Hola, pues vengo a invitarlos a otra aventura que se me ocurrió para estos lindos amigos llamados Vocaloid. Bueno, para empezar les advierto que no habrá mucho romance por aquí, pero si bastante drama y espero quieran acompañar a Lily en su aventura por el deseo mas preciado de ella.


1. La estrella llamada Meikai.

Hace muchísimo tiempo en algún lugar, existía un único país en el mundo, pues un rey, "El Rey morado" de Lucifenia, había logrado unificar las seis naciones de la pangea bajo el nombre de Evillious, pero para permanecer prioritariamente sobre su antiguo reino dividió el país en seis regiones: Asmodean, Belzenia, Toragay, Levianta y Lucifenia.

Asmodean era conocida también como la ciudad de la Lujuria, mas que nada porque era bien sabido por los habitantes del país que ahí llegaban a parar las parejas de amantes que escapaban de sus compromisos, poca era la gente que conocía del amor verdadero y lo que implicaba. Sin embargo, también era la base de una gran banda de ladrones conocida como La compañía de Asmodean, la cual estaba en constante riña con el Rey morado y buscaba la independencia de la región.

La Compañía regresaba exhausta luego de una lucha que mantuvo con el ejército real de Lucifenia en la región de Belzenia. De siete mil hombres que fueron a luchar en nombre de Asmodean solo volvieron setecientos, la ferocidad del Rey morado y su armada era imparable.

Gast Venom, el dirigente de la Compañía, buscaba hombres para un nuevo ataque, pero ya nadie creía en las palabras que gritaba con tanto entusiasmo y convicción al centro de la plaza de la ciudad. Tantas mujeres que se quedaron sin su esposo y tantos hijos que se quedaron sin padre. La situación económica de Asmodean pendía de un hilo y los impuestos que exigía el Rey morado solo empeoraban el asunto.

Pero había gente que se mantenía ajena al asunto, que aún veía lo bueno de estar vivo y agradecía al cielo de que así fuera. Liane era parte de esta gente, una niña de trece años de edad que solo conocía la fe, la esperanza y el amor.

Liane era hija única; sus padres, un ex oficial de la guardia real y una ama de casa, no pudieron concebir más hijos, pero eso no molestaba a Liane o Lily, como le decían por su constante tartamudeo al tratar de decir su nombre, ya que siempre encontraba a alguien para jugar, charlar y pasar el rato mirando las estrellas de la noche.

Sateriajis Venomania, hijo de un conde y sobrino de Gast Venom, fue un amigo frecuente para Liane y eso era algo que agradecía internamente el joven muchacho apenas cuatro años mayor que ella. Sateriajis siempre estaba al borde del llanto, raramente sonreía y se la pasaba encerrado en la mansión donde vivía a menos que Liane llegara a tocar la puerta de la casona y lo obligara, aunque sea en la noche, a mirar las estrellas danzar en el cielo.

-¿Por qué lloras siempre? –Preguntó Liane una vez que estaban tendidos en el pasto de una colina, observando como danzaban las estrellas.

-Porque me miran diferente –Respondió seco Sateriajis, tratando de evitar el tema –Mira, una estrella fugaz –Dijo señalando el cielo.

-Pide un deseo –Sugirió Liane cerrando los ojos y juntando las manos sobre su pecho.

-Es tonto pedir algo como eso.

-Yo no lo creo, ¿acaso no hay algo que quieras con toda tu alma? –Liane se subió sobre Sateriajis, quedando en su pecho, y el chico solo atinó a sonrojarse por la cercanía que tenían sus rostros en ese momento. Sateriajis asintió levemente con la cabeza -¿Qué es? –Dijo separándose de su amigo y tendiéndose a su lado nuevamente. Liane mantenía las manos bajo su cabeza.

-Es algo vergonzoso confesarlo –Respondió ladeando la cabeza.

-Vamos, sabes que puedes confiarme todo sin importar que sea –Alentó ella. Él solo atinó a suspirar derrotado.

-Quiero que Gumina Classred llegue a amarme –Pidió cerrando los ojos y con una mano sobre su corazón.

Liane animó a Sateriajis a conquistar el corazón de Gumina, una muchacha un año menor a Sateriajis e hija única de un aristócrata conocido de la región. Ella, poseedora de gran belleza y gracia, contrastaba su apariencia con su actitud altanera, egocéntrica y egoísta; gozaba de molestar e incluso humillar al hijo del conde frente a sus ojos, todo mal le era perdonado y en ocasiones, incluso, alabado por querer formar un carácter fuerte en el hijo del conde. A pesar de todos los maltratos que recibía por parte de ella, Sateriajis la amaba en secreto con locura. Lily estaba preocupada por su amigo y su felicidad, lo alentó a no perder la esperanza y a seguir pidiendo deseos a las estrellas del cielo para conseguir un día el corazón de la joven aristócrata.

Sin embargo, Liane estaba tan concentrada en ayudar a Sateriajis que no notó que la situación de Asmodean empeoraba. Gast Venom, iracundo por no haber juntado los recursos suficientes para lanzar otro ataque a la capital de Lucifenia, empezó a mandar a sus hombres a tomar los tesoros y el dinero de la alcaldía a la fuerza, incluso reclutó gente que nada quería con la Compañía, pero fueron obligados a unirse a ella.

Entre esas personas, el ex comandante de la guardia real de Lucifenia y su esposa, los padres de Liane, fueron tomados por sorpresa en el desayuno y su única hija jamás volvió a verlos de nuevo.

Nadie hizo nada por detener a Gast, no por nada lo apodaban el Demonio de Asmodean, era fiero, implacable, desleal, traicionero y confiado como cualquier otro demonio del que se haya escuchado en la iglesia de Asmodean.

Lily estaba desolada, sin nadie que la cuidara o de quien depender empezó a trabajar a la edad de trece años en una cantina como lavaplatos. La paga no era mucha, pero si la suficiente al menos para comer bien por dos días. Sateriajis también la apoyó, le daba generosas cantidades para que subsistiera por más tiempo, sin embargo él no quedó exento de la repentina toma de posesión de Gast en Asmodean. El conde fue asesinado y gran parte de sus riquezas fueron saqueadas. Sateriajis tuvo que partir a Belzania para estar a salvo, no contando con que Gast tenía la misma idea que él para preparar un nuevo ejército.

El Rey morado envió su armada a suprimir a los rebeldes, pero fue derrotado en esa ocasión y en las siguientes.

Castiel, la hermana menor de Gast y tía de Sateriajis, comandaba la Compañía en Asmodean mientras su hermano luchaba en Lucifenia. Con ella en el poder de la región, las cosas se estabilizaron un poco tanto para la gente como para Liane, pues Castiel asaltaba las caravanas de Levianta y repartía lo que obtenía a todo el pueblo.

Liane pedía constantemente audiencias con Castiel, quería que le regresaran a sus padres o al menos poder verlos de nuevo. Los ladrones la tomaban a burla y la golpeaban, pero eso no detuvo a la jovencita. Todos los días a las tres de la tarde se paraba a la entrada de la alcaldía y gritaba ver a Castiel Venom, hasta que en una ocasión la comandante respondió a su llamado.

-Ellos están en el frente junto con mi hermano –Respondió ella tomando el rostro de Liane –Tu padre es el estratega y tu madre una cocinera, están vivos.

-¿Podré volver a verlos? –Volvió a preguntar Lily. Castiel negó con la cabeza.

-No lo se, pero te prometo que si siguen vivos hasta que mi hermano vuelva, solicitaré que los dejen ir para cuidarte como se debe.

-¿De verdad? –Suplicó Liane al borde de las lágrimas, al menos sabía que tenía una oportunidad para estar con ellos de nuevo y eso la volvía sumamente feliz.

-No soy como mi hermano –Aseguró regalándole una sonrisa a la niña y entregándole un par de bolsas –Esta tiene treinta monedas de oro, te servirán por un tiempo, y esta otra, un regalo de mi parte ¿Es tu cumpleaños, no?

Lily corrió a abrazarla, ella correspondió el gesto y besó su frente. Lily no olvidaría esos ojos rojo escarlata que la miraron con la misma dulzura con la que lo hacía su madre. En la noche, tendida en la colina que compartía con Sateriajis, le pidió a una estrella que cuidara de Castiel, a otra le pidió por la seguridad de Sateriajis, a otra la vida de sus padres y a la luna, a la luna rogó que vigilara su sueño.

La bolsa que le había dado de regalo Castiel contenía unas piñas pintadas de negro con líneas horizontales de color amarillo, adornos para el cabello netamente. Colocó dos de su lado izquierdo y dos del lado derecho de su cabeza, se sentía la niña más hermosa de todas. Su cabello largo y rubio, su piel de porcelana, todo herencia de su madre a excepción de los ojos, azules como los de su padre; al menos tenía el consuelo de que ellos le dejaron un recuerdo en ella misma. Si los extrañaba bastaba con mirarse en un espejo para verlos en su mente.

Dos meses después, Sateriajis volvió de Belzenia convertido en Duque a la edad de dieciocho años. Castiel desocupó la mansión Venomania para que su sobrino pudiera vivir ahí, claro que eso no le gustó a la compañía, que usaba el edificio como un burdel, pero por ser la hermana de Gast no se atrevieron a repicarle nada.

Lily notó algo cambiado a Sateriajis. Ahora, una sonrisa siempre adornaba su rostro, sus facciones se volvieron más maduras y atractivas, su cabello creció hasta la cintura y la voz, que antes era aguda en su totalidad, se volvió gruesa, pero fina a la vez. Si las mujeres no caían a sus pies por su belleza, caían por su hipnótica voz.

Sateriajis abrazó a Lily apenas la vio, pero se extrañó al ver que no recibió la reacción esperada. Ella seguía estática en su lugar, sorprendida por ver a su amigo de nuevo. Tardó en contestar el gesto, pero el que lo rodeara por el cuello fue suficiente para que él sonriera complacido.

-Creí que te habías olvidado de mí.

-Mis estrellas escucharon mi deseo –Respondió Liane contenta –Es bueno verte de nuevo, espero hablar contigo en otra ocasión.

-¿Estás ocupada?

-Tengo trabajo –Dijo ella soltando a Sateriajis y entrando a la cantina donde trabajaba.

Desde la llegada del ahora Duque Venomania cosas extrañas empezaron a suceder, no solo con él llegó el resto de la Compañía de Asmodean junto con su líder, Gast Venom, sino también la repentina desaparición de tres jovencitas en una semana. Entre las desaparecidas estaban Lukana Octo, Mikuia Greonio y Gumina Glassred, todas conocidas de Liane.

Ellas y varias mujeres más empezaron a desaparecer en los siguientes dos años, cerca de la mitad de la población femenil de la región de Asmodean se esfumó para la noche que Liane cumplió los dieciséis años de edad. Entonces, pasó algo extraordinario.

En su casa, la que había sido de sus padres y ahora legalmente pertenecía a ella, porque antes vivía en uno de los cuartos de la cantina; cerca de las once de la noche, Liane se empezó a revolver entre las sábanas, sudaba frío y respiraba con dificultad. De un momento a otro Liane desapareció de su mente y ahora se encontraba en la colina que compartía con Sateriajis, frente a ella había una niña encapuchada con una máscara cubriéndole la mitad del rostro, solo alcanzaba a ver sus labios rojos y algunos mechones verduscos que eran de su corta cabellera. Pestañeó con incredulidad, no recordaba haberse quedado dormida en la colina como en otras ocasiones, porque si lo había hecho. La niña caminó hasta donde se encontraba ella, Liane retrocedió un par de pasos, pero sintió que ya no podía retroceder más.

-Me llamo Meikai, Meikai Nushi y soy la estrella que concederá todos tus deseos –Habló convencida la niña mientras apuntaba con el dedo a Lily.

-.-.-.-.-.-FIN DEL CAPÍTULO UNO-.-.-.-.-.-