Notas del autor: Los personajes pertenecen a JK Rowling.


A mi lado

Había pasado unos meses desde la última batalla, donde Voldemort y sus mortífagos habían cobrado muchas vidas inocentes. Por esos días, aun se respiraba el peligro de ser asesinados, pero con menos probabilidad que antes. Hermione recordaba todos los hechos de la batalla, ya que ella fue, como no le gustaba escuchar, una de las principales heroínas.

Ella junto a Ron había apoyado a Harry para que acabara con ese cruento ser y al final lo habían logrado. La vida del moreno casi se pierde al gastar toda su energía mágica para derrotarlo, pero gracias a una poción que cargaba Hermione en ese momento, por precaución, fue que el chico se pudo salvar.

Fue solo en ese momento, que la castaña se dio cuenta que el cariño amical que tenia hacia el chico se había convertido en algo más. Ver su cuerpo lleno de rasguños leves y cortes grandes, moretones que dejaba ver su ropa raída y sucia, el rostro lleno de hollín con los lentes rajados y sus ojos escondidos tras sus parpados, hizo que ella se asustara. Temió no volver a ver ese brillo en sus ojos, no poder perderse en su color esmeralda, temió que no los abriera y la reconociera.

Hermione suspiro moviendo la cabeza, había pasado mucho tiempo desde su descubrimiento. Desde que se dio cuenta que no podía seguir adelante sino tenía a Harry a su lado.

Ahora se encontraba en el departamento de su mejor amigo, ambos estaban estudiando para Medimagia y Harry le pidió que le ayudara a estudiar. Iban en su primer año, tenía cerca los exámenes por lo cual tenían varios pergaminos llenos de anotaciones y libros de magia en una mesa. Todo en desorden para cualquiera, menos para ellos. El chico se había levantado unos instantes al sentir su móvil sonar, diciendo que era Ginny, se retiro a su habitación para hablar en privado mientras Hermione seguía repasando.

Después de la batalla, Harry corrió hacia Ginny para regresar a su relación y la pelirroja había aceptado gustosa. Aunque aún seguía en el colegio para su último año nunca perdieron comunicación con el chico, sobre todo después que él le regalara un celular para navidad.

Hermione siguió estudiando, dejando de lado los pensamientos que estuvieran envueltos en una cabellera negra indomable y unos ojos verdes. Noto que le faltaba un libro para completar la definición de una poción en la que estudiaba y se levanto para ir al pequeño librero que tenía su amigo en la sala. Tomo el libro y al regresar no pudo evitar mirar hacia la habitación del moreno, que tenia la puerta entreabierta. Vio la silueta de Harry caminar de un lado para otro, tenía el rostro rojo y el cabello mas revuelto de lo normal.

La ojimiel aparto la mirada de la puerta al verlo detenerse. Volvió a la mesa, abriendo el libro en cualquier página. Escucho la puerta de la habitación cerrarse y los pasos de Harry hasta el estudio, donde estaba ella.

Harry estaba con la respiración intranquila, pero no dijo nada solo sentó frente a ella y se sumergió en los apuntes.

- Gracias por estar aquí – dijo él de repente sorprendiendo a Hermione. Harry volteo a verla con los ojos más calmados. Ella le sonrió con ternura.

- Escuche el portazo – comento.

- Ginny y yo peleamos – respondió el.

- Lo siento – susurró Hermione, no lo decía muy en serio, pero tampoco quería ver al ojiverde sufrir.

- A veces siento que no me entiende – se sincero dejando caer la cabeza.

Hermione se sintió mal por verlo de esa manera, se levantó de su silla acercándose a él, con una mano tomó la suya apretándola con suavidad y con la otra le tomó la mejilla haciendo que levante la mirada.

- Ya verás que todo se arreglará – animo sonriéndole, esas palabras rompieron el espíritu de Hermione.

Tenía intenciones de decir que se arrepentía de haberlas dicho, que la verdad estaba feliz que discutieran por mucho que sonora egoísta, pero no lo hizo, su amigo la necesitaba y ella nunca podría defraudarlo, así ella tuviera que sufrir. Harry si saber los verdaderos pensamientos de su amiga intento sonreír devuelta, pero solo logro hacer una mueca.

- Sigamos estudiando – dijo él. Hermione asintió regresando a su sitio y ambos volvieron a sumirse en sus pensamientos.

La castaña intento concentrase, pero solo podía pensar lo que sería estar con Harry, poder tocar su rostro sin que el pensara que solo era una caricia de amigos. Pasar los dedos por sus cabellos para saber si eran tan suaves y sedosos como parecía. Probar sus labios y darse cuenta si eran tan deliciosos y tibios como siempre los imagino. Se sonrojo al darse cuenta que el chico con el fantaseaba estaba su costado ajeno a todos los pensamientos de la chica. Sonrió e hizo un intento en desechar sus imaginaciones.

En cambio, Harry solo pensaba en como se había metido en problemas con Ginny. No quería discutir con ella y no tan seguido como ya era costumbre. Se sentía perdido, antes habría creído que la pelirroja era quien el siempre había querido en una mujer, pero ahora solo no deseaba verla más. Era como si de una día para otro ella hubiera cambiado, mostrándose de la manera contraria que se comportaba antes.

Sin darse cuenta Hermione comenzó a tararear una canción que había escuchado en la mañana, susurrando algunas palabras que recordaba. Harry levanto la vista y sonrió al verla entre distraída y ensimismada en la lectura. Le pareció gracioso verla mover los labios y la cabeza al son de la canción. Sonrió de lado y volvió a concentrarse en la lectura.

Pasaron unas horas antes que uno de los dos se diera cuenta que eran las tres de la madrugada. Hermione alisto rápidamente sus cosas y se fue por Red Flu. Sonriéndole en despedida al desaparecer a través de la llamas verdes. En cuanto estuvo en su departamento fue hacia la cocina para prepares un café. La verdad no tenia sueño, pero tampoco quería exigirse. Se había acostumbrado a ese tipo de noches de estudio y sabía que ahora no conciliaría el sueño aunque se echara en la cama.

Decidió avanzar unos trabajos, fue hacia su estudio dejando sus apuntes en la mesa. Antes de sentarse fue hacían un extremo donde tenía un estéreo, lo prendió y conecto su Ipod. Puso en random la lista de canciones y al momento sonó una de sus favoritas. Hizo un hechizo silenciador, solo para que en su departamento se escuchara la música y así no molestar a sus vecinos.

Olvidando lo que pensaba hacer se puso a cantar y a moverse alrededor de la sala como si estuviera en un concierto, bailando en algunos intervalos.

Hasta que escucho una pequeña risa no se detuvo. Volteo y se encontró con la mirada verde de su amigo. La canción Girlfriend de Avril Lavinge siguió sonando.

- ¡Harry! – casi grito Hermione. El chico se sonrojo al verse descubierto - ¿Hace cuanto estas allí? –pregunto

- Unos minutos – contesto haciendo que las mejillas de Hermione se tiñeran de rojo. – No sabía que cantaras tan bien –

- No te burles –

- No lo hago, solo digo la verdad – La castaña desvió la mirada sonrojada por segunda vez.

- ¿A qué has venido?, creí que ya estarías durmiendo – dijo ella cambiando de tema.

- Si lo sé, pero una señorita se olvido su celular en mi casa y me hubiera matado sino se lo traía – contesto él, Hermione se acerco recibiendo el aparato.

- Gracias – lo miro – eres un exagerado, no te hubiera matado solo te hacia una pequeña tortura – agrego sonriendo

- Que considerada – ironizo el chico.

Ambos rieron mientras la canción acababa. Hermione fue hacia el estéreo para apagarlo, pero sus manos no llegaron a tocar el botón. Las manos de Harry la detuvieron, ella regreso a verlo confundida.

- ¿Por qué no bailamos? – sugirió el y como si el aparto fuera adivino paso una canción lenta.

Hermione tuvo que hacer todo el uso de su autocontrol para no derretirse en ese momento y sabiendo que se arrepentiría, negó su pedido. Ambos debían descansar, no podían estar bailando al amanecer cuando tenían clases muy temprano en la mañana. Harry se sintió algo decepcionado, pero comprendió las razones de su amiga retirándose al minuto siguiente.

En cuanto la presencia del moreno ya no estuvo en su casa, Hermione sintió que había perdido la oportunidad más grande de su vida, pero tampoco se arrepentía del todo. No quería hacerse ilusiones. Harry estaba con Ginny y ella solo era la mejor amiga, no creía pasar a más. Ginny era todo lo que cualquier hombre quisiera, buen cuerpo, deportista, tenia el cabello llamativo y liso y era inteligente. Ella solo era la biblioteca andante, sin cuerpo que mostrar, no le gustaba el Quiditch y su cabello era ondeado hasta incluso enmarañado sino lo sabia tratar. No era competencia para la pelirroja.

Pero cuanto quisiera que Harry voltee a verla algo más que solo su mejor amiga. Poder verlo a los ojos sin ocultar ese brillo de cariño que solo tenía para él. Tocarlo sin sonrojarse o sentir la explosión de mariposas en el estomago. Verlo sin dejar de perderse en su mirada. Que se diera cuenta que ella lo entendía, que siempre estaría apara apoyarlo como antes ya estuvo. Si él solo pudiera observarla y no solo verla.


Las pocas horas para que iniciara la clase pasaron rápidamente hasta llegar a las siete de la mañana, en que Hermione terminaba de alistarse. Harry ese día pasaría por ella en su carro para llegar a la escuela de Medimagia que quedaba a una cuadra del Hospital San Mungo. El problema sería que caminaría un tramo, ya que el estacionamiento de los estudiantes era el mismo del hospital. A ninguno de los dos les molestaba en realidad, irían conversando o solo bromeando entre ellos, como era común. Pero era algo que ninguno decía en voz alta.

Ambos ya estaban en la calle, peleando con el mar de gente y a la vez hablando como si no hubiera nadie más.

Cuando pasaron la barrera para ver le tremendo terreno que era las aulas de Medimagia, ambos se llevaron una sorpresa al ver a Ginny en la entrada del edificio. La chica nunca había ido hasta allí a ver su novio, además que deberías estar en el colegio. Harry aun tenía una sonrisa congelada que deshizo al reaccionar. Entre sorprendido y asustado, por los problemas que podía meterse su novia, se adelanto y la llevo aparte para conversar. Hermione solo pudo hacerle un saludo con la mano por amabilidad más que por el deseo de hacerlo. La pelirroja solo le hizo un gesto entre disgusto y enojo.

Hermione ignoro el hecho y siguió su camino saludando al guardia que le sonrio devuelta. Camino entre los pasillos dirigiéndose al aula de Pociones Cicatrizantes observando de tanto en tanto la puerta para ver a Harry entrar. Paso unos minutos antes que viera su inconfundible cabellera negra y en su rostro un gesto de seriedad y a la vez de molestia. Se sentó a su lado sin decir palabra. El profesor entro al momento, Hermione tuvo que reprimir las ganas de disipar las dudas que le acaecían por la presencia de Ginny.

Paso dos horas en la que Harry no cruzo palabra con ella, la castaña ya se sentía incomoda por el comportamiento del moreno, esperaba poder hablar con él al terminar la clase. Le molestaba esa actitud que no tenía nada que ver con ella.

El timbre del fin de clase hizo a Hermione suspirar de tranquilidad y la vez de nerviosismo. Ambos chicos se levantaron guardando sus cosas, caminaron hacia la puerta. Hermione lo miraba de reojo sin saber cómo abordar el tema.

- Ginny nos invita a un partido de Quidditch – Harry rompió el silencio, volteando a verla. Hermione se sorprendió unos segundos.

- ¿Para cuándo? – pregunto curiosa que el chico usara el "nos", lo normal hubiera sido que la pelirroja solo lo invitara a él.

- Para este sábado – dijo el, tenia aun un gesto serio como si recordara algo que lo hiciera molestar.

- ¿Ocurre algo? – inquirió la chica

- No – contesto rápidamente Harry

- Harry – murmuro Hermione en un tono incrédulo.

- ¿Qué? – el pelinegro se hizo el desentendido, pero fallo por el gesto que aun tenia plasmado en el rostro.

- No me engañas, te conozco desde hace años y se cuando algo te molesta – el chico suspiro derrotado.

- Es por la venida de Ginny, se meterá en problemas porque uso la chimenea de Mcgonagall y además… – dudo si saber decir o no, su amiga hizo un gesto para que siguiera hablando – ella no quería que tu fueras al partido, pero yo le dije que eso no era ser buena amiga y comenzamos a discutir – su mejillas se tiñeron de rojo haciéndolo ver tierno y desprotegido.

Hermione se sintió culpable, pero también estaba alegre, por muy mala que sonara.

- Gracias por defenderme Harry, pero tal vez Ginny al saber que no me gusta ese deporte no quiso incomodarme – contesto sintiéndose mal por defender a la chica – como antes solo iba para verte jugar – dijo, Harry se sonrojo mas. Hermione volteo la mirada, se suponía que eso solo quedaría en su cabeza.

- De todas maneras le dije que iríamos – dijo Harry. Ella asintió contenta de poder cambiar de tema.

Iniciaron una conversación para coordinar donde se encontrarían y a qué hora para llegar temprano. Quedando al final en verse en la escuela de Medimagia a la una de la tarde, ya que Hermione tenía clases ese día hasta el mediodía.


La semana paso entre cursos complicados, nuevos casos mágicos y muchos trabajos. Hermione estaba acostumbrada a ese ritmo. Luego de casi 6 meses de estudiar medimagia y como se exigió en Hogwarts era casi normal en ella estar a ese nivel. En cambio, Harry aun sufría estragos por mantener sus trabajos a tiempo, por eso en muchas ocasiones había tenido que pedir ayuda a Hermione y ella, como era habitual, no le negaba nada. A pesar de todo, ambos eran los mejores de sus clases.

Para cuando llego el sábado, Hermione se despertó temprano con una pequeña sonrisa en los labios. Sus clases para ese día fueron canceladas, así que tendría la mañana libre. No entendía porque se sentía increíblemente bien ese día. Tal vez fuera porque pasaría más tiempo con Harry, aunque al rato se lo robara su pelirroja amiga. Suspiro de frustración y se levanto para darse una ducha relajante.

A pesar de que demoro más de lo habitual en bañarse y desayunar llego unos minutos antes. Se había arreglado más de lo usual, dejando tiempo en maquillarse un poco y su vestuario. No estaba segura porque actuaba así ese día, pero no le importaba estaba feliz, increíblemente extraño, y nada le quitaría esa sonrisa. Miro una vez por la transitada avenida notando que se acercaba el carro azul de su amigo. Alzo la mano como pretendiendo parar un taxi arrancando una carcajada de Harry que se detuvo de su costado.

- Puntual, que raro – Hermione cerró la puerta y tomo el cinturón de seguridad. El pelinegro rio.

- Tengo dos razones – dijo arrancando nuevamente.

- ¿Y son? –

- Hogwarts y, por supuesto, Ginny – enumero parando en un semáforo. Hermione cerro los ojos por un segundo virando la mirada hacia la ventana.

- ¿Pasa algo? – pregunto Harry que vio su gesto.

- No, no, solo se me metió algo al ojo – excuso rápidamente la castaña cerrando el ojo derecho y llevándose la mano en un intento de quitarse la molestia. Aunque obviamente todo era fingido.

- Haber deja que te vea - el pelinegro la acerco a él antes que Hermione lograra negarse.

Levando la mano derecha tomándole el mentón y logrando que se aproximaran más hasta que cada uno estuviera a solo un palmo de sus rostros. Su mano izquierda fue a parar a la mejilla de Hermione haciendo que su rostro se quedara quieto. La castaña contuvo el aire mirándolo estática. El sonrojo de sus mejillas fue en aumento a medida que la mano del ojiverde se movía por su mejilla aproximándose a su ojo. La miraba fijamente dejando ver sus pupilas verdes brillantes.

Harry se concentro en ver que no haya ningún rastro intruso en los ojos de su amiga. Tomándole el mentón y la mejilla se aseguro que ella no se moviera ni hiciera algún gesto para poder observar mejor. De pronto uno de sus rizos se desprendió y cayo a la mitad de su rostro. Hermione sonrojada levanto la mano para quitárselo, pero Harry se le adelanto y quitando la mano de su mentón tomo entre sus dedos el mechón de cabello y se lo acomoda tras su oreja.

Fue cuando se dio cuenta que los ojos de su amiga no eran de un café común, eran más brillantes y claros, como de color miel, coronado por un pequeña motita azul. Se fijó más en los detalles de su rostro, notando su pequeña nariz que armonizaba con su rostro dándole un gesto tranquilo y seguro. Recordó vagamente las veces que la vio fruncir su nariz y eso solo pasaba cuando le molestaba algo.

Miro su cabello fugazmente, pequeños rizos se desordenaban en su frente. Siguió descendiendo mirando sus cejas que en ese instante le hacían dar un gesto de sorpresa y timidez. Descendió la mano izquierda hasta que su pulgar rozo sus labios lo que hizo que sus ojos viraran rápidamente a ellos. Sonrosados y pequeños. Sonrió, sin saber por qué.

Hermione percibió la mirada de Harry en cada uno de sus rasgos. Sintiéndose más nerviosa a cada segundo hasta que llego a rosar la comisura de su boca donde se tenso mas si era posible. Impulsada por su nerviosismo y como era habitual en ella, se mordió el labio inferior. Harry se le acentuó la sonrisa y tuvo el impulso de acercarse. Era como una fuerza superior jalándolo hacia ella y ser él quien mordiera ese labio.

Un pitido agudo los hizo volver a la realidad y mirar hacia atrás notando la fila de autos tras suyo y que ya no había ninguno en la otra fila. El piloto del auto de atrás le tocaba la bocina furiosamente mientras lo demás de la fila intentaban pasarlo moviéndose a la otra fila. Ambos se separaron rápidamente. Hermione se dedico a mirar por la ventanilla sonrojada y Harry a observar la carretera confundida. No hablaron en todo el camino hasta que la ojimiel noto que estaban en las afueras de la ciudad y se pregunto si Harry conocía el lugar exacto en el que estaba Hogwarts.

- ¿Por dónde estamos? – pregunto mirando al ojiverde.

- Estamos por las afueras –

- ¿Conoces el camino a Hogwarts? –

- No – Harry sonrió mirándola. La castaña frunció el ceño confundida – pero es como ir volando –

- ¿Acaso el auto…? –miro hacia el tablero temblando ligeramente.

- Oh si –

Apretó un botón cerca al estéreo logrando con una líneas se formaran alrededor del auto dándole la vista de invisible. Presiono otro botón elevando poco a poco al auto. Hermione lanzo un gritito ahogado y se pego a su asiento cerrando los ojos. Harry rio mirándola de reojo, pero al ver como la chica hiperventilaba y respiraba con dificultad se preocupo.

- Hermione, ¿estás bien? – ella no le respondió solo comenzó a respirar profundamente. Ya no le parecía tan buena idea haber hecho eso – ¿Mione? –

Ella volteo a verlo, en sus pupilas se marcaba un miedo profundo. Harry se maldijo internamente, no estaba seguro que hacer así que dejo que su instinto lo guiara. Alargo el brazo derecho hacia la chica y tomo su mano entrelazando sus dedos con los de ella. Hermione se sobresalto abriendo los ojos y mirando sus manos unidas.

- Tranquila, estoy contigo – Harry le sonrió infundiéndole confianza. La castaña se dejo llevar por su sonrisa e intento calmar su respiración.

- Gracias – dijo ella devolviendo la sonrisa. Aun tenía un gesto de miedo en el rostro.

- De nada, después de todo tenias que vivir lo que pasamos Ron y yo en segundo año – Hermione rio.

- Eso fue por culpa de Dobby – refuto ella. Harry rio aunque en sus ojos se vio un matiz de tristeza.

Ambos recordaron el día que Dobby murió, al dar su vida por ellos. Sacarlos de la Mansion Malfoy fue el acto más peligroso hecho por un elfo, algo que le costó la vida y por lo que ambos magos estarían agradecidos toda la vida. Hermione viro la mirada hacia la ventana intentando no pensar que se encontraban a miles de metros. Harry solo se concentro en seguir con la ruta. Sus manos no se separaron, algo que ella agradeció. No estaba segura que hubiera podido aguantar la altura sin su apoyo.

Para cuando llegaron, Hermione salió tan rápido del carro que tropezó y cayó sobre el grass del patio de Hogwarts. Harry rio tan fuerte que hizo molestar a la castaña, ella solo atino a verlo ofendida, se levanto y se perdió por la entrada del castillo. El sabiendo que provoco con su gesto la siguió y se disculpo repetidamente hasta que ella no tubo de otra que perdonarlo. Ambos se dirigieron rápidamente hacia el estadio de Quiditch, aun no empezaba el partido, pero Harry quería ver a su novia antes para darle ánimos.

A lo lejos visualizaron al equipo de Gryffindor, su capitana que era la misma Ginny estaba de espaldas dando los últimos toques a las estrategias. Ambos amigos se acercaron, justo cuando la pelirroja los dejo levantarse y prepararse a enfrentar al fuerte equipo de Ravenclaw. Harry fue hacia ella y la abrazo por detrás depositando un beso en su mejilla. La capitana se dio vuelta y le dio un beso corto, por el hombro de su novio vio a Hermione tras de ellos. Sonriendo internamente, tomo a Harry de la nuca y le dio un beso mas fogoso.

La ojimiel, dolida por la escena viro hacia otro lado de la cancha con intención de ir hacia las gradas y olvidarse de las últimas imágenes. Cuando iba subiendo pensaba en seguir con su vida y olvidar a Harry, tal vez el chico nunca la vería como algo mas y ella ya no podía seguirse torturando al verla siempre con su novia. Suspirando decidió aceptar la propuesta de ir a cenar con uno de los chicos de curso avanzado.

- ¡Cuidado! – escucho lejanamente.

Sintió un fuerte dolor proveniente de su hombro y que se extendía hasta todo su brazo. Seguidos de golpes a lo largo de su cuerpo que le reclamaron, se había resbalado y ahora rodaba por los escalones hasta llegar al pasto. Varios jugadores se acercaron. El profesor Flitwick que se encontraba con su equipo se apresuro a llegar.

- Lo siento, no medí la fuerza del golpe – un chico de tercer año la miraba asustado.

Hermione solo sentía que le iba reventar la cabeza de dolor y que estaba segura perdería el brazo. El dolor era muy fuerte.

- ¿Qué ha pasado? – pregunto Harry que acaba de enterarse del accidente y se había acercado. - ¿Hermione? – al reconocer su cabello se abrió paso entre la multitud para llegar hacia ella.

- Estoy bien – logro susurrar la chica.

- ¿Bien?, tiene un corte en la cabeza y varios moretones en los brazos y al parecer te has roto el hombro – enumero el chico en tono afligido.

- Hubiera preferido no saber – reclamo ella en tono bajo.

- La golpeo una bludger a muy corta distancia – dijo un alumno.

- Fue culpa de Antony – agrego otro.

- En realidad lo siento, no calcule bien – se disculpo nuevamente el chico.

- Richardson llévala a enfermería – ordeno el profesor Flitwick. Un alumno de sexto año se acerco para levantarla en brazos.

- No, yo la llevare – Harry detuvo al chico que retrocedió un paso al sentir la mirada del salvador sobre él.

- Pero el partido está por comenzar – reclamo Ginny acercándose al pelinegro y tomándolo del brazo.

- Mi amiga me necesita – rebatió el ojiverde.

- Viniste aquí por mí, además ella no debió venir – la chica puso gesto de enfado.

- Está bien Harry quédate, en enfermaría Madame Pomfrey me curará – detuvo la discusión la castaña.

- Pero…-

- Ves – la pelirroja jalo de Harry sacándolo de la multitud.

El alumno de sexto volvió a acercarse levantándola en brazos. Hermione cerró los ojos escondiendo las lagrimas de dolor que sintió al ver a Harry alejarse importándole más el partido de Ginny que su salud. Por más que trato, cerca a las puertas del castillo se le salió una lágrima que se perdió en la camisa del alumno de Ravenclaw.

A medida que avanzaban por el pasillo Hermione se sentía menos adolorida y con mucho sueño. Escucharon pasos acercarse apresuradamente por el pasillo y poco después al chico detenerse. Ella estaba adormilada, le costaba poder conectar las palabras y el cansancio mantuvo sus ojos cerrados. Sintió que alguien la tomaba alejándola del alumno, ahora estaba en brazos de otra persona y volvían a moverse. Ella pego su rostro al pecho del desconocido intentando no dormirse, pero le resultaba difícil. Percibió un olor tan familiar que se pego completamente.

- Hermione no te duermas – escucho – te has golpeado la cabeza no debes dormirte – exigía la voz.

Intento contestarle, pero la voz no le salía. Poco a poco se apagaban sus sentidos hasta dejar al final ese olor tan agradable y tan conocido vagando en su mente.

- Quédate conmigo – fue lo último que escucho.

- ¿Cómo está reaccionando? – la pregunta ingreso lentamente en su mente.

- Mejor, al parecer, debemos esperar que despierta. Se ha golpeado muy fuerte la cabeza –

- ¿Puede ser grave? –

- No lo sé, Madame Pomfrey no ha dicho nada –

Esas voces eran tan conocidas. Quiso moverse, pero había algo que se lo impedía. Pestañeo un par de veces y la luz le lastimo al abrir los ojos. Dejo un momento que sus pupilas se acostumbraran a la intensidad de luz. Giro la cabeza viendo varias camillas bien hechas, las puertas de la enfermería y las ventanas. Apoyo sus manos sobre la cama e intento erguirse, pero el esfuerzo la hizo soltar un gemido.

- ¡Hermione! – alguien exclamo y ella volvió a cerrar los ojos sumiéndose en un profundo sueño.

Una vez más escucho voces a su alrededor. Abrió poco a poco los ojos notando que ya era de noche.

- Hermione – miro hacia adelante. Un pelinegro le sonreía emocionado.

- Hola – contesto.

Herms – saludo otra voz al otro lado. Un pelirrojo la miraba contento.

¡Ron! – exclamo.

¿Cómo te sientes? – pregunto Harry.

Bien – lo miro extrañada, viro la cabeza hacia Ron - ¿Qué ha pasado? –

Has tenido un accidente en el campo de Quidditch –

- Es por eso que nunca voy, excepto cuando juega … - frunció el ceño como si le costara seguir el pensamiento, para luego mover la cabeza – jugaba nuestra casa – se autocorrigió.

- Madame Pomfrey dijo que te quedaras unos días – Hermione volteo hacia Harry aun con la expresión de extrañeza solo que ahora cambiaba a una de precaución.

- Disculpa ¿Tu eres? – al ojiverde se le congelo la sonrisa.

- Hermione, ¿no sabes quién es él? – pregunto Ron mirándola con curiosidad.

- No, ¿debo saberlo? – ella lo miro curiosa.

Ron abrió la boca sorprendido. Harry se quedo mirándola incrédulo. No podía ser posible que ella lo haya olvidado. Asustado por esa idea, el muchacho se alejo unos pasos de la camilla mirándola fijamente.