Saludos debo confesar que hoy cumplo una promesa, soy EscarlataHoz, me dicen Sol, me prometí subir mi historia si Slytherin ganaba la copa de las casas de este año en Pottermore y bueno como una buena serpiente cumplo con mi palabra. Espero que disfruten mi historia, esta cargada de todos mis sentimientos más de alguno alguna ves los he vivido en carne propia, y nada mejor que reflejarlos en mi pareja favorita. I love Malfoy y adoro a Hermione!

Prometo romance a toneladas, de esos que te hacen suspirar cuando los lees y también sufrimiento que te hace llorar con tus personajes.

bien a leer!

go!


Recuerdos.

Se encontraba atrapado, después de la muerte de su padre, la irremediable situación que se avecinaba era una verdad que le golpeaba con fuerza, su vida ya de por sí una existencia llena de oscuras verdades, se transformaba ahora en un pozo lleno de incertidumbre y horror… matar, esa era su misión… su padre había caído combatiendo en nombre del señor oscuro, y ahora él se trasformaba en otro estúpido peón.

Ahora estaba de pie ahí en medio de aquellos hombres… portaba la misma capa que su padre, la llevaba en cierto modo para que le guiara, no quería estar ahí, en ese lugar mugriento, asqueroso, en medio de un despoblado lleno de barro y con el frio calándosele hasta los huesos. Colagusano murmuraba por lo bajo algo que no se alcanzaba a entender, olía horrible, todos aquellos hombres olían a inmundicia mezclada con… sangre… ellos que se dignan de ser sangres puras, son apenas lo que su apellido representa, una raza de hombres miserables y desquiciados, llenos de locura… y él ahora era uno de ellos… en sus pensamientos la tribulación de verse en una encrucijada le hacía sentir de que nada de aquello era real, inclinó su cabeza y rogó con todas sus fuerzas no ser notado en cuanto apareció en aquel lugar, más aun sus rasgos aristocráticos arraigados en sus venas eran algo de lo cual no podía renegar, su postura, su caminar su simple presencia destilaba nobleza.

Su mente viajó unos instantes muy lejos de aquel infierno, se encontraba con su madre en la mansión de su familia cuando su marca le latió en el brazo provocando que un quejido de dolor ahogado se le escapara entre los dientes, su madre le había mirado con miedo a los ojos… El señor oscuro le llamaba y eso no podía ser nada bueno… Cuando llegó a aquel lugar la oscuridad hizo que perdiera el sentido de orientación… no había estrellas en el cielo, solo el viento húmedo que traía unas voces y risas desde la cima de una colina indicando a donde debería dirigirse… se acercó sigilosamente tratando de que sus pisadas no chapotearan en aquel lugar… el ruido de la lluvia que comenzaba a caer ayudaba a su cometido, sin embargo a pesar de sus esfuerzos uno de aquellos hombres se viró hacia él en cuanto apenas estaba a algunos metros.

- ¡Vaya! El nuevo camarada nos honra con su presencia… ¡joven Malfoy bienvenido al paraíso! - exclamó la voz de aquel individuo que Draco no alcanzó a reconocer éste se ocultaba bajo una máscara de mortífago, su comentario desató carcajadas entre sus pares.

- ¿Te veo intranquilo muchacho?... ¿estás nervioso?- dijo otro hombre que apareció de la nada tras su espalda palmeándolo con fuerza desmedida, transmitiéndole la sensación de que no era bienvenido, su aliento putrefacto le llegó a las narices.

- Yo…- titubeó Draco con incomodidad, luego de un instante prefirió callarse, un Malfoy no tenía por qué contestar a lo que aparentemente era una burla colectiva, se irguió sobre sí mismo y camino seguro entre los que ahora eran sus camaradas y se situó en el único lugar desocupado en el círculo de magos… en silencio observó la quietud de aquellos hombres que lo observaban como midiendo sus capacidades, mientras las gotas de agua de la tormenta destilaban por su cabello rubio.

- No deberíais provocar al joven Malfoy mis queridos amigos…- dijo una voz que hizo que el vello de la nuca de Draco se erizara con el solo susurro de aquellas palabras.

- Mi señor- dijeron todos al unísono desviando la atención puesta en el muchacho para ahora dirigirla al que no debe ser nombrado. Draco palideció, su semblante ensombreció dejándolo más pálido de lo que ya era… pavor fue lo que sintió, era la segunda vez que se encontraba con él después de que le encomendó aquella misión. Ahora que Dumbledore estaba muerto nada podría salvarlo.

- No veo la necesidad de que se queden… solo necesito al joven Malfoy conmigo, los demás ya saben que hacer…- Habló Lord Voldemort con su voz afilada y arrastrada

- Mi lord, debo decir que la misión encomendada la he de realizar hoy- dijo un mortífago que apareció entre las sombras, Draco creyó que ese debía ser una de las nuevas adquisiciones del señor tenebroso, tenía ímpetu y brío… con tan solo escucharlo supo que no debía ser mayor que él y americano, su forma de hablar era distinta a los ingleses. Lord Voldemort lo observó con cierto dejo de sorpresa. No sonrió pero su silencio era suficiente, aquel muchacho inclinó su cabeza y con una media sonrisa se retiró con aire de suficiencia y un brillo maléfico en los ojos.

- Creo que he encontrado un nuevo juguete- susurro el que no debe ser nombrado apenas el chico desapareció. A Draco le pareció que aquel muchacho ni siquiera había movido su varita… aquello le llamó la atención.-¿mmm? Interesante, a su edad fui tan bueno como él con los hechizos no verbales… es prometedor, sin embargo mi querido joven Malfoy, tú siempre serás mi preferido y por ello he de encomendarte la misión de tu vida…

La sonrisa de Voldemort era una anunciación de la satisfacción y de la terrible idea que se fraguaba en su mente, en ese momento supo que todo cuanto existía en esos instantes para él era acabar muerto o loco en Azkaban, ninguna de esas opciones le agradaba…por su mente cruzó el rostro de su madre, destrozado después de la muerte de su esposo y el terror de saber que su hijo ocuparía su lugar, toda su familia ahora corría el riesgo de sufrir los embates del señor tenebroso, los últimos Malfoy's acabarían a manos de él.

***/***

- ¡Desmaius! – Grito Hermione mientras se escabullía en medio de dos pilotes de concreto de una vieja fábrica muggle en ruinas mientras chorros verdes de luz rozaban su cabeza. Se encontraban ella, Ron y un par de Aurores enfrascados en lo que se había convertido en una trampa. Un callejón oscuro y frio era el escenario de una batalla a muerte entre mortífagos y un puñado de seguidores de la orden del fénix.

- ¡SAL DE AHÍ MALDITA SANGRE SUCIA!- dijo una voz en medio de la penumbra.

- ¡HERMIONE!- grito Ron asustado en el momento en que un Cruciatus le llego directo al pecho, un mortífago se acercó a él desarmándolo y dejándolo a merced del hechizo imperdonable, Ron se retorcía de una manera anormal ahogando gritos de dolor en su garganta.

- ¡RON!- exclamó ella saliendo de su escondite de forma temeraria. Su cabello un tanto chamuscado después de esquivar una llamarada de fuego la hacía ver vulnerable y descontrolada. Una bombarda que exploto de la nada la hizo caer de espaldas a ella y a un par de enemigos, gracias a ese hechizo perdido Ron fue liberado de su torturador y como pudo huyo a un rincón lejos de su agresor el cual había salido despedido varios metros. Más mortífagos llegaron como refuerzo haciendo que ambos jóvenes se refugiaran lejos uno del otro. Hermione al ver a Ron junto a uno de los aurores que lo acompañaban dedico su atención completa a sus tres enemigos más cercanos, dos de ellos la veían con asombro.

- ¡Vaya! ¡Qué sorpresa pero si es la Sangre sucia de Potter!.- dijo uno riendo a carcajada limpia, en aquel momento la lluvia caía con fuerza y la visión se limitaba a los rápidos sentidos de los oponentes. En un movimiento rápido de varita y gracias a su habilidad Hermione dejo fuera de combate a uno de ellos sin embargo el otro logró herirla en su brazo izquierdo… un tercer mortífago apreciaba desde una distancia considerable incólume, como una estatua sin hacer el más mínimo movimiento por ayudar a sus camaradas.

- ¡ASQUEROSA SANGRE SUCIA! ¡VEN AQUÍ!- maldijo el mortífago que quedaba medio parado después de que Hermione le enviara unas rocas por la espalda a toda velocidad haciéndolas levitar.

- Ya fue suficiente de juegos…- dijo al fin la voz de aquel individuo con capa negra, Hermione sintió algo familiar en aquella voz pero no alcanzó a tener completa concentración ya que el auror con el que se encontraban acababa de ser herido en una pierna y se arrastraba junto con Ron, casi en peores condiciones que él, algunos metros en la distancia un traslador dispuesto para ellos se encontraba listo para usarse solo faltaban unos instantes. Por sus cálculos dentro de unos segundos se activaría, debía ser rápida para llegar a él o no podría volver a Londres.

- ¡Hermione!- grito Ron una vez que noquearon al mortífago que los atacaba y se encontraban ya sujetando al traslador. Ese era el momento preciso… ahora o nunca, Hermione se hizo aparecer junto al traslador pero justo en el momento en que iba a alcanzarlo una Adava Kedabra fue dicho en voz alta y una luz verde le toco por la espalda. Ron vio con ojos de terror como la chica caía pesadamente al suelo y se quedaba quieta e inmóvil… un grito de miedo fue acallado en dos segundos en el momento en que el traslador se activó y transporto solo a dos personas con él.

- Hermione yacía en el suelo lleno de barro y agua, quieta e inmóvil con su rostro pálido y marcado por sus risos empapados, la lluvia arreciaba con furia… unos pasos firmes se acercaban con lentitud hacia ella una capa negra que se arrastraba como una sombra de muerte, aquella capa negra cubría el rostro del hombre que había lanzado el hechizo maldito, al descubrir su cabeza un rostro afilado y serio observó a su víctima con ojos vacíos.

- ¡VICTORIAAA!- grito un muchacho que se venía acercando a Draco Malfoy con altanería, con su zapato pateo las costillas de la chica suavemente verificando si se movía…- ¡la dejaste helada amigo!- de verdad fue bello, ¡Que forma tan dramática de matarla!, esperaste hasta que bajara la guardia y ¡touché!, admito que fue bellísimo digno de un Malfoy, tu padre estaría orgulloso, admito que siento envidia… eres elegante hasta con una sangre sucia como esta- sentenció aquel muchacho con soltura como si comentara el clima.- Por Merlín viste la cara de ese traidor a la sangre… Haaa…. Que noche hermano!

- No soy tu hermano…ni tu amigo-

- ¡Ho vamos!... eres un maldito estirado Malfoy.

- Vete y déjame limpiar la basura en paz… ya sabes que el señor tenebroso no le gustan que queden tan escondidos… sus trofeos deben exhibirse- dijo Draco, mientras se inclinaba sobre la chica y la inspeccionaba de forma inquisitiva.

- ¡Puaj!, ya lo sé… pero esto es ¡asqueroso!- dijo el muchacho levantando la nariz como si hubiera olido excremento.

- Vete primero… yo lo hago- dijo Draco con voz cansada.

- No te discutiré camarada…todo menos levantar esta inmundicia…- dijo el muchacho mirando a Hermione con desprecio, sin antes propinarle con diversión una patada con fuerza a las costillas de Hermione- Mi saludo de despedida… Sangre Sucia…- dijo el chico mientras que en el mismo lugar desapareció junto a los otros vástagos que en ese momento se encontraban como refuerzos una vez solo Draco miró a Hermione fijamente mientras que con delicadeza la tomo de los hombros y la volvió boca arriba como en una ceremonia dejo que la lluvia limpiara su rostro lleno de barro el cual yacía ahora inmóvil e inerte, ya no respiraba.

- Lo siento pero tuve que hacerlo…- susurro Draco mientras intentaba calmar un creciente temblor en su mano diestra con la cual había lanzado el hechizo por un breve instante su respiración se volvió errática y dificultosa, se tapó la boca intentando contener su estómago sin embargo no lo logro y devolvió lo que hace unas horas había sido una botella de wisky de fuego… con cansancio se dejó caer al lado del cuerpo de ella y dejó que la lluvia también limpiara su rostro; de su mano se quitó un anillo en donde el emblema de los Malfoy's brillaba con siniestra elegancia, aun temblando se inclino sobre ella y tomo la mano de Hermione al hacerlo la varita de ella cayó en el barro hundiéndose levemente a medida que la lluvia caía más fuerte que antes, Draco limpió levemente la mano de la chica con su capa quitando el lodo de entre sus dedos para luego colocar el anillo en su dedo corazón. Con su varita arrancó uno de los risos de la cabellera de la ella y lo guardo en su bolsillo amarrándolo con una cinta negra; luego de ello se levanto y miró hacia el cielo dejando su rostro al descubierto, grandes ojeras marcaban su rostro pálido, el cual se cubrió nuevamente con la capucha ocultándolo completamente, con la punta de su varita toco el anillo de su familia que ahora yacía en la mano de la chica, éste brilló maléficamente ante los ojos fijos de su dueño, el muchacho se inclinó nuevamente al suelo ahora cogiendo la varita de Hermione y ocultándola en el bolsillo interno de su capa y en un movimiento de su varita él desapareció dejando a su víctima en aquel lugar.

***/***

Tragedia enluta la comunidad mágica, ayer por la noche cerca de Bristol en un encuentro fatídico entre los seguidores del señor oscuro y aurores, un miembro emblemático de la resistencia fue asesinado en medio de la batalla, Hermione Jane Granger, amiga íntima del joven Harry Potter, fue acribillada por medio del hechizo asesino mientas huían de las garras del enemigo… una gran pérdida para la comunidad y para sus amigos…. Intentos infructuosos por recoger los testimonios directos de quienes presenciaron la muerte de la joven bruja, han sido entorpecidos por un gran número de aurores… fue encontrada por la mañana de hoy abandonada en frente del ministerio en medio del revuelo y la conmoción de quienes a esa hora ingresaban a sus trabajos… testigos afirman de que en ella se encontraron marcas de tortura post mortem debido al gran numero de hematomas en su rostro… la versión oficial aun no ha sido develada por las autoridades mágicas… todo cuanto se sabe es que los funerales serán efectuados hoy por la tarde bajo estricta vigilancia y asistencia mágica…

- Los periódicos solo hablan de ella…- dijo Ginny mientras doblaba el ejemplar del Profeta y miraba a su hermano con congoja. Ron miraba su taza de café negro, con los ojos perdidos en su dolor.

- Hermione lo llamaba café negro…- dijo Ron con una media sonrisa, mientras le daba un sorbo a su tasa con dolor. Ginny lo observó durante unos segundos en silencio, nada de lo que pudiera decir cambiaria o ayudaría en algo ante el dolor de su hermano.

- ¿Iras hoy…?- se atrevió a decir ella aun con un nudo en la garganta.- ya sabes…-

- Si iré…- se limito a contestar Ron aun con la cabeza baja. En la madriguera reinaba el silencio, aquella casa que por tanto tiempo había sido el origen mismo del ruido y la indisciplina hoy era el sitio más sombrío y triste del mundo, Molly casi murió del dolor en cuanto vio a su hijo casi perder la razón aquella noche. Tuvieron que ponerlo bajo un hechizo tranquilizante para poder mantenerlo dentro de casa, en su desvarió Ron intentaba volver al lugar donde se encontraba ella., todos estaban consientes de lo que ello significaba… una muerte segura…Harry había quedado devastado… perder a su mejor amiga como su hermana, era algo que por lejos no podía soportar, si tan solo hubiera esperado… o simplemente escuchado sus palabras… Hermione siempre tenía la razón… solo la presencia de Ginny le dio consuelo.

- No podemos dejar que esto nos derrote… ya no podemos cambiar nada de lo que ha pasado, nadie cometerá el mismo error de nuevo- dijo un día el Señor Weasley mientras sus hijos, y Harry intentaban cenar- con los ojos llenos de lágrimas se levantó y tomó el periódico en donde una fotografía de Hermione sonriendo con Harry y Ron en su 5 año de colegio, figuraba en su primera página. Todo había sucedido un evento tras otro sucesivamente… el dolor era palpable al igual que el odio y la fuerza que la venganza les daba en su corazón a Harry y Ron.

- Nada nos derrotará señor Weasley, solamente sé una cosa…- dijo Harry mientras observaba al padre de Ron con tranquilidad- … sé que encontraré al que asesinó a Hermione… y cuando lo tenga en mis manos, nada ni nadie impedirá hacer lo que tengo planeado hacer…-

- Harry ¿qué?...- quiso decir Ginny en cuanto las palabras de su novio lograron entenderse en su mente.

- Nada, ni nadie…- sentenció Harry, levantándose de la mesa con suavidad, pero a la vez con una fuerza de convicción que hizo que ninguno de los presentes se atreviera a cuestionar algo.

Lejos de ahí, en medio de una gran sala elegantemente decorada una mujer leía un antiguo libro mientras lentamente sorbía de su taza de té. Sus manos temblaban reveladoramente evidenciando su nerviosismo, ojeaba con demasiada rapidez las hojas de su elaborado tomo de pociones especiales de curación. Su rostro era la imagen de la calma absoluta, lejos de tener algún atisbo de perturbación. Un elfo doméstico la miraba por el rabillo del ojo sujetando una bandeja de plata bellamente decorada, la casa de los Malfoy era un ejemplo del refinamiento y sin duda de la ostentación. Un pequeño ruido proveniente de la chimenea la hizo levantarse sobresaltada, sin embargo manteniendo los ojos y su rostro bajo una calma que le costaba el mayor esfuerzo mantener, se mantuvo firme y con la cabeza erguida ante el nuevo visitante que salía ahora por la chimenea de su mansión.

- Draco…- se le escapo de los labios a Narcisa con alivio. Un joven entraba en la sala cubierto bajo una espesa capa de lodo y cenizas. Su mirada era de incertidumbre y paranoia las grandes ojeras y la evidente mala alimentación, despojaban de cualquier gracia al joven que ahora se había transformado en el heredero de la una de las familias de magos más ricas e importantes de toda la comunidad mágica, su estado era deplorable.

- Madre…- susurro él expectante sin moverse de su sitio a medio paso de la chimenea de la mansión de los Malfoy´s.

- ¿Está todo bien querido?- pregunto Narcisa apenas haciendo un movimiento de cabeza afirmativo aproximándose hacia su hijo con una mirada de orgullo y terror en sus ojos. No se podía entender si era una pregunta o afirmación, las palabras de aquella mujer la cual al estar frente a él, tomo la mano derecha de su hijo y depositó en él un objeto… un anillo.

- ¿y bien?... – preguntó él con ansiedad, mientras que de soslayo le lanzó una mirada furibunda el esquelético elfo domestico que hasta ahora se había mantenido quieto mirando con humildad la escena.

- Sígueme…- le dijo la mujer guiándolo a través de oscuros pasillos hasta al final de un largo corredor… sus pasos retumbaban haciendo eco, esa ala de su mansión jamás era usada debido a que allí se encontraba las cosas de sus ancestros los Black y los Malfoy, un suave olor a encierro y humedad daba cuenta del evidente abandono de aquella parte de la casa a medida que Draco avanzada mirando la nuca de su madre, miles de cosas pasaban por su mente… anoche el señor tenebroso festejó torturando a varios aurores capturados en redadas por sus triunfos… uno de aquellos triunfos había sido una de sus misiones…una puerta mediana apareció ante él casi sin darse cuenta su madre la abrió directamente mientras se hacía hacia un lado dejando pasar al muchacho, al entrar una luz cálida y distinta a la de toda la mansión inundó el lugar dándole una realidad de paz anormal a lo que siempre él había visto en su casa desde que era un niño; la decoración de aquella habitación era distinta a toda la que se acostumbraba en aquel sitio unos muebles de madera de cerezo adornaban aquel lugar, un pequeño sitio de estar con un juego de mueblería de tapicería bordada por la magia de las hadas, un gran sofá y mesa de desayuno sobre la cual se habían dispuesto adornar con rosas blancas, más al fondo una mampara de hierro con decoraciones de mariposas las cuales se movían suavemente batiendo sus alas, la calidez de los colores la hacía parecer una habitación de un Gryffindor. Una inmensa cama con dosel que se situaba a la luz de una gran ventana cerraba la vista del cuarto… era una cama inglesa una cama para una chica. Un quejido hizo que la atención del muchacho se centrara directamente en la persona que yacía cobijada por grandes almohadas de plumas, respiraba acompasadamente. Draco miró a través de la pieza de tela que caía sobre el borde de la cama como separando las realidades dentro de ella podía ver a alguien que dormía...

- Ron…- escucho que decía aquella voz. Draco asió un extremo de la cortina que lo dividía entre él y la persona que se encontraba en aquella cama, una cabellera castaña y algo desordenada se extendía por los almohadones, al verla a él le pareció ver a una muñeca de porcelana, la tez pálida e inmóvil de la chica que estaba frente a sus ojos no parecía ser la misma que el recordaba, un poco de sudor resbaló por la frente de ella en el momento en que habría su boca levemente intentando hablar… -Ron…- Susurro la chica apenas audible.

- Se encuentra bien hijo…- dijo Narcisa mientras se adelantaba a su hijo y tomaba la temperatura de Hermione.- Cuando llegó se encontraba más en garras de la muerte que en este mundo, su condición era muy mala, aun no puedo entender del todo cómo es que ella aun vive, no sé cómo… - Narcisa miró a Hermione con asombro- solo sé que ella ha respondido lentamente, su recuperación ha sido progresiva estos días a medida que le hemos suministrado las medicinas y las pociones de energía.

- funcionó…-susurro Draco acercándose más a Hermione, viéndola como si fuera la primera vez que la veía en su vida, intentando de convencerse a sí mismo que realmente era ella, justo en ese instante ella abrió los ojos y lo que primero que vio fueron los ojos grises y sorprendidos de su asesino. El joven mortífago se quedó inmóvil ante la mirada de ella, tenía solamente la esperanza de que funcionara, pero jamás creyó que pudiese lograrlo.

- ¿Malfoy?... – susurro Hermione alterándose levemente después de reconocer el malogrado rostro del muchacho.

- Hijo aléjate de ella- le indico su madre apartando con delicadeza a Draco, el cual inmóvil de la sorpresa no puso objeción- no es prudente que la alteres, aun está muy confundida, después de sobrevivir a ese hechizo su mente se encuentra muy delicada… no es bueno que te reconozca todavía.

- Está bien…- dijo Draco mientras se sentaba en un gran sofá dispuesto a los pies de la cama de Hermione, agotado se dejo caer en él pesadamente mientras veía de reojo como su madre con esmero atendía a la chica. Draco miró el rostro lleno de sudor de Hermione y un suspiro de alivio salió de su pecho y todos sus músculos se relajaron, de pronto unos sollozos desviaron la atención de Narcisa de Hermione a su hijo… él estaba llorando abrazándose así mismo…

- ¿Draco?...- susurró Narcisa, yéndose a arrodillar frente a él colocando su mano sobre uno de sus hombros.

- Creí que no resultaría…- dijo apenas entendible el muchacho mientras ahora se observaba las manos con hastío aun con rastros de sangre, lodo seco en ellas sus manos estaban maltratadas… aun sollozando con nerviosismo se levantó y trató de calmarse.

- Draco querido…- intentó ayudar Narcisa.

- ¿Quién está a cargo de la limpieza aquí madre?...- preguntó de repente con su voz seria nuevamente- ¿los cuadros los retiraste cuando llegó?, ¿Los Elfos los sacaste de casa?, ¿hubo algún ruido?- preguntaba frenéticamente.

- Hijo calma…- contestó Narcisa acercándose a su hijo con sutileza- me encargue de todo personalmente, nadie la vio ni nadie sabe que está aquí he puesto un hechizo de rechazo para todo el que se acerque a esta ala de la casa exceptuando nosotros dos; nada se me ha escapado, confía en mí esta niña no podría estar más segura en ningún otro lugar.

- ¿Estás segura?... los Elfos pueden sospechar…- divagaba Draco frenético con las manos temblorosas…

- Draco, solo he dejado a Bisy conmigo que es mi elfa de confianza, todos los otros los he enviado al campo a la casa de Invierno para que la limpien a la vez que anunciado que nos mudaremos allá… en cuanto ella se encuentre un poco mejor la sacaremos de aquí y la mantendremos oculta en la casa uno de los parientes de tu padre.

- Dobby, ¿lograste hablar con él?...- preguntó Draco con impaciencia.

- Se ha negado… sin embargo…- intentó decir la mujer siendo interrumpida por las palabras de su hijo.

- Yo me encargo madre… se que él no quiere tener que ver jamás con nuestra familia, pero necesito a alguien para que te ayude con ella y que además sepa cuidarla, él es el indicado, me encargaré de traerlo y convencerlo, aunque una vez que sepa que ella vive… estoy completamente seguro de que no se negara-

- Te preocupas mucho por ella…- dijo Narcisa mirando a su hijo con perspicacia.

- Ella será nuestra carta de expiación una vez que el señor oscuro muera madre, no te imagines nada- respondió Draco con seguridad y voz arrastrada.

- ¿Y crees que Potter logre… más aun crees que matará al señor tenebroso?- preguntó Narcisa con miedo en la voz y un dejo de incertidumbre.

- No lo creo estoy seguro madre, ahora que se la han arrebatado- dijo mirando a la distancia a la cama donde yacía Hermione- el odio de una persona crece a puntos que nadie podría creer cuando te quitan lo más preciado; si no es él, lo hará alguno de los Weasley´s da igual…

- No sé qué diría tu padre de todo lo que estamos haciendo Draco- hablo Narcisa sacudiendo levemente si cabeza.

- Mi padre murió temiendo al señor oscuro madre… yo le temo… pero no puedo quedarme viendo como se destruye mi vida y la tuya por estar en su sombra… no soy un maldito Gryffindor, no soy un valiente, pero soy traicionero y astuto… y es de naturaleza que las serpientes se alimentan entre ellas… yo no podre alimentarse de la más grande de ellas pero si puedo morder y debilitarla con mis embustes… solo necesito que me ayudes… es por nuestro bien… por nuestra familia… aunque ahora seamos tan solo tú y yo…-

- Confío en ti hijo… haré lo que me pidas… y si proteger a esta chica es tu plan por ahora yo no te defraudaré.