Una llamada comenzó todo. Serena nunca esperaba que algún día todo terminara de aquella manera, ella tan solo se equivocó en unos dígitos al marcar el número de su mejor amiga. Tenía cinco años sin estar en Tokio y al fin había regresado de Inglaterra en donde estudió su carrera universitaria en Ciencias de la Comunicación. Sus padres habían muerto en un accidente hacía tres años y le habían heredado una de las compañías de revistas más importantes que existían en todo Japón. Brightness Magazine había pertenecido a su familia desde hace cuatro generaciones, y ahora, con la muerte de su padre era su deber tomar el mando de la empresa y continuar con lo que su familia había trabajado durante décadas.

Llegó a su nuevo departamento, ya que vivir en su antigua casa le parecía devastador, era muy grande para ella y le traía demasiados recuerdos que no quería revivir. Durante dos años que ella empleó para terminar sus estudios, Luna se había encargado de la presidencia, reportándole las ganancias y todas las cosas importantes que ella necesitara saber. A pesar de no haber estado en Tokio, Serena conocía a la perfección el funcionamiento de su empresa, el nombre de todos los empleados al igual que su función dentro de la empresa, conocía los gastos, las ganancias, los sueldos, la competencia, los lugares donde la revista se vendía, por supuesto había leído cada ejemplar desde que tenía uso de razón y antes de que cualquier artículo fuera autorizado para publicarse, ella lo leía y lo revisaba, si era necesario, lo editaba.

Serena Tsukino conocía su empresa como se conocía a sí misma, era lo único que le quedaba ahora, y su pequeño hermano Sammy, quien recientemente había cumplido 20 años y estaba comenzando la universidad. Sammy era aún muy pequeño para encargarse de los negocios y además de todo, nunca le había gustado hacer eso. Él estaba estudiando periodismo porque siempre le había encantado ver las noticias y leer los periódicos. Brightness Magazine era una revista sumamente importante, dirigida a toda clase de público, era por eso que su fama se había elevado tanto. Era científica, intelectual, artística, infantil, juvenil, sexual, incluso los chismes de la farándula se hacían presentes.

Sammy tocó la puerta del departamento y cuando Serena abrió le dio un fuerte abrazo. Tres años sin verse. Mientras platicaban sobre todo lo que les había sucedido en ese tiempo, desempacaban las pertenencias de Serena mientras la mudanza acomodaba algunos muebles. Sammy estaba viviendo con un par de amigos de la universidad a unas cuantas calles de ahí, así que se verían muy seguido, además de que Serena le suplicó que se inmiscuyera más en la revista, pues además le ayudaría mucho a sus estudios. Sammy aceptó, ya que ella estaba en la ciudad, le resultaría más fácil envolverse en lo que sus padres les habían dejado.

Cuando Sammy se fue, Serena decidió llamar a su mejor amiga desde hacía diez años, Mina Aino. Mientras marcaba su número, no se dio cuenta que intercambió los últimos dos dígitos marcándole a la persona equivocada. Antes de que la otra persona pudiera hablar, Serena, muy emocionada, habló primero.

-¡Mina!-gritó Serena.-Mina tengo que verte estoy aquí en…

-¡Hágame el favor de revisar los números que marca!, deje de molestarme, hágale un favor al mundo.

El hombre colgó el teléfono muy enojado mientras que Serena se sintió extrañada y enojada al mismo tiempo. Volvió a marcar el número y esta vez no se equivocó. Mina se emocionó muchísimo de escuchar a Serena y quedaron de verse en el Crown en una hora. Pero antes de hacer cualquier cosa, Serena no quería dejar las cosas así con el tipo que le contestó tan feo, por lo que decidió marcar su teléfono de nuevo y al escuchar su voz le gritó: ¡Idiota! Para después colgar rápidamente.

Anotó el teléfono del tipo en su agenda telefónica con el nombre de "Idiota" y una carita feliz. Ahora tendría con quien descargarse cada vez que alguien la hiciera enojar. Después de todo él era el mal educado que no tenía tacto para tratar a las personas, por lo que ahora tendría que tragarse sus palabras y aguantar de vez en cuando que lo llamaran idiota por teléfono. Recogió sus cosas y emprendió camino hacia el Crown para ver a su mejor amiga después de cinco años sin verla.

Una historia simple y sin chiste, sí, pero esperen a ver qué es lo que sucede después.