Capitulo 1.-

La joven no podía sonreír, no era capaz de tal nivel de cinismo. Después de todo su compromiso solo era un trámite más en su vida. Fingir que le agradaba su prometido tampoco era tarea fácil, aun cuando este fuera uno de los vampiros más importantes de la sociedad… dentro de poco ya no sería más Rima Tohya, sería Rima Kuran (de solo repetirlo le daban escalofríos). Pero ya poco podía hacer, su compromiso acababa de ser anunciado y era cosa de tiempo para que se llevara a cabo.

-no pareces feliz- murmuro Ruka sentándose junto a ella. La joven hizo una mueca en señal de aburrimiento, evadiendo el comentario de la muchacha- podrías al menos fingir un poco ¿no crees?

-¿tengo motivos para hacerlo?-respondió Rima mirando con frialdad a su ahora prometido. No tenía que ser adivina para saber que él tampoco sentía nada por ella y que nunca lo haría.

-no deberías ser tu quien llevara ese anillo-volvió a murmurar Ruka, mirando de reojo el anillo de diamantes que la joven tenía puesto. Era de conocimiento general que era Ruka quien amaba a Kaname, y que ella debió de haber sido la escogida para ser su mujer, pero el joven no quería hacerla sufrir con su indiferencia, sabía que si se casaba con ella sin quererla aunque fuera un poco la haría infeliz por el resto de su vida. Por eso escogió a Rima, ella no parecía preocuparse por el amor, solo sabía que debía hacer lo correcto y lo que más le conviniera a ella y a su familia.

-chicas hay que celebrar- grito Aidou acercándose a ellas. Las jóvenes le lanzaron una mirada fría y asesina que lo dejo helado por unos instantes-lo… lo digo… pues… por… por tu compromiso Rima

-no digas una palabra más- dijeron ellas casi a coro. La amenaza hizo efecto y el joven vampiro se alejo rápidamente, sin dejar de sentir algo de miedo "que chicas tan raras" pensó mientras avanzaba dando pasos largos y rápidos.

Los minutos siguieron pasando sin ninguna novedad. Rima seguía sentada en la mesa junto a Ruka, quien no le dirigía la palabra ni siquiera para preguntarle la hora, lo que realmente poco le importaba, ellas nunca habían sido amigas intimas y nunca lo serian. Un joven rubio y de lindos ojos verdes las saludo alegremente, algo típico de él.

-¡Rima!, ¡Ruka! ¿Qué hacen aquí sentadas?

-vemos como los demás son felices-contesto Rima con un tono frio y cortante que no intimido al joven.

-¡no digas eso Rima! Ya verás que ser la mujer de Kaname no es tan terrible como parece-la animo él haciéndole gestos a alguien- ya que están aquí quiero que conozcan a alguien.

Un muchacho de piel pálida, ojos azules y cabello color vino se acerco a ellos con una cara de desinterés y aburrimiento que le era imposible disimular. Al verlo Ruka hizo una mueca y Rima solo volvió la mirada en señal de "no me interesa", algo que al joven poco le importo. Ichijo no dejaba de sonreír, como si eso alegrara a alguien además de él.

-chicas, les presento a Senri Shiki, el primo de Kaname y… Yuki-el último nombre apenas lo susurro, ya que desde que la joven hermana y prometida de Kaname había huido con un vampiro nivel E llamado Zero estaba prohibido decir su nombre- Shiki se quedará en la academia desde ahora… traten de llevarse bien ¿sí?

-¿insinúas que no sabemos cómo comportarnos?- esta vez las palabras de Rima tenían un ligero tono de ultratumba que le ponía los pelos de punta a cualquiera, y que por primera vez puso nervioso a Ichijo

-ehh… Shiki, ellas son Ruka y Rima, Rima es la prometida de Kaname

-debo admitir que mi primo tiene buen gusto- se escucho murmurar al joven. Rima se sonrojo de inmediato, lo cual no era nada normal en ella, aunque por suerte nadie lo notó-supongo que a Kaname-Sama no le molestará que saque a bailar a su prometida

-no creo que le interese nada que tenga que ver conmigo- le respondió Rima tomando la mano que el joven le ofrecía.

Salieron a bailar son una gran frialdad. El joven al parecer sabía muy bien cómo comportarse con una mujer. La tomo ligeramente de la cintura, atrayéndola hacia sí con sumo disimulo para que nadie tuviera motivos para hablar. La guio durante todo el baile, sin dejar de observarla detenidamente, lo que sin duda la intimido un poco. Lo que Shiki le provocaba era algo nuevo para ella, nunca se había sentido asi con ningún hombre. Tenía que aceptar que el joven era muy atractivo e interesante, con esa personalidad tan intrigante, fría y distante.

Una vez que le baile término los jóvenes se dirigieron hacia la mesa donde se encontraban en un principio, cada uno sumido en su propia indiferencia.

-bien, quiero hacer un brindis por mi hermosa prometida- dijo Kaname alzando su copa, algo que los demás imitaron- Rima Tohya… espero que nuestro compromiso se lleve a cabo muy pronto

-Kaname-Sama, le aseguro que los más felices con este compromiso somos nosotros- dijo el padre de Rima, aprovechando la ocasión para hablar- que haya escogido a nuestra hija para ser su prometida es un verdadero honor, esperamos que este a su altura

-claro que lo está, sepan ustedes que tienen una hija digna de cualquier vampiro, admirada y deseada por muchos, no tengan duda de ello, asi cómo también envidiada por otros, no cualquiera puede tener tal nivel de perfección

-no cualquiera puede ser tan valiente como para pronunciar tales palabras sin sentirlas-pensó Rima en voz alta, aunque solo Shiki alcanzó a oírla.

Cuando la fiesta se dio oficialmente por terminada la primera en irse fue Rima. Se sentía algo cansada y dentro de poco el sol comenzaría a alumbrar, señal de que debía dormirse. Salió del salón en silencio, tratando de pasar inadvertida, y camino por los pasillos de aquella inmensa mansión que les servía de alojamiento cuando estaban en la academia. La luz de la luna se colaba por las cortinas entreabiertas, dándole un toque algo lúgubre a todo el lugar que le puso los pelos de punta a la joven. Ella no era para nada miedosa, pero debía admitir que aquellos pasillos no eran mucho de su agrado, y era un verdadero alivio ver al fin aquella puerta blanca que le indicaba que ya había llegado a su destino.

-¿es idea mía o aquel compromiso solo es por interés?- le pregunto de pronto una voz cuando estaba a punto de abrir la puerta. Rima estuvo a punto de dar un grito al sentir que le hablaban por la espalda así, tan de repente, pero una mano le cubrió la boca, volteándola para poder mirarla a la cara. La joven hizo una mueca al reconocer a Shiki -no grites

-no asustes- lo regaño ella con algo de frialdad abriendo al fin la puerta

-¿no respondes?

-¿Por qué lo haría? Ni siquiera te conozco ¬¬

-neee…- murmuro Shiki con un ligero tono de conformismo, sacando una caja de su bolsillo- ¿quieres un pocky?- Rima lo miro confundida, no creía que hubiese otro vampiro al que le gustaran los pockys además de ella-si no quieres no importa

-¡espera!- dijo Rima sacando uno de la caja que el joven le ofrecía- gracias

El joven se quedo observando como aquella hermosa vampira cerraba la puerta luego de llevarse a la boca aquel pocky que él le había obsequiado. Realmente era una de las jóvenes más bellas que había conocido, que ganas de probar un poco de aquellos labios color rosa que sostenían con firmeza el pocky, tratando de disimular una pequeña sonrisa, ¿aquella joven le había sonreído?, estaba seguro que sí, aunque bien pudo haber sido una simple ilusión provocada por el deseo que tenia de verla sonreír. Luego de unos minutos decidió dar media vuelta y dirigirse hacia la habitación que Ichijo le había enseñado apenas llegó, encontrándoselo ya instalado y listo para dormir.

-¡Shiki!, ¿en donde andabas?-pregunto el rubio acomodándose en su cama. Shiki se encogió de brazos, comenzando a quitarse aquella incómoda camisa.

-por ahí… -contestó luego de un rato –quería conocer las habitaciones de los demás

-ya veo, y… ¿Qué te pareció la fiesta?

-neee, nada del otro mundo- el joven respondía con cierta indiferencia cada pregunta que Ichijo le hacía. Realmente solo quería dormir y quitarse de la cabeza la imagen de aquellos seductores labios que sujetaban el pocky. – ehh Ichijo, ¿Por qué Rima es tan fría?

-no lo sé, supongo que aun no encuentra con quien ser ella realmente, ahora creo que deberías dormir

-si…

Tal vez la persona que Rima esperaba no era Kaname, realmente era imposible que fuera él, pero ¿podría tal vez dejar a alguien tan importante en la sociedad como lo era Kaname Kuran plantado por seguir a aquella persona que lleva esperando toda su vida?