Altos estándares.

Resumen: Zim se siente arrepentido. Jamás debió conquistar la tierra; jamás debió dejar que Dib… Ahora era demasiado tarde para volver el tiempo atrás.

Serie: Invasor Zim.

Pareja: Zim-Dib.

Advertencia: Lemon.

Notas: Es la primera vez que me pongo a escribir una historia con Zim. Si bien la serie me encantaba, jamás se me pasó por la cabeza un yaoi con ellos dos, por eso me obsesioné tanto cuando leí el primero. La historia en cuestión tiene una idea que saqué de un corto Doujinshi en inter, espero que les guste.

Fecha: 30/04/2012.

Beta Reader: Pleasy Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Invasor Zimpertenece a Johan Vazquez y Nickelodeon.

Altos estándares.

Prólogo.

Podía ver las estrellas en el espacio, observarlas verdaderamente como nunca antes, mientras surcaba el universo de regreso a mi amado planeta, y ni siquiera eso podía llegar a relajarme… Claro que antes nunca me había fijado en que esa sola acción, la de ver algo tan vasto en el universo me podía llegar a relajar. Pero había sido algo que aprendí obsecuentemente en la tierra, no en vano había pasado allí muchos años.

Claro que ésta ya no era ahora lo que fue en mis primero años de Invasor… Y a pesar de lo que puedo llegar a pensar en un tiempo, extraño esa época.

Si hubiese tenido antes este conocimiento, no lo habría hecho… Jamás habría insistido en conquistar la tierra; todo por mi estúpido orgullo. Quizás los Altos aún estuvieran en su puesto y yo, aún seguiría en una rutinaria guerra verbal con él, pero estaría bien… En la asquerosa tierra que me albergó durante años.

Maldigo una y otra vez al Invasor Skoodge, si no me hubiera… No, es estúpido buscar culpables, los Altos sólo habían querido deshacerse de mí, por eso me enviaron a la tierra… ¿Qué era ese planeta asqueroso para la Grandiosa Armada Irken? ¡NADA!...

Pero pudo más mi orgullo de guerrero Irken, fue más el peso de querer demostrar que era un Gran Invasor -¡el mejor de todos!-, para llevarme a cometer el peor de los errores.

El acabar por 'conquistar' la tierra.

Sí, me dio honores como Invasor… Pero ya nada era lo mismo. ¿De qué valía regodearme en mi victoria, si ya los Más Altos no estaban al mando de la Armada?

Y, al final… Ya no había más a quien verdaderamente servir… ¡La gloria Irken ya no existía!

Ahora llevo muchos 'años' humanos, alejado de la Inmensa. Tantos que sería difícil de calcular cuántos. Y casi me había acostumbrado a estar allí, supervisando el desempeño de los demás invasores; día tras día monitoreando cómo cada planeta caía bajo el grandioso poder de la armada Irken.

Aburridos días, sin más que hacer que ver las glorias de otros invasores, sentado detrás de los monitores de la nave madre. Sin siquiera poder acceder a él. Teniendo que soportar la insidiosa mirada de Tak sobre mi hombro, sonriendo de esa manera tan asquerosa.

¡Nadie se ríe del Grandioso Zim!

Tan solo… él, quizás.

Sabiendo cómo humillarme primero, haciéndome cumplir sus órdenes como un simple peón: 'Sí, Señor', 'Sí su Altísimo'… Y luego, alejándome de esa manera.

"¿Quieres volver a ser un Invasor, Zim?" Su pregunta no espera respuesta. Ni siquiera quiso oír lo que yo tenía para decir…

… Ya tenía un Boot listo, junto con una nueva unidad S.I.R. una que sí obedecía mis órdenes. No quise ni siquiera preguntar dónde había quedado Gir; pero allí estaba, listo para partir hacia lo que una vez fue mi más ansiado deseo: la conquista del universo. Pero ya no lo era, y no quería alejarme de allí, él me obligaba a ello… Y quizás mientras abandonaba La Inmensa, en ese instante llegué a saber por qué los humanos lloran al dejar algo.

De la misma manera en que ahora sé por qué sentía aquel vacío en mi pecho, así como las razones del arrepentimiento de años de malas decisiones.

—¡Bienvenido, Invasor Zim!

Las voces estallaron al abrirse la compuerta del Boot, miles de voces que rendían pleitesía al recién llegado Invasor, cubierto de gloria por traer un nuevo planeta conquistado. Todos ellos glorificando mi nombre. Pero de nada me servía ya tal reconocimiento…

Mis ojos se elevaron, buscando su figura en algún lado… Pero no estaba allí, y estaba claro de que yo en realidad no esperaba que lo estuviese. Aunque creyese lo contrario.

Le bastaba ver todo desde su altura en la sala de control. No tenía por qué rebajarse, y venir a recibirme…

¿Por qué me había mandado a conquistar planetas en su nombre?, porque ya no era más la Armada Irken, no… Ahora toda esta raza de alienígenas le respondía a él, y solamente a él.

—Su Altísimo Dib…

Continuará.