Notas: Nekosaru decidió promocionar la historia de mi AE (Ethan) y compartirla con ustedes, al principio se negó a darme permiso pero lo convencí ya que, sinceramente su forma de escribir es muy bonita. En fin, luego de haberme concedido el permiso para publicar y corregir errores (como quien dice soy su beta) aquí les dejo este drabble de casi quinientas palabras (cuatrocientas noventa y siete para ser exactos) de esta pareja que, en lo personal a mí me gusta mucho.

Disclaimer: Ya saben, ni los personajes y Bakuman me pertenecen, yo solo publico sin fines de lucros con el mero hecho de entretener y dar a conocer esta historia de mi amigo.

¡Que la disfruten!

¿Amigos?

—Me gustas —había dicho el rubio mientras él trataba de dibujar el nombre del nuevo capítulo de la historia que hacían juntos—. Me gustas mucho —repitió al ver que su mutismo parecía no tener fin.

Dejó la pluma a un lado del papel y se centró en los ojos escondidos tras aquel par de lentes pudiendo notar un ligero rubor en las mejillas de su amigo y que, de cierta forma, le pareció lindo. ¿Lindo? ¿Él pensaba que Takagi era lindo? Seguro y la falta de sueño les hacía pensar y decir cosas incoherentes a ambos. Con eso en mente y creyendo que el gustar al que se refería era como amigos sonrió y le respondió de la misma forma.

—También me gustas, Shuujin.

Error. Lo había malinterpretado completamente y por eso ahora sentía los labios del escritor sobre los suyos. Paralizado como estaba no reparó en la rápida acción de la lengua del contrario queriendo entrar en su boca, quiso alejarlo y decirle que parara, pero errando de nuevo y actuando sin pensar, abrió su boca dejándole vía libre al otro para lograr su cometido.

Sus lenguas se tocaron e inevitablemente jadeó ante la sensación totalmente nueva para él. Nunca antes había besado a alguien, ni si quiera a Miho que era la chica con la que un día se casaría, así que no sabía si se sentía bien o no, por lo cual no supo qué hacer. No tenía punto de comparación por ser su primer beso, aun así un pequeño sentir de placer comenzó a recorrerle desde la nuca hasta más allá abajo de su vientre. ¿Qué era lo que sentía? Takagi movía majestuosamente su lengua alrededor de la suya y exploraba por completo su boca. Era algo desconocido pero placentero, tanto que un gemido involuntario se dejó escuchar proveniente desde su interior. El rubio sonrió en el beso y se separó de lo que sería su nueva adicción. Un suspiro de protesta se mezcló con la respiración entrecortada del azabache al ya no sentir ese placer en su boca.

—En verdad me gustas, Mashiro.

Un enorme sonrojo cubrió el rostro del aludido al escuchar de nuevo la confesión junto con su nombre, bajó la mirada e intentó aclarar las ideas en su mente para, ahora sí, contestarle apropiadamente a su amigo. Boqueó un poco y, con la firmeza plasmada en su rostro, habló:

—También me gustas, Takagi —¿Cómo? ¡No! Eso no era lo que quería decirle. Lo que él iba a decir era que lo veía como un amigo, entonces, ¿por qué dijo otra vez lo mismo?

Y nuevamente la boca de su escritor estaba devorando la suya, regresándole el placer que había sentido unos momentos atrás. Las palabras que tenía para negar su última frase se borraron y se dejó llevar por el ritmo hipnotizante de Shuujin. El nombre y las aclaraciones sobre amistad podían esperar para después de que terminara aquel demandante beso que comenzaba a corresponder. Tal vez.

~Fin~

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