Antes que nada: NO PERMITO LA ADAPTACIÓN DE NINGUNO DE MIS FIC'S SIN MI AUTORIZACIÓN.

Aclaraciones: Cursivas - hechos del pasado. Este fic fue escrito en base a la película de la boda de mi mejor amigo con Julia Roberts.

Advertencias: Lenguaje obsceno violencia.

~Gracias por leer!


~LA BODA DE MI MEJOR AMIGA~

Por un segundo de procesar, sintió que su cuerpo y el buen sentido se enfriaban, lo había logrado. Lo había logrado… ¡con una mierda! Había logrado separarlos, sonrió un microsegundo antes de darse cuenta de lo que había hecho, joder, los había separado. Colgó inmediatamente el celular mientras miraba a un Naruto herido, a uno con rastros de lágrimas secas, soltó una maldición a lo bajo, no podía dejarlo así, le acompaño adentro del hotel siguiendo llegando hasta el ascensor, donde entraron inmediatamente sumergidos en un atroz silencio, el rubio miraba a un punto ficticio, mientras el moreno escaneaba cada reacción de este, por alguna razón se sintió mal ante este hecho, no era para menos, era su rival por el amor de la pelirrosa, ella en el pasado había sido su todo, aun lo era, y deseaba con todo su ser el que la pelirrosa se entregara de nueva cuenta a él, y la había finalmente alejado del rubio, había ganado. Paro en seco sus pensamientos, había ganado, Sasuke, ¿realmente la amas o solo es porque quieres gana? Escucho la voz de Karin que hizo que su buen humor se fuera a la mierda, cierto, había ganado pero ¿a costa de qué? Si alguna vez la pelirrosa descubría que había sido él, el autor de la carta lo más probable es que jamás lo perdonara, tenía que asegurarse que no volviera a buscar al rubio y evitar que le diera una explicación de la situación, giro su rostro en cuanto vio que el rubio miraba una fotografía de Sakura y sus hijos, tratando de ignorarlo, en lo que llegaban a la habitación del rubio.

¡Con un demonio! Ese hijo de puta realmente lo estaba exasperando, Naruto era realmente un imbécil… un imbécil que amaga a su mujer y sus hijos como si fueran propios, hizo una mueca, sus hijos lo veían como un padre, especialmente Kenosuke, lo que había provocado que se sintiera bastante lastimado, aunque claro, su orgullo como Uchiha jamás lo dejaría decirlo.

Había pensado muy bien en lo que su hijo había dicho de Naruto, y es que la verdad había sido un fantástico hombre, uno que no se había dejado influenciar del que dirán por el hecho de tomar la responsabilidad que otro había dejado, se cruzó de brazos, estaba en un dilema sin duda alguna estaba seguro de algo, amaba a Sakura por sobrecualquier cosa y en segundo, la culpa lo estaba matando lentamente, es decir, sus propios hijos lo desconocían preferían al rubio sobre él, pero a pesar de todo de alguna manera la Haruno había dejado un espacio para el moreno, para que ellos supieran que su padre los amaba y no importaba su ausencia. Él los amaba y los pensaba a diario. Sus pensamientos fueron cortados de golpe saliendo del ascensor llegando hasta la habitación del rubio.

—Sasuke… —el moreno le miro a los ojos—, ¿era Sakura la de hace un momento cierto? —no dijo nada. — no sé porque dijo que quería que se cancelara la boda, yo…

— ¿hablaste con ella anteriormente? —intento obtener información de manera discreta.

—no muy bien, estaba con mi padre en una junta y solo me dijo que se acaba y… Sasuke, yo la amo. —hizo una mueca el moreno.

—trata de descansar, iré a verla, le preguntaré el porqué de su decisión. —menciono empezando a caminar, tenía que salir de ahí cuanto antes.

—Sasuke… —giro su rostro—, gracias. —menciono el rubio sintiéndose un poco molesto consigo mismo por la sinceridad del rubio— aunque no me creas, realmente aprecio que hagas esto por Sakura y por mí—, solo asintió y salió de ahí tan pronto como sus pies se lo permitieron. Sintió un nudo en el estómago, joder, el Uzumaki sí que sabía hacerlo sentir culpable.


Subió al auto dirigiéndose a la casa de la pelirrosa, a esas alturas seguramente estaría tomando algo en la azotea o en la terraza de su habitación, siempre que algo le aquejaba iba a algún lugar con aire, que le ayudara a pensar lo que estaba pasando, llego sin mucha demora, sorprendiéndose de encontrar la puerta de la casa abierta, entro mirando encontrándola de inmediato, estaba en recostada sobre el sofá, usando muy poca ropa encima, un diminuto short y una blusa de seda negro, que dejaba volar demasiado su imaginación de ambos en posiciones sugerentes, trato de enfriarse, no era aún tiempo para retomarla y reclamarla como suya, debía jugar bien sus cartas si es que pensaba hacerle reflexionar sobre ambos, había una pequeña botella de sake en la mesa central y un vaso, había estado bebiendo, frunció el entrejo, ella jamás necesitaba de algo tan trivial como el alcohol para tratar de desahogarse, no lo había hecho, no necesitaba hacerlo ahora, él estaba ahí, se acercó sigiloso hasta que estuvo a la altura del mueble, la chica se incorporó poco a poco mirándolo con detenimiento.

— ¿Qué haces aquí? —dijo secándose los rastros de lágrimas que no pasaron desapercibidos por el moreno.

—estaba abierta la puerta, entre sin más —sonrió irónico el moreno.

—Lo siento… yo… —le detuvo con la mano al ver que intentaba incorporarse.

—Está bien —sonrió un poco la chica—, ¿Dónde están los niños? Cuando llamaste escuche que estaba Aino llorando. —dejo de sonreír sintiéndose nerviosa se dejó recargar en el mullido mueble mientras rehuía de su mirada.

—le pedí a papá que viniera con ellos, quería estar sola, Aino lloraba porque le dije que tal vez no…—se detuvo antes de empezar.

— ¿no qué? —insistió el moreno.

—No podría ver a Naruto de nuevo —su voz se quebró, respiro antes de continuar—, Kenosuke me pregunto si algo había pasado pero…

—no pudiste decirles que habías cancelado. —completó por ella. — ¿Qué fue lo que paso?

—¿es necesario que también te dé una explicación a ti? —se levantó del sofá caminando a la cocina sacando una botella de vino, el moreno la siguió quitándole de inmediato la botella al ver que intentaba servirse. —le fulmino con la mirada pero lo ignoro bastante bien el moreno.

—considerando que tuve que irme de Tokio y venir a tu boda la cual cancelaste me parece que sí. —se alejó de él caminando hacia la sala de nueva cuenta, se sentó de nueva cuenta abrazando sus piernas.

—estaba con Usagi-sama cuando paso…


Había sido llamada por su jefe después de haber revisado a un importante paciente, esa noche se supone que debía descansar para el día siguiente, el evento más esperados por todos, por su familia, amigos y ella misma, se casaría finalmente con un buen hombre, estaba un poco nerviosa, pero era normal sentirse de esa manera. Entro sin vacilar a la oficina donde su jefe ya la esperaba, se sentó como se lo indico quedando frente a frente.

— ¿sucede algo sensei? —dijo la pelirrosa mirando al hombre con detenimiento.

—lamento mucho haberte importunado de esa manera, Sakura-san. —dijo el hombre pues había interrumpido la cita médica de la Haruno con otro doctor a cargo de su paciente durante los días que estaría de su luna de miel.

—descuide sensei, solo terminaba unos estudios con el suplemente y le explicaba el siguiente paso del tratamiento para que le dieran el alta en poco tiempo, ¿sucedió algo?

— ¿alguna vez te he dicho que eres increíblemente buena y la mejor cirujana que tenemos actualmente en el hospital y el que te vayas al extrajeron es meramente para que pueda seguir expandiendo tu experiencia? —dijo mientras se levantaba de su asiento y comenzaba a caminar alrededor de la habitación.

—no, pero… creo que eso no es necesario.

— ¿incluso cuando se trata del salario que tendrás? —miro confundida al hombre.

—no entiendo, ¿pasa algo malo?

—no quiero hacerte esto pequeña, menos a un día de tu boda pero…

— ¿Mi boda? ¿Qué tiene que ver mi boda en todo esto? —pregunto, a lo que le extendió a la pelirrosa un papel, el contenido era de un email que había recibido de su futura suegra, releyó cuidadosamente cada palabra de lo que decía ahí. Bajo lentamente la carta, miro en un punto muerto mientras su superior le miraba con cierto enojo, con molestia e incluso con vergüenza.

— ¿Cuándo recibió esto? —dijo colocando el papel en el escritorio.

—hace apenas unos veinte minutos, estaba debatiendo en decírtelo o no, cómo podrás darte cuenta, me están pidiendo claramente que te despida.

— ¿es lo que hará? —murmuro la pelirrosa sintiendo como sus ojos se hacían agua.

—para serte franco, lo considere una vaga fracción de segundos —iba a responder pero le detuvo el hombre—, pero no lo haría porque eres una de mis mejores cirujanas, no mereces esto, te estoy enseñando este email como advertencia del tipo de personas con las que te vas a involucrar si es que decides aun después de esto dar el "acepto" —la pelirrosa cerró los ojos dejando caer la primera lágrima importándole poco no mostrarse profesional—, no he trabajado antes con la familia Uzumaki, aunque siempre han tenido un buen concepto de ellos, creo que deberías indagar sobre el significado de esto.

—gracias sensei… —dijo levantándose de su asiento caminando hacia la salida.

—Sakura —se volvió al hombre—, antes de que tomes cualquier decisión, quiero que sepas que tienes mi soporte, no hagas algo que pueda costarte tu felicidad e indaga sobre el asunto, o puede que sea demasiado tarde para ti. —asintió la pelirrosa saliendo por completo.

Salió del hospital llegando al estacionamiento, se quedó por un momento debatiéndose en confrontarlo, trago grueso ante el hecho de que era una posibilidad de que Naruto le hubiera pedido a su madre hacer aquello, pero tenía sus dudas, él jamás había sido de esa forma. Trago grueso, y busco en su celular su número de teléfono.

— ¿Sakura? —sintió que su corazón se detenía, se sonrojo y sintió como su corazón se estrujaba—, ¿Cariño, sucede algo malo?

—se acabó…

— ¿que? —colgó de inmediato. Llevándose la mano a su boca, dejando que las lágrimas cayeran gritando de dolor ante aquello, no podía, no quería creer en aquello, pero la maldita duda le estaba matando, y siempre seguiría ahí.


— ¿solo eso? —ironizo el moreno, sabiendo de lleno la frustración que seguramente Sakura debería estar sintiendo en esos momentos.

— ¿te parece poco? —dijo la pelirrosa mirando al moreno con enojo—, ya te lo había dicho antes quiero ser reconocida por mí misma, porque lo valgo, no por favores que pueden implicar que no soy lo suficientemente buena y…

— ¿y…? —insistió el moreno.

—Creo que me precipite demasiado en esto de la boda… —sonrió de lado el moreno. — iré a ver mañana en la mañana a Naruto, no puedo seguir con él.

—Si esa es tu idea, creo que es buena, sabes que siempre te estaré apoyando en todo, puedo ir contigo, necesitaras todo el apoyo necesario y creo que…

—Sasuke, gracias por quiero ir sola, y si no te molesta, también me gustaría estarlo ahora —el moreno le miro detenidamente.

—no quiero dejarte sola…

—Estaré bien, prometo no beber —rio de su propio chiste.

—Entiendo… —comenzó a caminar a la salida acompañado por la pelirrosa—, sabes, tal vez podamos llevar a los niños a un parque de diversiones mañana, sería bueno para ellos y para ti después de que veas a Naruto.

—me gustaría mucho eso Sasuke… descansa —le sonrió mirándole con un poco de nerviosismo antes de partir, llego a su hotel, sin mucha demora, camino hasta su habitación dejándose caer, se había cambiado por una muda más cómoda, todo había sido perfecto, Sakura se quedaría con él al igual que sus hijos, finalmente lograría su cometido, cerro sus ojos dejándose llevar por el cansancio. Finalmente todo sería perfecto.


Despertó pasado el mediodía, había despertado con un increíble buen humor, no era para menos, la vida finalmente le estaba recompensando por todo lo que había tenido que pasar, había tomado un buen baño y ahora estaba saliendo de su habitación para reunirse con su familia y llevarla a pasar un buen rato, saco su celular de su bolsillo encontrándose con un mensaje de la pelirrosa, su cara se transformó en una de sorpresa, tan pronto como llego el ascensor al primer piso salió corriendo al estacionamiento. No podía ser…

Sasuke-kun, ire a ver a Naruto, le debo una explicación, mis padres ya están en la residencia Uzumaki, te veré pronto.

Llego a la residencia, vislumbrando a los padres de Sakura hablando amenamente con los Uzumaki, sus hijos incluso estaban con otros niños jugando, el almuerzo estaba siguiendo el flujo con el que había sido planeado, busco con la mirada a la pelirrosa hasta que dio con ella, estaba con Ino, quien no paraba de hablar de lo hermosa que se vería con su vestido de novia, solo hasta que ella y otras chicas se levantaron de la mesa se atrevió a ir con ella, dio un pequeño brinco en cuanto este le tomo del hombro, tragando grueso en cuanto le miro, usaba un vestido azul cielo con detalle en su escote dejando ver el nacer de sus senos, su cabello estaba suelto y usaba un listón en su cabello del mismo color, se había maquillado ligeramente, se veía preciosa, sintió como sus mejillas se sonrojaron, era raro verla así, trato de componer su postura lo mejor que pudo.

—Sakura, ¿Qué diablos haces aquí? —murmuro el moreno levantándose con ella alejándola de todos los invitados.

—te dije que tenía que hacer frente a todo esto, dar la cara, Sasuke esto no es como si pudiera cortar todo lazo por una llamada…

— ¿Qué no hiciste eso ayer? —Levanto una ceja a modo de cuestión—, Kushina-sama y Minato-sama han sido muy buenos conmigo y los niños, lo menos que puedo hacer es darles la cara a ellos…

—muy bien, ¿y ya lo hiciste? —Giro su rostro evitándolo—, ¡SAKURA!

—es difícil de hacerlo sabes, no tienes ni idea de cuánto hice por ganármelos, y ahora que todo termino… yo…

—Sakura, te casas en menos a las seis de la tarde, te retractaras en la ceremonia…

—Lo siento… —murmuro sentándose en una silla mirando por la ventana. — Sasuke, ¿podrías hacerme un favor?

—claro, sabes que haría cualquier cosa por ti

— ¿podrías ir a ver como esta Naruto? —Su rostro se convirtió en un dilema—, quiero saber si está bien.

—… de acuerdo—, salió de la habitación caminando entre los invitados, no tardó mucho en encontrar al rubio quien miraba las flores que habían elegido especialmente para aquel almuerzo, eran las flores favoritas de Sakura y de su madre, sintió como un peso empezaba a caer sobre su cuerpo, pero aun así debía preguntar el estado del rubio—, Naruto… —el rubio se volvió al verlo.

—Sasuke…

— ¿Qué está pasando? Creí que había dicho que se cancelaria la boda, ¿Qué estas esperando?

— ¿sinceramente? —Asintió el moreno—, un milagro… Sakura-chan es la mujer de mi vida, la he amado más que a cualquier otro ser en este mundo y no puedo seguir con la idea de que esto pase… yo, no puedo.

—Tienes que hacer algo, la boda será a las seis, ¿Qué crees que pueda pasar si…?

—Sasuke, hable con ella por el celular no hace mucho. —sudo frio.

— ¿Qué te dijo?

—de un email que mi madre escribió a su jefe para que la despidiera y trabajara para ella,

— ¿y eso es cierto? —fingió sorpresa.

—no, mi madre lo sugirió una vez y le dije que no sabía de qué estaba hablando pero…

—tal vez ella lo escribió y…

—Mi madre no es capaz de hacer algo así Sasuke… —no respondió el moreno, frunció el entrejo ante aquello—, aunque no te mentiré que me gustaría que trabajara con ella.

— ¿alguna vez te has preguntado que Sakura no quiere seguir con esto porque no eres el adecuado para ella?

—que quiere decir Sasuke…

—pongámoslo de esta forma… Sakura le gustaba mucho tomar wisky, ella le tomo el gusto por esa bebida, pero ahora ella prefiere algo con, con lo que la haga sentir cómoda, algo que sabe que esa bebida es más tranquilo y menos complicado.

— ¿Qué quiere ahora? —pregunto curioso y a la vez intrigado.

—Ron.

— ¿Ron? —levanto una ceja de cuestión.

—sí, descubrió después de un tiempo que prefiere tomar ron, y es totalmente valido. —dijo el moreno tratando de sonar convincente.

—yo puedo ser ron… digo necesito ser ron y…

—no, no puedes Naruto y creo que lo mejor sería que…

—Sasuke, no puedo… ¿podrías preguntarle algo por mí? —No respondió— por favor...

—está bien… ¿Qué es?

—dile, si aún me ama. —su rostro se descompuso un poco pero mantuvo la seriedad y serenidad que siempre, llego hasta el lugar donde estaba la pelirrosa, el moreno, sintió como su estómago caía en la cuenta de lo que haría.

— ¿Qué te dijo? —pregunto ansiosa.

—Quiere saber si aún lo amas —soltó observando como sus ojos se llenaban de lágrimas, se llevó su mano al pecho, bajando el rostro con las mejillas sonrojadas, sabía cuál era la respuesta de antemano el moreno y sabia también que haría la pelirrosa, cerro sus ojos antes de escuchar su respuesta.

—… dile, ¿quieres casarte conmigo? —dijo después de una pequeña sonrisa. El moreno asintió con un nudo en la garganta, dejo a la pelirrosa sola, yendo con el rubio quien lo esperaba ansioso.

—Dice… ella… —Naruto le miro a los ojos ansiosos, sonrió de mala gana— cásate conmigo —el rubio se lazo contra el moreno abrazándolo con tal fuerza que ambos cayeron al piso. Empujando el moreno al rubio de inmediato.


Dejo al rubio con sus amigos y la planeación de la boda siguió su flujo normal, miro al rubio mostrarse más feliz de lo que lo había visto en un principio y a la pelirrosa sonreír con tal sinceridad que empezó a sentir que no debía estar ahí. Entonces cayo en la cuenta, su mejor amiga se casaba, sus hijos estaban emocionados, sus amigos, los padres de Sakura y Naruto, y por alguna extraña sensación los padres del moreno finalmente se habían resignado a ver a la Haruno casarse con alguien más. Tenía que ser ahora o nunca, debía decirle como se sentía, de lo contrario sería peor, había logrado convencer a la pelirrosa de caminar por los jardines, ahora caminaba en compañía de la pelirrosa, ahora más calmada mientras se iban alejando lentamente de los demás, llegando a una especie de lago, sorprendiéndose el moreno por lo extravagante de la casa de los Uzumaki.

—No puedo creer lo que estuve a punto de hacer —empezó a decir la pelirrosa—, gracias a dios que estabas aquí o de lo contrario yo… —Sasuke le miro con intensidad. — hubiera cometido una locura.

—me alegra saber que fui de utilidad. —dijo de mala gana el moreno.

—Sasuke, gracias… yo

—Sakura… —le interrumpio—, necesito que hagas algo por mí —, asintió la pelirrosa—, sé que esto es una locura, sé que no debo hacerlo y que… tal vez esto no termine bien pero yo… yo te amo —la pelirrosa abrió sus ojos a todo lo que pudo—, sé que es una idiotez, sé que este es tu día pero… por favor, cásate conmigo, sé mi esposa y permíteme demostrarte que soy todo lo que necesitas y… mierda —dejo escapar una maldición mientras miraba a la pelirrosa—, no puedo ya vivir sin ti.

—Sasuke-kun… —murmuro la mujer antes de que el Uchiha le tomara de la mejilla depositando un beso, un sublime beso que hizo que cerraran ambos sus ojos y se dejaran llevar por el mismo, en ese beso existió algo más que un sentimiento expuesto, fue años y años reprimidos por el moreno de su devoción a la pelirrosa, fue la declaración de amor que jamás pudo decir, de aquel sentimiento que siempre trato de suprimir pero no pudo más hasta que alguien más vino por lo que era suyo por derecho, ella era su todo, era su mejor amiga, su primer amor, su eterna agonía.

—Sakura… —dijo una vez que se separó de ella.

—Naruto… —respondió en cuanto se dio cuenta que el rubio estaba a unos cuantos metros de ellos. Y salía de ese lugar corriendo—, ¡Naruto! —grito quitándose la pelirrosa yendo detrás de él.

—no, no… ¡SAKURA!

El moreno corrió detrás de la pelirrosa, llegando hasta el estacionamiento viendo como subía a su auto siguiendo al rubio, y este hacia lo mismo con el suyo tratando de seguirle el paso a la chica. Maldijo a lo bajo su suerte, si Naruto no hubiera estado ahí, si ese imbécil no hubiera llegado en ese momento, seguramente la pelirrosa estaría con él en esos momentos, tomo su celular buscando un numero en especial, marco a la pelirroja tardando en responder a su llamado. — ¿Qué mierdas estás haciendo que no contestas el teléfono?

—mmmm… —gimió la chica—, estoy ocupada ahora Sasuke, ¿Qué cojones quieres?

— ¿Qué tan ocupada? —levanto una ceja en su rostro el moreno al mismo tiempo que esquivaba algunos autos para alcanzar a la chica.

— ¿… realmente quieres saber? —cuestiono la chica un poco más aguda de lo normal, suponiendo que estaba con alguna chica la pelirroja.

—Con un demonio, Karin, le dije todo…

— ¿Qué es todo? —dijo la pelirroja deteniendo a su acompañante en seco cosa que hizo que frunciera su entrejo—, ¿le dijiste a Sakura que la amas?

—Sí, maldita sea, le dije todo, le dije que la amaba y que quería que fuera mi esposa, me abrí jodidamente con ella

—bien, y ¿Qué paso?

—Apareció Naruto, no me dijo nada, salió corriendo de ahí y Sakura siguió detrás de él

— ¿y ahora dónde estás?

— ¿No estas poniendo atención? —Ironizo el moreno— Estoy detrás de ella, buscándola, mierda, él no debió de aparecer ahí Sakura debía estar en mis brazos ahora y…

—¿y quién te sigue a ti Sasuke? —No respondió el moreno—, ¿ya captaste verdad? Sakura ya no te ama, ella ama a Naruto, entiéndelo de una puta vez

—Pero Karin…

—¡Nada! Ya deja de martirizarte a y ti y a ella, y haz lo correcto maldita sea —dijo colgando mientras su pareja levantaba una ceja a modo de cuestión—, es mi hermano, tiene problemas amorosos —dijo sonriéndole atrayéndola su lado.

— ¿Karin? ¡Maldita sea! —miro el auto de la pelirrosa aparcado cerca del aeropuerto, dirigiéndose para allá el moreno, dejo el auto, buscándola con la mirada, deteniéndose con cuidado, camino alrededor de veinte minutos hasta que la vislumbro sentada, se miraba perdida y se mostraba como si fuera a llorar en cualquier momento. Camino hasta ella mirándose mutuamente.

—Aquí me pidió matrimonio —empezó a decir—, me acompaño porque tenía que ir a Hong Kong a un congreso de medicina alternativa, me dio un beso de despedida y cuando estaba a punto de entrar me pregunto… ¿Serías mi esposa? —El moreno no respondió—, le dije que sí… y… y entonces supe que yo, que yo lo amaba como él a mi… ¿Qué ganabas con decirme que me amas Sasuke?

—yo… yo te estaba perdiendo, sentía que, debía hacer algo, porque tú eres lo único que… que yo amo —se sinceró una segunda vez.

—Sasuke, ¿realmente lo haces o es que temes perder por primera vez en tu vida? —el moreno bajo la mirada sentándose frente a ella.

—fui yo el que escribió el mensaje que iba para tu jefe…

— ¿Qué? —pregunto horrorizada. —tu… tú lo hiciste para que terminara con Naruto… —encontró el hilo a la situación.

—Sakura, te estaba perdiendo y no sabía que más hacer y luego, te vi y no pude seguir con esto y yo…

—Eres un maldito hijo de puta… —dijo al mismo tiempo que levantaba su mano contra la mejilla del moreno y se llevaba una mano a su rostro ya lleno de lágrimas. —Sabías que yo iba ir en contra de él, sabías que mi maldito orgullo lo iba a poner antes y… y…

—Lo siento… —le interrumpió.

—por tu culpa… por tu culpa, yo ya no estaré con él y…

—no, no, no, no, escúchame —dijo tomándole de sus mejillas—, lo encontrare y ambos se casaran y tú serás feliz… te lo prometo —menciono el moreno.

—Te odio —se sinceró la pelirrosa.

—Puedo vivir con eso —dijo con una sonrisa, asintiendo la chica. — ve a cambiarte para la boda, falta una dos horas y debes empezar a arreglarte.

— ¿pero y Naruto?

—yo lo encontrare… ¿hay algún lugar en especial donde fueron aquí?

—el parque central, me pidió salir con él oficialmente

—buscare ahí primero… ve, te prometo que ira conmigo. —asintió la chica creyendo de nueva cuenta en el moreno.


El moreno acompaño a la pelirrosa a su auto viéndola marchar a la boda, fue directamente a donde le dijo la chica llegando en menos de diez minutos, identifico el auto del rubio sin mucho esfuerzo buscándolo a media que se adentraba más y más, observando a la gente, mirándolos con detenimiento, creyó ver una rubia cabellera fue detrás de él hasta que consciente que estaba en el piso y le dolía extremadamente su quijada, se giró a mirar de donde provenía aquel golpe, pero no conto que el rubio se le fuera encima golpeándole directamente, el moreno, esquivo el golpe y ahora este le dio un golpe en el estómago y uno a su ojo, haciendo que se doblara el Uzumaki, unas personas cercanas a la escena fueron en seco separando a ambos.

—Naruto.

— ¡eres un imbécil! ¡¿Cómo mierdas te atreves a besarla, en la casa de mis padres en el día de mi boda?! ¡No eres más que un jodido idiota! —le detuvieron de los brazos, mientras el moreno se limpiaba un caminillo de sangre de su boca.

—sí… lo acepto —empezó a decir—, acepto que la quería para mí, que deseaba que ambos terminaran para poder quedarme con ella, acepto que Sakura es la mujer de mis sueños… pero no yo no soy el hombre de los suyos —el entrejo del rubio se disipo mientras relajaba cada uno de sus músculos—, ella no quiere saber nada de mí ya… te eligió, ella te ama y… Naruto, déjame llevarte a tu boda con Sakura… ella te ama. —Sonrió de lado el rubio—, ella en estos momento se está cambiando y no creo que le agrade nada verte con un moretón en la cara. —asintió el rubio ante lo recién dicho, agradeció el moreno el que se calmara y ambos se disculparan a los demás por el alboroto ocasionado.


Llegaron a la iglesia después de que tanto el moreno como el rubio trataran sus heridas que fueron justificados con un asalto de unos jóvenes armados le habían atacado, aunque claro, a esas alturas nadie había creído una sola palabra de ellos. Tanto el rubio como el moreno se colocaron en sus posiciones, mientras se escuchaba la canción de entrada, observando como una a una iba entrando las damas de honor. Todos los presentes se levantaron en cuanto vieron a la pelirrosa entrar. Ambos hombre le miraron con devoción, el vestido corte sirena se acentuaba a su cuerpo como una segunda piel, el encaje hacia que su piel luciera tersa y suave, en su cabello tomado como una especie de moño con perlas en su tocado y gardenias, maquillaje ligero y unas perlas a modo de joyería, le hacía dar un aspecto angelical, por una vaga fracción de segundos, intercambio mirada con Sasuke, quien trago una lágrima al verla tan perfecta, sonrió un poco y se dirigió ahora al rubio quien de igual manera secaba sus mejillas, haciendo que la pelirrosa sonriera abiertamente, le extendió su mano quien acepto gustosa, acariciando su mejilla, con amor.

—Sakura Haruno… acepta a Uzumaki Naruto para amarlo, respetarlo y serle fiel, en la salud como en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe.

—incluso… hasta después que muera —el rubio sonrió de oreja a oreja ante aquello—, acepto —dijo la pelirrosa con una sonrisa.

—Uzumaki Naruto, ¿Acepta a…?

—Acepto —se apresuró a decir el rubio ganando la risa de todos en la iglesia—, ella es la mujer de mi vida, acepto padre. —el hombre sacudió su cabeza ante la ocurrencia del rubio.

—si hay alguien que conozca un impedimento que haga su unión imposible, ¿hable ahora o calle para siempre? —como si fuera posible, el moreno sintió la mirada de todos sobre él, sonrió irónico ante aquello, pero no dijo nada, permaneció en silencio observando la escena, ya se había sincerado y había obtenido su respuesta—, siendo así, por el poder que me fue otorgado por Dios, los declaro, marido y mujer… lo que dios ha unido, que no sea separado por el hombre, puedes besar a la novia —el rubio se acercó a la chica depositando un casto beso en ella, cargándola girando sobre sí mismo, sonriendo entre el beso la chica, escuchándose aplausos entre todos. Caminaron a la salida, mientras arrojaban arroz, ambos tomados de la mano.

El moreno miro a la chica de lejos, despidiéndose en silencio, no iría a la recepción, no podría verla bailar con ahora su esposo, ella había significado demasiado para él, se sentó en una banca mientras se iba la gente una a una, y cayó en la cuenta, al darse cuenta de la realidad. Jamás podría ser parte de su vida como en el pasado había sido, sintió un nudo en la garganta, la había dejado finalmente ir—Gracias —levanto su rostro encontrándose con su hijo, quien por primera vez en años le sonreía de sobremanera por el acto que había hecho — hiciste lo correcto… papá… —el moreno asintió y le miro irse con su hermana y sus abuelos.

—la dejaste ir… finalmente ¿iras a la recepción? —giro encontrándose con la pelirroja.

—¿Karin? ¿Qué haces aquí?

—por si lo olvidas Naruto me invito también llegue hace unos diez minutos, fue una ceremonia preciosa… muy estilo Uzumaki si me lo pregunats—dijo la pelirroja sentándose a un lado de él.

—no sería correcto, con que yo sepa que será feliz es más que suficiente para mí, yo sé que ella no me querría ahí.

— ¿Quién no te querría ahí? —levanto su rostro encontrándose con la pelirrosa, el moreno se levantó después de que Karin le empujara levemente hacia ella.

—te ves hermosa.

—Gracias —dijo la pelirrosa.

—no puedo ir a la recepción… no después de…

—Lo sé, pero también eres mi mejor amigo, el padre de mis hijos y fuiste el hombre de mi vida… —sonrió de lado el moreno. —está bien sino quieres venir, solo… pero recuerda que te amo también, no de la misma manera que tú, pero puedes apostar que siempre estaré para ti, como tú lo estuviste aquí. —beso su frente con amor deseándole la mejor de las suertes, mientras miraba a la pelirrosa caminar hasta Naruto y este asentía agradecido por lo que había hecho. Y aunque estaba dejando ir a la mujer de su vida, a aquel dulce ser que había amado desde pequeño, que sus sentimientos tan efímeros habían llegado a un punto sin igual y que jamás amaría a otra mujer en su vida, sabía que estaba haciendo lo correcto, porque al final de cuentas, el haber estado en la boda de su mejor amiga. Los había unido más, aunque eso significará, que tomaran caminos diferentes.


¡Y aqui el final! Espero que les haya gustado, a medida que iba escribiendo me di cuenta que debia quedarse de esta forma, espero que entiendan, como fue Sasuke y su papel principal dentro de la historia, al final debemos aceptar a veces soltar a una persona para encontrar a alguien mejor, y creo profundamente que Sakura lo encontro con Naruto.

Gracias por todos estos años a mi lado.

Los amo

¿me regalan un review?

Cindy~

Adicional a esto, ¿podrían pasarse por mi perfil? Acabo de subir un comunicado en vista de los últimos acontecimientos. Muchas gracias lectores.