Hola, antes que todo. Los personajes de Rurouni Kenshin, no me pertenecen. Solo los tomo prestado para mi entretenimiento y espero el suyo.

No soy nueva escribiendo fics, pero lo soy en los de Rurouni Kenshin, espero lo disfruten. Los que les puedo adelantar es que esta historia se pondrá más interesante a cada instante. Basta de Charla, y vamos a la historia.

Prologo.

En algún instante en los años 1800´s

Apreté fuertemente la espada, el frio metal se sentía familiar en mis manos. Las ropas que vestía ocultaban mi condición de mujer, en estos instantes era un hombre, que desafiaba a batalla a otro.

Mis ojos observaron atentamente a mi contrincante. Por un momento me permite sentir el miedo al mirar sus ojos dorados, en ellos se observaba el brillo de los asesinos, de los hombre sin piedad.

Es valiente el muchacho, nadie se atreve a desafiar a Battusai-escuche una voz en algún lado del círculo que nos rodeaba-Un idiota, diría yo.-dijo otro hombre.

Saque de mi mente cualquier otro pensamiento, que no fuera la voluntad de ganar. Necesitaría toda mi concentración en la batalla.

Ambos levantamos las espadas, y el sonido del metal contra el metal, resonó en el campo, y así comenzaba la batalla entre Battusai y yo, Kaoru Kamiya

CAPITULO I

(Kaoru)

Seis días antes

Sus oídos permanecían alertas a cualquier sonido. Sus ojos abiertos tratando de observar con detalle lo que le rodeaba, a pesar de la oscuridad. Sus pies recorrían los pasillos del castillo en silencio.

Nadie debía descubrirla y nadie lo había hecho en otras ocasiones, bueno casi nadie, se corrigió, cuando escucho el sonido de una puerta abrirse y vio la figura que de ella salía.

-Mi niña Kaoru- a pesar de las cariñosas palabras, entendió la amonestación, que las palabras contenían.

Los labios de la joven se curvaron en una sonrisa apenada, sus ojos azul profundo, miraban con cariño y arrepentimiento a la mujer frente a ella-Lo siento nana-

La mujer algo rolliza y de unos cincuenta años, levanto las manos al cielo-Nunca aprenderás, mira que ya no necesito mas canas de las que ya tengo-. El pelo antes negro ya comenzaba a mostrar algunas canas, y como siempre le recordaba a Kaoru, la mayoría ocasionadas por ella-Mira que escabullirte del castillo, y vestida con esas ropas-

Kaoru, no necesitaba mirarse. Los pantalones que vestía, ciertamente no eran lo apropiados para una señorita de 20 años. Vestir ropa de hombres, nunca lo era.

-Nana…-

-no, no quiero excusas mi niña.-Con una última mirada de reprobación se dirigió a ella.-ve a cambiarte, la cena esta lista, tu tío y tus primas ya se encuentran en el comedor, así que no tardes.-

Karou, camino hacia Tsukina, y la abrazo.-no te enojes conmigo nana- Kaoru, suspiro.-sabes que necesito estos pequeños escapes, no hago nada peligroso.-

Los escapes a los que se refería Kaoru, consistían en una cabalgata por el bosque, y tener en sus manos su arco y flechas. No era falta de modestia cuando se consideraba una de las mejores arqueras, aunque siendo mujer nunca ponía en práctica su talento, después de todo no era una actividad propia de una dama. !Ja¡, una dama, kaoru, ciertamente no estaba interesada en comportarse como tal, era tan aburrido, estúpido y superficial.

La mujer la miro a los ojos y con cariño, le retiro el pelo que caía sobre su frente.- Por más que lo intente no puedo enojarme contigo. Lo que me preocupa es que si no aprendes a comportarte adecuadamente no conseguirás un marido.-

-¡Un marido¡, no necesito uno. ¿Dime porque querría un hombre que me dijera que hacer, que se comporte como si fuera mi dueño?. Sabes que no sería capaz de comportarme con sumisión frente a ningún hombre, miro que otras mujeres consideran lo que dicen sus maridos como la esencia de la sabiduría, aunque sea una tontería. Nunca me casare.-

-Pero mi niña, ¿acaso no quieres hijos, tener un hogar?-

Karou, suspiro, y por un momento se imagino a pequeños niños, diciéndole mama. La única cosa buena que Kaoru miraba sobre tener un marido, eran los niños, pero ni ese deseo era lo suficientemente fuerte para dejar de lado su decisión de no casarse jamás, sabía que sería como morir lentamente.-Me conformare con mis sobrinos-su prima Megumi y Misao, seguramente, tendrían muchos niños.-Ya verás que seré su tía favorita.-

-Es inútil discutir contigo- ve a tu cuarto y alístate, ya has perdido mucho tiempo, pronto servirán la cena.

Tsukina observo a Kaoru dirigirse a su cuarto. El pesar se observaba en sus ojos. Kaoru, no cambiaría, tenía un espíritu demasiado libre, era valiente, tenaz, llena de determinación, en un hombre esas cualidades serian apreciadas, pero en una mujer, no lo eran. Era triste pensar que su niña no encontrara a alguien con quien compartir su vida, sabía que sería una madre maravillosa.

Pero sabía que Kaoru tenía razón, si se unía a alguien que tratara de controlarla, de apagar su espíritu, Kaoru, moriría lentamente, como una flor cuando el invierno esta cerca, y no deseaba eso. -Talvez, encuentres a alguien que sepa apreciarte como eres, que admita tu fortaleza mi niña, pero que también vea la fragilidad que hay en ti, y desee protegerla, que descubra la maravillosa persona que eres.-

El frufrú de la falda, llegaba a sus oídos, mientras se dirigía hacia el comedor, sus pasos más controlados y su manera de caminar más correcta, si alguien la mirara, podría decir que ciertamente era una dama. Aunque a pesar de la apariencia exterior, sus pensamientos todavía giraban en torno a la escapada de la tarde; y el pequeño, pero letal cuchillo atado a su muslo, le daba el suficiente animo a pesar del vestir el vestido.

Siempre debes estar preparada, eran las palabras favoritas de él, su lema. Sus ojos se llevaron de tristeza unos momentos al recordar a su hermano, era el único que la había alentado a seguir con sus actividades. Le había enseñado el manejo de una espada, del cuchillo y del arco. Había sido su maestro, su amigo y la única persona que la entendía.-Solo espero que te encuentres bien hermano, donde quieras que este.-murmuro.

Habían pasado tres años desde la última vez que lo había visto, cuando tomo sus cosas y decidió unirse al ejército de los rebeldes, a pesar de la oposición del tío, y de todos.

Supo que algo andaba mal, desde el momento en que cruzo las pesadas puertas del comedor, y no escucho nada, solo silencio. ¿Dónde estaban las risas, el murmullo de las conversaciones y las escandalosas y ocasionales carcajadas que su tío Yuhichiro Kamiya daba?; y al observar el rostros de las personas sentadas alrededor de la mesa, supo que no estaba equivocada.

-¿Qué ocurre?- Miro a sus primas y a su tío.

El pesar, la tristeza y el dolor, se dibujaron en el rostro de su tío cuando la miro.-Una carta del rey-sus manos apretados en puños, como señal de impotencia-Battusai, se dirige hacia los valles kamiya, para hacer una alianza, con nosotros, llegara dentro de una semana.-

-Pero, eso significa que estamos en favor del rey, si manda a su mano derecha hacia acá.-

-Lo estamos.- tomo un poco del vino que contenía su copa, necesitaba deshacer el nudo, en su garganta.-el problema, es la forma en que el rey desee que se realice la alianza.-

-¿a qué te refieres?- un frio presentimiento comenzó a invadirla, y supo que no se equivocaba cuando su tío continúo.

-Un matrimonio con una de mis hijas.-

Megumi y Misao, lloraban en silencio.

-¿Cómo puede el Rey, ordenar tal cosa?-el enojo se filtraba en sus palabras-Battusai, es un asesino, es un hombre cruel, que no duda en matar, además el mismo mato a su primera esposa.

-lo sé, querida kaoru.- Yuhichiro lo sabía perfectamente, y el horror de entregar a algunas de sus hijas a un monstro como ese, le ocasionaba un terrible dolor.

-No se puede hacer algo, Misao y Megumi, se encuentran comprometidas, ¿acaso no vale?-

-El es el preferido del rey, no puedo ir en contra de la voluntad del rey, pero hacer lo que me pide, es…

La plática termino con la entrada de los criados y las bandejas de comida. Sus primas se limpiaron los ojos, pero kaoru, observo el miedo en ellos. No dejaría que algo así, les ocurriera a sus primas, tenía un plan en el que pensar.

Las cintas alrededor de su tórax, comprimían sus pechos, los pantalones y la camisa, completaban el atuendo, su transformación estaba casi lista.

-No me gusta tu idea Kaoru- Misao, la más joven de las tres, fue quien lo dijo. Sus ojos observaban con preocupación a su prima.

Megumi, iba de un lado hacia otro en la habitación, pero al escuchar el comentario de su hermana, se detuvo- Estoy de acuerdo con Misao, es peligroso-se acerco hasta tomar las manos de kaoru entre las suyas-tengo miedo que te lastimen.-

-No lo harán.- Kaoru, las miro. Su voz firme, sin miedo. Sus ojos llenos de determinación-Soy buena con la espada, ustedes lo saben-

-Pero él es Battusai-protesto Megumi.-Soy la mayor, me casare con él, así que olvida ese plan-

Kaoru, sintió a Megumi temblar mientras decía estas palabras, sus ojos llenos de espanto al pensar en la posibilidad. Sus primas la amaban, como ella las amaba a ellas. Megumi se ofrecía a casarse con ese monstro, en lugar de que ella arriesgara su vida, y eso era un motivo más, por el que debía seguir adelante.

-No tendrás que casarte con él-le respondió a Megumi-tu tendrás tu boda, con el hombre que amas, Sanosuke. -Miro con cariño a su prima más joven-Y Misao con Aoshi. Ninguna tiene que renunciar al hombre que aman, y a sus sueños. Ya verán que tengo éxito, se los prometo.-

Tomo el cuchillo que estaba en el tocador, y mirándose en el espejo se dispuso a seguir con la transformación. Su pelo largo, le llegaba a las caderas, era hermoso lo sabía, pero a pesar de eso, mientras el cuchillo cortaba los mechones, no pensó en nada mas, que en tener éxito en su plan.

Ahora el cabello le llegaba por los hombros, tomo una cinta y se lo ato a lo alto de la cabeza. Y alterando su voz se dirigió a sus primas.-¿Que les parece, creen que paso por un hombre?-

Misao y Megumi, la observaron atentamente.-Me asombra el cambio-fue la voz de Megumi, la que rompió el silencio que siguió a las palabras de kaoru-No te tomaran por una mujer, al observarte pareces un muchacho, un hombre joven, pero sin duda, un integrante del sexo masculino.-

Kaoru sonrió-Me alegro, el primer paso del plan está completo.-

Con la facilidad de años de práctica y la costumbre, bajo del caballo con agilidad. Lo ato a uno de los muchos árboles de la zona, y se dispuso a preparar un campamento para pasar la noche.

En la mañana caminaría más, y se encontraría con Battusai, y lo desafiaría a una batalla.

Quizás fue el leve sonido, de las hojas cuando las pisan, o su intuición, lo que la previno, de que no se encontraba sola. Tomo su espada y poniéndose de pie, se preparo para enfrentar a quienes se acercaban.

Dos hombres, ambos con espada, procuraron rodearla. Aunque dos contra uno, no era una batalla justa, su confianza en sí misma, no mermo.

-¿Quiénes son ustedes?-su voz, llevaba el tinte grave, característico de un hombre.

Fue el que se encontraba frente a ella, el que contesto-Somos parte del ejercito de Battusai-El hombre sonrió con diversión, esperando la reacción que sabia provocarían en el hombre frente a él. Su jefe era un hombre con reputación, muy temido. Pero el resultado no fue lo que espero, los rasgos del hombre no se alteraron.

Kaoru, escucho las palabras del hombre. Al parecer se había acercado demasiado al campamento de Battusai, y estos dos, la encontraron en su recorrido. Y su plan, se vería alterado, a pesar de lo planeado, era el momento de conocer a Battusai.

-Llévenme con su jefe-

-No eres nadie, para exigir tal cosa-respondió ahora, el hombre que se encontraba a su espalda.

-Mi nombre es Katsumoto-se presento Kaoru-Vengo de castillo Kamiya, tengo noticias que interesaran a tu jefe-era necesario recurrir a un mentira, para lograr el encuentro-pero solo se las diré a él, personalmente.

Les traeré un nuevo capítulo dentro de una semana. Como siempre los comentarios y reviews son muy bien recibidos. Hasta pronto.