Bueno, sé que hace más de 1 mes que no subía un capítulo nuevo, así que no sé si alguien todavía se acuerda de esta historia jaja pero bueno, les gustará saber que esté es el último capítulo, así que espero que les guste, que les haya gustado el fic, y les agradezco todos sus comentarios, favoritos y tiempo en leerme.

Me gustaría que me dejen su opinión :) Ya nos veremos en otro fic de Harry Potter, quizá...

por ahora... mischief managed!


Aunque Harry no quería quedarse de brazos cruzados mirando como un estúpido a Krum y Hermione bailar, sabía que no podía ir e interrumpirlos en ese momento. Su amiga se enfadaría con él; se veía muy feliz bailando con el estudiante de Durmstrang y aunque se sentía celoso, Harry tampoco quería interrumpir esa felicidad.

Dos minutos después terminó la canción. Viktor le dijo algo al oído a Hermione y la chica sonrió. Harry supo que ese era el momento en que tenía que intervenir, con toda la diplomacia posible.

Se acercó tranquilamente a la pareja y le tocó el hombro a su amiga.

- Volví, Hermione.

La chica lo miró y Harry notó como la sonrisa se borraba de su rostro. Eso lo hizo sentirse mal.

- Ah, Harry… justo estaba bailando con Viktor.

Harry dirigió su vista a Krum, que no se veía feliz de que los haya interrumpido.

- Hola, Viktor – lo saludó con una fingida sonrisa y extendiéndole una mano. El jugador de quidditch la tomó, sin sonreír y le dio un ligero pero fuerte apretón. Harry pensó que con un golpe le rompería la cara, pero no se dejó intimidar. – Perdona que los interrumpa, pero te robo a Hermione…

Más bien la recupero.

Viktor lo miró serio y Harry temió por su salud física. Pero el grandulón solo asintió y luego miró a Hermione.

- Un placer bailar contigo, Hermmy-o-ne… - le dijo con una sonrisa. Harry rió entre dientes ante la pronunciación de Krum, pero nadie lo notó. Viktor tomó la delicada mano de Hermione y le dio un suave beso en el dorso, ante lo que la chica sonrió colorada y Harry puso los ojos en blanco.

El búlgaro le dirigió una última sonrisa y se fue.

Una vez que se perdió entre la multitud, Hermione se volteó a Harry, malhumorada.

- ¿No podías esperar un rato más, no?

Harry bufó.

- ¿Ah, interrumpí tu momento con Vicky? – soltó con sarcasmo

- Sí, la verdad que sí. Y no le digas Vicky.

- ¡No me digas! – exclamó el chico con sorna, ignorando el último comentario – Bueno lamento informarte, Hermmy-o-ne, pero viniste conmigo al baile, no con Krum, conmigo, así que no deberías dejarme parado como un poste por él.

- Eres un exagerado, te habías ido al baño y se acercó y me pidió un baile nada más ¡no es como si te hubiera dejado solo toda la noche!

- Bueno, por eso, un baile. Fui cortés y esperé a que terminara la canción para interrumpir…

- ¿Cortés? – Ahora fue Hermione quien rió con sorna - ¿Crees que no me di cuenta que todo eso era falsa simpatía? Además Viktor me estaba diciendo algo, podrías haber esperado a que termináramos de conversar.

- ¡Oh, lo siento! – Fingió Harry en tono irónico – Me hubiese sentado en una silla con una cerveza de manteca a esperar a que terminen de hablar, aunque con lo lento que habla terminarían para Año Nuevo…

- ¡No te burles de él! – Le retó la chica – Quisiera verte a ti hablando en búlgaro ¡a ver como suenas!

- Ey, ey, ey, ¿qué demonios está pasando?

Ron intervino de la nada entre sus amigos, esta vez sin compañía.

- Nada – gruñó Harry con gesto de no darle importancia

- ¿Cómo que nada? – Repuso Ron –Estaban gritándose

– Para tu información, Ronald, él – Hermione señaló a Harry – se había ido al baño, y entonces Viktor se acercó a pedirme un baile y…

- ¿Viktor? ¿Quién es Viktor?

- Viktor Krum – respondió su amiga como si fuese una respuesta obvia

- ¡¿VIKTOR KRUM?! – vociferó el pelirrojo, con los ojos azules casi saliéndose de sus órbitas, y haciendo que Harry se tapara los oídos y Hermione diera un paso atrás - ¡¿Viktor Krum te sacó a bailar?!

- Sí, me había invitado al baile pero…

- ¡¿VIKTOR KRUM TE HABÍA INVITADO?!

- Por todos los cielos, Ron, deja de gritar… - pidió Hermione, ya que la gente a su alrededor los estaba empezando a mirar – Sí, Viktor me había invitado al baile, pero fue justo después de haber aceptado la invitación de Harry, así que lo rechacé

Ron se quedó en silencio unos segundos, boquiabierto y con los ojos todavía como platos. Miraba a Hermione, luego a Harry, luego otra vez a Hermione, luego a la multitud, como si estuviese buscando entre esa muchedumbre de estudiantes bailando al jugador de quidditch que tanto idolatraba.

- No puedo creer que Viktor Krum te haya invitado al baile…

- ¿Qué se supone que quieres decir con eso? – reprochó Hermione, claramente ofendida.

Harry miró a su amigo con cara de cagaste.

- Bueno eh… - balbuceó Ron – No te lo tomes a mal, pero él es Viktor Krum, el mejor jugador de quidditch del mundo, famoso, rico… y tú… este… - la mirada amenazante de la chica le hacía temer por su pellejo – tú eres Hermione

Ella alzó una ceja

- No me digas, Ronald. Qué observador.

Ron decidió cambiar de tema.

- ¿Y por qué peleaban entonces?

Harry resopló y lo fulminó con la mirada. ¿Había necesidad de volver a lo mismo?

- Verás, yo recién había terminado de bailar con Viktor, y él me estaba queriendo decir algo, cuando Harry no tuvo mejor idea que venir a interrumpirnos y a "robarme".

- ¿Qué se supone que hiciera, quedarme sentado esperando a que terminasen de hablar? – Se defendió el chico – Ella vino conmigo, no con él. No me molestó que bailaran una canción –mintió – pero tampoco me iba a quedar toda la noche como un poste esperando a que Krum termine sus "tácticas".

- ¿Qué tácticas? – le espetó la chica

- Vamos, Hermione, tiene dieciocho años, no pensarás que lo único que quería era un baile y ya…

La castaña dio un respingo, indignada

-Tiene razón – agregó Ron

- No que sea de su incumbencia, pero Viktor es todo un caballero y no me trató con nada más que amabilidad y respeto.

- Más le vale – repuso Harry – porque si se atreve a propasarse con una niña de quince años, voy a tirarle el maleficio Cruciatus.

Hermione bufó

- No quieras hacerte el héroe, Harry. Además sé muy bien cuidarme sola.

El chico rodó los ojos.

- Como digas.

Hubo unos segundos de tenso silencio entre los tres (sin contar la música de los Weird Sisters que todavía estaban sobre el escenario).

- Bueno ya, no se van a pelear por semejante estupidez – rompió el silencio Ron – Vamos a…

- Won-won!

Ron se quedó callado unos segundos, apretando los ojos.

- Mátame, Lucifer

Lavender Brown se acercó al trío y se abrazó del brazo de su pareja.

- ¿Dónde estabas? – le preguntó, haciendo caso omiso de sus otros dos compañeros

- … aquí.

Hermione rió entre dientes.

- Vamos a bailar, ¿sí?

- Pero estoy cansado de tanto bailar, me duelen los pies – se quejó el chico

- Bueno, vamos a tomar una cerveza de manteca entonces

Dicho esto se lo llevó a rastras, cruzando por la multitud y dejando a Harry y Hermione en un incómodo silencio.

Harry miraba de reojo a su compañera, que estaba parada a unos pasos de distancia, acomodándose un bucle detrás de la oreja.

No quería pelear con ella. No en esa noche. Era Navidad después de todo, y la Navidad se supone que es noche de paz, noche de amor, no noche de discusión y peleas por Krum. Hasta Ron debía estar pasándola mejor con Lavender que ellos dos discutiendo por una tontería tan grande. Era el baile de Navidad, estaba con Hermione y la estaban pasando bien. Se suponía que sería una noche especial. Iba a ser una noche especial, no iba a dejar que se arruinara.

- Voy al baño

Harry miró a Hermione y asintió.

- Te espero aquí.

Miró a Hermione desaparecer entre la multitud, y se sentó en una silla que había por ahí cerca. Resopló, dejando salir todo el estrés y se sintió sediento.

- Accio cerveza de manteca – conjuró por lo bajo al sacar la varita del bolsillo de su traje. Cuando el vaso llegó a sus manos, Harry bebió un trago y dejó caer todo el peso de su cuerpo sobre el respaldo de la silla.

Se puso a pensar en la discusión que había tenido con Hermione. Era algo realmente estúpido, tan estúpido que ninguno de los dos tenía la razón.

Lo que Harry no podía entender, era ese sentimiento de celos que lo había invadido cuando la vio con Krum. Sólo le había pasado con Cho, porque le gustaba. Pero Hermione no le gustaba.

¿O sí? Había estado actuando y sintiéndose muy extraño en toda la noche junto a ella… ¿Quizás le estaba empezando a gustar?

No, no podía ser… ¡Era Hermione, por todos los cielos! Era su mejor amiga, es más, era como una hermana para él. Uno no se anda enamorando de sus hermanas. Se había sentido extraño y había actuado torpe por el hecho de que era el baile de Navidad y estaba nervioso. En cuanto a los celos, debía ser porque era la primera vez que veía a Hermione con otro chico, encima Viktor Krum, mucho más grande que ella… Sólo intentaba protegerla, así como haría Ron con Ginny.

- Sí, es eso – se dijo a sí mismo mientras bebía otro trago de la cerveza de manteca – No sé en qué estupidez estaba pensando, no me gusta Hermio…

Entonces la vio venir y todos sus pensamientos se interrumpieron. Harry la miró de pies a cabeza mientras ella caminaba hacia él. Ya se había olvidado lo hermosa que estaba.

Harry atrajo otra silla al lado suyo y le hizo señas para que se sentara.

- ¿Quieres un poco? – le ofreció su vaso de cerveza

- Bueno, gracias – tomó un trago y luego la dejó en una mesa que había cerca.

Otro silencio incómodo. Harry decidió romper el hielo.

- Escucha, Hermione, yo… - la chica giró la cabeza para verlo – siento haberte interrumpido cuando estabas con Viktor.

Ella suspiró.

- No, yo lo siento, Harry – él la miró perplejo – Lo pensé y tienes razón, yo vine al baile contigo, no puedo dejarte plantado… No es tu culpa, sé que no lo hiciste a propósito.

- Es que sí lo hice – soltó, y luego siguió más lento – Yo… te vi bailando con él y… no sé – tartamudeó – Sentí… celos.

Hermione parpadeó y luego sonrió como se le sonríe a un niño pequeño

- Ay, Harry, no tienes de qué ponerte celoso… Tú eres mi mejor amigo, no te cambiaría por nadie en el mundo.

Harry sintió una calidez en su corazón.

- ¿De verdad? – Hermione asintió - ¿Ni por un equipo de Quidditch completo?

Su amiga rió

- Por nadie. ¿Y tú?

Harry le sonrió con ternura y luego miró a la multitud.

- No te cambiaría ni por Cho Chang.

Hermione volvió a reír, pero esta vez más suavemente. El sonido fue como música para los oídos del chico, generando un sentimiento de incertidumbre.

Faltaba algo.

Miró a la multitud bailando, al árbol de Navidad… Cerró los ojos unos segundos para concentrarse en la música que estaban pasando en ese momento. Luego los volvió a abrir.

- ¿Crees en los milagros navideños, Hermione?

La castaña se sorprendió con la pregunta, y luego de pensarlo un rato respondió

- No lo sé… quizás…

- Yo creo. – Afirmó Harry con convicción – Creo que en Navidad es posible cumplir los deseos que más anhelas en el fondo del alma… Incluso esos que están tan en el fondo, que ni siquiera sabías que existían… Pero están ahí, siempre estuvieron, y la Navidad los saca a flote…

Hermione lo miró extrañada, pero el chico no la veía; miraba el enorme árbol de Navidad que decoraba el Gran Salón.

- ¿Qué quieres decir, Harry? – preguntó entonces.

Harry se volteó y la miró a los ojos.

- Que yo estaba ciego, pero ahora veo.

Dicho esto y dejando a una Hermione todavía más confundida, se inclinó acortando la poca distancia que había entre las dos sillas, y le dio un suave beso en los labios.

Cuando se separó, vio que Hermione estaba con los ojos como platos y fijos en él, las mejillas encendidas y los labios levemente separados.

- Estás hermosa. – le dijo por fin.

Hermione sonrió de una forma totalmente nueva, entre tímida, nerviosa y feliz. No dijo nada, pero apoyó su cabeza en el hombro de su mejor amigo.

Casi involuntariamente, se tomaron la mano al mismo tiempo. Harry sonrió para sus adentros. La navidad nunca había sido tan mágica.