~Love me… (SasuHina)

Género: Romance.

Categoría: M.

Universo Naruto.

Aviso: Los personajes no me pertenecen, sino a Masahi Kishimoto.

Advertencia: Este Fic tendrá alto contenido sexual y lenguaje soez y/u obsceno. Las escenas del tipo 'Erótico' presentadas en éste FIC, no deja nada librado a la imaginación.

OoOoOoOo~…Love Me…~OoOoOoO

"…Felicidad…"

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Y sin saber cómo…
Cuándo…
Dónde…
Sin que nadie sepa exactamente la forma en que el alma gemela del otro llegue…
El amor siempre sorprende…
De la manera más inesperada.
Te seduce.
Te hace llorar
Te atrapa y te hace feliz…
Hinata Hyuuga quería amar y ser amada.
Y Sasuke Uchiha no sabía cómo hacerlo...
Pero ellos hicieron el amor y lograron atrapar el uno al otro.
Hicieron magia.

Hicieron felicidad.

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╰✵●๋⌇Hinata Hyuuga

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Sientes cómo la pequeña palma de tu hermana se deslizaba sobre tu espalda, como si quisiera tranquilizarte con esto.
Observar aquella discusión que mantenían tu padre y el hombre que amabas fue lo peor que pudo ocurrir en esos momentos.
Y en hasta cierto punto, temías por la vida de ambos: Por el de Sasuke porque sabías que si el Patriarca perdía los estribos podría herirlo de gravedad.
Y por tu padre… bueno, Sasuke era uno de los hombres más poderosos del mundo ninja. Con un solo pestañeo, Hiashi Hyuuga ya sería un cadáver.

—Creo… —Escuchaste decir a tu padre— Que es hora de que hablemos tú y yo seriamente. —Lentamente giraste tu cabeza hacia él, casi con medio. Ves cómo él te hace una seña con la cabeza y tú tragaste grueso sin pensar. Igual, miras de reojo cómo Sasuke estaba a punto de impedir que tu fueras con él, más sin embargo, Naruto se lo impidió— A solas. —Demandó seriamente mientras se giraba para ir hacia el despacho— Así que ven…

Elevaste tus manos hacia la altura de tu pecho, la inseguridad te invadió por completo pero aun así desconocías de dónde rayos sacaste fuerza para que tus piernas comenzaran a moverse.

No pasaron más que un par de minutos cuando caíste en cuenta de que ya estabas dentro con tu padre.
Suavemente, cerraste la puerta a tus espaldas y te mantuviste parada en ese lugar, no te apetecía acercarte a él por el miedo que te causaba.

Ves cómo Hiashi suelta un suspiro pesado y lleva un par de dedos hacia el puente de tu nariz— Siéntate. —Y a paso lento te acercaste a una de las sillas que estaban enfrente de la mesa de escritorio. El Hyuuga mayor, se sentó frente a ti y apoyó sus manos en la misma, juntando sus palmas y entrelazando sus dedos a la vez que te observaba con severidad— Me decepcionas Hinata… —Una punzada en tu corazón hizo que éste doliera a causa de las palabras contrarias— Siempre solías decepcionarme con tu torpeza y con tu falta de coraje… Y aun así… —Hizo una pausa— Nunca dejaste de preocuparme. —Notas cómo él aprieta sus manos en un puño y cómo suelta un suspiro pesado— Al fin y al cabo eres mi hija… Aunque, el día que te vi con ese bastardo en ese apartamento tuyo, mi corazón se hizo pedazos.

—Papá… —Quisiste explicarte, aclarar toda esa situación más una señal de él hizo que te quedaras callada.

—¡Jamás… creí… que una de mis adoradas hijas iba a enredarse con ese bastardo…! —Dijo en voz alta, más sin embargo, no gritó. Por tu parte, agachaste tu mirada avergonzada— Lo primero que pensé en ese momento fue que él pudo haberte forzado, seducido… ¡Yo que sé! —El puño del Hyuuga se azotó fuertemente en la mesa y se puso de pie enseguida para comenzar a dar vueltas por el estudio— Pero al oír que tú le amabas me dio a entender que no fue así. Que tú estuviste de acuerdo en estar con ese Uchiha… ¿Y sabes qué Hinata? No te culpo…

Alzaste tu mirar para observar a tu progenitor, confundida, pero antes de preguntar, el continuó y tú notaste cómo tu padre se ponía nervioso; raro en él.

—Los Uchihas son seres… personas llenas de tanto amor que… he de ahí de dónde viene su enorme poder. —Él hizo una pausa— Nosotros nacemos con el Byakugan, pero ellos tienen que desarrollar su Sharingan… —Notas cómo tu padre cubre su cara con sus manos; y en cierta manera te preocupaste por él. ¿Por qué se ponía tan nervioso y triste de repente? — Yo… antes de conocer a tu madre… me enamoré de una Uchiha. —Irguió su espalda y aclaró su garganta— Pero esa relación se rompió debido a las órdenes del clan. Me casé con tu madre y mi vida fue feliz hasta que ella murió. —Ante tal confesión, tú abriste los ojos sorprendida. ¿Quién sería aquella mujer Uchiha?

—Papá… yo… lo siento mucho.

—Hinata… —Te interrumpió de golpe— Eres la viva imagen de las dos mujeres que más he amado en mi vida y es indignante la forma en que tú y él pisotearon el apellido Hyuuga. —Ves cómo tu padre te miró de lleno, intimidándote mientras se cruzaba de brazos sobre el pecho— Así que, dudo mucho que el consejo del clan quiera aceptar este estúpido acuerdo. Aunque, si el Uchiha te hubiera cortejado como es debido, las probabilidades de que ese matrimonio fuera posible serían ocho de diez. No me parece correcto que ustedes dos se estuvieran escondiendo durante tanto tiempo. —Él suspiró de nuevo mientras tu agachaste tu cabeza— Me parece que tu gran evolución en éstos últimos años, como una Hyuuga respetable, una futura líder de clan haya… tropezado te tal manera. Me decepcionas mucho, Hinata.

Sientes cómo las lágrimas comenzaban a picar en tus ojos. Apretaste tus puños sobre la tela de tu vestido. Las gotas de agua salada cayeron sobre tus mejillas— Yo… lo siento… no… pude evitar enamorarme… sólo pasó… me encariñé con él y comencé a conocer al verdadero Sasuke… —Alzaste tu vista hacia él con inseguridad— Él era muy incomprendido, él necesitaba a alguien que lo quisiera… y yo también… ambos éramos muy solitarios y logramos congeniar a la perfección… Me enamoré de un Uchiha cómo tú así que-…

Una fuerte cachetada en tu mejilla cayó tus palabras. Llevaste tu mano hacia el área afectada y miraste con miedo al Patriarca Hyuuga— ¡No te atrevas a comparar lo que yo viví con ella con lo tuyo y ese tipejo! ¡Yo sí hice las cosas bien! ¡Yo la cortejé, la respeté, la conocí bajo el régimen de ambos clanes! ¡Y si nunca nos casamos, fue porque nos lo prohibieron al final! —El hombre mayor respiró con profundidad para calmar su furia, y tú caíste en cuanta al ver cómo tu padre sufría al recortar todo eso— Ahora… los tiempos en ambos clanes son diferentes. Y por lo visto, ya es un hecho que podrás casarte con Sasuke Uchiha. Así que lárgate con él, yo solucionaré este embrollo con el señor feudal del té y los del consejo. —Tus labios y ojos se abrieron al sorprenderte por esto último— ¡Pero muévete! —Te apresuró y tú te pusiste de pie para comenzar a irte, aunque sus últimas palabras te dejaron de piedra por unos segundos— Y más te vale decirle que te corteje como líder de clan que es por un año. Quiero evitar rumores sobre posible embarazo tuyo o cualquier habladuría de la gente. ¡¿Entendido?!

—¡Ha-hai! —Y completamente nerviosa y desconcertada por esa extraña conversación, saliste del despacho y te dirigiste hacia dónde estaba el Uchiha con el Uzumaki. Junto a ellos, se encontraban tu hermana menor, tu primo y algunas ciervas del clan.

Observaste cómo ambos estaban aún en la sala, un pelinegro de pie y recargado en la pared y un rubio sentado sobre el tatami del piso.
El Uchiha se acercó a ti cuando oyó tus pasos y tú sin pensar lo abrazaste, sintiendo los brazos masculinos en tu cintura.

Seguramente tú y él tendrían una larga discusión.

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"Diez meses después"

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Sientes cómo un choque de electricidad acumulado en tu vientre es desatado cuando tu orgasmo se declaró sobre tu cuerpo.
Una última embestida en tu interior junto a un fuerte gruñido en tu oído erizó tu piel cuando sentiste al pelinegro correrse en tu interior.

Tu cuerpo, al estar completamente recostado sobre el colchón con las piernas cerradas y tu trasero levemente hacia arriba, te permitiste dejar caer tu cabeza sobre la almohada frente a ti.

Tu respiración era pesada, tus exhalaciones afligidas hacían bailar los mechones de cabello que habían caído sobre tu cara.

Miras de reojo a Sasuke; él, semi recostado sobre tu espalda, apoyando sus antebrazos a los costados de tu cuello y cara y oyes cómo el Uchiha vuelve a gruñir, dejando las últimas gotas de semen en tu interior. Ambos gimieron suavemente cuando él salió de tu interior con un leve movimiento de cadera hacia atrás.

Casi ronroneaste al sentir su glande salir de tu interior, provocándote una sensación de hormigueo placentera. Sasuke se recostó sobre ti unos momentos, agotado mientras respiraba con dificultad al igual que tú.

—Mi papá estará furioso cuando se entere que ésta es tu forma de cortejarme… —Susurraste con una sonrisa, tomando la mano del moreno para entrelazar los dedos.

El Uchiha resopló una risa en sus labios, apoyó su cuerpo y peso en sus antebrazos de nuevo y besó tiernamente tu cabeza antes de rodar sobre la cama para recostarse a tu lado.
Por tu parte, te recostaste sobre uno de tus costados, entrelazando un poco tus piernas con las de él, llevando una de sus manos sobre el pecho masculino— El viejo quería que te cortejara al estilo Hyuuga, ¿no? Como todo un caballero de reputación intachable… —Dijo en tono burlón— Y ya lo hice. Pero no dijo nada al respecto de cortejarte al estilo Uchiha.

Observas divertida cuando él te sonrió de medio lado y tú no lograste evitar reír— ¿Y cuál es ese estilo, mhm? —Atrevida, elevaste un poco tu torso con ayuda de tu brazo izquierdo para lograr darle un beso en los labios.

Él te respondió con gusto y segundos después, se recostó en su costado derecho para mirarte pícaramente— El de: "Puedo coger y estar con mi novia cómo se me pegue la puta gana" —Te susurró de pronto en tu oído, provocando que tú rieras.

Poco a poco, el Uchiha hizo que te fueras recostando en el colchón, repartiendo uno que otro beso en tu rostro y labios mientras sus manos comenzaban a acariciarte de nuevo.

Ladeas tu cabeza hacia la izquierda cuando sientes sus labios y dientes sobre tu piel. Tus manos comenzaron un camino de caricias sobre tu espalda mientras que él, disfrutaba jugar de pronto con tus senos y pezones.
Un leve gemido salió de tus labios al sentir cómo tiraba de tus pequeños botones, dejándolos más sensibles y erizados de lo que ya estaban.
Su lengua pasó sobre uno de ellos mientras que una de las manos masculinas jugaba con el otro pezón.

El moreno poco a poco se abrió paso entre tus piernas, dejando amplias de par a par éstas mientras iniciaba una serie de caricias en tus muslos y pantorrillas.
Sientes tu piel erizarse al sentir su lengua y labios en tu abdomen, bajando hasta tu vientre e intimidad.

Sin poder evitarlo, apoyaste tu peso en uno de tus codos y elevaste tu torso y cabeza para mirarle, agitada debido a la excitación que siempre él te provocaba— Sa-sasuke… acabamos de hacerlo… —Ves cómo él abrió los ojos mientras te miraba desde tu intimidad. Él le dio una leve lamida a tu clítoris y pliegues, arqueando fugazmente una ceja; como si te preguntara: "¿Y?". Tú te sonrojaste ante su descaro, tímidamente llevaste una de tus manos hacia tus labios para poder murmurar— Y… y te acabas de correr ahí.

Ves cómo él lograr bajar de la cama para arrodillarse. Sin preguntarte, llevó tus piernas hacia arriba, dejando tus pies apuntando hacia el cielo mientras que tu intimidad quedaba completamente expuesta para él. El moreno se encogió de hombros y volvió a lamer tu clítoris— ¿Y qué? Eres mi comida favorita… —Tu sonrojo aumentó violentamente en tus mejillas y cerraste tus ojos unos instantes.
Abriste tus ojos y ves cómo él relamió sus labios con lujuria, mirándote fijamente a los ojos antes de abrir su boca y bajar sus labios a tu vagina— Itadakimasu… —Susurró antes de atacar tu clítoris con hambre.

Ante el placer que comenzaste a sentir, cerraste los ojos y dejaste caer tu cabeza y torso sobre la almohada de la cama— Ohh… Kami… —Murmuraste, acercando un poco más tus rodillas hacia tus pechos por instinto.

Sasuke sujetó tus caderas con fuerza y, casi juraste que las huellas de sus dedos aparecerían en ellas como marcas moradas.
El Uchiha enterró más su boca en tu intimidad mientras repasaba dos de sus dedos en tu entrada. Te penetró con ellos y comenzó suaves vaivenes en tu interior mientras su lengua se movía de arriba hacia abajo desesperadamente sobre tu clítoris.

Tu mano derecha apretó las sábanas de la cama mientras que la otra fue directamente hacia los cabellos negros de él para evitar que despegara su cabeza de ti.
Sientes como el pervertido Uchiha sonríe ante tu acción, pero no te importó. Ese hombre te estaba llevando al puto cielo y no querías que parara en ningún momento.

—¡Ahh… Sasuke-kun…! —Dijiste mientras movías levemente tus caderas hacia él. O su boca.
Pero él era el "Pervertido Uchiha", ¿o no, Hyuuga?

Entreabres los ojos y ves cómo él se acerca a ti para besarte, sin dejar de penetrarte con sus dedos.
Aceptaste gustosa su beso, permitiendo que sus lenguas se entrelazaran entre sí, dejándote sin aliento.

—¿Me vas a dar un poco de tu jugo, Hyuuga…? —Susurró cerca de tu oído derecho, moviendo con más fuerza sus dedos, tocando tu punto 'G'.
Tus gemidos y jadeos no se hicieron esperar, quitándote la capacidad del habla en esos instantes, cerraste tus ojos al sentir ese placer. El moreno por su parte mordí el lóbulo de tu oreja, rozando a hora tu clítoris con su pulgar.
El muy maldito quería que tú te derritieras –más- por él— No te oigo, Hyuuga… —Volvió a hablarte, pero ésta vez sobre tus labios, logrando apreciar su sonrisa ladina.

Por tu parte, apretaste tus labios, buscando fuerzas y valor para quitar tu vergüenza para decir lo siguiente— Sí… —Tu mano se posó sobre su cabeza y comenzaste a empujarlo levemente para que bajara hacia tu intimidad de nueva cuenta— Ha-hazlo, Sasuke… —Sabías que el Uchiha no se hizo de rogar, y lo supiste porque su lengua atacó tu clítoris de nuevo mientras sus dedos te atacaban con más violencia.
Sentiste cómo la tensión en tu vientre se acumulaba con fuerza. Volviste a aferrar tus uñas en las sábanas mientras el moreno seguía "comiéndote".
Sientes cómo tu cuerpo comenzó a temblar y a tensarse por momentos. De tus labios no se escuchaban más que gemidos, jadeos y gritos, los cuales retumbaban entre las paredes de la habitación del moreno.

Él, por su parte, hizo resonar sus labios sobre tu clítoris, tirando de él levemente mientras movía frenéticamente sus dedos sobre tu punto 'G', estimulándolo y logrando que en cuestión de segundos, tú te corrieras con violencia, empapándolo. Sientes cómo el Uchiha apegó su cara sobre tu vagina, sorbiendo y chupando de ti mientras tú te arqueabas sonrojada sobre la cama y movías tus caderas sin cesar.

Al pasar un par de minutos, quizá, sientes cómo él se apartaba de ti, agitado pero lamiendo las comisuras de sus labios glotonamente, al igual que sus dedos.
Tus ojos blancos se abrieron y lo viste, sorprendiéndote de cómo aun sujetaba una de tus piernas en la misma posición mientras que estaba empapado hasta el cuello y como poco a poco tus fluidos resbalaban por el pecho.

Una de tus manos se posó en tu vientre y suspiraste pesadamente— Eres… un pervertido sucio…

El resopló una risa y sin esperar más, tomó su pene erecto desde la base y restregó cruelmente su glande rojizo sobre tus pliegues. Tu cuerpo dio leves respingos cada vez que pasaba por tu clítoris— Ya lo sé… —Su voz ronca y excitada te calentó— Pero así me amas. —Afirmó con una sonrisa ladina, divertido y guiñándote uno de sus ojos.
Soltaste un suspiro y sientes cómo él vuelve a penetrarte, pero ésta vez de un solo empujón y hasta el fondo.

Y volviste a gemir su nombre, él sujetó tu otra pierna y comenzó a follarte con violencia; resonando sus embestidas entre tus piernas, glúteos, sus testículos y las paredes que los rodeaban.

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"Siete meses después"

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╰✵●๋⌇Sasuke Uchiha

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Uno de tus dedos índice se movían con insistencia de arriba hacia abajo, chocando tu uña contra la mesita de jardín de aquel Hospital de Konoha. Pronto, le siguieron los otros tres dedos de la misma mano para hacerle compañía en aquella música desentonada. Tu pierna se movía de la misma manera, pero hacía que un sonido retumbara levemente en el piso.

Ni siquiera el jugo que estabas bebiendo lograba calmar la impaciencia que tenías en ese momento. ¿Por qué se tardaba tanto Hinata?

Una leve palmada en tu espalda, te sacó de tu ensoñación— ¡Hey, Teme! —Dijo tu amigo con una leve sonrisa mientras traía a su pequeño bebé de casi dos años entre brazos; a la vez que Sakura se acercaba a su lado— ¿Qué haces aquí? ¿Hinata está en consulta? —Tú asentiste levemente, dejando que la pequeña familia te acompañara y se sentara en tu misma mesa.

Ves como la pelirrosa tomó a su hijo en sus brazos y sacaba un pequeño refractario con fruta picada para comenzar a darle de comer al pequeño rubio de ojos verdes— ¿Y estás nervioso? —Te preguntó la chica, arqueaste tu ceja y ella rió levemente— Quiero decir, supongo que a Hinata-chan le dirán sobre tu bebé, aunque no sé si le logren decir sobre su sexo. —Ella se encogió de hombros mientras te miraba con una sonrisa en los labios— Ella aún tiene cinco meses de gestación.

Soltaste un suspiro y antes de responder, Naruto te interrumpió— ¡Es verdad! ¿Qué quieres que sea?

Con algo de aparente, "desinterés" respondiste, más sin embargo, en tus entrañas morías por saberlo, pero jamás lo admitirías en público, ni siquiera a la misma Hinata, ¿verdad Uchiha? — Pues me-…

Y fuiste interrumpido de nuevo cuando una dulce peliazul se acercaba a tus espaldas, sorprendiéndote con abrazo; logrando sentir su abultado vientre contra a ti— Sasuke-kun, adivina.

—¡¿Te dijeron qué es?! ¡Yo quiero saber! —Dijo emocionado el Uzumaki, mientras que su esposa le apoyaba en su curiosidad.

Ves con atención cómo la Hyuuga acercaba un sobre frente a ti y sacaba unas raras fotografías que tú no sabías interpretar.
Tu mirada se entrecerró un poco, ladeando tu sonrisa mientras ella te señalaba unas manchas blancas en ambas fotos— Estas son las ecografías que me tomaron… y son nuestros bebés. —Te dijo en un tono tierno.

Sin querer, tus ojos se abrieron como platos al escucharlos, sorprendido por escuchar aquella palabra en plural— ¿Cuánto son? —Ves cómo ella te enseña dos de sus dedos y, antes de lograr a decir algo, escuchas un grito emocionado por parte de tu mejor amigo.

—¡¿Son gemelos?! —Sientes cómo el chico te puso de pie con prisa cuando Hinata se lo confirmó, se acercó a abrazarte y darte palmadas en la espalda. Sin poder evitarlo, dejaste que una leve sonrisa adornara tu rostro mientras le imitabas en aquel abrazo— ¡Felicidades, Teme! ¡Ustedes seguro que tuvieron que coger duro y rico para tener a unos bellos gemelitos! —Un rubor y el enojo por las palabras de aquel idiota de llenó el cuerpo. Te apartaste bruscamente de él y empuñaste una mano para romperle la cara, pero cierta pelirrosa se te adelantó.

—¡Naruto, eres un maldito cerdo! —Y lo mandó a volar.

Mientras tanto, ves a tu dulce esposa al punto de desmayarse y atinaste a agarrarla de la cintura, comenzando a abanicarle para que reaccionara— ¡Hinata!, ¡Oe, oe!

Gritaste mientras le sacudías con suavidad. Y Sakura, al ver lo que ocasionó su marido, atinó a hacer repetidas reverencias mientras se disculpaba casi a gritos— ¡Perdón, Sasuke-kun, Hinata-chan! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! —Y la miraste con odio, callándola.

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"Ocho meses después"

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Con la ayuda de tus pies impulsabas aquella silla mecedora en la que estabas sentado.
Después del parte de Hinata, hace unos cuatro meses atrás, ella y tú se la pasaban bastante ocupados.
Mayormente ella se quedaba en casa con los niños mientras que tú ibas a trabajar. Y cuando llegabas a casa, siempre tratabas de ayudarla para ella pudiese descansar.

Así de monótona se volvió tu vida. Y la detestabas en su máxima expresión. Ya ni siquiera recordabas cuándo fue tu último orgasmo o cuándo fue la última vez que disfrutaste tu vida de pareja con Hinata.
Por ahora, dejando de lado tus frustraciones, continuaste meciéndote de atrás hacia adelante para lograr que esos pequeños de cuatro meses que tenías entre tus brazos durmieran de una vez por todas.

Tu cuerpo te rogaba un descanso después de tanto trabajo.

La puerta de la habitación se abrió y tú lograste divisar la silueta de tu mujer. La pequeña Sorano se removió incómoda en tu pecho, logrando que el pequeño Ryuu hiciera lo mismo. Gruñiste sonoramente mientras que delicadamente comenzabas a palmear sus espaldas para que volvieran a dormir tranquilamente.

Hinata se acercó hacia ti a paso silencioso y tomó con cuidado al gemelo varón entre sus brazos, moviendo su cuerpo de lado a lado para "mecerlo" — Perdón Sasuke-kun… —Susurró con una sonrisa— Pero sólo vine a decirte que ya está lista la cena.

La observaste con atención mientras ella depositaba un beso en la cabecita negra de tu hija. Acomodaste a tu hijo el peliazul entre tus brazos e imitaste a tu mujer mientras te ponías de pie para llevarlo a su cuna— Está bien, vamos. —Dijiste con seriedad, más sin embargo, tu tono de voz era más por cansancio que por enojo.

Esperaste a que Hinata dejara a Sorano en la cuna y la imitaste, dejando a Ryuu recostado boca abajo, para salir de la habitación de los niños.
Pasado unos segundos, ambos bajaron con cansancio las escaleras, y sientes cómo ella se acercaba a ti, abrazándote por la cintura. Tú pasaste tu brazo izquierdo sobre sus hombros, aunque sin verla.

—Sasuke… ¿estás bien? Te noto cansado… —Dijo mientras entrelazaba sus dedos.

Por tu parte, sólo te limitaste a asentir. Aunque, supusiste que ella no te creyó del todo porque, te jaló levemente de tu mano e hizo que te detuvieras en una columna de concreto— No, no lo estás… —Afirmó mientras se acercaba a ti para tomarte de las mejillas, alzándose de puntitas. Te limitaste a tomarla de la cintura, cerrando los ojos cuando ella deslizó sus manos y brazos hasta tu cuello— Sé que estás agotado… y frustrado, de hecho yo igual lo estoy… me siento sensible y… te extraño mucho… —Murmuró, entreabriste tus ojos y viste su leve puchero en sus labios— Pero siempre estaré a tu lado, eres mi esposo y padre de unos hijos hermosos… pronto crecerán y tendremos un poco de tiempo para los dos, ¿de acuerdo? —Una sonrisa dulce apareció en sus labios, contagiándote a hacer lo mismo. Acercas tus labios a los de ella para besarla, aferrando un poco más tus brazos sobre su cintura.

—¿Estás sensible…? —Murmuraste contra sus labios, besando fugazmente, lento. Ella asintió y tú suspiraste— ¿Qué tanto me extrañas…?

Ves cómo un sonrojo se formó en las mejillas de la chica, derritiendo poco a poco tu corazón con esa ternura característica en ella que te mataba.

Hinata, apretujó atrevidamente sus pechos contra tu torso— Tanto que tengo muchas ganas de… eso…

Y al escucharla, no pudiste evitar medio reír entre dientes— ¿Y qué es eso? —Cuestionaste divertido mientras peinabas su largo cabello hacia atrás. Observas con atención cómo ella mordía su labio inferior, avergonzada. Después, ella se acercó a tu oído y te susurró— Oh… —Sonreíste de lado, mirando cómo ella escondía avergonzada su rostro mientras sentías cómo tu pene comenzaba a despertar— Hazlo… quiero que lo hagas…

Ves cómo el sonrojo de la chica aumento— Pe-pero… cierra tus ojos… —Divertido, accediste a su petición. Cerraste los ojos suavemente mientras apoyabas de lleno tu espalda en la pared; cruzándote de brazos.

Sientes cómo las delicadas manos de la Hyuuga repasaban tu abdomen sobre la tela de tu camisa roja, pasando hasta el cinturón de tu pantalón negro.
Oyes con atención el sonido de la hebilla del mismo, después cómo desabrochaba tus pantalones y bajaba el cierre.

Y, Oh-Joder… Uchiha, te estabas poniendo malditamente caliente.

Deseaste abrir tus ojos, pero a la vez querías quedarte así para dejar que tu pequeña esposa te sorprendiera.
Ella apretó el bulto de tu erección, logrando sacarte un gruñido grave, tu cuerpo soltó un respingo y más cuando ella bajó tus boxers, acariciando tus piernas hasta bajártelo a los tobillos para tomar tímidamente tu miembro después.

Tragaste grueso cuando ella comenzó a masturbarte, o cuando daba pequeñas lamidas a tu ya sensible glande. Soltaste uno que otro jadeo cuando sus manos comenzaron a jugar con tus testículos.

Y, Oh-Santa-Mierda. ¿Cuándo coños Hinata aprendió a hacer estas… mamadas? Ella no era de las que gustaban de este tipo de prácticas, raramente te hacía una, así que… ¿no mentía cuando te susurró que quería hacerte una? Joder… sí que tu esposa te extrañaba.

Tus labios se sellaron para evitar soltar un gran sonido de satisfacción, sintiendo cómo su cálida boca envolvía tu polla casi hasta la mitad. ¿Cuánto más soportarías tener los ojos cerrados, Uchiha?

Ni tú lo sabías, sólo tenías en mente que tenías muchísimas ganas de follar esa boquita. Aunque, sabiendo el ritmo pausado lento que llevaba, supiste que quizá no era buena idea.

Tragaste grueso y llevaste tu cabeza hacia atrás, siseando de puro placer cuando sentías su húmeda lengua repasar sobre las venas de tu verga.
Sin poder evitarlo, abriste un poco tus piernas, llevando tu pelvis hacia adelante mientras tu diestra comenzaba suaves caricias sobre su cabeza de uva.

Por otro lado, con tu mano libre te aferraste en aquella columna para soportar tu peso— Joder… Hime… —Susurraste sin pensar. Aunque, supusiste que eso le debió haber gustado a tu mujer porque intensificó un poco más los movimientos de su cabeza.

Oyes cómo ella saca tu miembro de su boca, llevando sus labios después a tus duros testículos mientras te masturbaba de arriba hacia abajo con una de sus manos.

Y, puta-madrepensaste. Deseabas ver su cara mientras estaba chupándola. Y de sólo imaginarla, sentiste que tu excitación crecía. Entreabriste tus ojos un momento y, al notar que ella te miraba a los ojos mientras se tocaba su intimidad sobre sus bragas, casi hizo que te corrieras.
Tomaste la cabeza de la chica y la detuviste por el momento, soltando un gemido cuando ella de una succión soltó la piel de tus sensibles testículos.

—¿Sasuke-kun…? —Te pregunta extrañada y sonrojada hasta el cuello, más sin embargo, tú la atrajiste hacia ti y le rodeaste la cintura; plantándole un beso apasionado en los labios. Lamiste poco a poco los mismos, pidiendo acceso para enrollar tu lengua con la de ella mientras tus manos estrujaban sus firmes glúteos, haciéndolos "girar" entre tus manos.

¡Y Dios bendiga a tu esposa! Tenía el puto don de calentarte cómo nadie y ella no sabía del poder que tenía sobre ti.

Mordiste el labio inferior de la chica, tirando sin cuidado alguno de él a la vez que tu mano derecha soltaba fugazmente su glúteo y lo nalgueaba con fuerza, provocándole que gimiera.

—Señora Uchiha, se ha ganado una dura cogida y varios orgasmos ésta noche. —Ella, al oírte, se sonrojó cual tomate mientras dejaba que tú comenzaras a desvestirla.
Quitaste su camisa gris sin mangas hacia arriba, llevándote con ella –bruscamente- su sostén.
Tomaste sus abultados senos con ambas manos, acercando uno de ellos hacia tu boca para comenzar a chuparlo sin cuidado alguno. Ella comenzó a gemir, sintiendo cómo apoyaba una de sus manos en tu cabeza.

Saboreas la dulce leche, la misma que alimentaba a tus hijos, y te replanteaste que quizá el único dulce que lograría gustarte en toda tu vida, sería Hinata.
Con una mano, fuiste hacia debajo de la falda blanca de tu esposa y colaste la misma hasta llegar a sus bragas.

Sin pudor, pasaste una de sus manos sobre su clítoris, acariciándolo sobre la tela fina, dejando que ella comenzara a derretir de placer.
La chica susurraba constantemente tu nombre, cosa que no hacía más que encenderte.

Mandaste a la mierda el cansancio, desvelo, tus frustraciones, todo. Tú querías una noche de pasión con tu mujer y eso ibas a tener. Un Uchiha siempre tiene lo que quiere, ¿verdad?

Metiste tu mano dentro de la ropa interior de tu mujer y colaste un par de dedos en tu interior, notando lo húmeda que estaba, lo impaciente que estaba por ti.
Apegaste tu frente a ella, mirando sus ojos cerrados y susurraste— Hina… ¿quieres que te folle…? —Ella gimió de nuevo, asintiendo a duras penas, entreabriendo sus ojos. Besaste sus labios y volviste a hablar, moviendo un poco más tus dedos— ¿Mucho…? ¿Duro…? —Ella asintió de nuevo y la ves tragar grueso. Sientes cómo tu puto ego se inflaba a niveles inimaginables, así que, hiciste una última pregunta— ¿Y muy profundo? —Tu pulgar tocó su clítoris y lo estimulaste duramente, sintiendo cómo comenzaban a temblarle las piernas.

—Sí, quiero a mi esposo dentro… —Susurró excitada.
Y ese era el detonante que terminó encenderte. Tomaste a la chica de sus caderas, dejando que enrollara sus piernas sobre las tuyas y la tomaste de su trasero, estrujándolo a placer tuyo.

Apoyaste su espalda sobre la columna y con tu diestra, guiaste tu hombría hacia su interior y sin miramientos, la penetraste en una sola embestida. Ambos gimieron largamente, notando cómo las paredes de la chica de atrapaban con fuerza.

Oh, cuánto extrañabas a tu esposa…

Ella estaba tan húmeda, tan apretada y deliciosa que seguramente podrías correrte en ese momento.
Tomaste sus caderas, mientras ella te abrazaba por el cuello y sin esperar un segundo más, comenzaste a embestirla con ganas, largo y duro, profundo y lento, disfrutando de cada sensación que ella te daba.

No lograste reprimir una que otra palabra vulgar, te valía un comino, estabas caliente y querías que tu mujer supiera cuánto la deseabas. Por otro lado, ves cómo la peliazul se limitaba a gemir mientras besaba tu cuello y hombro, dejándote algunas marcas que, seguramente no desaparecerían pronto.

El choque constante de sus muslos y testículos contra sus nalgas era lo único que inundaba aquella sala. Hinata intentaba reprimir sus gemidos y, cuando tú te percataste de eso, comenzaste a follarla con más fuerza, entrando casi lo más profundo de ella: su útero— Grita, Hime… no te reprimas… —Tu voz sonó agitada mientras continuabas embistiéndola.

La chica apretó el agarre de sus piernas en tus caderas, provocando que te hundieras más en ella— Ohh… Sasuke-kun… —Gritó en alto tu nombre, y tu sentiste cómo ella se mojaba cada vez más.

Tus palmas golpearon sus glúteos repetidas veces, deseando que ambos quedasen rojos por los "azotes".
Después de unos minutos en la misma posición, bajaste a la chica y la giraste hacia la columna a la vez que lamías tu dedo medio hasta dejarlo húmedo— Quiero entrar aquí, Hinata… —Preguntaste con suavidad, repasan tu dedo en su entrada trasera, humedeciéndola para después, repasarla con sus pliegues húmedos, mojando de nuevo su dedo— ¿Me dejas…? —Apegaste tus labios a su oreja mientras penetrabas suavemente su ano, moviendo de igual forma tu mano para comenzar a dilatarlo.

Viste cómo la chica tembló de placer mientras que de sus labios salían leves gemidos. Moviste un poco más rápido tu dedo dentro de ella, intentando dilatarla un poco más para ingresar un segundo dedo.

La chica soltó un largo gemido, cómo un ronroneo y sentiste sus piernas temblar— Sa-Sasuke… —Ella giró su cabeza para verte, asintiendo levemente mientras su sonrojo se tornaba un poco más oscuro.

Te apartaste un poco de ella, al igual que tus manos y la tomaste entre tus brazos para comenzar a subir las escaleras e ir a su habitación.
Ella rodeó tu cuello con sus brazos y colocó su cabeza en tu pecho, tú dejaste un beso en su frente y, una vez frente a su recámara, abriste la puerta e ingresaste con cuidado para evitar que la peliazul chocara contra las paredes.

Al divisar la cama, la recostaste en uno de sus costados y de colocaste a espaldas de ella, imitándola. Tomaste una de sus piernas y las estiraste hacia el cielo para mantenerlas lo más alto posible.
Ella te ayudó con ello mientras que tú tomabas tu polla desde la base y comenzaste frotar tu glande contra su entrada trasera, dispuesto a hacer que temblara una vez más de placer.

La chica gimió y en un instante, te viste atrapado en uno de sus tiernos besos a la vez que ingresabas en ella.
El placer de estar en ella era lo más maravilloso que pudo pasarte en tu puta vida, ¿verdad Uchiha?
Agarraste de nueva cuenta su pierna desde su muslo y comenzaste a embestirla lentamente, adoptando aquel ritmo hasta que la chica se acostumbrase, ya que no solías tomarla por ahí tan seguido.

—Mmm… Sasuke-kun… más… —Te susurró la chica contra tus labios. Y claro, tú estabas para complacerla, ¿cierto Uchiha? Abriste de igual manera tus piernas, apoyando tus pies sobre el colchón. Moviste tus caderas con fuerza, alzando una de tus piernas para ganar impulso.

Ella gimió tu nombre con vil placer puro. Y tú te sentías en el puto cielo al entrar cada vez más en aquella intimidad.
Llevaste tus labios hacia el cuello ajeno y dejaste marcas moradas a través de su piel. Apreciaste cómo sus voluptuosos pechos botaban al compás de tus embestidas, al igual que exhibían esos pezones rosados que tanto amabas, mientras que su piel estaba llena de moretones.

Una de tus manos se coló hacia adelante y sin pensar dos veces, mojaste un par de dedos con tu lengua y comenzaste a estimularle su intimidad, penetrándola con ellos mientras follabas con dureza su ano.

Hinata llevó su cabeza hacia atrás, rendida de tanto placer y dejándose llevar por tus manos calientes. Moviste un poco más tus caderas y, al escuchar cómo ella jadeaba gustosa, traviesamente, sacaste tus dedos con tu intimidad y palmeaste su clítoris para darle espasmos placenteros, punzantes y logrando que de alguna forma te apretase más— Eres deliciosa, Hinata… me encantas… —Susurraste cerca de su oído, no resistiéndote a la idea de lamer su cartílago y morderlo; tirando de él.

Sientes cómo ella llevó una de sus manos hacia tus glúteos para amasarlos un poco, girando su cabeza para besarte unos cuantos segundos— Sasuke-kun… —Dijo sonrojada, sudorosa de tanta actividad sexual contigo— Más… quiero… venirme contigo… —Dijo en un leve susurro, seguramente aguantándose la vergüenza por pedir aquello.

Apretaste más sus caderas con tus manos y diste dos estocadas fuertes y profundas antes salir de su interior. Apartaste un par de mechones de tu cara y soltaste su pierna— A gatas, cómo me gusta.

Y con todo el placer del mundo, vez cómo ella te obedecía y hacía caso a tu petición.
Ves cómo la peliazul se colocaba en cuatro, bajando su rostro hacia el colchón mientras pegaba lo más que podía su torso hacia sus piernas; dejando éstas abiertas con el trasero hacia el cielo.

Ella cerró los ojos, jadeante y a la expectativa de lo que tú harías.
Sonreíste de lado y te pusiste de pie sobre la cama. Te agachaste lo suficiente como para flexionar las rodillas mientras que apoyabas tu peso con tu zurda; a un costado de la cara de la Hyuuga.
Por otro lado, tu diestra te ayudó a ingresar de nuevo en su ano, gimiendo placenteramente para después, aferrarse a uno de sus glúteos— Te ves preciosa… —Le susurraste. Le viste sonreír tímidamente, sonrojándose un poco más por tus palabras.

Y tú, así como estabas de pie en la cama, comenzaste a embestirla con fuerza, sin delicadeza alguna ya que estabas tan jodidamente excitado y caliente. Necesitabas correrte y sabías que Hinata igual.
Observas con una sonrisa a la chica cuando comenzaba a gemir, casi a gritar cómo delirando debido a las constantes penetraciones que le dabas.
Y es que, en aquella posición, te permitías entrar por completo en ella, llenarla mientras que su trasero delicioso quedaba más y más rojo en contraste a su pálida piel.

Le diste unas cuantas sonoras nalgadas en su glúteo derecho. Apoyaste ambas manos a la altura de la cabeza de la chica y mientras bajabas tu boca a su espalda para dejarle más marcas, estirando la piel blanca— ¡Eres mía, Hyuuga, sólo mía! —Demandaste con fuerza, logrando mover con más frenesí tus caderas.
Observas divertido cuando Hinata llevó una de sus manos hacia su intimidad. Hiciste una embestida dura y profunda y te quedaste dentro de ella unos momentos, moviendo tus caderas en círculos para intensificar el placer— ¿Ya te quieres correr…? —Ella asintió a duras penas mientras te susurraba un: "Sí…". Tu volviste a nalguearla con fuerza mientras que iniciaste de nuevo tus embestidas; con la misma intensidad— Entonces hazlo… córrete para mí, preciosa… —Llevaste tu mano hacia su intimidad y la penetraste, de tal manera que iniciaste a follarla por ahí para hacer que su orgasmo se liberara de una vez de su cuerpo.

—¡Ahh, Sasuke! —Gritó, cerrando sus ojos con fuerza mientras apretaba las sábanas de la cama— ¡Sasuke-kun, Sasuke-kun, Sasuke…! —Y con un largo gemido, gritando su placer, la chica se corrió apretando más tu miembro con su cavidad.

Por tu parte, le diste unas cuantas embestidas más y te adentraste lo más profundo en ella para correrte.
Dejaste que todo tu semen la llenara por completo, sintiendo cómo poco a poco salía de tu cuerpo mientras éste se estremecía— ¡Maldición… Hinata…! —Gruñiste guturalmente, dejando que algunas gotas de sudor cayeran sobre ella.

Al sentir que te vaciaste en su interior por completo, saliste con cuidado de ella y te recostaste, atrayéndola hacia ti mientras dejabas que la respiración de ambos se calmara.
Deslizaste una de tus manos por su espalda y le plantaste un beso en sus labios— Maldita sea, cómo te amo. —Expresaste antes de soltar una leve risa.
Soltaste un pesado suspiro y llevaste tu mirar carbón hacia el techo.

Oyes a Hinata reír mientras te sujetaba la mano— Yo también te amo, Sasuke-kun… —Te susurró y sientes cómo te dejaba un beso en los labios— ¿Crees que los bebés se despertaron con tanto escándalo? —Y cómo si se tratase de un valde de agua fría, recordaste que había dos seres pequeños en la habitación de alado.

Te aclaraste la garganta y la miraste, encogiéndote de hombros— No lo sé, no creo. —Y cómo si fuera por arte de magia o invocación, unos lloriqueos se hicieron sonar. Miraste hacia el reloj de la pared y luego enfocaste tu vista en ella.

—Es su hora de comer —Dijeron en unísono. Te dispusiste en ir a verlos, pero una mano en tu pecho te lo impidió.

—Quédate recostado, yo iré, amor. —Dijo la chica con una sonrisa, usando aquella palabra que tanto te gustaba; colocándose de pie en busca de una de tus camisas para "vestirse".

Con una pequeña sonrisa en tus labios, llevaste tus brazos atrás de tu cabeza y cerraste tus ojos.
Al pasar de unos minutos, escuchaste unos pasos aproximar hacia a ti. Entreabriste tus ojos y notaste cómo la peliazul traía consigo a tu hija Sorano entre brazos.
Ella te sonrió y se sentó en la cama, a tu lado— Ryuu ya se durmió, pero parece que a ella le gusta que su papi la esté mimando, ¿verdad? —Ves cómo le pregunta a la bebé con voz tierna. Tú no haces más que sonreír mientras cogías un poco de una sábana limpia y la cubrías tu pecho con ella.

Tomaste a la pequeña pelinegra entre tus brazos y recargaste tu espalda en la cabecera de la cama. Notas cómo tu hija deja llorar poco a poco, preparándose para dormir.

—¿Cómo es que no tengo una cámara a la mano para tomarte una foto ahora? —Comentó divertida la chica. Tú rodaste los ojos y tiraste de su mano para besarla.

—Eres una boba. —Le murmuraste antes de dejar suaves caricias en la espalda de la bebé.

Y ante esas palabras, tu corazón se hinchó de felicidad. Porque sí, por primera vez en tu puta vida estabas feliz.
Los bebés eran un infierno, tenías que admitir, pero eran tus hijos y los amabas.
Sin olvidar que tenías una esposa maravillosa que seguramente te brindaría de su paciencia eterna para soportar todas esas dificultades.

¿Podría decirse que Hinata era tu verdadero amor? ¿Tu alma gemela?

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FIN LOVE ME
๋⌇Epílogo

Notas de Autora:

En fin, ¡HOLI! *^* Ando feliz porque me surgió la inspiración para escribir el epílogo. Porque sí, para los que leyeron el último capi que subí de Only One, expliqué que haría un epílogo a petición de la mayoría y mía xD
La verdad ya lo venía planeando desde hace mucho. Xd

Creo que han sido los dos lemons más difíciles que he escrito hasta hora. Sin mencionar que el último se me hizo larguíiiiisimo :c Pero aun así espero que les haya gustado el capi 7u7

Espero que no se hayan ofendido con lo del sexo anal :c Resulta, que es algo que casi no escribo y hoy me picó el bichito de querer variar en esto de los lemons. I mean, este fic siempre ha sido intenso, así que se me antojó hacer un capi Hot y no todo rosita como el anterior XD

Empecé a escribir este capi a partir de la discusión de Hinata con Hiashi ya que alguno me mencionó por ahí que tenía la curiosidad de cómo había sido y pues… he ahí el resultado :v
Igual, perdonen por no ponerles lo de la boda, se los debo para otra ocasión xD

Además, díganme pervertida o lo que quieran, pero ya extrañaba escribir lemons así XD Llevaba días queriendo escribir uno, pero no sabía ni de qué pareja ni en qué situación. Así que, qué mejor que este fic :P

Espero que les haya gustado ver a Sasukin en su faceta de papá. Creo que es lo más tierno que existe *^*.

En fin, les agradezco a todos los que dejaron su review, me hizo feliz su opinión. Respondí algunos reviews en MP, pero otros no, creo que la mitad, gomen. :c

Agradecimientos a:

Hinatacris, xxrisxx.
Uzumaki Manaka-chan.
Francisvict.
cherrymarce.
simazame.
nn.
Rukia36.
Hime-chaaan: gracias por tu rv. Y que consideres mi historia buena, me hace feliz ;^; -corazón-.
Gab: espero que te haya gustado el capi. Aunque te debo la boda XD.
Dark Amy-chan: Te quiero Amy-chan, gracias por apoyarme siempre. Eres la mejor amiga del mundo mundial owo –corazón gigante-.
Hinata Uchiha-hiuga.
JudsS.C.
alejamoya06.
Marso-Hyuga Uchiha
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UmeFuyu: OMG. Casi me dio en mimisqui cuando vi tu rv. (¿?) En serio. Jajaja, me honra que te guste mi fic, que me consideres buena autora y que te haya gustado el fic ;w; Y no digas que escribes mal los lemons, a mi me gusta cómo lo haces c: ¡Saludos!
18:No estés triste :c Hay más fics que comentar, créeme xD Saludos –corazón-.
Da chan: Oh por Diosh con lo tuyo, muchacha (/u\).
kioh.
Guest.
himepeti.
Naomi aki.
Nana.

Muchísimas gracias por el apoyo, en serio, de corazón se los agradezco ;w; Y, ahora sí. Love Me se despide de ustedes. c:
PD: You Belong to Me está en proceso, no desesperen c;

Aika Yami.