BPVO

El viaje fue sumamente aburrido y largo, después de que me despedí de René y su nuevo esposo Phil sin duda era lo único por lo que extrañaría Phoenix.

Otra vez regresaba a mi pueblo natal a petición de mi hermano mayor cosa q era muy rara, realmente lo extrañaba y a mis amigos de toda la vida: Jacob y Leah. Pero bueno estuve fuera por casi dos años ya que me ofrecieron un nivel más avanzado en mi educación y mi hermano prácticamente me llevo de las orejas aunque recordándolo bien, es justamente lo que hizo… me llevo de la oreja hasta el avión mientras yo gritaba y pataleaba, fue la mayor vergüenza que he pasado.

Bufe molesta solo al recordarlo.

Y a pesar de todas las amenazas que me dio mi pueblo aquí estoy, en el aeropuerto de Seattle de nuevo, después de dos largas horas, ignorando los coqueteos de los hombres jóvenes y no tan jóvenes e incluso unas cuantas mujeres que intentaban establecer conversación conmigo.

No es que no me guste la atención, estoy acostumbrada a ella desde que cumplí los doce y quien se podía resistir a mis encantos (lo sé soy ególatra): mi cabello color caoba con destellos rojos, mi cara en forma de corazón, mis labios carnosos perfectamente, con sobresalientes pómulos, piel de porcelana, una estatura razonable (1.74m) pero lo que más resaltaba eran mis ojos color azul que siempre parecían morados, cubiertos con grandes y abundantes pestañas oscuras, sip soy una diosa personificada.

Sin embargo esto es simplemente irritante… voy a matar a mi hermano no puedo creer que después de un año sin tener ninguna noticia de el, solamente me llame y me ordene volver, pero ¿quién demonios se cree?… bueno si es mi hermano mayor, y si yo se que tiene mi custodia legal, pero vamos tengo 16 años no me puede hacer y deshacer mi vida.

-Isabella- grito una voz masculina haciendo que la mitad de mis admiradores retrocedieran lentamente, mientras que la otra parte se le quedaba viendo amenazante por su aspecto, bueno quien no al ver semejante hombre: su piel era de color rojizo, pelo oscuro bien cortado, la cara era la de un hombre joven apuesto, pantalones rasgados al igual que su camisa, sin embargo era su gran estatura y musculatura lo que hacía retroceder a todos.

Yo simplemente lo mire enfadada haciendo que su gran sonrisa disminuyera poco a poco hasta quedar con una mueca de vergüenza.

-¿se puede saber que te demoro tanto?- le pregunte con calma.

-mira Bella es que… tuve cosas que hacer- me respondió mientras se frotaba con nerviosismo el cuello.

-¿Qué tipos de cosas?-cuestione entre cerrando los ojos.

-mm cosas de… hombres- mas que afirmación parecía pregunta.

-sabes que, no me interesa tus escusas…- le conteste de mal humor al ver que mentía- será mejor que te apresures… Sam

-ah sigues igual de bipolar-puse los ojos en ese comentario-… me alegro de eso- señaló mientras me daba un abrazo de oso.

-sí, también yo te extrañe- comente incomoda devolviéndole el abrazo, nunca me había gustado el afecto físico- ahora basta de sentimentalismo y vamos a casa.- mientras agitaba mi cabello como una barbie y me dirigía a la entrada.

-bien bien- rio mientras ponía las manos en alto- si tantas ganas tienes de volver a La Push no me opondré.

contii