¡Hola! Siento mucho la demora, es que como estoy de vacaciones mi madre entro un día en mi cuarto diciendo "Prepara tu maleta hija, nos vamos de vacaciones con tu tía chabela" mi cara fue de O.o "Y mi Fic, que será de él? Mamá!"y ella me dijo " No sé que sea eso, pero puede esperar, además ya deja la computadora se te van a secar los ojos" sufrí mucho. Pero ya estoy aquí y les traigo el final de mi amado fic whaaaa en verdad se siente triste terminar los proyectos

Agradezco a todos lo que dejan reviews y NeEko0-cHaN gracias por la corrección, me creerás que cuando lo revise ni cuenta me di? Jajajaja pero ya lo corregí.

Ya saben lo de las apariencias por cierto, en este caso los personajes son católicos. Ya verán porque jejeje.

Espero les guste.

Escuchen la canción Creo en Ti de Reik.

Cap. 5 Un amor de verano eterno.

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El sol estaba en todo su esplendor, y en la playa podían escucharse las risas de los niños del parvulario que estaban de excursión. Hacía más de un año que cierta ojicastaña había llegado a Fukuoka y se había reencontrado con su primer— y único— amor, el cual cabe decir se convertiría en su esposo en casi nada de tiempo.

-¡Sensei! ¡sensei! Mire que bonita caracola- llamó una pequeña niña de 5 años de cabellos grises, tirando insistentemente de la falda del vestido amarillo que llevaba una pelinaranja, la cual hablaba animadamente con una bella mujer de cabellos cortos y verdosos, grandes ojos marrones y de cuerpo menudito. Traía puesto un par de jeans blancos a juego con una blusa azul cielo. Su nombre era Kuna Mashiro a pesar de haberse casado hacia unos años, no utilizaba el apellido de su esposo.

-Lo es, si quieres puedes guardarla Kyoko-chan-sonrió ampliamente.

-Se la voy a dar a mi mami- la ojicastaña le palmeo la cabeza.

-Se va a poner muy contenta. Ahora Kyoko-chan se buena niña y reúne a tus compañeros para que almorcemos ¿sí?- la niña asintió fervientemente.

-Vaya, si que te quieren los niños, sobre todo Kyoko-chan- exclamó la peliverde –.Te van a extrañar mucho ahora que tomes el permiso para irte a tu luna de miel Orihime.

-Lo sé y yo a ellos. Pero voy a volver pronto, solo podemos irnos 3 semanas puesto que Ulquiorra tiene una gira con el nuevo libro. Mashiro-san gracias por cubrirme- hizo una leve inclinación con la cabeza.

-No hay problema, somos amigas. Pero en serio porque viniste hoy mañana es tu boda debiste quedarte en casa para descansar, apuesto que estas muy nerviosa. Yo lo estaba cuando me case con Kensei- le dio un par de golpecitos amistosos en la espalda.

-Y lo estoy, solo quería despedirme de los niños, además en una hora debo ir a recoger a mis amigos en el aeropuerto- rió.

-Ya veo-dijo dando un paso- .Vamos a comer.

-Sí.


Decir que se sentía nerviosa era quedarse cortos o comparar la torre de Tokio con el monte Everest. Hacía bastante tiempo que no veía a sus amigos, a pesar de que mantenía el contacto con su mejor amiga, la cual había tenido muy pocas ocasiones para ir a visitarle en trascurso del año, no era lo mismo tenerlos cerca de ella a un día de casarse. Ciertamente les sorprendió la noticia, incluso había tenido que suplicarle a Tatsuki que no tomara un vuelo, de categoría urgente, para ver si no se había drogado o algo. Porque jamás habrían imaginado que la ojicastaña fuera a conseguir una pareja tan rápido en Fukuoka y menos que fueran a dar tal paso en la vida. Toda una noche le llevo contarle de principio a fin, y hasta los lunares de la rana, sobre su relación con el ojiesmeralda a su amiga. Al final había aceptado, no porque aprobara al sujeto, sino porque la voz de su preciada amiga estaba rebosante de felicidad, ella quería lo mejor para Orihime y si ese hombre se lo podía dar estaba bien.

Fue ahí donde las llamadas comenzaron a ser más frecuente, si bien no vivían en la misma ciudad eso no impediría que la ayudara a organizar la boda, vestido, banquetes, pasteles, vestidos y color para las damas, todo había sido acordado por teléfono y en una que otra visita a Karakura que llego a hacer la pelinaranja. Ahora estaba casi todo listo, solo quedaban pequeños detalles que eran muy insignificantes. Ese día recogería a sus amigos, los llevaría a la posada de la Oba-san a que descansaran. Después iría a recoger a Ulquiorra al aeropuerto, ya que el también había viajado, pero a España para ir por sus padres. Sus futuros suegros le caían muy bien, los había conocido en año nuevo cuando el pelinegro y ella viajaron para que la madre del ojiesmeralda, una mujer muy dulce y aparte japonesa, la conociera. Después solo restaría esperar a que el tan ansiado día llegara.

-¡Orihime!- grito a lo lejos la voz de una mujer, sacándola así de sus pensamientos. La ojicastaña elevo el rostro y vio a una chica no muy alta de cabello rebelde y negro y ojos salvajes. Era Arizawa Tatsuki, su mejor amiga.

-Tatsuki-chan- se apresuró a llegar junto a ella.

-Orihime- llamó otra voz y la pelinaraja vio a una chica bajita de cabellos negros e imponentes ojos violetas, Kuchiki Rukia, seguida por un chico muy al contraste de ella, alto de piel melocotón ojos avellana y de pelo naranja. Su nombre era Kurosaki Ichigo.

-Kuchiki-san, Kurosaki-kun- sonrió al ver a la pareja.

-Inoue-contestó el ojiavellana.

-Tanto tiempo, Inoue-san- apareció un chico de cabellos azulados, piel blanca y lentes. Ishida Uryu, quien era el novio de su amiga

-Ishida-san.

-Orihime-chan- saludo una chica de cabellos castaños y ojos redondos. Era más joven que los demás. Kurosaki Yuzu hermana menor de Ichigo.

-Yuzu-chan me alegra que hayas venido. ¿Y tú hermana?

-Aquí, buenas Orihime-san- salto a decir una pelinegra de ojos ónix, quien le dio un codazo al chico que estaba detrás de ella, puesto que venían discutiendo antes de llegar. Kurosaki Karin, una chica de 19 años, igual que su melliza, con un carácter similar al de Arizawa.

-Serás-murmuro tocándose el estomago. –Hola Inoue.

-Hitsugaya-san, Rangiku-san estará contenta de verte- sonrió y el peliblanco asintió. El era Hitsugaya Toshiro ex compañero de la pelinaranja y novio de la mediana de los kurosaki. Cosa que realmente no le agradaba a su hermano mayor y que les importaba un cuerno. Era sobrino de Matsumoto Rangiku una hermosa mujer de un físico parecido al de ella, que vivía cerca de Fukuoka y había sido la que le ayudo con los últimos recados de la boda. Razón por la cual no estaba presente.

-Me da gusto verlos a todos otra vez.

-A nosotros también Orihime- respondió la ojivioleta.

-Y bien donde está el sujeto con el que te vas a casar, no lo veo desde que vine en Marzo- repuso Tatsuki moviendo la cabeza hacia todos lados.

-Llegara hoy en la noche en el vuelo directo de España.

-¿No está en Japón?

-Tenía unas cosas que hacer con su familia antes de la boda, vendrá junto a sus padres.

-Vaya y yo que quería conocerlo- dijo Rukia.

-Ya lo harán Kuchiki-san, ahora los llevare a la posada de oba-san- indicó riendo un poco.

Todos los presentes atinaron a asentir y siendo guiados por la ojicastaña se dirigieron a la camioneta que la bella mujer manejaba. El camino era lo bastante largo para platicar sobre cosas, que al parecer de los chicos y cierta kurosaki, eran insignificantes. Orihime estaba contenta reír y conversar con sus amigos era lo mejor, porque claro que absolutamente no era igual a cuando lo hacía por teléfono. Alrededor de un hora después llegaron a la posada del la Oba-san. Inoue fue presentando uno a uno, la señora los recibió con la misma cálida sonrisa que le dedica a la pelinaranja, expresó que estaba honrada y contenta de tener a invitados tan importantes hospedados en su Hostal; encarecidamente la ojicastaña le recordó que ella igual era una invitada importante para su boda. Al par de segundo después se hicieron presentes en la residencia el nieto y la novia de este. Quienes interactuaron natural y amistosamente con los amigos de Orihime. Sobre todo Nell, quien le tomo un extraño cariño a Ichigo, el cual ponía un poco celosos tanto al peliazul como a la Kuchiki. Pero la ojipardo se había apresurado en aclarar que era porque le recordaba a su hermano mayor, no por otra cosa. Faltaba un cuarto para las 8 cuando todos se encontraban reposando en la sala común del Hostal. Ichigo y Grimmjow se habían sumergido en un complicado juego de ajedrez con tres tableros, sinceramente solo ellos e Ishida, quien los observaba de reojo mientras leía un libro, sabían quién iba ganado. Toshiro y Karin competían por ver quien comía mas sandia, fruta que la Oba-san le había traído, y a decir verdad iban a la par. Yuzu mantenía una animada plática con Nell, con quien había congeniado a la perfección. Orihime, Rukia, Tatsuki y Matsumoto, la cual había llegado media hora antes y que además estuvo a punto de asfixiar a su queridisimo sobrino con la pechonalidad que se cargaba, hablaban sobre el itinerario de mañana. A penas el reloj marcara las 6 am todas ellas, incluyendo a las mellizas, tenían que estar de pie y listas para ir al hotel donde se llevaría al cabo la ceremonia, ir por la maquillista, la estilista y la modista. Ver que todos los adornos llegaran a la recepción que sería en un salón ahí mismo en el hotel, las flores, los ramos tanto el de la novia como el de las damas. Preparar los anillos y esas cosas de las cuales Matsumoto aseguro no tenia porque preocuparse.

Pronto todo estuvo acordado y la ojicastaña tenía que ir a por su prometido y sus futuros suegros.

-Entonces mañana vengo por ustedes.

-Sabes Orihime sigo diciendo que debimos hacerte una despedida de soltera-la pelinaraja sonrió nerviosa, sabedora que lo que quería su rubia amiga no era una despedida sino una excusa para beber sake a barriga tendida.

-Gracias. Pero no me agradan esas cosas.

-Tú te lo pierdes- se encogió de hombros.

-Descansa Orihime. Mañana es el gran día- recordó la policía abrazando a su mejor amiga con mucha fuerza.

-Ok. Igualmente Tatsuki-chan.

Después de una breve despedida de sus demás amigos se fue nuevamente al aeropuerto.

-Mañana es el gran día- sonrió acariciando el anillo de compromiso que el pelinegro le había dado como pacto. En verdad no había sido romántico, simplemente llego un día con un volumen de su nueva saga, la cual tenía un personaje expresamente inspirado en ella. Separada en una página en específico, justo donde el protagonista, declaraba sus deseos de matrimonio para con la chica. Ulquiorra no era hombre de palabras habladas por lo que solo dijo un ¿aceptas? Cuando ella inquisitivamente lo había volteado a ver con un claro ¿hablas en serio? Tatuado en la cara. Afonía, sorpresa y felicidad la embargaron al mismo tiempo haciéndola saltar del sillón del Living para gritar un fuerte y claro ¡Sí! –Mañana- repitió poniendo en marche la camioneta.


El reloj apenas marcaba la 5:30am cuando en la casa que los futuros esposos compartían se lleno de ruido. La linda pelinaranja estaba con las energías al 100 y la felicidad y el nerviosismo se colaban por cada poro. Danzó de aquí a allá mientras se vestía, tarareaba la canción que había en el radio del baño y la cual tenía un ritmo pegajoso.

-"A mí me gusta,andar de pelo sueltome gusta todolo que sea misterio. Me gusta ir,siempre en contra de vientosi dicen blanco,yo les digo negro"-coreó a la cantante, utilizando el cepillo como un micrófono improvisado. Movió las caderas al son de la música y con los brazos hacia ademanes de una guitarra. Estaba relajada, lo menos que necesitaba ese día era estar estresada, por lo que aquello le ayudaba a olvidarse un poco de la tensión.

-Mujer, te vas a caer- la voz de su prometido la hizo perder la concentración por lo que resbaló por culpa de las pantuflas y cayó de trasero en el baño –Te lo dije- expuso acercándose para ayudarle a levantarse.

-Lo siento si te desperté- pidió aceptando la mano que le tendía.

-Ya estoy acostumbrado-aseguró acariciándole la mejilla-Por cierto mi madre te vera en el hotel- la ojicastaña asintió.

-Ulquiorra- llamó -¿Estas nervioso? Hoy es el día.

-No, aun no-contestó con su típica voz.

-¿Aun no?- el acunó entre amabas manos el rostro de su mujer, acercando sus caras lo más posible.

-Pregúntamelo cuando te vea en el altar- susurró y besó sus labios, la pelinaranja se quedo en las nubes por tan exquisito beso.

-Te amo- musitó sonriendo.

-Yo también- le dio un pequeño besó en la frente.

-Bueno, tengo que irme – exclamó sin muchas ganas de separarse del hombre que turbaba sus sueños.

-Nos veremos en el altar-expuso él.

-Sí- le dedico un pequeño ademan de despedida y se fue a poner los zapatos para irse.

5 horas, llevaban 5 horas en el cuarto de hotel, habían visto los últimos detalles del la ceremonia y la recepción y luego una por una las damas habían sido peinadas y maquilladas, la madre del novio también y la ultima era la novia.

-Orihime llegaron los ramos- avisó Rukia entrando por la puerta de la Suite, llevaba su corto cabello negros recogido en media coleta con un par de horquillas en forma de flores y el maquillaje que le habían puesto resaltaba sus grandes y hermosos ojos violetas. El vestido que llevaba era de corte imperio color beige con listones negros y unos 5cm por arriba de la rodilla que resaltaban su pequeña y fina figura. Cargaba entre sus manos una caja con varios ramos el más grande y precioso era un Bouquet de rosas rosadas, el cual por obviedad era de la pelinaranaja, los otros eran pequeños y de flores variadas que armonizaban en un tono rosa pastel.

-Son hermosos, no crees Tatsuki-chan- tomo la caja y se giró para enseñársela a la pelinegra que era maquillada, su rebelde cabello había sido planchado y llevaba un listón negro con adornos plateados. En un gancho colgaba un lindo vestido de cuello alto del mismo color que el de la Kuchiki e igual que el de ella tenía listones negros en la zona de la cintura. Los colores de la damas eran Beige y negro, el estilo variaba según la dama, pero seguían estando armonizadas.

-Sí.

-Querida, que bello ramo escogiste- felicitó una bella mujer de mediana edad, ojos verde olivo y largo cabello negro, el cual estaba peinado con una corona de trenzas. Llevaba un vestido estilo túnica de color esmeralda.

-G-gracias Shiori-san.- ella era la madre de Ulquiorra.

-Dime Oká-san, serás la esposa de mi hijo en unas horas después de todo- le dedico una maternal sonrisa.

-S-sí- murmuro sonrojada.

-Listo, la que sigue- llamó la estilista luego de haber terminado con la mediana de las kurosaki, a quien le había recogido el cabello con una estilizada pinza negra con brillos en una coleta alta con los mechones ondulados que caían a cada lado de su rostro. Un broche plateado en la parte izquierda terminaba el peinado. El vestido de la morena, el cual estaba al lado del de Arizawa, era de escote de hombros caídos, con ligeros bordados negros en la zona del busto y una gran banda negra en la cintura.

-Yo sigo- dijo Matsumoto sentándose en la silla.

-Orihime-chan me podrías subir el cierre- pidió la menor de los kurosaki entrando desde la parte donde estaba la cama.

-Claro Yuzu-chan-sonrió e hizo lo que le pidió, subió el cierre del hermoso vestido de cuello de barco que la castaña llevaba, un maquillaje sencillo resaltaba sus grandes ojos oscuros y su cabello enchinado con un tenaza iba peinado en una coleta de lado sostenida por una liga blanca con flores negras.

Luego de 1 hora todas la damas y estaban listas, por lo que las maquillista y la estilista estaban concentrada en hacer aun más bella a la dulce novia.

-Listo- canturreo la maquillista al contemplar satisfecha lo que, según ella, era su obra maestra.

-¿C-como me veo?- pregunto avergonzada la ojicastaña.

-Hermosa- corearon todas su amigas y no mentían, el largo cabello de la pelinaranja estaba peinado en un recogido alto y elaborado con un bello detalle de flores blancas incrustado en el, un par de mechones caían por su rostro y otro responsaba en su hombro. Su maquillaje era muy natural, porque la cara de Orihime en si era bello.

-Llego la modista Orihime- declaró la voluptuosa rubia, quien traía un vestido de escote Halter que resaltaba sus atributos y su cabello corto, el cual le llegaba a los hombros, era jalado hacia atrás con una horquillas.

-Ok-murmuró poniéndose de pie y siguiendo a la mujer de edad media que llevaba unas bolsas en sus brazos.

20 minutos después la pelinaranja salió del cuarto, todas las presentes abrieron los ojos, se veía absolutamente hermosa. El vestido blanco de escote palabra de honor, se pegaba lo justo a su esbelto cuerpo, un bordado plateado en forma de rosas adornaba el tórax, una cinta de seda en la zona de la cintura formaba un moño en la parte baja de su espalda, una frondosa falda con adornos pequeños de piedritas, una cola pequeña y un precioso velo de encaje resaltaban su bella piel. Zapatos altos color blanco y un bello collar de diamantes terminaban el conjunto.

-Estas preciosa querida- aseguró Shiori-san.

-Así es Orihime- asintió Rukia.

-Ten Orihime- Tatsuki le entrego el ramo de flores, su cara parecía querer llorar, después de todo se casaba la chica que consideraba una hermana. Alguien tocó a la puerta. Karin fue quien abrió.

-Chicas siento interrumpir pero…¡Woa! Inoue, te ves… -Ichigo se quedo sin palabras, la amiga que había conocido en el instituto no era ni la sombra de la mujer que veía hoy frente a sus ojos.

-Kurosaki-kun ¿Qué pasa?

-Ha sí, faltan 10 minutos para la ceremonia venia a avisarles que los invitados ya están en el salón.- se rasco la nuca, el pelinaraja llevaba un elegante traje negro con un chaleco rojo vino y una corbata a juego.

-Ok, por cierto Ichigo recuerda que tú vas a entregar a Orihime- se había acordado aquello puesto que la pelinaraja no tenía ningún pariente que hiciera su entrega en el altar, sus amigos se ofrecieron y después de un al azar, el pelinaranja seria quien lo hiciera- ¿Qué no te dije que la corbata te la pusieras bien?- indicó la pequeña ojivioleta acercándose a él, el kurosaki quedo estático, su novia estaba condenadamente hermosa.

-Lo sé, además la corbata está bien- aseguró.

-No es cierto, agáchate te la acomodare-ordeno frunciendo el ceño, el ojiavellana bufó.

-Lo que digas enana-gruñó y aun así se inclino, la pelinegra acomodo la tela y le dio un par de golpecitos en el pecho.

-Listo- sonrió satisfecha.

-Bien en marcha- dijo Matsumoto tomando su ramo.

Cuando llego la hora, una por una las damas hicieron su entrada.

-Cuenta hasta 10 después de que yo salga Orihime- murmuró Tatsuki sonriéndole-Suerte- suspiró antes de desaparecer por la puerta del salón. La pelinaranja se sintió completamente nerviosa, al fin le estaba haciendo efecto lo que sucedería en un par de minutos.

-Tranquila Inoue- sugirió el pelinaraja. La ojicastaña elevó el rostro y clavo sus ojos en los del kurosaki.

-Y si me caigo Kurosaki-kun o si él se arrepiente, ¿Qué hare?-preguntó con un hilo de voz.

-No te preocupes, no caerás te estoy sosteniendo- dijo serió-Y si se arrepiente te juró que yo mismo y tal vez los otros lo mataremos-medio bromeó.

-Está bien-rió- Gracias Kurosaki-kun.

-Eres como mi hermana Inoue. No lo olvides.

-Ok, gracias- sonrió- Vamos- indicó.

La marcha nupcial se escuchó al otro lado de la puerta, las cuales se abrieron a la par dejando ver al par de pelinaranjas, caminaban por el largo pasillo, Orihime se concentraba en su pasos y no es sus alocados latidos, por su parte Ichigo mantenía la cabeza en alto con orgullo de entregar a su amiga en el altar. La ojicastaña levanto el rostro, apenas lo hizo sus ojos se trabaron con los del hombre que le robaba el aliento, los orbes esmeralda escanearon de arriba abajo a la mujer, estaba más que hermosa, no había palabras para describir lo que sentía. Una corriente eléctrica le sacudió la espina dorsal cuando el kurosaki le entrego la mano de la mujer, le lanzó una mira de "si le haces algo date por muerto" El sacerdote comenzó el sermón.

Inoue tenía todo muy nublado, solo podía pensar en los ojos de Ulquiorra, era lo único que impedía que se desmayara de la emoción y los nervios en ese momento. En cambio el apacible novio miraba sin emoción alguna al hombre que estaba frente a él, por fuera parecía sereno, pero por dentro otro gallo cantaba, estaba tan tieso que parecía una estatua, estaba…nervioso por primera vez en su vida lo estaba. ¡Por dios se estaba casando! Al menos eso era una buena excusa para estarlo.

Entonces el padre llegó al clímax de la ceremonia religiosa.

-Ulquiorra Cifer ¿Aceptas a Inoue Orihime como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe? –cuestiono severo el cura. Ulquiorra lo miró fijo, incluso después de la muerte seguiría amando a esa mujer.

-Sí. Acepto- su voz grave resonó en los tímpanos de la pelinaranja, esa dos simples palabra hicieron que rompiera en llanto, no era de tristeza oh claro que no, nunca serian de tristeza. Eran puramente de felicidad, en sus adentros agradecía que la maquillista le hubiera puesto maquillaje a prueba de agua.

El sacerdote se giró hacia Orihime. Aclaro su garganta para que la llorosa ojicastaña lo mirara.

-Inoue Orihime ¿Aceptas a Ulquiorra Cifer como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe? –inquirió nuevamente la pregunta.

-Sí. Acepto- le sorprendió que su voz no se quebrara. El señor asintió y sonrió un poco.

Karin se acerco con los anillos de matrimonio, el sacerdote los bendijo Ulquiorra tomo el anillo que le correspondía a Orihime y tomándole la mano dijo:

-Inoue Orihime recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad.- deslizó la aleación de oro con pequeños diamantes por su dedo anular. Ella entre lágrimas sonrió.

-Ulquiorra Cifer recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad.- realizó la misa acción y entrelazó sus manos firmemente.

-Ustedes han declarado su consentimiento ante la Iglesia. Que el Señor en su bondad fortalezca su consentimiento para llenarlos a ambos de bendiciones. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre- declaro con voz fuerte.

-Amén- se escuchó en el lugar.

-Ahora los declaró marido y mujer. Puede besar a la novia Sr. Cifer- aseguró el padre. Ulquiorra lanzó un leve suspiro, apretó el agarre de su mano y se giró a su ahora esposa, ella seguía llorando, a pesar del velo podía notarlo, con delicadeza retiro la tela hacia atrás y con su mano libre le tomo el rostro.

-Deja de llorar Orihime- la ojicastaña levanto el rostro sorprendida, a pesar de habérselo pedido cientos de veces en muy raras ocasiones le llamaba por su nombre, puesto que el mote "mujer" era muy preferido por él para referirse a ella.

-Ulqui…-se quedó a la mitad, puesto que el ojiesmeralda la calló con una fuerte presión de sus labios sobre los de ella. El lugar se lleno de aplausos y chiflidos, felicitaciones para los novios y demás. Se separaron a penas y ella muy sonrojada sonrió contenta. Se giraron hacia los invitados para dedicarle una leve inclinación de cabeza, la pelinaranja viró la cabeza hacia su derecha, donde algunas de sus damas se limpiaban las lagrimas, entre ellas la que siempre fue y será una hermana, aunque claro después Tatsuki negaría haber llorado.

Luego de una sesión de fotos, todos los invitados pasaron al salón de recepciones, el cual estaba decorado de cientos de flores, manteles blancos y beige, listones y demás.

-¡Oh mi amado sake!- escuchó gritar a Matsumoto.

-Felicidades- les desearon Toshiro y Karin parándose delante de ellos.

-Gracias.

-Sí, que sean muy felices se lo merecen- concordó Rukia quien iba de la mano del pelinaranja.

-Si pasa algo ya sabes Inoue- le dedico una mirada cómplice- Nosotros estamos ahí.

-Kurosaki tiene razón- aseguró Ishida apareciendo junto a Arizawa.

-Ishida-kun, Tatsuki-chan- saludó.

-Orihime- la pelinegra la abrazo- Felicidades.

-Gracias.

-Hijo, nuera. Les deseamos lo mejor- dijo Shiori-san acercándose para abrazar a los novios, le seguía de cerca un hombre muy parecido a Ulquiorra, sobre todo en los ojos esmeralda.

-Así es- al parecer padre e hijo eran igual de callados.

Las felicitaciones continuaron hasta que fue hora del brindis, cada unos de los amigos dedico un par de palabras a los novios. Los padres de Ulquiorra también. Luego llego un momento muy especial, la pista de baile que minutos antes había estado llena ahora estaba completamente sola, si era la hora de la primera pieza que bailarían el par de esposos. Se colocaron al centro, Orihime lo miro temblorosa.

(Es buen momento para poner la canción)

-Es la hora invitados, los señores Cifer, bailaran su primer baile como esposos, la canción es "Creo en ti"- declaró una borracha Matsumoto, quien hacía de anfitriona para animar la fiesta.

-¿Qué sucede?-preguntó en un susurro con su voz de siempre.

-No soy muy buena bailando delante de tanta gente- aclaró algo apenada.

-Lo sé, pero no te dejare caer- ella lo miró sorprendida. La música fluyo por el aire y los dos comenzaron a moverse, en una de las tantas vueltas la ojicastaña rió.

-¿Por qué ríes?- preguntó acercándose a ella.

-Es que mi hermano tenía razón- sonrió, el le dio una vuelta sobre su propio eje.

-¿En qué?- susurró en su oreja.

-Un amor de verano puede llegar a ser eterno- y cuando la música seso la pelinaranja le otorgo un beso en los labios.

-¡Ahora sí, que tal esta canción para que muevan esos culitos bonitos señores!- grito Matsumoto subiendo el volumen a la canción de "la macarena"

-¡Matsumoto! ¡Deja el micrófono ahora!- vocifero enojado el ojiturquesa.

-Pero Taicho, no me grite-lloriqueo. Orihime rió. Ulquiorra jaló su mano y ella volteo a verlo.

-Te amo- dijo él.

-Yo también te amo- y volvieron a besarse.

Orihime agradeció a su hermano donde quiera que estuviese, el tenia razón, siempre amo, ama y amara a ese hombre que hoy era su esposo, el destino podía tenerle cualquier cosa preparada pero ella iría hacia adelante con la frente el alto. Porque los amores de verano pueden ser eternos.

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-"Mi dulce demonio siempre estaremos juntos tenlo por seguro"-

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FIN

Waaaa, estoy llorando de verdad, espero lo hayan disfrutado, acepto cualquier sugerencia, halago o corrección, mas no insultos ok?

Dejen reviews plis. Ahora si después de esto empezare con mi proyecto ichiruki. He estado estudiando un poco para comenzarlo ya que trata temas sobre embarazo, drama, tragedia, paternidad, maternidad y por supuesto romance, así que si les interesa me sentiría muy dichosa de que me acompañen en ese nuevo proyecto.

Akari se despide.

Hasta la próxima historia.