I
Orihime's sweet desire
La clase se había acabado. Los estudiantes se levantaban de sus asientos y se marchaban platicando con sus amigos. Ella estaba aun sentada, observando una revista que Matsumoto-san, en una de sus visitas a la tierra, le había hecho comprar en una de los comercios. Esa revista, una Cosmopolitan (n/a: la revista Cosmopolitan, a pesar de ser de origen estadounidense, tiene una versión japonesa, aparte de alemana, española, mexicana, etc…) era demasiado…intrigante, además de que le provocaba a cada cierto momento un sonrojo.
Con su mirada aun colocada en la revista, ella ignoró que alguien se acercaba a su pupitre. Con un caminar sigiloso, el 'cazador' se detuvo frente a ella, observándola. Ante esa mirada tan fuerte, Orihime subió su mirada y se encontró con unos ojos color chocolates, tan fuertes y vivaces que hicieron que su corazón diera un vuelco.
—K-kurosaki-kun— murmuró ella, ruborizándose. Él mantenía su mirada sobre la revista, en especial en ese documental erótico. Orihime bajó su mirada, para ver lo que él estaba observando, avergonzándose al instante. — ¡N-no es lo que parece! E-esa página llegó p-por casualidad— comenzó ella, volviéndose roja al instante. ¿Qué iba a pensar Kurosaki-kun de ella? Probablemente que era una pervertida.
Para la sorpresa de Inoue, el shinigami sustituto embozó una sonrisa de lado. Ella estaba segura que esa sonrisa no caía en el tipo de amabilidad, cortesía o lastima. Era como una sonrisa de… ¿Kurosaki-kun estaba sonriéndole de manera burlona? No, de seguro ella estaba enloqueciendo. El joven de cabello naranja no era una persona que le gustase sonreír, y mucho menos de esa manera.
—Imagino, Inoue— fue su corta respuesta, inclinándose sobre el pupitre, quedando a centímetros de distancia de ella. Su corazón latía a tanta velocidad, que ella estaba casi segura de que él iba a escucharlo. La esencia de Kurosaki-kun, ese aroma que ella tanto adoraba y que podía distinguir incluso a pies de distancia, estaba ahora tan cerca de ella… igual que esos labios que tantas noches había soñado con besar.
Su aroma era varonil, casi picante. Era una mezcla de especias, con un olor masculino, que podía lograr que sus hormonas se revolcasen…y últimamente estas estaban algo locas. Le provocaba calor, de la misma manera que provocaba que en su estomago algo burbujeara.
De un momento a otro, su boca se secó. Su garganta se asemejaba a los días en el Sahara, secos sin líquido vital para sobrevivir. Sus ojos grises no podían dejar de mirar los labios de él, dibujados en esa sonrisa de lado que había provocado que su corazón latiera fuertemente. —K-kurosaki-kun— murmuró en una forma casi inaudible. ¿Qué ocurriría si ella besaba esos labios en ese preciso momento?
Con el rabillo del ojo, observó como aquella aula estaba vacía. ¿Cuándo fue el momento en que ese salón quedo tan desolado? ¿Acaso ella había estado tan sumergida en su lectura que había pasado por alto el cómo había quedado a solas con Kurosaki-kun? Oh Kami…
Ella tenía que salir de ahí a como de lugar. No deseaba cometer una locura. Si ella se aventuraba a besarle como si no hubiese un mañana, corría el riesgo de que él la viera como una demente. Aunque, comenzó a pensar ella, él tenía la culpa, por acercarse tanto. Si Kurosaki-kun no hubiese invadido su espacio, probablemente sus hormonas no se abrían descontrolado…
No, mejor era huir como una cobarde. La chica se colocó de pie y tomó su mochila y la revista — ¡H-hasta luego, K-kurosaki-kun!— balbuceó, dirigiéndose a la salida. Pero esa no era la idea de él. El shinigami tomó su mano y la haló hacia él. —K-K-Kurosaki-k-kun…— masculló sorprendida, observando el agarre del shinigami.
Él tomó su mentón, levantándolo un poco y acercándolo más a su rostro. ¿Qué estaba haciendo? Él atrajo su rostro hasta el de él y de un momento a otro, capturó sus labios con los suyos. ¡Kurosaki-kun la estaba besando en medio del aula! ¡Por Kami! Ella se quedó paralizada, con sus ojos abiertos, observando el rostro del shinigami.
Su beso era voraz. Era una mezcla de todos los elementos, fuerte, vivaz, audaz y exigente. Su lengua se adentró a su pequeña y húmeda boca, sin solicitar permiso. Eso ella lo sabía porque había leído en uno de esos documentales, el cómo los chicos suelen pedir "permiso" para adentrarse en la boca de las chicas.
Parecía ser que Kurosaki-kun, siempre rebelde, ignoraba lo que se debía hacer en esos íntimos momentos.
El shinigami mordió sus labios, mientras colocaba sus manos en las mejillas de ella, jugando con estas. Inoue sentía sus pies temblar como gelatina, sino hubiese sido porque Kurosaki-kun la estaba sujetando, probablemente ella iba a desmayarse. Él era tan demandante. Su lengua era impetuosa y recorría su boca como si la conociera de toda la vida.
Ella trató de contener un gemido, pero le fue imposible. Su pecho se movía a causa de las fuertes y profundas respiraciones que ella daba cuando él sacaba su lengua y mordía sus labios. ¡Por Kami! ¿Acaso él no se cansaba de besarla de esa manera tan salvaje? Y sus manos… ¿A dónde Kurosaki-kun estaba llevándolas?
Sus fuertes manos trazaban círculos en su espalda, provocando un escalofrió en ella. Ella era un volcán en erupción. Su estomago burbujeaba fuertemente, mientras que su corazón palpitaba de manera salvaje. Sus ojos estaban fuertemente cerrados, mientras ella se dejaba llevar por ese intenso placer que él estaba provocándole…en especial ese que ocurrió cuando él comenzó a mover sus dedos en sus muslos.
Por más que trataba de decirse a sí misma que estaban en medio de su aula y que podía llegar alguien y sorprenderlos, no podía. Sus labios eran demasiado tentadores, sus caricias demasiado adictivas. ¿Acaso ella era una mala mujer por sentirse amada y querida en ese momento, por la persona que más amaba en el mundo?
Realmente, no. Ella sabía muy bien que habían personas en el mundo que juzgaban a las chicas por desear que una persona las amase de esa manera tan íntimas, ¿pero acaso los bebes no nacían de esa manera? ¿Acaso la humanidad no se extinguía por que habían parejas compartiendo caricias tan íntimas como las que Kurosaki-kun le estaba brindando?
La chica negó la cabeza mentalmente. No debía pensar en esos temas, no cuando tenía tanto que disfrutar…
"Inoue"
Mordió sus labios, inclinando su cuello, mientras él lo recorría con su lengua, subiendo hasta su oreja y mordiendo su lóbulo, provocando un leve gemido de ella.
"Inoue"
Su dedo recorría sus muslos, deteniéndose en el centro de sus bragas, ya húmedas por el contacto y todas las caricias provocadas por él.
—¡INOUE!— las caricias desaparecieron por completo. Su respiración continuaba agitada, pero ya no podía percibir el aroma de Kurosaki-kun tan cerca de ella. Abrió sus ojos con pesadez, tratando de entender lo ocurrido, cuando encontró al shinigami sustituto frente a la puerta, observándola con su ceño fruncido.
¡Todo había sido un sueño!
—K-K-Kurosaki-k-k-kun— gritó ella, con sus mejillas ruborizadas, cerrando sus piernas y volviendo a sentarse derecha. Sintió algo pegajoso en su mejilla y lo limpió. ¡Qué bien! ¡Ella se había babeado durmiendo! ¡Frente a Kurosaki-kun!
—Oi, bienvenida a la tierra, Inoue— dijo él con cierto sarcasmo, negando la cabeza. —Te has quedado dormida durante toda la clase. — señaló él, sujetando su mochila en su mano derecha. Orihime sonrió avergonzada, colocándose de pie. Sobre su pupitre estaba la odiosa revista esa que le había hecho soñar con un encuentro fugaz con él. La cerró y la metió dentro de su mochila, llevándose esta a su hombro.
—Ja ja ja— rió nerviosa, llevando su mano a su cuello y tratando de tranquilizar su corazón. Kami, gracias al cielo que ella no había murmurado el nombre de él entre sueños… ¿o lo había hecho? — ¿D-dije algo dormida?— cuestionó nerviosa. Ichigo sonrió de lado.
—No, pero tus mejillas ruborizadas lo dicen todo. — señaló él, aun sonriente. —Orihime-chan…deja de soñar conmigo desnudo, pervertida— se burló él, antes de salir con una sonrisa de lado del aula, dejando a su novia atrás.
—¡Kurosaki-kun, eres cruel!—
N/A: Sip, otra colección de Ichihime moments, pero esta vez no son familiares ni fluffys, sino en sus más íntimos momentos, xDD Me encanta lo que es la literatura erótica, ya que la considero un arte. No es algo malo el que uno lea o escriba algo erótico, porque como pensó Orihime, ¿quien de ustedes fue creado por magia? xDDD De todas formas, dejando atrás la perversión, pueden dejar en confianza algún tema que les gustaría que yo escribiese. Este no tuvo lemon, pero los próximos si. Ideas, sugerencias, perveciones, pueden dejarlo en review. Ahora... a recibir haters, xDD *sale corriendo como si nada* I regret nothing, xD
DISCLAIMER: Bleach no me pertenece. Mis ideas de lemon, erotismo y locuras, pues son mías, xD
SUMMARY: ¡Kurosaki-kun, eres cruel!
REVIEW