Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, pero la historia si.

Lo que está escrito "entre comillas" son los pensamientos de la gente.

Lo que está escrito en cursiva son conversaciones telefónicas o en la lejanía.

La historia está escrita desde el punto de vista de Renesmee.

En esta historia los personajes son humanos.

.-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..- ..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-.. -..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-..-. .-..-.

Capítulo 21. Epílogo.

Un amor de locos.

Cinco años ya.

Han pasado cinco años desde que comenzó todo.

Cinco años desde que dejé a James, después de una tormentosa relación en la que soporté muchas cosas por el miedo a estar sola. Y porque le quería, y él me quería, al menos eso era lo que me decía siempre, aunque siempre después de hacer que deseara desaparecer de la faz de la tierra.

- Cariño, estás bien?

Me volví hacia Jacob, que estaba en la puerta de mi despacho, apoyado en el marco de la puerta, mirándome, sonriente.

- Muy bien. - dije, sin volverme del todo. No quería que me viera llorar.

- ¿De verdad?

- Si... ejem...

- De acuerdo. - dijo, aunque su tono de voz denotaba que no me creía en absoluto. - La cena estará lista en diez minutos.

- En cinco estaré abajo.

- Muy bien.

Esperé, en silencio, escuchando las pisadas de Jacob alejarse.

Recogí las fotos que tenía encima de la mesa, las guardé todas en el primer cajón y me puse en pie. Al lado del armario tenía un espejo de cuerpo entero y me situé frente a él, secándo mis lágrimas con la camiseta.

Me sentía estúpida, llorando de nuevo por aquel imbécil, pero era algo que no había podido borrar del todo de mi corazón, por mucho que lo deseara.

Me sentía estúpida al tener esas reacciones. Llevaba con Jacob cuatro maravillosos años. Teníamos nuestro piso, su trabajo le iba muy bien, el mío también (soy profesorade historia americana) y teníamos...

- Guau guau. Guau guau.

- Hola, Draco, cariño. - dije, agachándome, acariciando la cabeza de mi precioso perro, que empezó a lamerme toda la cara, haciendo que cayera al suelo de culo, riendo, que era lo que necesitaba. - Draco! Para! - grité, aun riendo.

Jacob me había regalado el cachorro de Pitbull el día que hicimos un año juntos. Me encantaban los perros, y justo eligió el más cariñoso del mundo. Sus mimos hacían que una se animara y me hacía sentir mucho mejor, sobretodo en estos momentos de bajón. Era ya uno más de la familia.

- Vamos, Draco, que Jacob está cocinando. - dije, provocando que el perro saliera corriendo del despacho, moviendo el rabo de alegría.

Fui hacia la cocina lentamente, intentando pensar en la persona que más me quería, intentando olvidar a la que me hizo tanto daño, y entré, encontrando a Jacob poniendo ya los platos en la mesa. Había cocinado arroz tres delícias y cordero al horno, mi comidas favoritas.

- No me has dicho que ibas a hacer tanta comida. - dije, al tiempo que me sentaba a la mesa.

- Lo hice. - dijo, sentándose frente a mí, colocándose la servilleta sobre sus piernas. Yo me la puse a modo de babero. - Pero no me oíste.

- Lo lamento. - dije, al verlo tan serio. Estaba claro que sabia que me pasaba algo y que no le quería decir nada.

- No te preocupes. - dijo, sonriéndome. - Las épocas de exámenes son muy estresantes. - dijo, echándome un cable. - Sin problema.

- Estaba pensando en James. - dije, haciéndo que derramara el vino que estaba echando en mi copa. - Y en que gracias a él, nos conocimos. - cogí la botella de su mano y la dejé en la mesa.

- Sé que hace cinco años que rompisteis.

- No puedo evitar sentir el dolor. - dije, haciendo que Jacob me mirara a los ojos. - Pero te miro y se me pasa.

- Lo sé. - dijo, ahora sonriendo con más alegría.

- ¿Lo sabes?

- Lo veo en tus ojos. - dijo, acariciando la mano que tenía unida a la suya. - Las malas experiencias nunca se olvidan, pero se aprende a superarlas. Y tú lo has hecho. Estoy muy orgulloso de ti.

Sentía como empezaba a sonrojarme y Jacob sonrió más ampliamente.

- Aun no me creo la suerte que he tenido al conocerte. - comenzó a decir, haciendo que me sonrojara aun más. - De que aparecieras en mi consulta.

- De que mis padres me obligaran a ir. - dije, haciéndo que soltara una de sus risitas. - Es lo mejor que he hecho.

- Y yo.

- ¿Recuerdas el día que nos encontramos a Rosalie y Victoria en la calle y fingiste ser mi novio para protegerme? - dije. Jacob asintió. - Creo que me enamoré de ti ese mismo día.

- ¿Ah si?

- Nunca antes nadie había hecho algo así por mí.

- Eso es porque no conocías a la gente apropiada. - dijo, comenzando a comer de nuevo.

- Sin duda. - dije, sonriendo, soltando su mano para poder seguir cenando.

Draco comenzó a darme golpecitos en la pierna, pidiendo que le diera algo de comer.

"Maldigo el día en que Jacob le enseñó a pedir comida. Solo me pide a mí."

Estaba quitándome al perro de encima cuando oí que Jacob comenzaba a reír. El muy maldito se estaba riendo de mí, en mi própia cara.

Cuando terminamos de cenar, Jacob recogió la cocina mientras que yo sacaba a pasear a Draco. Cuando volví a casa, estaban todas las luces apagadas.

- ¿Jacob? ¿Se ha ido la luz? - dije, avanzando a tientas hacia el salón. No me respondió. - ¿Jacob?

Continuó sin decir nada.

Cuando llegué al salón, tanteé el terreno y fui hacia los contadores de la luz, que estaban al lado de la ventana, aunque antes de que pudiera dar la luz, algo me tocó la espalda.

- Joder! - grité, volviéndome de golpe. Jacob estaba tras de mí, con una vela en la mano, que iluminaba su rostro. - Jacob, me has asustado.

- Lo siento. - dijo, aunque en su rostro pude ver que no lo sentía en absoluto. - Se fue la luz.

- Ya lo veo. - dije, tomando la mano que me tendía.

- Tengo algo que decirte. - dijo, poniéndose todo serio. Me estaba asustando.

- ¿Qué pasa?

Jacob no dijo nada. Se agachó y clavó una rodilla en el suelo. Ahogué un grito con mis manos. Nunca creí que este momento llegaría. Era algo que habíamos hablado y nos habíamos planteado, pero hace mucho tiempo de ello, y pensé que Jacob ya lo había olvidado.

- Jacob.

- Renesmee, hace mucho que hablamos de matimonio, pero por causas externas, no hemos llevado a cabo la boda. - comenzó a decir, tomando mis manos. - Sé que la vida nos va bien sin estar casados, pero...

- Jacob...

- Espera. Yo... Sé que no estabas preparada, pero de eso ya han pasado unos años, yo... no te pido que te cases conmigo.

- ¿Ah no?

- Quiero tener un bebé contigo.

- ¿Qué? - exclamé, aun más fuerte que la vez anterior. - ¿Quieres que tengamos un hijo?

- Me encantaría tener un pedacito de ti todo lo que me queda de vida. - dijo, mirándome con los ojos bien abiertos. - Siempre que tu quieras, por supuesto.

- Claro que quiero. - dije, agachándome frente a él, me solté de sus manos y rodeé su cuello con mis brazos. - Tengo que contarte algo antes.

- ¿Antes de responder?

- Lo que te voy a decir forma parte de la respuesta. - dije, mirándole a los ojos llenos de sorpresa. - No te lo he querido decir antes porque no estaba segura, pero ayer fui al médico y ya te lo puedo decir.

- ¿Estás enferma?

- Estoy embarazada.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes?

- Porque apenas estoy de tres meses y no quería gafarlo.

- Pero eso es estupendo! - exclamó, abrazándome de golpe, riendo. Sentí morir de felicidad ante su reacción. - No sabes lo feliz que me haces.

- No sabía como te lo tomarías. - dije, sin poder evitar ponerme a llorar. - Me alegra ver que estás tan feliz como yo.

- Claro que si. - me miró a los ojos y pude ver que también estaba llorando. - No lo dudes nunca, Renesmee.

- No me puedo creer que, después de tanto tiempo, consiga ser inmensamente feliz. - dije, poniéndome en pie con la ayuda de Jacob, que se secó las lágrimas con la camiseta. - He sido inmensamente feliz contigo todos estos años, pero un hijo...

- Lo sé. Es la guinda del pastel.

- Si...

- ¿Lo sabe alguien más?

- No. Solo tú y yo.

- ¿Como crees que se lo tomarán tus padres?

- Más vale que bien. - dije, yendo a sentarme en el sofá. Jacob fue a dar la luz, que seguía apagada. - ¿No quieres casarte? - pregunté, pensando en lo que me había dicho Jacob.

- Antes pensaba que casarse era lo más importante. Ahora pienso que es algo secundario, ya que igualmente vamos a estar juntos para siempre.

- Lo estaremos. - dije, sonriendo. Era muy feliz en esos momentos.

- Te quiero, Renesmee.

- Yo también te quiero.

.-.-.-.

POV JACOB.

Nunca creí que pudiera ser tan feliz.

Llevaba dos años con Leah cuando conocí a Renesmee.

Desde el primer momento pude ver que necesitaba ayuda, pero sobretodo, necesitaba sentirse querida.

Poco a poco, conforme iba viendo e iba conociendo a Renesmee, comencé a sentir ciertos sentimientos hacia ella. Sentimientos que me obligaba a no sentir, ya que estaba enamorado de Leah. O al menos eso creía sentir. Cada vez sentía menos necesidad de verla y estar con ella, sin embargo, con Renesmee me pasaba todo lo contrario.

Nunca creí que ella acabara enamorándose de mí y mucho menos podía imaginarme que acabríamos saliendo juntos.

Ayer noche decidí, después de mucho tiempo, pedirle que fuéramos padres. Ya habíamos tenido un susto hacía unos años, pero ahora teníamos una relación estable, un piso, trabajos estables... Había llegado el momento.

Cuando le pedí a Renesmee que fuéramos padres y me dijo que estaba embarazada de tres meses, creí morir de felicidad.

Nunca creí poder ser tan feliz con alguien y sabía, que con Renesmee, la felicidad iba a ser eterna.

.-.-.-.

Hola hola.

Ya acabó.

Es pero que os haya gustado el fin.

Y muchas gracias por seguirme. Ello me anima a seguir escribiendo.

Kisses.