró de poder tener lo que en su casa no podía darle.

Aunque esto último había cambiado el último tiempo, ya que sin saber nada, había estado trabajando desde los dieciséis. Había conocido a Suigetsu en una de las tantas fiestas y este quedo prendado de ella por sus sexys movimientos, la gracia que tuvo Suigetsu es que era fotógrafo de una revista de ropa de las grandes tiendas comerciales, cuando le propuso ser fotografiada enseguida acepto, no era muy regular que la llamase, ya que ella misma le dijo que tenía que hacerlo discreto para que sus hermanos no se enterasen, pero así era como había obtenido dinero para parrandear o poder tener sus cosas desde aquella edad.

Hasta que claro, se hicieron novios y por desgracia tuvo que conocer a Hanare, primera vez que quiso mandar a la mierda a Suigetsu ya que fue la primera vez que pelearon y en ese momento Suigetsu se dio cuenta que Karin también tenía su lado protector y que por sus hermanos, sobre todo por Sakura, daría todo sin importar que.

- Tenemos cuatro reunidos, ¿Qué dices? –Afirmó Gaara con una sonrisa de medio lado, cruzándose de brazos a la expectativa de que le dirían sus hermanos, y a pesar de que Sasori y Jūgo seguían sorprendidos, Gaara ya se esperaba algo como aquello, después de todo, ellos habían sido anteriormente los dos inútiles de la familia, según pensaban-

- Que creo… que puedo conseguir lo que falta –aceptó Sasori con una sonrisa agachándose a recoger las llaves para volverlas a guardar en su bolsillo, sacar un millón de la nada, de debajo de las piedras no sería fácil, pero al menos solo era uno, podía hacerlo, si sus hermanos le estaban dando la mano, estaba seguro que podría lograrlo-

No esperaba aquella situación, ya que siempre, o la mayoría del tiempo había tenido que lidiar él solo con los problemas, no esperaba la ayuda de sus hermanos, tampoco se las pediría, mucho menos les recriminaría porque no se la diesen, él era el mayor, el responsable de todos ellos.

Sabía que no era el padre de la familia, no podría decir que los haya criado como a sus hijos, siempre les trato como a sus hermanos, no pudo consentirles muchas cosas, si hubieran sido rebeldes, malcriados o maleducados no habría podido decir que era culpa de ellos.

Y allí estaban, no solo apoyando ahora a Sakura, estaban apoyándole a él, no solo fue para que conservara aquel automóvil, fue un reconocimiento a sus esfuerzos, sin poder entender cómo, sus hermanos le querían lo suficiente para frenarle y darle su apoyo, Jūgo lo hizo apenas pudo, Gaara podría hacerlo ahora que era un hombre hecho y derecho, incluso la irresponsable de Karin se estaba comprometiendo.

Nosotros mismos nos bastamos

- Chicos… yo… no quiero que gasten ese dinero en mí, seguramente lo han juntado con mucho esfuerzo para otras cosas –habló Sakura al momento en que agacho la cabeza con pena y la voz entrecortada salió de su garganta, logrando que la sonrisa de todos por un instante desapareciera-

Aquella cabeza roja del hermano mayor paso por en medio de la habitación hasta llegar donde Sakura estaba sentada y se agacho frente a ella colocando una mano en su cabeza dejando ver una tranquila sonrisa.

Siempre había sido así, de entre sus hermanos, Sasori siempre había sido el único que la podría calmar, la hacía sentirse segura, siempre se preocupaba por ella a pesar de que ella no podía hacer mucho más que quedarse en casa y hacer las labores intentando aligerarle un poco la vida a sus hermanos.

Para Sasori, Sakura era esa persona en que podías confiar, a quien le darías tu propia vida si fuera necesario. Desde el principio ella se había esforzado por todos, pero sobre todo por él, con pequeños y nada desapercibidos gestos, desde que comenzó a trabajar y le daba el dinero a Sakura, ella se encargaba de todo, nunca nada falto en casa, todo siempre estaba en orden, si él llegaba tarde, allí estaban todos esperándole para cenar, siempre la comida caliente para él, algo de lo que Sakura se aseguraba. Al despertar, su ropa estaba limpia, el desayuno siempre servido, no era por tratar a Sakura como empleada ni nada, pero su ayuda y sus labores sin duda eran un gran aporte a la casa, era ella quien siempre se preocupaba por todos ellos.

Y era la hora de devolverle la mano, todos.

- Tú siempre nos has cuidado, nos ayudas en todo; si no fuera por ti no seriamos la familia que ahora somos, Sakura, para nosotros, tú estas primero, el dinero no importa, haríamos lo que sea por ti, como tu hiciste lo que incluso no estaba a tu alcance, por nosotros, acepta que te ayudemos ahora, no te preocupes y deja todo en nuestras manos –al segundo de decir esto, Sakura miro a todos, todos asintieron ante aquella afirmación del mayor, todos estaban de acuerdo con él, algo que pudieron ver que hacia feliz a Sakura cuando esta sonrió entre las lágrimas-

- Chicos… -logró pronunciar, fue lo único que pudo pronunciar Sakura, no era por el tema de la operación ni la tristeza, simplemente el hecho de ver lo mucho que todos le querían. Le hizo un nudo en la garganta, ese sentimiento de ser importante para ellos, para quienes más quería y por quienes más había luchado, le había hecho sonreír a tal punto que las lágrimas ahora caían solas y no podía hablar ni tenia palabras para decir-

Todos estaban en la misma frecuencia…

- ¿Entonces vas a aceptar así nada más? –preguntó a su lado, la voz de Moegui quien tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados, logrando dejar perplejos a todos sus hermanos, incluso a Sakura quien no entendía a lo que se refería la menor-

Excepto ella

- Es un bebe, es el resultado del amor que le tienes a Sasuke y que Sasuke te tiene a ti, por primera vez creo que he aceptado que tengas novio, incluso me sentí feliz cuando dijeron que estabas embarazada, ¡¿Y lo tiras todo a nada?! –exclamó la última pregunta casi con indignación, poco le falto para tirarse ella misma el cabello de exasperación, no entendía a sus hermanos, realmente no entendía que tenían en sus cabezas-

- Moegui, sé que tienes opinión y puedes expresarla, pero la decisión está tomada –le cortó inmediatamente Sasori, a tan solo un segundo de que Moegui hablara, el rostro de Sakura había cambiado completamente-

- ¡No está tomada! ¡Es Sakura-nee quien decide al final! –a pesar de saber que aquello no era verdad, y que Sasori tenía la palabra final por ser el tutor de todos allí, sabía que no obligaría a Sakura a algo que no quisiese hacer por muy que fuese por su salud, es decir, Sakura era la que decidía-

Miraron a Sakura, ella miraba a la nada, con miles de cosas pasando por su cabeza, no quería mirar a nadie, hasta que vio los pies de Moegui pararse frente a ella y colocar ambas manos en sus hombros, queriendo llamar su atención, dignándose a solo subir la cabeza con la expresión más vacía que sus ojos pudieran expresar, no tenía nada más dentro de ella que no fuera duda.

En cambio en los ojos de Moegui había molestia, indignación, incluso enfado, aquellos ojos le miraban casi destellando frustración, reconoció en su boca que se mordía un labio, su expresión no era de nada más que de enfado, enfado para con ella, sin entender del todo el motivo, la información de ese día parecía agolparse en un solo instante en su cabeza, logrando que no procesara bien todo.

- Puedes esperar hasta después de tener al bebé, y aun así renuncias a él sin luchar, ¿Tan poco te vale el amor por ese niño que ni siquiera pidió venir?, ¿Tan poco amor le tienes a Sasuke?, él es el padre, ¿Qué opina él de esto?, ¿Se lo preguntaste al menos? –Aquellas preguntas dejaron a Sakura sin aliento, incluso contuvo la respiración un momento negando levemente con la cabeza solamente como un reflejo condicionado, ya que no procesaba como hacer nada-

- La opinión de él ya no vale aquí, ¡Es Sakura la que puede morir! –Le reclamó Karin a la menor de los hermanos, ninguno de ellos tenía la habitualidad de gritarle a alguien, Karin era la única que tenía el ímpetu de hacerlo a parte de Sakura, y Sakura en ese momento estaba casi en shock, en un profundo trance-

- ¡Claro que la vale! –Le rebatió Moegui a su hermana, mirándola directamente a los ojos, y nuevamente la pelea de los rayitos chocando entre ambas aparecía como la escena usual de la familia-

El sonido que hizo Sakura al colocarse de pie hizo que todos dejaran de prestarle atención a la pelea y dirigieran sus ojos hasta ella, incluso Karin y Moegui dejaron su discusión para mirarle. Su silueta no era muy alentadora, su piel estaba pálida, no estaba llorando, mas sus mejillas tenían las marcas del llanto en ellas, su cabeza gacha lograba que sus ojos fueran tapados por los flecos de su cabello y su respiración era pausada, demasiado pausada como para ser normal en ese momento.

En el instante que Sakura pasó por entre ambas hermanas, por el lado de Sasori e ignorando a Jūgo y Gaara, para llegar a la puerta y tomar el pomo de esta fue cuando todos tenían la duda en su cabeza, no entendían que iba a hacer Sakura ni mucho menos que estaba pensando en ese instante.

- ¿A dónde vas? –Preguntó con una ceja alzada Sasori, no era por nada, pero ya a esas horas de la noche donde estaba oscuro, no era común que Sakura quisiera salir-

- Tengo que… preguntarle algo a alguien… -pronunció dándole la espalda a todos, sin querer mirar a nadie a la cara pues estaba segura que si lo hacía, dudaría, aquella fuerza de voluntad que le permitía en ese momento estar de pie y decidida, se desvanecería, tenía que salir de allí rápido, por lo que apenas abrió la puerta salió para cerrarla tras de ella-

- ¡Espera! ¡Es peligroso que vayas caminando a estas horas tu sola! –se apresuró Sasori a salir, solamente el sonido de la puerta y después no ver la silueta de Sakura allí le habían hecho reaccionar y salir tras de ella-

- ¡Mira lo que has hecho Moegui! –volvió a gritarle Karin a la menor, quien se cruzó de brazos inflando sus mejillas, mirando fulminadoramente a la mayor por el poco sentido del amor que, según ella, tenia-

- ¡Era lo correcto! ¡No puede renunciar así a un hijo! ¡Un bebe no le arruinara la vida! ¡Estoy segura que Sasuke no le dejara sola ni en salud ni en enfermedad! ¡Es la oportunidad de Sakura de ser feliz! –Reclamó Moegui en su defensa, desafiando a Karin con la mirada, solo que esta vez para sorpresa de los hermanos espectadores, no habían rayitos en sus miradas-

Aquel golpe en su mejilla resonó.

- ¡Karin! –Exclamaron Jūgo y Gaara pensando en que la nombrada comenzaría un ataque furtivo sobre Moegui, mas no fue así, Karin solo permanecía parada, con la mano extendida levantada, misma mano que había usado para abofetear a la pequeña quien se tomaba la mejilla con los ojos llorosos-

Cerró los ojos con ira, no la seguiría golpeando como era su costumbre matarse mutuamente, a esas alturas Moegui no lo merecía. Ella no sabía nada, y no sabía nada porque ellos así lo decidieron, era la misma situación que ellos pasaron, era fácil odiar a alguien cuando no se saben los motivos de su actuar, ellos habían odiado poco menos a su padre y a su madre por ello, y ahora era Moegui quien estaba enfadada con Sakura, por pura ignorancia.

Abrió los ojos dejando que las lágrimas salieran de ellos, ¿Qué más daba?, llorar no remediaría nada, pero a pesar de sus lágrimas, en sus ojos había impotencia, algo que asombro no solo a sus hermanos, sino que a Moegui quien también tenía los ojos llorosos, solo que ella por el golpe.

- Cuando nos enteramos de esto, yo estuve a favor de lo que Sakura nos pidió, porque te falta madurar, pero creo que a estas alturas ya todos creemos que no hay mejor momento para que sepas este secreto, que ahora –afirmó Karin, dejando desencajados a Jūgo y Gaara, a pesar de lo que Sakura le había pedido, ella le contaría todo a Moegui, lidiaría con las consecuencias de ello después si era necesario, pero no dejaría que odiara a Sakura después solamente por haber tomado una decisión que Moegui no compartía-

Si es que aun la tomaba después de hablar con Sasuke

- ¿De qué hablan? –Preguntó Moegui, mirando a sus hermanos, Jūgo le sostuvo la mirada, en cambio Gaara la desvió para mirar a Karin asentir, como pidiéndole un mudo favor-

- Iré a buscarla –acepto el pelirrojo para darse vuelta camino a la escalera y luego escalera arriba en busca de lo que Karin le había pedido-

- Moegui, pase lo que pase, recuerda que eres nuestra hermanita y que sin importar nada, Sakura te adora y para ella siempre tu opinión y sentimientos serán válidos –explicó Jūgo colocando una mano en el hombro de Moegui, quien miraba con los ojos llorosos sujetándose la mejilla roja a su hermano-

- ¿Por qué me dices esto? –preguntó con su expresión de no entender nada, no entendía nada de lo que le estaban diciendo, ni por qué le estaban diciendo todo aquello en vez de apoyarle en su opinión de respetar también la opinión de Sasuke-

- Porque es ahora cuando necesitas madurar –respondió Karin quien se secó las lágrimas con la manga de su blusa y luego se cruzó de brazos mirando a Moegui con dureza, no era común en ella ser blanda, ni siquiera con su hermanita, y en ese momento estaba bastante enfadada con Moegui por hablar sin saber, a pesar de que esta misma no supiera lo que había hecho o provocado.

La presencia de Gaara de nuevo se hizo presente en el salón. Se quedó parado frente a Moegui, extendiéndole un papel el cual ella tomo con duda, soltando su mejilla para darse cuenta de que eran dos cosas diferentes, uno era un papel blanco, casi nuevo, solo estaba doblado, curiosamente mismo doble que el otro papel tenia, en cambio el otro papel lucia viejo, como si por tratarlo mal desapareciese o se desintegrase por lo antiguo que era.

- ¿Qué es esto? –preguntó la pequeña sin entender nada de lo que allí pasaba, es decir, ¿qué tenían que ver esos papeles con lo que pasaba allí?, ¿Qué relación tenían con Sakura?, algo dentro de ella tenía un presentimiento bastante extraño que no pudo comprender-

- La última carta de kaa-san –le respondió el pelirrojo al segundo que los ojos de Moegui crecieron casi instantáneamente por escuchar aquellas palabras-

Abrió enseguida el papel antiguo, pensando en que estaría allí la nota, pero solo se encontró con una vieja partitura y notas que no le parecían en lo absoluto extraño. Decidió por abrir el otro, donde si había letras.

"Para Sasori"

Resonó en su cabeza casi como si pudiera recordar la voz de su madre.