Disclaimer: el potterverso pertenece a Jo.

Este fic participa en el Reto Viñetas de Emociones, del Foro La Noble y Ancestral Familia de los Black.

El personaje elegido es Dilys Derwent, sanadora de San Mungo (1722-1741) y renombrada Directora del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería (1741-1768), goza de retratos en ambas instituciones, y fue la encargada de mantener informado a Dumbledore de la evolución de Arthur Weasley tras la mordedura de Nagini. La pobre no llega a la categoría ni de secundaria, de manera que no figura en la lista de FFnet.

Dilys: en gaélico significa "genuina o auténtica". Derwent: distrito de Cumbria, del lago del mismo nombre.

I

EUFORIA

Es el día y la joven Dilys se ha levantado temprano. Desayuna manteniendo la compostura, aunque no puede evitar girar la cabeza cada poco y mirar por la ventana. Se le acelera el corazón mientras la cuchara colmada de gachas se queda a medio camino de la boca pero enseguida se desinfla al constatar que se trata de un buitre. No vuelve a localizar pájaros en el cielo hasta mucho después, cuando ha retirado el cuenco vacío y el vaso de zumo de calabaza hasta el fregadero. Podría haberlo hecho con magia, pues cumplió diecisiete el mes pasado, pero Dilys no quiere hacer pleno uso de sus capacidades todavía, hasta que no tenga en sus manos el sobre.

El corazón vuelve a acelerarse y esta vez no se detiene. El pájaro es un cárabo enorme y aunque su plumaje sea de un marrón anodino a ella le parece majestuoso. El animal se posa con elegancia sobre la mesa de madera, la mira un segundo con sus enormes ojos ambarinos y después extiende una pata. Dilys, conteniendo los nervios como puede, desanuda el sobre de pergamino con presteza. Antes de abrirlo, respira hondo y se obliga a colocar frente al pájaro un cuenco con agua fresca y un plato con chucherías lechuciles. Solo entonces Dilys procede a abrir el sobre y extraer el trozo de pergamino.

Lo lee con avidez, pasando los ojos por las líneas a gran velocidad. Cuando termina, jadea sin querer. Vuelve a releer, no vaya a ser que se le haya pasado algo, pero no es así. Y lee una tercera vez, y una cuarta. Y a la quinta asimila e interioriza lo que tiene delante. Y reacciona.

Una sensación indescriptible la inunda como una súbita pleamar en un amanecer calmo y se siente como flotar, extasiada. Saborea, paladea esa sensación tan especial durante unos instantes y después cae en la cuenta.

-¡Papá! ¡Mamá! – Grita entonces y sale corriendo escaleras arriba.- ¡Papá! ¡Lo he conseguido!

Sus padres, que habían visto al cárabo, han aguardado con las manos entrelazadas en su dormitorio, salen a su encuentro.

-¡Lo he conseguido! ¡Me admitirán en San Mungo!

Su madre contiene a duras penas las lágrimas. Su padre la abraza con fuerza. Dilys, su Dilys, ha sacado las notas necesarias para ser sanadora. Lo que él no fue capaz de hacer, porque Argus Derwent solo ha podido ser enfermero, a pesar de haber puesto todo su tesón de Hufflepuff. Un buen enfermero, es cierto, pero no llegó a las notas para sanador.

Dilys ríe a carcajadas, salta sin querer, abraza fuerte a sus padres y casi empacha a la lechuza. Es solo el primer peldaño de un largo camino, pero lo ha subido. Por eso es un día feliz, para recordar, para dar rienda suelta a la euforia.