-Se acabó la clase-anunció el profesor.

Los alumnos suspiraron con pesadez, las clases de preparatoria eran difíciles, y eso que estaban sólo en primer año. Se levantaban y juntaban, contentos por el final de las clases, molestos por las infinitas tareas que tenían. Conversando unos, yéndose otros, el aula se fue quedando vacía, con solo un grupito o dos, junto a un par de estudiantes rezagados.

Len lanzó una mirada a su amiga Rin, la cual miraba por la ventana. Intentó distinguir el punto exacto donde ella miraba, pero al no encontrarlo pensó que tal vez tal punto no existía. Quizás sólo estaba perdida en sus pensamientos. Quizás estuviese pensando en los exámenes ya próximos. Pero muchas veces los detalles más pequeños son los que más afectan a nuestra vida, y en ese momento, ese detalle tenía a Rin perdida, no por su belleza, si no por el temor que la producía.

El detalle se marchaba, iniciando la marcha a su hogar, o puede que a alguna tienda a comprar algo de última hora. Y sabía lo que la pasaría. Aunque ese detalle no se lo hubiese dicho explícitamente, ella lo sabía. Por eso no podía dejar de mirar.

Porque ese detalle haría un gran daño en su vida, eso lo sabía.