Hormonas
"Esto no es correcto" sintiendo como le devoraban la boca "No esta bien" manos vagando arriba y a bajo de su cuerpo. Acelerando su respiración, sus pulmones le quemaban por la falta de aire, el palpitar de su corazón era lo único que escucho.
Soltando un gemido, se alejó del beso por un poco de aire mientras su cabello se hundía en el agua por su movimiento, inconsciente de la exposición de su cuello, el cual fue atacado con besos junto con chupones sobre él. Una mano alzando una pierna hasta colocarla en su cadera para doblarla más. Electricidad curso por su cuerpo al sentir la piel lisa y musculosa sobre ella, haciendo una respiración ahogada.
Sus manos hormiguearon, tratando de sujetarse a algo, agarro los húmedos hombros. Mientras su compañero siguió centrado en besar y acariciar la piel con su lengua para ir bajando hasta comisura del inicio de su pecho, buscando mejor acceso a los montículos, agarro con sus manos su trasero terso y la levanto, sacándola de las aguas termales. La cabello azabache olvido como respirar al sentir la boca en uno de sus botones rosa, haciéndola temblar junto con un gemido, sus manos agarraron el cabello en un par de puños por las sensaciones que comenzaron a correr por todo cuerpo, sin darse cuenta como lo acercaba para que se comiera su pecho mientras era chupado con avidez.
Su mente se encontró mareada por tantas cosas, un apretón en sus nalgas le recordó que no solo una parte de su cuerpo estaba siendo ocupada. Gemido tras gemido, suspiro mas gritos ahogados era lo que mostraba la pasión que en ese momento se estaba demostrando, sus ojos brillosos de tanto placer.
Tan pérdida estaba que no sintió el movimiento de su pareja hasta que su cuerpo se coloco sobre la superficie rugosa y fría de una piedra. La mano derecha al estar libre, agarro su cadera mientras la izquierda le daba suaves masajes sobre su muslo, provocando que sus piernas fueran abriendo para darle el espacio y colocarse entre ellas.
Soltando su cabello, paseo sus manos por la musculosa espalda pálida, la dureza debajo de sus dedos era mágica, su cabello negro-azulado cayo sobre sus hombros para mezclarse con la cascada plateada de su compañero para terminar siendo un mar de blanco y negro. Su respiración comenzó a ser entre cortada y sonora, un quejido tras otro, mordió su labio inferior al sentir los labios de luz sobre su vientre, bajando cada vez mas.
Abrió la boca para dar un grito que jamás salió, tratando de alejarse de tanta conmoción, su cuerpo no estaba acostumbrado a tantas sensaciones reunidas en unos instantes, fallo miserablemente al sentir el par de brazos que la sujetaban por la cadera. Sus ojos prácticamente se viraban solos, su cuerpo temblaba con cada lamida, gruñido, chasqueo entre sus colmillos en su feminidad. Coloco las manos sobre los antebrazos, apretando fuerte hasta que sus dedos se volvieron blancos. Sus piernas tomaron vida propia al abrazar su cabeza mas profundo en ella.
Gemidos con mayor fuerza se soltaron al sentir como su húmeda lengua la penetraba, alejando una mano de su cadera, utilizo dos dedos para abrir sus labios vaginales y chupar con emoción en su flor. Kagome no soportando mas, sintió su corazón latir a mil por hora, su cuerpo comenzó a convulsionarse mientras veía luces multicolores, hasta pegar un grito al llegar al clímax, el cual fue tomado sin dejar ni una gota.
Se relajo con el cansancio que venia después de tanta emoción, pero su compañero aun no terminado, la agarro y en un segundo la tenia sobre el césped bajo su bien formado cuerpo, levantando una pierna para que sintiera sobre su muslo la protuberancia dura que latía. Dando un gemido, su entrada se humedeció nuevamente con todo fervor al sentir el calor y la necesidad de su compañero.
Besos de mariposa por su cuello "¿Qué es lo que quieres?" su aliento caliente sobre su oreja, mientras la mordía y chupaba, el resultado fueron escalofrios.
"A ti" sin aliento. Quejándose al sentir la punta húmeda, paseándose por su entrada, bromeándole con cada rose.
"No escuche" Una mordida en la parte sensible de su cuello, introduciendo la cabeza sobre su entrada para sacarla rápidamente, la quería oír suplicar.
Gruño con frustración al sentir como su aparato de placer le era quitado, tratando con movimientos de cadera de atraparlo e introducirlo completo, fallando miserablemente. Abrazando su cuello, pegando su cuerpo al suyo con fervor, haciendo movimiento ondulatorio, sonriendo al oír el quejido. Mirando sus ojos dorado rojizos, los colmillos resaltado de sus labios, la marcas de su rostro un color más profundo y resaltados, la luna un azul-purpura.
"¿Qué quieres?" expreso con un gruñido animal.
Una pequeña prueba del placer que podía experimentar le fue concedida, lo suficiente para hacerla perder la cabeza "¡A ti! ¡Sesshomaru! ¡A ti!"
Con una sonrisa depredadora, se introdujo completamente.
"¡Oh!" Abriendo los ojos para terminar en una posición sentada.
Con la respiración fuera de control, el corazón a punto de salirse de su pecho, el cuerpo temblándole junto con una humedad extra que no debería estar allí, sudor corría por su frente. Pero lo peor para la joven azabache fue la frustración en cada fibra de su cuerpo junto con la decepción que le invadió al ver a su pequeño grupo alrededor de la fogata que se había hecho para esa noche.
Soltando un suspiro tembloroso, debió haberse preparado para tales sueños después de toparse con el inu youkai tomándose un baño hace una semana. Aun recordaba claramente su cuerpo en el agua, las gotas resbalándose sobre su escultural pecho, las cuales quería lamer, también ese estomago de lavadero en el que podría lavar su ropa allí, sus manos le habían picado por las enormes ansias.
Sino fuera por el vapor la hubiera olido.
Y si no fuera por Shippo que la jalo lejos, se hubiera quedado babeando.
Acostándose otra vez, cerró con fuerza los ojos, tratando de alejar toda sensación negativa, deseando regresar al sueño y terminarlo.
¡Se había quedado en la mejor parte!
Queriendo dar un grito de desesperación.
¡Malditas hormonas!